Wiki­leaks: Nue­va fil­tra­ción será sie­te veces mayor que la de Irak

Twitter de  Wikileaks -   Agencias Agencia

La pró­xi­ma fil­tra­ción de Wiki­leaks será sie­te veces mayor que la que difun­dió hace poco sobre la gue­rra de Irak, has­ta la fecha la mayor divul­ga­ción de docu­men­tos secre­tos en la his­to­ria del espio­na­je esta­dou­ni­den­se, anun­ció el lunes el sitio de internet.

La orga­ni­za­ción hizo el anun­cio en un men­sa­je bre­ve envia­do a sus segui­do­res en Twit­ter, sin pre­ci­sar el con­te­ni­do de la pró­xi­ma fil­tra­ción ni su fecha exac­ta. Sólo dijo que se hará en «los pró­xi­mos meses», según un segun­do men­sa­je, envia­do cer­ca de una hora más tarde.

Aun­que el ciber­si­tio reve­la secre­tos des­de hace años, sal­tó a la fama inter­na­cio­nal este año con tres filtraciones.

Una reve­ló un video, apa­ren­te­men­te toma­do des­de un heli­cóp­te­ro mili­tar esta­dou­ni­den­se, que pare­cía mos­trar un ata­que con­tra dos emplea­dos de la agen­cia noti­cio­sa Reuters y otros civiles.

La segun­da expu­so públi­ca­men­te 77.000 archi­vos de inte­li­gen­cia esta­dou­ni­den­se sobre la gue­rra en Afga­nis­tán. La ter­ce­ra fue de 400.000 archi­vos simi­la­res, que expu­sie­ron la ruti­na dia­ria de los ata­ques, las deten­cio­nes y los inte­rro­ga­to­rios nor­te­ame­ri­ca­nos en Irak.

Aun­que no está cla­ro lo que Wiki­leaks pla­nea difun­dir aho­ra, supues­ta­men­te tie­ne en su poder un volu­men enor­me de cables secre­tos del Depar­ta­men­to de Esta­do de Esta­dos Uni­dos, cuya publi­ca­ción podría dar un vis­ta­zo tras bam­ba­li­nas a la diplo­ma­cia de Washing­ton en todo el mundo.

En sus men­sa­jes en Twit­ter, el sitio dijo tam­bién que sufre una «pre­sión inten­sa» rela­cio­na­da con su siguien­te filtración.

Al pare­cer se refi­rió así a los pro­ble­mas jurí­di­cos que enfren­ta su fun­da­dor Julian Assan­ge en Sue­cia, don­de es bus­ca­do por pre­sun­tos deli­tos sexua­les. Tam­bién podría alu­dir a la pre­sión cons­tan­te que Assan­ge dice que sufren los ser­vi­do­res, la segu­ri­dad y las finan­zas del cibersitio.

Wiki­leaks no res­pon­dió de inme­dia­to a un correo elec­tró­ni­co en bus­ca de decla­ra­cio­nes. Assan­ge ale­ga que nun­ca indi­ca la natu­ra­le­za exac­ta de sus fil­tra­cio­nes antes de tiempo.

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