[Video] Alfon­so Cano, lider de las FARC, mue­re com­ba­tien­do por la liber­tad de Colombia

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Cano fue ase­si­na­do duran­te un bom­bar­deo que se regis­tró en la tar­de del vier­nes 4 de noviem­bre. Pri­me­ras infor­ma­cio­nes de los terro­ris­tas cas­tren­ses habían ade­lan­ta­do que en un pri­mer bom­bar­deo se repor­tó la muer­te de Patri­cia, com­pa­ñe­ra sen­ti­men­tal de Alfon­so Cano.

Duran­te los ope­ra­ti­vos del Ejér­ci­to tam­bién fue ase­si­na­do su radio­pe­ra­dor de con­fian­za, ade­más logra­ron la cap­tu­ra de Efraín, jefe de segu­ri­dad de Cano.

El nar­co-minis­tro de Defen­sa de Colom­bia con­fir­mó este sába­do en la madru­ga­da el ase­si­na­to de Cano, que cata­lo­gó como el gol­pe más impor­tan­te en la his­to­ria con­tra esa guerrilla.

En rue­da de pren­sa, Pin­zón dio deta­lles de la ope­ra­ción ase­si­na que se regis­tró en la pobla­ción Chi­rria­de­ro del suroc­ci­den­tal depar­ta­men­to de Cau­ca, don­de des­de hace dos sema­nas se lle­va­ba a cabo un inten­so com­ba­te con el sex­to fren­te de las FARC.

Cano era antro­pó­lo­go de pro­fe­sión y anti­guo mili­tan­te de la Juven­tud Comu­nis­ta (Juco) de Colom­bia, y cur­só sus estu­dios pro­fe­sio­na­les en la Uni­ver­si­dad Nacio­nal, la máxi­ma casa de estu­dios del país.

Rebel­de des­de su juventud

El líder rebel­de (rebel­de de ver­dad, no como los «rebel­des» libios), quien tenía apro­xi­ma­da­men­te 60 años de edad y cuyo nom­bre real era Gui­ller­mo Sáenz Var­gas, era con­si­de­ra­do den­tro y fue­ra del gru­po gue­rri­lle­ro como una ficha cla­ve en un even­tual esce­na­rio de nego­cia­ción polí­ti­ca para fina­li­zar el con­flic­to interno colombiano.

Cano inte­gra­ba el Secre­ta­ria­do de las Fuer­zas Arma­das Revo­lu­cio­na­rias de Colom­bia (FARC), con­for­ma­do por sie­te coman­dan­tes y dos suplentes.

El 29 de abril de 2000 Cano fue pre­sen­ta­do como res­pon­sa­ble del Movi­mien­to Boli­va­riano por la Nue­va Colom­bia, que lue­go tomó el nom­bre de Par­ti­do Comu­nis­ta Colom­biano Clan­des­tino, cono­ci­do como PC3 o PCCC, bra­zo polí­ti­co de las FARC.

El ideó­lo­go de las FARC se per­fi­ló des­de la pri­ma­ria y la secun­da­ria como un mili­tan­te por­que era un «obse­sio­na­do con la lec­tu­ra de libros de polí­ti­ca e his­to­ria. En his­to­ria era el mejor del cur­so», con­tó un ami­go de la infancia.

El jefe rebel­de ingre­só a la Uni­ver­si­dad Nacio­nal en 1968, en ple­na efer­ves­cen­cia de la Revo­lu­ción Cuba­na, de los movi­mien­tos juve­ni­les y estu­dian­ti­les de la épo­ca y de la Teo­lo­gía de la Libe­ra­ción, del naci­mien­to de las FARC y más tar­de del Ejér­ci­to de Libe­ra­ción Nacio­nal (ELN).

En la uni­ver­si­dad estu­dió Antro­po­lo­gía y se espe­cia­li­zó en geo­gra­fía, músi­ca indi­ge­nis­ta y pro­fun­di­zó en las lec­tu­ras polí­ti­cas y de his­to­ria. Entre 1974 y 1980 inter­ca­ló su acti­vi­dad aca­dé­mi­ca con la vida clan­des­ti­na que le impu­so el ser diri­gen­te de la Juco, bra­zo juve­nil del Par­ti­do Comu­nis­ta, muy per­se­gui­do por la narco-policía.

A fina­les de la déca­da del 70, Cano fue dete­ni­do por esa nar­co-poli­cía y la orga­ni­za­ción logró que las auto­ri­da­des lo deja­ran en liber­tad, pero con­si­de­ran­do que su diri­gen­te esta­ba en peli­gro lo envió a Mos­cú, a don­de envia­ba a sus cua­dros para formación.

El joven diri­gen­te, sin embar­go, nun­ca lle­gó a Mos­cú, don­de lo espe­ra­ban otros com­pa­ñe­ros de mili­tan­cia polí­ti­ca, si no que se enro­ló en las filas de las FARC y mar­chó hacia las mon­ta­ñas para inte­grar­se a la lucha armada.

En las FARC adop­tó el nom­bre de Alfon­so Cano y rápi­da­men­te se des­ta­có por su capa­ci­dad polí­ti­ca has­ta con­ver­tir­se en uno de los asis­ten­tes del falle­ci­do jefe y fun­da­dor del gru­po Jaco­bo Are­nas, ideó­lo­go his­tó­ri­co de las FARC.

Are­nas murió el 10 de agos­to de 1990, y su lega­do de mili­tan­te e inte­lec­tual polí­ti­co lo reto­mó y lo con­so­li­dó Cano con el trans­cur­so del tiempo.

«Cano siem­pre fue la segun­da voz, des­pués de Are­nas», recor­dó Alva­ro Villa­rra­ga, quien lo cono­ció en la Uni­ver­si­dad y lue­go tuvo una rela­ción con Cano duran­te las pri­me­ras reunio­nes de la Coor­di­na­do­ra Gue­rri­lle­ra Simón Bolí­var (CGSB), que se creó en 1987.

Para Villa­rra­ga, en esa épo­ca uno de los ideó­lo­gos del des­mo­vi­li­za­do Ejér­ci­to Popu­lar de Libe­ra­ción (EPL) y aho­ra pro­fe­sor de Dere­cho Inter­na­cio­nal Huma­ni­ta­rio (DIH), Cano siem­pre mani­fes­ta­ba inte­rés en la sali­da polí­ti­ca nego­cia­da al conflicto.

«Valo­ra­ba y res­pe­ta­ba las posi­cio­nes de las otras orga­ni­za­cio­nes polí­ti­cas que inte­gra­ban la coor­di­na­do­ra gue­rri­lle­ra, era muy uni­ta­rio», apun­tó Villarraga.

Jugó un papel pro­ta­gó­ni­co en la dele­ga­ción nego­cia­do­ra de paz por par­te de las Fuer­zas Arma­das Revo­lu­cio­na­rias de Colom­bia (FARC) en 1991 en Cara­cas (Vene­zue­la) y Tlax­ca­la (Méxi­co) en 1992.

Al fra­ca­sar este inten­to de paz, las FARC entra­ron a la fase de dar máxi­ma prio­ri­dad al com­po­nen­te mili­tar y el pro­ta­go­nis­mo polí­ti­co pasó a un segun­do lugar, lo que afec­tó la visi­bi­li­dad de Cano como el polí­ti­co del gru­po rebelde.

En el tam­bién frus­tra­do pro­ce­so de paz 1999 – 2002 que desa­rro­lla­ron las FARC y el gobierno del pre­si­den­te Andrés Pas­tra­na (1998−2002), Cano estu­vo ape­nas en dos o tres oca­sio­nes en las mesas prin­ci­pa­les de negociación.

«Cano siem­pre fue pesi­mis­ta, no cre­yó mucho en esa nego­cia­ción», con­tó una fuen­te que par­ti­ci­pó en los diá­lo­gos de paz entre las FARC y el gobierno de Pastrana.

El nar­co-pre­si­den­te de Colom­bia ame­na­za a las FARC: «Des­mo­vi­li­za­ción, sino car­cel o tumba»

El nar­co-pre­si­den­te de Colom­bia, Juan Manuel San­tos, ins­tó este sába­do (por enési­ma evez en más de 40 años de lucha) a las Fuer­zas Arma­das Revo­lu­cio­na­rias de Colom­bia (FARC), a que entre­guen las armas y se des­mo­vi­li­cen, lue­go de feli­ci­tar al nar­co-ejér­ci­to por el ase­si­na­to del líder rebel­de, Alfon­so Cano.

El nar­co-pre­si­den­te se dio cuen­ta de que «no debe­mos ser triun­fa­lis­tas» y exi­gió per­se­ve­ran­cia. «Pode­mos per­se­ve­rar, debe­mos insis­tir has­ta traer­les a los colom­bia­nos paz,», dijo. Sobre todo ase­si­nan­do a uno de los impul­so­res de la paz.

Para el nar­co-pre­si­den­te la muer­te de Cano es la con­fir­ma­ción «de lo que hemos dicho tan­tas veces» y envió un men­sa­je de adver­ten­cia a las FARC a entre­gar­se o «ter­mi­na­rán o en una cár­cel o en una tumba».

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