27‑E: Supe­rar la resig­na­ción y la trai­ción – Car­la del Valle

1. El pasa­do sep­tiem­bre los sin­di­ca­tos ofi­cia­les con­vo­ca­ron una Huel­ga Gene­ral, esce­ni­fi­can­do así un pre­ten­di­do reen­cuen­tro con las deman­das de sus bases, ade­más de poner en mar­cha una nece­sa­ria legi­ti­mi­za­ción social de su labor como opo­si­ción sin­di­cal. Dado que el ambien­te se encon­tra­ba dema­sia­do car­ga­do ya por las suce­si­vas refor­mas que el gobierno está implan­tan­do en el mun­do labo­ral y social, no les que­da­ba mucho mar­gen de nego­cia­ción a los auto­de­no­mi­na­dos agen­tes socia­les, pues estos habían ago­ta­do ante la opi­nión públi­ca cual­quier inten­to de fre­nar o refor­mar los pla­nes anti­obre­ros que se nos pro­po­nían. Por otra par­te, los diri­gen­tes sin­di­ca­les se efren­ta­ban a una opi­nión gene­ra­li­za­da, en cuan­to a su inefi­ca­cia, cuan­do no la abso­lu­ta con­ve­nien­cia, ante la posi­bi­li­dad de ata­jar en bene­fi­cio de los tra­ba­ja­do­res dichas refor­mas capi­ta­lis­tas. Se podría decir que la ame­na­za del des­cré­di­to o la cons­ta­ta­ción de éste, fue­ron el prin­ci­pal moti­vo para dicha con­vo­ca­to­ria, que no que­dó exen­ta de las per­ti­nen­tes manio­bras para ser aco­ta­da, fre­na­da y redu­ci­da a la míni­ma expre­sión de lo que podría ser una Huel­ga Gene­ral, enten­di­da ésta como una ver­da­de­ra y autén­ti­ca herra­mien­ta de la cla­se tra­ba­ja­do­ra en defen­sa de sus intere­ses, dere­chos y dignidad.

El 29‑S pudo ser un fra­ca­so en cuan­to al segui­mien­to del paro, pero sin nin­gu­na duda supu­so un encuen­tro satis­fac­to­rio para los que sali­mos a la calle apos­tan­do por las vías de la uni­dad, la acción y el enfren­ta­mien­to ante los pla­nes per­ver­sos que el gobierno nos tie­ne pre­pa­ra­dos para la pró­xi­ma épo­ca. No hubo titu­beos por par­te de la cla­se obre­ra orga­ni­za­da, los que ese día lucha­ron, lo hicie­ron has­ta las últi­mas con­se­cuen­cias, que­dan­do así en la memo­ria las posi­bi­li­da­des reales que hoy en día tene­mos para enfren­tar­nos a los ata­ques capi­ta­lis­tas. Es decir, encon­trán­do­nos con una “mayo­ría” indi­fe­ren­te, des­cla­sa­da y rea­cia a la movi­li­za­ción, pero sien­do ésta jalea­da y ani­ma­da por otra “mayo­ría” que ese día desa­fió el inmo­vi­lis­mo impe­ran­te, hacién­do­se notar y superan­do inclu­so las direc­tri­ces habi­tua­les del sin­di­ca­lis­mo ofi­cial, esto es, la auto­or­ga­ni­za­ción en pue­blos y barrios, así como la apor­ta­ción posi­ti­va de nue­vos entes sin­di­ca­les y socia­les nove­do­sos en la época.

2. Dado que tras esta con­vo­ca­to­ria se mani­fies­ta la impo­si­bi­li­dad de poner entre las cuer­das al gobierno y sus recor­tes socia­les, el sin­di­ca­lis­mo ofi­cial se dedi­ca en los meses que siguen al 29‑S, a pre­pa­rar un nue­va repre­sen­ta­ción de su tan­tas veces esce­ni­fi­ca­da paz social. Los diri­gen­tes sin­di­ca­les, ade­más de toda una lar­ga lis­ta de afir­ma­cio­nes que bien podrían ser auto­res sus pro­pios “adver­sa­rios” en la mesa de nego­cia­ción, tra­ba­jan duran­te el mes de diciem­bre en la ela­bo­ra­ción de una nue­va estra­te­gia con la que disi­mu­lar su enési­ma trai­ción de cla­se. En esas sema­nas los sin­di­ca­tos ofi­cia­les vuel­ven a su hábi­tat natu­ral, este es, los sillo­nes de invi­ta­dos del pala­cio de la Moncloa.

Es en estos días cuan­do el gobierno anun­cia la inmi­nen­te refor­ma de las pen­sio­nes, la cual se pue­de con­si­de­rar como un ata­que fron­tal con­tra el mal­tre­cho esta­do de bien­es­tar con el que tan­tos años nos han bom­bar­dea­do a una cla­se, que por otra par­te siem­pre estu­vo explo­ta­da y abo­ca­da a la inde­fen­sión com­ple­ta, ade­más de expues­ta a la más alta de las trai­cio­nes que han cono­ci­do los obre­ros de este país. En el reco­rri­do infor­ma­ti­vo que pode­mos hacer de las corres­pon­dien­tes sesio­nes nego­cia­do­ras que siguen al anun­cio de los nue­vos recor­tes, nos encon­tra­mos que se ha fomen­ta­do por estos mis­mos agen­tes socia­les el des­con­cier­to y la incer­ti­dum­bre gene­ral en cuan­to a una nue­va con­vo­ca­to­ria de Huel­ga, ade­más de sem­brar en el camino una serie de rumo­res, cuan­do no men­ti­ras, sobre esta posi­bi­li­dad. Según trans­cu­rren las sema­nas, las decla­ra­cio­nes del tan­dem CC.OO y UGT dis­mi­nu­yen la ten­sión que vivió su momen­to cum­bre en la movi­li­za­ción del 18 de Diciem­bre cuan­do se afir­mó lite­ral­men­te que en enero habría Huel­ga Gene­ral en el esta­do español.

3. Ante este deso­la­dor pano­ra­ma, no muy dis­tin­to a otros momen­tos qui­zás de la últi­ma déca­da, pero sí al de otros paí­ses euro­peos que en los últi­mos meses han encen­di­do dis­tin­tas lla­mas de rebel­día, nos pre­sen­ta­mos en un mes de enero casi fina­li­za­do, y con una total dis­po­si­ción del sin­di­ca­lis­mo del sis­te­ma a fre­nar, cuan­do no boi­co­tear cual­quier inten­to de acción al mar­gen de sus cúpu­las. El des­con­cier­to y la duda que sem­bra­ron en las últi­mas sema­nas del año, ha ser­vi­do en pri­mer lugar para para­li­zar la mayo­ría de las ini­cia­ti­vas que ya se fra­gua­ban ante la inmi­nen­cia de una nue­va Huel­ga Gene­ral, ade­más de pro­por­cio­nar el evi­den­te mar­gen de manio­bra al gobierno y los par­ti­dos polí­ti­cos para lle­var al con­gre­so la refor­ma de las pen­sio­nes el pró­xi­mo 28 de este mis­mo mes.

Podría ser atre­vi­do aven­tu­rar que en esa mesa nego­cia­do­ra se habló y se sigue hablan­do sobre algo más que el futu­ro de nues­tras pen­sio­nes y la edad de jubi­la­ción, pero un bre­ve aná­li­sis sobre la situa­ción actual y los últi­mos movi­mien­tos rea­li­za­dos, nos pue­den lle­var a afir­mar que los sin­di­ca­tos pues­tos a dedo en la pol­tro­na por el sis­te­ma, nego­cian no nues­tro futu­ro, si no el suyo pro­pio. La nego­cia­ción colec­ti­va, la repre­sen­ta­ti­vi­dad y el papel que el sin­di­ca­lis­mo ofi­cial debe jugar en esta coyun­tu­ra social y labo­ral del país han sido temas de pri­mer orden entre los últi­mos días del año y las pri­me­ras sema­nas del 2011. Ahí está si no la deci­sión que des­car­ta una nue­va Huel­ga Gene­ral con­tra los pla­nes anti­obre­ros del gobierno, así como el tras­pa­so de esa línea roja que los pro­pios diri­gen­tes sin­di­ca­les mar­ca­ron hace un mes, es decir la amplia­ción de la edad de jubi­la­ción. ¿En qué tipo de encru­ci­ja­da se encuen­tra el sin­di­ca­lis­mo ofi­cial para acep­tar su des­cre­di­to públi­co? ¿Cuá­les son los bene­fi­cios que estos apa­ra­tos del sis­te­ma lla­ma­dos sin­di­ca­tos van a repor­tar­se tras la apli­ca­ción de unas medi­das total­men­te anti­po­pu­la­res? ¿Qué tipo de recom­pen­sa, ade­más de la ya cono­ci­da abu­si­va retri­bu­ción eco­nó­mi­ca, obtie­nen cedien­do al chan­ta­je capi­ta­lis­ta? Son pre­gun­tas que en los pró­xi­mos meses podre­mos res­pon­der con faci­li­dad, pues tar­da­rá muy poco en saber­se que en esa mesa nego­cia­do­ra esta­ba sen­ta­do el mis­mi­si­mo sata­nás, hablan­do en cristiano.

4. En este esta­do de cosas, lle­ga­mos a lo que ya se ha recon­ver­ti­do a jor­na­da de lucha esta­tal para el jue­ves 27 de enero, con tres huel­gas gene­ra­les con­vo­ca­das (Esu­kal Herria, Gali­za y Cata­lun­ya) y una bate­ría de movi­li­za­cio­nes pro­mo­vi­das en su mayo­ría por sin­di­ca­tos de cla­se. Es qui­zás éste, un nue­vo paso en la direc­ción que mar­ca­mos por pri­me­ra vez el 29‑S muchos sec­to­res del sin­di­ca­lis­mo alter­na­ti­vo a CC.OO y UGT, así como otra serie de orga­ni­za­cio­nes socia­les. Con esta actua­ción, pare­ce que hemos enten­di­do que las cir­cus­tan­cias exi­gen un paso ade­lan­te en los plan­tea­mien­tos de lucha, estra­te­gía y acción, pues se está dan­do un momen­to en el que los hue­cos a lle­nar en la defen­sa de nues­tros dere­chos son cada vez más nume­ro­ros, dado que el dis­cur­so del sin­di­ca­lis­mo ofi­cial que­da de pleno inte­gra­do en la del sis­te­ma capi­ta­lis­ta y su nue­va cri­sis o ciclo.

Es por esto, que la uni­dad de acción que se ha gene­ra­do en torno al pró­xi­mo 27‑E, ade­más de posi­ti­va y ejem­ple­ri­zan­te, supo­ne un hecho úni­co en las dos últi­mas deca­das. Esos años, don­de las direc­cio­nes de CC.OO y UGT han teni­do por come­ti­do res­trin­gir el poder asam­blea­rio en los cen­tros de tra­ba­jo, mar­gi­nan­do y boi­co­tean­do a otras expre­sio­nes sin­di­ca­les y crean­do así una ima­gen de repre­sen­ta­ti­vi­dad fic­ti­cia y otor­ga­da a la fuer­za por el esta­do (Pac­tos de la Mon­cloa, 1977), la cual ha dado vía libre a una bru­tal regre­sión en dere­chos, así como la impo­si­ción del silen­cio, el dele­ga­cio­nis­mo y la resig­na­ción entre la cla­se obre­ra del momento.

El 27‑E sig­ni­fi­ca tras­pa­sar este lími­te que la putre­fac­ta demo­cra­cia y monar­quía espa­ño­la nos impu­sie­ron duran­te los años pos­te­rio­res a la muer­te del dic­ta­dor. Sig­ni­fi­ca que pode­mos arran­car de las manos de los agen­tes socia­les la posi­bi­li­dad de poner en mar­cha huel­gas y movi­li­za­cio­nes que sean capa­ces cada vez más de gene­rar resis­ten­cia a los pro­ce­sos capi­ta­lis­tas y al empo­bre­ci­mien­to de nues­tras con­di­cio­nes de vida, apor­tan­do nue­vas fór­mu­las de lucha y recu­pe­ran­do otras que que­da­ron en el olvi­do aplas­ta­das por el pen­sa­mien­to úni­co de los traidores.

No hubo otro momen­to mejor para la tarea del enten­di­mien­to, la pues­ta en común y la uni­dad de acción entre quie­nes siguen apos­tan­do por rebe­lar­se. La cla­se obre­ra orga­ni­za­da del cariz que sea, no pue­de en nin­gún caso dejar pasar la opor­tu­ni­dad de empren­der, pro­mo­ver y con­so­li­dar por sí mis­ma las luchas nece­sa­rias para resis­tir ante los ata­ques que el capi­ta­lis­mo mun­dial nos lan­za en la últi­ma épo­ca, debién­do­se rege­ne­rar una nue­va con­cien­cia de cla­se que aca­be con la resig­na­ción y haga jus­ti­cia con esta trai­ción que tan­to daño está hacien­do, enten­dien­do que pro­ba­ble­men­te, no hacer­lo sig­ni­fi­ca­ría el sui­ci­dio defi­ni­ti­vo de los explo­ta­dos de este país.

Invierno 2011

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