La “X” de los GAL lle­va coro­na – Ama­deo Mar­ti­nez Inglés

Al perio­dis­ta Juan José Millás le fal­tó, en su amplia, famo­sa, y pro­fe­sio­nal entre­vis­ta con el ex pre­si­den­te del Gobierno, Feli­pe Gon­zá­lez, publi­ca­da en El País, rema­tar tan bri­llan­te tarea infor­ma­ti­va pre­gun­tán­do­le a su ilus­tre entre­vis­ta­do si en su día puso en cono­ci­mien­to del rey Juan Car­los I, como jefe del Esta­do, la his­to­rie­ta esa de la gue­rra sucia que le aca­ba­ba de con­tar y que hacía refe­ren­cia a un supues­to veto impues­to por él, como jefe del Gobierno de la épo­ca, a los mer­ce­na­rios y eje­cu­ti­vos de los GAL para que se abs­tu­vie­ran de cum­plir la sinies­tra pro­pues­ta que le aca­ba­ban de ele­var y que bási­ca­men­te con­sis­tía en redu­cir a ceni­zas, vía Goma 2, TNT, Pen­tri­ta o nitro­gli­ce­ri­na en rama, el edi­fi­cio en el que la cúpu­la de ETA iba a cele­brar, en pleno desa­rro­llo de la gue­rra sucia des­ata­da por el Esta­do espa­ñol con­tra esa ban­da terro­ris­ta entre los años 1983 y 1987, una de sus perió­di­cas reunio­nes de “tra­ba­jo” de alto nivel.
Se le olvi­dó al com­pe­ten­te perio­dis­ta, o no se atre­vió, o no lo cre­yó opor­tuno dadas las cir­cuns­tan­cias, o tal vez lle­gó a for­mu­lar la atre­vi­da e intere­san­te pre­gun­ta y a su dis­tin­gui­do par­te­nai­re no le dio la real gana de entrar a seme­jan­te tra­po perio­dís­ti­co. Pero, de todas for­mas, en un asun­to como el que esta­mos tra­tan­do, que ha levan­ta­do una muy apre­cia­ble pol­va­re­da mediá­ti­ca, social y polí­ti­ca en este país, ese apa­ren­te olvi­do o ese no que­rer lle­gar al fon­do de la cues­tión en una reve­la­ción de tan impor­tan­te cala­do his­tó­ri­co como la lan­za­da a los cua­tro vien­tos por Feli­pe Gon­zá­lez, voy a tra­tar de reme­diar­lo cuan­to antes, con la ver­dad y la hones­ti­dad por delan­te, como siem­pre, con el fin de que el ciu­da­dano medio espa­ñol que, ade­más de leer la pren­sa, oír la radio y ver la tele­vi­sión, guar­da toda­vía en su alma un ansia muy espe­cial en rela­ción con la nefas­ta, esca­bro­sa, delic­ti­va y toda­vía insu­fi­cien­te­men­te expli­ci­ta­da gue­rra sucia con­tra ETA pue­da lle­gar al fon­do de tan espi­no­sa cuestión.
Un ciu­da­dano espa­ñol que, toda­vía a día de hoy, en cuan­to des­cu­bre en cual­quie­ra de los medios de comu­ni­ca­ción las cono­ci­das y estra­fa­la­rias siglas de los Bata­llo­nes de la Muer­te espa­ño­les de la déca­da de los ochen­ta, los GAL (Gru­pos Anti­te­rro­ris­tas de Libe­ra­ción), rela­cio­na­das ade­más con el pre­si­den­te del Gobierno en cuyo man­da­to se dio vía libre a tan exe­cra­ble méto­do de garan­ti­zar la segu­ri­dad del país, se le ponen los pelos como escar­pias ávi­do de cono­cer algún día la ver­dad, toda la ver­dad y nada más que la verdad.
Bueno, ami­gos, pues deci­di­do como estoy a que el ciu­da­dano espa­ñol ¡pobre­ci­to él, al albur siem­pre de los indo­cu­men­ta­dos, irres­pon­sa­bles, cho­ri­ci­llos y demás fau­na polí­ti­ca de medio pelo que diri­gen sus des­ti­nos! conoz­ca un poco más de la gue­rra sucia “made in Spain” que esta moder­na monar­quía par­la­men­ta­ria rei­nan­te en Espa­ña des­de 1975, este demo­crá­ti­co Régi­men de la Tran­si­ción, este magis­tral Esta­do de Dere­cho, esta hono­ra­ble fran­qui­cia del fran­quis­mo (per­dón por la apa­ren­te redun­dan­cia), desa­rro­lló en secre­to des­de el año 1983 al 1987 (gober­nan­do el feli­pis­mo pero rei­nan­do Juan Car­los I de Bor­bón) de cara a “ulti­mar”, a ima­gen y seme­jan­za de los fas­cis­tas argen­ti­nos de fina­les de los años seten­ta y, des­de lue­go, dejan­do de lado todas las leyes y sal­va­guar­das de un país ver­da­de­ra­men­te demo­crá­ti­co y civi­li­za­do, a los inte­gran­tes de la ban­da sepa­ra­tis­ta ETA, paso a recor­dar algu­nos con­cep­tos rela­cio­na­dos con la mis­ma que no es la pri­me­ra vez que pon­go negro sobre blan­co pues ya los he ver­ti­do en alguno de mis libros y has­ta me per­mi­tí, tiem­po ha, poner­los en cono­ci­mien­to del pre­si­den­te del Con­gre­so de los Dipu­tados a los efec­tos opor­tu­nos. Efec­tos que, a pesar de la indu­da­ble impor­tan­cia del asun­to (terro­ris­mo de Esta­do a car­go de las más altas magis­tra­tu­ras del mis­mo), toda­vía no se han vis­to por nin­gu­na par­te, por lo que el pue­blo espa­ñol ten­drá que espe­rar a que tan­to el rey Juan Car­los como el char­la­tán ex pre­si­den­te del Gobierno que ha indu­ci­do con sus decla­ra­cio­nes las pre­sen­tes líneas, escri­ban sus memo­rias para, a seme­jan­za de lo que ha hecho el geno­ci­da Bush (que tie­ne sobre su con­cien­cia, entre otras, las cien mil víc­ti­mas mor­ta­les de la gue­rra de Irak), poder ente­rar­se de las fecho­rías come­ti­das por ambos en su par­ti­cu­lar gue­rra sucia con­tra el terro­ris­mo del norte.
Pero como esto de los GAL da para mucho y, evi­den­te­men­te, el espa­cio del que dis­pon­go en estos momen­tos es esca­so, que­rría dedi­car­me en estas apre­ta­das líneas, vis­ta la igno­ran­cia que evi­den­cian estos días perio­dis­tas, polí­ti­cos y, no diga­mos, el hom­bre de la calle a cuen­ta del deba­te reabier­to estos días en la socie­dad espa­ño­la tras las decla­ra­cio­nes de FG, a dejar cla­ro de una puñe­te­ra vez (con per­dón) quien es quien en este funes­to y des­agra­da­ble asun­to del terro­ris­mo de Esta­do pues­to en mar­cha en Espa­ña a media­dos de los años ochen­ta, quien (de los altos, altí­si­mos car­gos esta­ta­les, poli­cia­les, de las FAS, de los ser­vi­cios de Inte­li­gen­cia que esta­ban en la poma­da) tie­ne el oscu­ro pri­vi­le­gio de osten­tar sobre su cabe­za, como afi­la­da espa­da de Damo­cles, la famo­sa “X” que el aho­ra per­se­gui­do juez Gar­zón estam­pó, hacién­do­se el ton­to, en lo más alto del orga­ni­gra­ma de la cha­pu­ce­ra orga­ni­za­ción para­mi­li­tar res­pon­sa­ble de, por lo menos, 27 ase­si­na­tos y un secuestro.
Pues voy a ser muy cla­ro y muy con­ci­so, ami­go lec­tor, pues ya está bien de gran­di­lo­cuen­cias, pala­bras vacías, retó­ri­ca bara­ta y mareo mul­ti­tu­di­na­rio de per­di­ces. El GAL lo orga­ni­zó en julio de 1983 el Esta­do espa­ñol, su Gobierno, a ins­tan­cias del CESID (Cen­tro Supe­rior de Infor­ma­ción de la Defen­sa) que en esa fecha pre­sen­tó al Pre­si­den­te del Gobierno un famo­so docu­men­to (que ha pasa­do al farra­go­so len­gua­je pro­ce­sal como el “Acta Fun­da­cio­nal de los GAL”) para poner en mar­cha un ope­ra­ti­vo secre­to que, uti­li­zan­do todos los apo­yos extra­le­ga­les nece­sa­rios y siguien­do tác­ti­cas extraí­das de los “Gru­pos de tareas” del Ejér­ci­to argen­tino de fina­les de los años seten­ta, fue­ra capaz de ter­mi­nar con ETA o, por lo menos, reba­jar sus­tan­cial­men­te su ope­ra­ti­vi­dad ase­si­na, espe­cial­men­te alta en aque­llas fechas. Un docu­men­to simi­lar a esa “Acta Fun­da­cio­nal” y con los mis­mos fines, deno­mi­na­do “Esta­do actual y pers­pec­ti­vas de la lucha anti­te­rro­ris­ta” ya fue pre­sen­ta­do por el CESID en julio de 1979 al pre­si­den­te Suá­rez y dese­cha­do con toda rotun­di­dad por éste, que nun­ca qui­so saber nada de la repre­sión ile­gal de ETA a cuen­ta de los apa­ra­tos del Estado.
De estos dos docu­men­tos de los ser­vi­cios de Inte­li­gen­cia del Esta­do (CESID) inci­tan­do a los pode­res públi­cos a infrin­gir la ley y el Esta­do de dere­cho en bene­fi­cio de la lucha anti­te­rro­ris­ta, ten­drían cono­ci­mien­to tan­to el rey Juan Car­los (que reci­bi­ría siem­pre el pri­me­ro de los ejem­pla­res, cla­si­fi­ca­dos como “Máxi­mo Secre­to”) como el pre­si­den­te del Gobierno y la tota­li­dad de la cúpu­la mili­tar (Jefe del Esta­do Mayor del Ejér­ci­to y capi­ta­nes gene­ra­les con man­do en pla­za), ade­más, cla­ro está, de los altos jefes de los ser­vi­cios de Inte­li­gen­cia del Esta­do y de la cúpu­la de los Cuer­pos de Segu­ri­dad (Poli­cía y Guar­dia Civil). Como ve el lec­tor, unas cuan­tas per­so­nas de alto nivel estu­vie­ron siem­pre al tan­to de las tro­pe­lías de los GAL y el pri­me­ro de ellos ¡fal­ta­ría más! el rey Juan Car­los, quien al tener cono­ci­mien­to de lo se pre­pa­ra­ba, vía CESID, debió usar todo su poder (ya lo hizo en el 23‑F sal­tán­do­se a la tore­ra la Cons­ti­tu­ción para des­mon­tar el teó­ri­ca­men­te gol­pe de Esta­do) para parar seme­jan­te tro­pe­lía ins­ti­tu­cio­nal. Y, evi­den­te­men­te, como ha hecho siem­pre a lo lar­go de su rei­na­do cuan­do pudo sufrir su ama­da coro­na, no lo hizo. Miró para otro lado y aquí paz y des­pués… 27 ase­si­na­tos de Estado.
¿Quién es, pues, la “X” de los GAL? Ele­men­tal, que­ri­do lec­tor. El Gobierno orga­ni­za­ba, el rey auto­ri­za­ba… ergo la “X” (mayús­cu­la) de Gar­zón debe recaer con todos los hono­res en nues­tro ama­do monar­ca de dere­cho fran­quis­ta, Juan Car­los I, dejan­do como mucho al pre­si­den­te Gon­zá­lez, que con la entre­vis­ta de El País ha que­ri­do sin duda chu­par pro­ta­go­nis­mo, el sillón “x” (minús­cu­la) de la demen­cial Aca­de­mia del Terror pues­ta en mar­cha en Espa­ña en 1983; con los espías del CESID pla­ni­fi­can­do y diri­gien­do el delic­ti­vo cota­rro ope­ra­ti­vo, el Gobierno ponien­do los coman­dos eje­cu­ti­vos (miem­bros del Ejér­ci­to, la Poli­cía, la Guar­dia Civil y mer­ce­na­rios) y el pue­blo espa­ñol en la inopia, como siem­pre. ¡Una deli­cia de país y eso que en 1983 y siguien­tes ya era demo­crá­ti­co y de derecho!
¿Ha que­da­do todo cla­ro, ami­go lec­tor? ¡Pues hala, al fút­bol y a los toros que es lo nuestro!
Fdo: Ama­deo Mar­tí­nez Inglés
Coro­nel. Escri­tor. Historiador

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