Gue­rra en Wall Street: ¿Que está pasan­do con Oba­ma? por IAR

Un terre­mo­to sacu­dió el sec­tor finan­cie­ro y los mer­ca­dos bur­sá­ti­les se des­plo­ma­ron la sema­na pasa­da tras el anun­cio del pre­si­den­te de EEUU, Barack Oba­ma, de pre­sen­tar un impues­to ban­ca­rio y de limi­tar el tama­ño de los ban­cos y sus inver­sio­nes (léa­se espe­cu­la­cio­nes) que com­pro­me­tan la recu­pe­ra­ción de la eco­no­mía real.

Como con­di­men­to del anun­cio, y mien­tras Wall Street y las bol­sas mun­dia­les se des­plo­ma­ban en una caí­da his­tó­ri­ca, la Unión Euro­pea salió a elo­giar la acti­tud de Oba­ma que apun­ta ‑según la UE- a con­so­li­dar en EEUU la refor­ma finan­cie­ra glo­bal orien­ta­da a limi­tar la hege­mo­nía de los ban­cos sobre el res­to de la eco­no­mía y a cobrar­le impues­to a la ren­ta financiera.

Inclu­so, la acti­tud (por aho­ra dis­cur­si­va) de Oba­ma se sitúa en las antí­po­das de la posi­ción que venía sos­te­nien­do EEUU en los foros inter­na­cio­na­les de recha­zar como prin­ci­pio la refor­ma finan­cie­ra glo­bal que limi­ta el poder de los ban­cos en los pro­ce­sos de la eco­no­mía capi­ta­lis­ta mun­dial«Si quie­ren pelea, la ten­drán (…) Los con­tri­bu­yen­tes no vol­ve­rán a ser rehe­nes de los ban­cos que son dema­sia­do gran­des para hun­dir­se», afir­mó Oba­ma en un apa­ren­te «desa­fío» al poder de Wall Street.

El momen­to del anun­cio fue lla­ma­ti­vo: el pre­si­den­te habló el día en que Gold­man Sachs (el con­glo­me­ra­do más emble­má­ti­co de la espe­cu­la­ción finan­cie­ra en alta esca­la con el petró­leo y las mate­rias pri­mas) anun­ció uti­li­da­des de u$s 4.950 millo­nes en el cuar­to trimestre.

En segui­da la pren­sa mun­dial entró a deli­rar: des­de «Oba­ma nacio­na­li­za los ban­cos», has­ta «Oba­ma socia­li­za el capi­ta­lis­mo», no hubo lími­tes en los titu­la­res y en los «aná­li­sis» de la supues­ta rebe­lión de Oba­ma con­tra el cora­zón del Impe­rio que lo tie­ne como su geren­te even­tual: Wall Street.

Y suce­dió algo más: La embes­ti­da «rever­de­ció» la mís­ti­ca de cam­bios que el pre­si­den­te negro había pro­me­ti­do en su cam­pa­ña elec­to­ral, hoy opa­ca­da por su estre­pi­to­so fra­ca­so en la reso­lu­ción de los con­flic­tos de polí­ti­ca exte­rior (y de ocu­pa­ción mili­tar), y por la per­sis­ten­cia del des­em­pleo y de la cri­sis social, con un des­cen­so de más de vein­te pun­tos en su ima­gen des­de que asu­mió hace un año.

La ofen­si­va (vir­tual gue­rra dis­cur­si­va) de Oba­ma con­tra Wall Street, pare­ció ser una res­pues­ta polí­ti­ca al cóc­tel Fra­ca­so en la solu­ción de la cri­sis eco­nó­mi­ca-Fra­ca­so en polí­ti­ca mili­tar y polí­ti­ca exte­rior-Derro­ta elec­to­ral en el Con­gre­so= Caí­da estre­pi­to­sa en las encues­tas.

Y la caí­da (sin para­caí­das) en las encues­tas de Oba­ma, se resu­me en la posi­bi­li­dad cier­ta de un pano­ra­ma a pla­zo fijo: Pér­di­da de la mayo­ría par­la­men­ta­ria demó­cra­ta en el Con­gre­so en las elec­cio­nes par­la­men­ta­rias de noviem­bre. Que es como decir: prin­ci­pio del fin para Oba­ma antes de con­cluir su man­da­to.

En la encru­ci­ja­da, Oba­ma y su equi­po opta­ron final­men­te por una ofen­si­va polí­ti­ca con­tra Wall Street, apro­ve­chan­do la «mala ima­gen» de los ban­que­ros entre la opi­nión públi­ca norteamericana.

La fal­sa gue­rra de Obama

¿Una gue­rra de Oba­ma con­tra Wall Street? Impo­si­ble: Oba­ma for­ma par­te del jue­go de Wall Street.

Tras asu­mir en enero de 2009, y tal como suce­dió con el plan «anti­cri­sis» de Bush, Oba­ma lan­zó el plan de «res­ca­te finan­cie­ro» median­te el cual el Esta­do USA (por medio de la Reser­va Fede­ral y el Teso­ro) garan­ti­za­ba y se hacía car­go del «sal­va­ta­je» de las enti­da­des que­bra­das o en emer­gen­cia financiera. 

Como ya había suce­di­do con Bush, el plan de Oba­ma bene­fi­ció (y fue deri­va­do) a la red de ban­cos pri­va­dos de la Reser­va Fede­ral (entre ellos Godl­man Sach, Citi­group, Bank Of Amé­ri­ca y Mor­gan Cha­se) que toma­ron la taja­da del león en el nego­cio con los intere­ses de los cré­di­tos y el pro­ce­so de com­pras y fusio­nes garan­ti­za­dos por el Estado. 

El pro­gra­ma de «res­ca­te finan­cie­ro» pre­sen­ta­do en febre­ro de 2009 por el actual secre­ta­rio del Teso­ro, Timothy Geith­ner (ex pre­si­den­te de la Reser­va Fede­ral de Nue­va York), pre­vió en su ini­cio movi­li­zar has­ta US$ 2 billo­nes (1,5 billo­nes de euros), pro­ce­den­tes del Teso­ro, de la Reser­va Fede­ral y de inver­so­res pri­va­dos, bajo el argu­men­to de que ser­vi­ría para evi­tar la catás­tro­fe financiera.

La suma casi tri­pli­có el plan de «res­ca­te finan­cie­ro» lan­za­do por Henry Paul­son (el últi­mo secre­ta­rio del Teso­ro con Bush) en octu­bre de 2008, y que no sir­vió para dete­ner la pro­fun­di­za­ción de la cri­sis finan­cie­ra-rece­si­va que comen­zó a exten­der­se por todas las varia­bles del pro­ce­so eco­nó­mi­co estadounidense.

Des­de octu­bre de 2008, median­te el «res­ca­te finan­cie­ro», los Esta­dos impe­ria­les USA-UE vie­nen reci­clan­do una nue­va «bur­bu­ja» ganan­cial no ya con dine­ro espe­cu­la­ti­vo pro­ve­nien­te del sec­tor pri­va­do, sino por medio del uso com­pul­si­vo los recur­sos públi­cos des­ti­na­dos a gene­rar un nue­vo ciclo de ren­ta­bi­li­dad capi­ta­lis­ta al mar­gen de una ascen­den­te cri­sis de la eco­no­mía real que mar­cha por vía paralela. 

En la prác­ti­ca, los billo­na­rios paque­tes de estí­mu­lo (lan­za­dos tan­to por Oba­ma como por Bush) fue­ron a parar a los mer­ca­dos finan­cie­ros crean­do una «bur­bu­ja» espe­cu­la­ti­va que lle­vó a Wall Street a una nue­va eufo­ria ganan­cial en la cri­sis que con­ti­núa en el pre­sen­te, mien­tras el res­to de la eco­no­mía, prin­ci­pal­men­te en EEUU y Euro­pa, per­ma­ne­ce con sus varia­bles en rojo y solo esti­mu­la­da por una leve recu­pe­ra­ción en la que nadie cree.

El nue­vo pro­ce­so espe­cu­la­ti­vo, a su vez, ya vie­ne gene­ran­do (con la suba del petró­leo y de las mate­rias pri­mas) el prin­ci­pio de una espi­ral infla­cio­na­ria que ame­na­za con pro­fun­di­zar la cri­sis social con un pro­ce­so de des­pi­dos labo­ra­les masi­vos y suba de los ali­men­tos, que ya se extien­de por las eco­no­mías cen­tra­les, prin­ci­pal­men­te de Euro­pa y de EEUU.

Tras la asun­ción de Oba­ma, en enero de 2009, se poten­ció este monu­men­tal nego­cio fian­cie­ro con la «cri­sis capi­ta­lis­ta» finan­cia­do con el dine­ro de los impues­tos paga­dos por el con­jun­to de la sociedad. 

Se tra­ta, en suma, de una «socia­li­za­ción de las pér­di­das» para sub­si­diar un «nue­vo ciclo de ganan­cias pri­va­das» con el Esta­do como herra­mien­ta de eje­cu­ción, median­te el cual los mega­con­sor­cios más fuer­tes (los gana­do­res de la cri­sis) se deglu­ten a los más débi­les gene­ran­do un nue­vo pro­ce­so de rees­truc­tu­ra­ción y con­cen­tra­ción del sis­te­ma capi­ta­lis­ta».

La uti­li­za­ción del Esta­do para sal­var a los ban­cos pri­va­dos con fon­dos públi­cos ya gene­ró en la opi­nión públi­ca nor­te­ame­ri­ca­na un pro­ce­so de recha­zo cre­cien­te, y aun­que la pren­sa nor­te­ame­ri­ca­na «ocul­ta» sis­te­má­ti­ca­men­te la ver­da­de­ra natu­ra­le­za de los res­ca­tes (el nego­cio de un puña­do de con­glo­me­ra­dos del sis­te­ma ban­ca­rio de la Reser­va Fede­ral) los ban­que­ros han pasa­do a ocu­par la figu­ra de mayor recha­zo entre el ciu­da­dano común.

Según The Wall Street Jour­nal, la opi­nión públi­ca esta­dou­ni­den­se es con­tra­ria a Wall Street: res­ca­tes billo­na­rios para per­so­nas con suel­dos millo­na­rios han enfu­re­ci­do a esta­dou­ni­den­ses que viven con mie­do a per­der sus empleos y sus hoga­res.

En la reali­dad, has­ta aho­ra el plan de Oba­ma para salir de la cri­sis fue nada más que un reci­cla­do de los pla­nes de Bush: Sal­va a los ban­cos y a los gran­des pul­pos (bene­fi­cia­dos por la Reser­va Fede­ral y el Teso­ro) que hacen el nego­cio finan­cie­ro con los res­ca­tes. Uti­li­za el dine­ro publi­co para sal­var al sis­te­ma capi­ta­lis­ta de los pri­va­dos, pero no sal­va a la eco­no­mía real ni al pre­su­pues­to fami­liar de los esta­dou­ni­den­ses que finan­cian la ope­ra­ción con sus impuestos. 

Pero hay algo más: Par­te de la billo­na­ria masa de fon­dos públi­cos (de los impues­tos) vol­ca­da en los «res­ca­tes» fue a parar a la espe­cu­la­ción finan­cie­ra con el petró­leo y las mate­rias pri­mas, lo que ya ini­ció un pro­ce­so infla­cio­na­rio que empie­za a des­atar­se en las eco­no­mías centrales. 

Y aun­que no revir­tió del todo la ten­den­cia defla­cio­na­ria de los mer­ca­dos de impor­ta­ción y expor­ta­ción (des­ace­le­ra­dos), la espe­cu­la­ción finan­cie­ra ´(que hace subir las bol­sas) impac­ta en el cos­to de los ali­men­tos y de la ener­gía gene­ran­do infla­ción y pro­fun­di­zan­do la baja del con­su­mo, retro­ali­men­tan­do a su vez el pro­ce­so rece­si­vo en la eco­no­mía real.

¿Una gue­rra de Oba­ma con­tra Wall Street? En este esce­na­rio (mar­ca­do por el «sal­va­ta­je ban­ca­rio» con dine­ro públi­co), sue­na a «sal­va­ta­je elec­to­ral»: El de Oba­ma y su admi­nis­tra­ción ame­na­za­dos por un final antes de tiempo. 

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