Cuba recuer­da 50 años de gue­rra uni­la­te­ral decla­ra­da por EE.UU.

Fren­te a una nue­va cam­pa­ña mediá­ti­ca diri­gi­da des­de Washing­ton, Cuba recuer­da hoy el ani­ver­sa­rio 50 de la Orden Eje­cu­ti­va del pre­si­den­te esta­dou­ni­den­se, Dwight Eisenho­wer, que apro­bó las accio­nes encu­bier­tas y terro­ris­tas con­tra la Isla.

El presidente norteamericano Dwight Eisenhower (quien ejerció el cargo del 20 de enero de 1953 al 20 de enero de 1961), firmó la Orden Ejecutiva que desató la sucia guerra contra la Revolución cubana.
El pre­si­den­te nor­te­ame­ri­cano Dwight Eisenho­wer (quien ejer­ció el car­go del 20 de enero de 1953 al 20 de enero de 1961), fir­mó la Orden Eje­cu­ti­va que des­ató la sucia gue­rra con­tra la Revo­lu­ción cubana.

Titu­la­do Un pro­gra­ma de acción encu­bier­ta con­tra el régi­men de Cas­tro, el docu­men­to sus­cri­to por Eisenho­wer repre­sen­tó la luz ver­de en for­ma ofi­cial para des­atar todo tipo de ope­ra­cio­nes ile­ga­les con la espe­ran­za de derro­car al Gobierno revolucionario.

Vio­lan­do todas las nor­mas inter­na­cio­na­les que rigen las rela­cio­nes entre gobier­nos y pue­blos, se orde­nó for­mar una orga­ni­za­ción inte­gra­da por los rema­nen­tes de la dic­ta­du­ra batis­tia­na exi­lia­dos en Esta­dos Uni­dos para dar cober­tu­ra a las acti­vi­da­des de la CIA.

Para­le­la­men­te se ponía a dis­po­si­ción de esos pla­nes todo el apa­ra­to mili­tar y de espio­na­je nor­te­ame­ri­cano con el fin inme­dia­to de orga­ni­zar una fuer­za para­mi­li­tar que lle­ga­ría clan­des­ti­na­men­te a Cuba, con el pro­pó­si­to de entre­nar y diri­gir a los gru­pos terroristas.

Los docu­men­tos des­cla­si­fi­ca­dos por el Archi­vo de Segu­ri­dad Nacio­nal de Esta­dos Uni­dos, reve­lan que la Orden inclu­yó ini­ciar una ofen­si­va pro­pa­gan­dís­ti­ca inter­na­cio­nal y crear en el inte­rior de la Isla un gru­po clan­des­tino para sumi­nis­trar infor­ma­ción de inteligencia.

Según ins­tru­yó Eisenho­wer, «nues­tra mano no debe apa­re­cer en nada de lo que se haga», e hizo jurar a los pre­sen­tes en el acto de fir­ma de la Orden que nin­guno había escu­cha­do nada de lo allí dicho.

El enton­ces direc­tor de la CIA, Allen W. Dulles, reci­bió des­pués la orden del pre­si­den­te «para que no se pre­sen­ta­se ni siquie­ra a ese Con­se­jo (de Segu­ri­dad Nacio­nal), los infor­mes secre­tos rela­cio­na­dos con Cuba».

Para apo­yar la par­te pro­pa­gan­dís­ti­ca, se ins­tru­yó crear una esta­ción de radio de onda media para trans­mi­tir hacia Cuba des­de la Isla Swan, al sur del país antillano.

La Orden Eje­cu­ti­va era equi­va­len­te a una ver­da­de­ra decla­ra­ción de gue­rra con­tra un peque­ño país que no había ata­ca­do a Esta­dos Uni­dos, y en sus memo­rias el pro­pio Eisenho­wer reco­no­ce lo ocu­rri­do entonces.

«El 17 de mar­zo de 1960 yo le orde­né a la Agen­cia Cen­tral de Inte­li­gen­cia que comen­za­ra a orga­ni­zar el entre­na­mien­to de los exi­lia­dos cuba­nos, prin­ci­pal­men­te en Gua­te­ma­la». Y más ade­lan­te agre­gó: «Otra idea fue que comen­zá­ra­mos a cons­truir una fuer­za anti­cas­tris­ta en la pro­pia Cuba. Algu­nos pen­sa­ron que debía­mos poner a la Isla en cua­ren­te­na (léa­se blo­queo), argu­men­tan­do que si la eco­no­mía decli­na­ba brus­ca­men­te, los pro­pios cuba­nos derro­ta­rían a Castro». 

Los resul­ta­dos de esta agre­sión direc­ta a Cuba pudie­ron pal­par­se rápi­da­men­te con un enor­me incre­men­to de los aten­ta­dos terro­ris­tas, el alza­mien­to de gru­pos arma­dos en las mon­ta­ñas del cen­tro de la mayor de las Anti­llas, que ase­si­na­ron a cam­pe­si­nos, y la derro­ta­da inva­sión de Pla­ya Girón.

La gue­rra había sido decla­ra­da uni­la­te­ral­men­te. déca­das des­pués la inten­ción de des­truir a la Revo­lu­ción cuba­na sigue laten­te en el gobierno de Esta­dos Unidos. 

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