Después de la salvaje agresión acontecida en las fiestas de San Vicente contra Des-control y la gente que les escucha, otro grupo de personas realizó una agresión exactamente igual de fascista contra el Gaztetxe de Romo. Los agresores pudieron irse satisfechos tras de demostrar que la acción-en espiral – reacción – acción ha cumplido su ciclo. Dejamos claro que las palizas de Abadiño contra gentes cercanas a HNT llevaron a la peregrina justificación del espectáculo de matonismo que se produjo en Barakaldo, igualmente los agresores de Romo justificarían su ataque como la respuesta de San Vicente. A los dos grupos enfrentados les recriminamos su apuesta por la violencia pandillera y les restamos cualquier legitimidad política para encubrir sus acciones propias del escuadrismo contra el movimiento popular en los ámbitos de las fiestas populares.
Especialmente grave es que haya kolektibos que justifiquen una u otra acción. Ni una ni otra son justificables. Hacia ambos grupos lo que hay que resaltar es que deberían meditar ante el hecho de que ninguna de las dos actuaciones vandálicas haya sido atajada por los numerosos cuerpos policiales que llenan las calles de Euskal Herria y agreden sistemáticamente al Movimiento Juvenil Vasco Autoorganizado.
Ni la Ertzaintza, la Guardia Civil, Policía Nacional o Policía Municipal han dicho nada sobre lo sucedido. Seguro que tanto los que agredieron en San Vicente, como los que agredieron en Romo, son unos maestros consumados en el arte del camuflaje, o es la segunda posibilidad que el sistema disfrute de la sinrazón de estas peleas callejeras que siempre se desarrollan en ambientes progresistas y abertzales.
El daño que causan al movimiento popular es incalculable y la conclusión final esta muy clara: a los cuerpos policiales y al sistema les interesa el bochornoso espectáculo de estas disputas bárbaras, crueles e irracionales. Exigimos a los dos bandos que paren ya esta espiral. Que quien quiera escuchar a Des-control que lo Haga, ya que otros capítulos igualmente irracionales como el de Indautxu, Abadiño, Matiena, San Vicente, Otxarkoaga son injustificables.
Seria muy grave que vuelvan a repetirse hechos como los de Abadiño, Indautxu, San Vicente, en Algorta, Kukutxa o en cualquier otro lugar. Y si se producen y siguen con la misma impunidad con que se vienen realizando, hay que señalar a los matones de uno u otro bando a los que jamás roza ni de cerca la acción policial de Rubalcaba y Ares.
La situación política que vivimos y los mínimos necesarios para garantizar la convivencia en nuestros barrios y pueblos exige sacar de nuestras calles a las bandas que atacan herrikos, hintxas de la Real, instas del Athletic, conciertos, fiestas populares. Hay que acabar con la carroña que siguiendo la hoja de ruta de El Correo Español y el Diario Vasco ha llevado a algunos sectores de la música y el futbol a no reconocerse como miembros del mismo pueblo y de la misma clase trabajadora. La ideología es el socialismo o el pensamiento libertario. La música y el futbol son tan solo suculentos negocios en manos de mafias que han llevado a algunos a confundir el enemigo. Debe de acabar ya el linchamiento por razones pueriles infra-musicales, las palizas propinadas por las Brigadas Gualdinegras a gentes de Sestao, la guerra entre hinchadas de Osasuna y Athletic, Deben acabar las Palizas en Gasteiz a gentes del Barakaldo. Tenemos que acabar con la Euskal Herria caníbal para centrarnos en responder a la trágica reforma laboral que nos imponen, a la miseria que asoma cada vez a las casas de mas y mas familias trabajadoras, al terrorífico fracaso escolar, a la deslocalización de las empresas, a la represión franco-española. Hay que responder al Estado, el verdadero fascista y no a su patética caricatura en forma de peleas injustificables entre gentes de iguales intereses.
A los grupúsculos organizados que alimentan esta espiral les exigimos que frenen su apuesta por la sinrazón, a menos que trabajen a tiempo total para el Estado. Y a los grupos cuya gente participa en estos hechos, un posicionamiento claro frente a los mismos. La espiral en la que todos estamos envueltos solo puede explicarse desde la infiltración policial en los grupos enfrentados, esta no es la guerra del pueblo trabajador vasco. ¡Hágase la paz y respeto el, ya! Al Movimiento Popular corresponde salir de su silencio y hablar claro a los dos bandos, dialogar con los dos bandos.
Boltxe Kolektiboa