“Que parezca un accidente” le dice el capo di capi a su subordinado, a fin de que el asesinato mafioso quede debidamente camuflado en un simple y doloroso accidente. Esa es la orden que recibe hoy la socialdemocracia española de parte del capo di capi de la gran burguesía internacional: el Fondo Monetario internacional.
La despreciable trayectoria de la socialdemocracia siempre ha sido una y la misma: hacer el trabajo sucio al capital, aquel que ella misma no podría ejecutar sin caer en el peligro de la deslegitimación o lo que puede ser peor, de la revolución. Para eso está la socialdemocracia: para implementar las políticas reaccionarias que el propio Poder burgués no se atreve a ejecutar por sí mismo.
En 1919, esa misma socialdemocracia que había aprobado con sus votos el presupuesto de guerra de Alemania para entrar en guerra contra sus propios hermanos de clase franceses, no tuvo empacho en asesinar impunemente a la gran revolucionaria Rosa Luxemburgo, a culatazos, y a su marido con un tiro en la nuca. Es el precio de servir al Estado terrorista burgués. Más tarde ella misma quedaría orillada en favor de los partidos de la genuina derecha alemana.
En el Estado español, la misma socialdemocracia no tuvo el menor reparo en organizar el GAL, la marca del terrorismo de Estado al servicio del mismo Poder de la oligarquía burguesa contra la “amenaza” de la izquierda abertzale en Euskal Herria. Curiosamente, esa burguesía que le ordenó el crimen organizado, promovió años más tarde su enjuiciamiento en los tribunales, si con ello purgaba al sistema de dominación burgués y, de paso, arrancaba un puñado de votos para los verdaderos partidos del régimen, en este caso las huestes franquistas del PP.
Su ejecutoria particular había comenzado en el año 1975, tras la muerte del dictador. Entonces se dedicó a coquetear con el régimen fascista para evitar una ruptura del mismo, mediante la oportuna “reforma” que fue, en realidad, la máscara de “demócrata” con la que se encubría la subsistencia del mismo régimen y de sus intereses de clase. Más tarde, la socialdemocracia felipista se involucró a conciencia en las “reconversiones industriales”, otra vez al servicio del gran capital.
Hoy, nuevamente, la socialdemocracia española se dedica con ensañamiento a castigar a las clases trabajadoras con su política de sumisión al gran capital internacional: FMI.; Banco Mundial y Banco Central Europeo. Mediante Real Decreto Ley congela las pensiones, rebaja el salario de 2.300.000. funcionarios y paraliza inversiones y otros gastos sociales de la gente que se halla en situación de dependencia o embarazo. Todo un alarde de “izquierdismo” de un partido que, sin apariencia de sonrojo, se reclama “socialista y obrero”. Ahí es nada.
Sin embargo, no parece caer en la cuenta de que para ahorrar 15.000 millones de euros, como pretende, en dos años, ha debido previamente inyectar 61.000 millones a la Banca española, nada menos que de los impuestos de esa misma clase trabajadora a la que ahora empobrece, la única que tributa realmente por sus ingresos. Las clases altas de la burguesía escapan, indolentes, del desfalco descomunal que ellas mismas han creado. Toda una cruel paradoja. Pero, no nos engañemos, esa es la verdadera naturaleza de la socialdemocracia y para ello ha sido y es utilizada históricamente por la burguesía, con la despreciable complicidad de sus dirigentes, que, disfrazados de corderos son los verdaderos lobos al servicio del gran capital.
Y de esa pléyade de traidores a la clase obrera forman parte esos dos insulsos sindicatos españoles, de cuya labor al servicio de los intereses del capital forma parte indeleble una entreguista “paz social” y el acuerdo sucesivo y permanente en las reformas laborales que van laminando derechos adquiridos por años de lucha y esfuerzo. Ahora se alza la enésima reforma que, no olvidemos, pretende abaratar despidos. Primero precarizaron el mercado laboral de los jóvenes hasta extremos indescriptibles (35% de paro juvenil) y ahora van a por los “viejos contratos”. Aquellos que traicionaron a sus hijos en la creencia de que ellos disfrutarían de una jubilación dorada, caen ahora en la cuenta de que serán ellos los siguientes en la lista de afectados por el ansia desmedida de ganancia del capital especulativo.
Una entrega tras otra a cambio, eso sí, de suculentas subvenciones sindicales han llevado a la clase obrera española a un lamentable estado de indolencia, aletargada ante cualquier medida regresiva contra sus intereses de clase. Y se pretende que esa misma languidez se contagie a la más combativa clase trabajadora vasca. Quieren centralizar aún más la negociación colectiva a fin de castrar la histórica combatividad de la clase trabajadora vasca. No lo van a conseguir.
Los comunistas vascos debemos alertar a la clase trabajadora de Euskal Herria de las medidas regresivas que se ciernen sobre ella y de la mezquina y peligrosa actitud de una socialdemocracia siempre dispuesta a realizar el trabajo sucio de la derecha. Paquito López es, en Eukal Herria, el delegado del régimen español impuesto e ilegítimo, pues no olvidemos que amputó el cuerpo electoral para garantizarse un gobierno que de otro modo no hubiera obtenido. Ante tales despropósitos antidemocráticos la respuesta es la misma, la lucha y el compromiso.
Por todo esto y más, convocamos a todos los comunistas vascos a la manifestación que realizará el sindicato LAB en Iruña el próximo 5 de Junio bajo el lema «Gaurdanik erabaki dezagun!-¡Decidamos desde hoy!»
Borroka da bide bakarra!
EUSKAL HERRIKO KOMUNISTAK (EHK)