En la madrugada de ayer, se produjeron 34 nuevos arrestos en una redada contra el independentismo juvenil de Euskal Herria. Se han producido 92 registros en gaztetxes, herriko tabernas, y asociaciones vecinales en Gipuzkoa, Nafarroa, Araba y Bizkaia contra la organización Segi, por orden del juez Fernando Grande Marlaska y ejecutados por la policía española y la Guardia Civil. Han arrasado con todo el que han podido.
Nada nuevo. Estamos por desgracia acostumbrados a conocer noticias de este tipo y ya casi nos parece a todos normal que se vulneren derechos tan elementales como el de asociación o el de libertad de expresión. Estas detenciones no son un hecho aislado. Estas detenciones van unidas a las innumerables denuncias de tortura en las dependencias de la policía española, a la política de dispersión de los presos políticos, a la retoma de la llamada Guerra Sucia, con el ejemplo más claro en la desaparición de Jon Anza, y a las detenciones de miembros de la Izquierda Abertzale que se produjeron el pasado octubre cuando estaban articulando una propuesta para tratar de salir del conflicto por la vía pacífica. Todo encuadrado en un marco legal como el de la Ley de Partidos, sobradamente denunciado por su más que dudosa legitimidad, ya que atenta contra las libertades políticas más elementales.
Ayer le tocó a 34 jovenes militantes de Segi, pero mañana, como lleva sucediendo años y años, puede ser cualquier joven con conciencia, que simplemente por hacer una pintada, pegar un cartel a favor de la libertad de su pueblo o trabajar en una asociación juvenil de barrio, sea encausado por enaltelcimiento del terrorismo. En Euskal Herria, como en el resto del Estado, no se persigue el terrorismo, sino la disidencia. Todo aquel que cuestione el status quo y que trabaje por cambiarlo está en el punto de mira y esto nos afecta especialmente a la juventud por estar en nosotros el embrión rebelde, el embrión del cambio. Por eso atacan con especial saña a la juventud, para estirpar de raíz ese embrión que pone a los dominantes en entredicho.
Ante dichas detenciones, jaleo!!! expresa una vez más su solidaridad con el pueblo vasco, en esta ocasión concretamente con su juventud. Exigimos la derogación de la Ley de Partidos, el cese de detenciones y la puesta en libertad inmediata de los 34 detenidos, para que la juventud vasca pueda expresarse sin miedo a ser detenida en cualquier momento. Así mismo, emplazamos a todas las fuerzas políticas y sindicales de Andalucía y del resto del mundo a que hagan suyas éstas reivindicaciones para que tanto en Euskal Herria como en todos los pueblos del mundo exista un marco democrático real sobre el que se puedan construir libremente nuestras propias liberaciones nacionales.
¡Gora Euskal Herria askatuta ta sozialista! ¡Viva Andalucía libre y socialista! ¡Libertad para los Pueblos oprimidos!
Jaleo