Cinco muertes en 47 días es el trágico saldo de la brutal represión que despliegan las fuerzas del orden sobre los sectores populares organizados de nuestra sociedad.
El 20 de octubre una patota sindical asesinó a Mariano Ferreira y dejó hospitalizados a dos compañeros más con heridas de bala. El 24 de noviembre en Formosa la policía provincial se cobró la vida de un referente de la comunidad Qom La Primavera. El martes 7 de éste mes, las fuerzas policiales, Federales y Metropolitanas, terminaron con la vida de Bernardo Salgueiro, paraguayo, y Rosemary Churapuña, boliviana, ambos en el marco de la toma del Parque Indoamericano, en el barrio de Villa Soldati. El jueves 9, la Metropolitana asesinó a Juan Castañeta Quispe, trabajador de nacionalidad boliviana que estaba en el mismo asentamiento. Los reclamos eran justos: trabajo digno, tierra y vivienda. La respuesta del poder la misma: el asesinato y la persecución a quienes no aceptan los términos de una realidad que se aleja cada vez más de la justicia social y la igualdad de oportunidades.
También en estos días, se le deben sumar las represiones sufridas por los campesinos santiagueños y pobladores de un barrio de Villa María (Córdoba) que luego terminarían con el encarcelamiento de seis militantes de la Juventud Guevarista local que hacían pintadas en repudio al accionar policial. Pero en el caso del Parque Indoamericano todas las modalidades del accionar represivo se están utilizando unidas y aún con mayor violencia. Desde la tarde de ayer hemos visto como las fuerzas policiales se han retirado para dar vía libre a grupos paraporiciales de manera de desligarse de la represión y presentar la violencia como un conflicto interno entre vecinos.
Los hechos represivos aquí enunciados están jugando un doble rol nefasto en la escena política de esta Argentina candente: por un lado van marcando e imponiendo un límite concreto a la movilización y organización de sectores populares, pero por otro apuntan a generar un clima de inestabilidad social y política de cara a las elecciones 2011.
La derecha más reaccionaria no logra hacer pie en política e intenta sembrar miedo y confusión. El crecimiento económico ha desmovilizado a su principal base social, los productores sojeros, sin poder resolver la súper dispersión de sus representantes políticos. De manera que intentan recrear un escenario donde sus flacos argumentos, mano dura, orden y seguridad vuelvan a ser un eje sobre el cual cosechar votos. Al clima de intolerancia sembrado por el discurso de la “seguridad” se le ha agregado recientemente un fuerte contenido xenófobo que sitúa todos los problemas del país de los trabajadores de países limítrofes que llegan a Argentina en busca de mejores posibilidades económicas.
Como contracara a esto el gobierno Nacional paga los costos de no cumplir con su promesa de profundizar el modelo que viene a tibias intentando construir. Sin distribución real de la riqueza, sin control inflacionario, sin límites a la derecha y sin respeto por los derechos humanos la Argentina nacional y popular se desdibuja en un discurso vacío. De una vez por todas, el gobierno deberá dar cuenta si está comprometido con la profundización de la democracia o está atado a las estructuras de poder político y económico que aborrecen la participación del pueblo.
No hay perdón para ninguno de los dos sectores. Ni para aquellos que festejan con la muerte del pueblo ni para aquellos que por acción u omisión terminan por ser cómplices de estas brutales represiones.
Como Juventud Guevarista repudiamos estos asesinatos y decimos BASTA DE REPRESIÓN AL PUEBLO! Seguimos organizándonos para que más pronto que tarde podamos como pueblo gestar una alternativa a la barbarie de los poderosos y así salir del atraso, la represión y la dependencia que la clase gobernante nos impone.
Sumémonos a las movilizaciones!
Juicio y castigo a todos los responsables!
Juventud Guevarista de Argentina
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