En los últimos meses los gobiernos están comprando las deudas de los banqueros para que sigan haciendo negocio, entregándoles miles de millones de euros, que pagamos con nuestros impuestos. El dinero que se entrega a los bancos está siendo utilizado por estos para hacer caja; los gobiernos se endeudan, el desempleo y la precariedad laboral aumentan.
Hay dinero. Hay mucho dinero, pero está mal repartido. En los últimos años debido a las políticas fiscales y presupuestarias de los gobiernos y a la acción del mercado el dinero se ha ido acumulando en cada vez menos manos y se ha ido reduciendo como consecuencia la capacidad de compra de la mayoría de las personas. Todo lo que se produce no puede ser absorbida por, la penuria de los salarios, los incrementos del precio de la vivienda y los créditos, la privatización y encarecimiento de los servicios públicos.
Las personas usuarias de los servicios públicos no somos ajenos a esta situación. La mercantilización de los servicios y su conversión en «empresas» ha reducido la calidad de los mismos: falta personal, se han aumentado los ritmos de trabajo, han empeorado los ratios de los servicios, reducido la dotación presupuestaria y encarecido los servicios a través en muchos casos del copago; se está desviando dinero público para que unas cuantas personas hagan negocio con nuestra salud y nuestros derechos básicos de atención y cuidados
No quieren ni oír hablar de un plan de evaluación social, desarrollo y mejora de los servicios públicos que incremente los presupuestos en sanidad, educación y protección social.
Esto se está agravando poniendo como excusa la crisis económica. La ingente cantidad de dinero que se está entregando a los banqueros la van a tratar de recuperar, reduciendo los presupuestos de carácter social y como consecuencia las prestaciones y la calidad de los servicios, exigiendo que las personas usuarias paguen mas y empeorando las condiciones de trabajo. Están desviando nuestra atención hacia la confusión de la Reducción de Gastos, cuando la clave está en el otro extremo, en el dónde y cómo conseguir Financiación para el Sector Público.
Desde LAB pensamos que es la hora de denunciar:
- El deterioro de los servicios, las faltas de cobertura de las necesidades sociales.
– El negocio de quienes comercian con nuestra salud y nuestros derechos básicos.
Y es la hora de exigir a las Administraciones públicas vascas:
- Garantizar una gestión eficiente de los servicios públicos fomentando la participación social en la evaluación y control de las políticas públicas, la eliminación del clientelismo y ofertas públicas de empleo trasparentes en función de las necesidades reales.
– Plan interinstitucional de las administraciones públicas vascas para el desarrollo de los servicios públicos elaborado con la participación social y sindical. Marco normativo y de financiación propio basado en la ordenación y gestión de las cotizaciones y prestaciones, políticas fiscales equitativas y presupuestos públicos suficientes.
– Rechazo a la mercantilización de los servicios y el copago. Privatizaciones cero. Control de las concertaciones. Publificación de servicios privatizados.
– Incremento sustancial de los presupuestos para sanidad, educación y protección social, para ampliar las coberturas en materia sanitaria y servicios sociales.
– Reconocimiento efectivo de los derechos de promoción, asistencia y cuidado para que todas las personas puedan desarrollar un proyecto de vida autónomo a través de una red pública de servicios sociales financiada por medio de los presupuestos públicos.
– Dedicación de recursos necesarios y plazos concretos para conseguir una administración, al servicio de la ciudadanía, plenamente euskaldun.