Una inva­sión olvi­da­da y las dro­gas como inje­ren­cia polí­ti­ca- Ani­bal Garzón

La caí­da del Muro de Ber­lín y el fin de la Gue­rra Fría el 9 de noviem­bre de 1989 dio ini­cio a un nue­vo perio­do de inva­sio­nes de los Esta­dos Uni­dos con­tra gobier­nos inquie­tan­tes que para nada eran comu­nis­tas, al con­tra­rio, muchos de los pre­si­den­tes eran anti­guos miem­bros de la Cen­tral de Inte­li­gen­cia Ame­ri­ca­na (CIA). El 20 de diciem­bre de 1989 el Pre­si­den­te nor­te­ame­ri­cano Geor­ge Bush ini­ció la lla­ma­da “Ope­ra­ción Cau­sa Jus­ta” bom­bar­dean­do Pana­má y pro­du­cien­do cen­te­na­res de ase­si­na­tos, muchos civi­les como el fotó­gra­fo de EL PAÍS Juantxu Rodrí­guez. Toda­vía, casi 22 años des­pués para borrar la memo­ria no exis­ten datos ofi­cia­les del total de muer­tos. Esta inva­sión con­tra el exmiem­bro de la mis­ma CIA, Norie­ga, era el ini­cio de una nue­va olea­da de vio­len­cia e inje­ren­cia de los Esta­dos Uni­dos, como con­tra el gobierno de Sad­dam Hus­sein (en 1991 y 2003), tam­bién anti­guo miem­bro de la CIA, con­tra el poder de los Tali­ba­nes y Osa­ma Bin Laden en Afga­nis­tán (en 2001) que fue­ron par­te de la inva­sión de los Esta­dos Uni­dos con­tra el sis­te­ma comu­nis­ta de los años 70 en el país asiá­ti­co, o la recien­te inva­sión con­tra Mua­mar Gada­fi, un socio de los Esta­dos Uni­dos en su gue­rra con­tra el supues­to Terro­ris­mo Islámico.

En 1969 empe­zó a gober­nar en Pana­má el Coman­dan­te nacio­na­lis­ta y popu­lis­ta Osmar Torri­jos, desig­nan­do en 1972 un Con­gre­so Cons­ti­tu­yen­te para redac­tar una nue­va Car­ta Mag­na don­de se resal­ta­ban algu­nos bene­fi­cios de las cla­ses popu­la­res y las comu­ni­da­des indí­ge­nas. Un obje­ti­vo fue la nego­cia­ción de un nue­vo tra­ta­do sobre el Canal de Pana­má entre Torri­jos y el expre­si­den­te nor­te­ame­ri­cano Jimmy Car­ter en 1977, fir­man­do una tran­si­ción final antes del año 2000 para que la ges­tión del Canal pasa­ra a manos del gobierno pana­me­ño y se cerra­sen las bases mili­ta­res nor­te­ame­ri­ca­nas. Este tra­ta­do no fue bien­ve­ni­do por los ultra­con­ser­va­do­res nor­te­ame­ri­ca­nos y Torri­jos empe­za­ba a ser una pie­za inquie­tan­te. Norie­ga, mili­tar del ejér­ci­to pana­me­ño, como miem­bro de la CIA se con­ver­ti­ría en una fuen­te de infor­ma­ción. Torri­jos murió en un aten­ta­do aéreo en 1981, don­de se han hecho decla­ra­cio­nes como las del segun­do cabe­ci­lla de las Fuer­zas Arma­das has­ta 1987, el Coro­nel Rober­to Díaz, sobre la auto­ría de Norie­ga en rela­ción con la CIA.

Norie­ga se con­vir­tió en 1983 en cabe­za de esta­do – no pre­si­den­te – del gobierno de fac­to, pero no fue jus­ta­men­te el ami­go que espe­ra­ba el ultra­con­ser­va­dor y gober­nan­te Par­ti­do Repu­bli­cano de los Esta­dos Uni­dos. En 1984 Norie­ga cerró la Escue­la de las Amé­ri­cas en terri­to­rio pana­me­ño, aca­de­mia cen­tral don­de for­ma­ba béli­ca­men­te el Pen­tá­gono a los mili­ta­res lati­no­ame­ri­ca­nos en estra­te­gias de con­te­ni­do anti­co­mu­nis­ta. Ade­más, tuvo con­flic­tos con dife­ren­tes pre­si­den­tes pana­me­ños que que­rían cum­plir los man­da­tos de Washing­ton. En 1985 renun­ció a la Pre­si­den­cia Nico­lás Ardit­to, pasan­do a cubrir el rol el Vice­pre­si­den­te Eric Artu­ro De Valle, quien inten­tó en 1988 des­ti­tuir al Gene­ral Norie­ga como Jefe de las Fuer­zas Arma­das y Norie­ga a la vez como cabe­za de esta­do des­co­no­ció a De Valle como Pre­si­den­te y a Rode­rick Esqui­vel como Vice­pre­si­den­te, dos per­so­na­li­da­des que se refu­gia­ron en la emba­ja­da de los Esta­dos Uni­dos para pos­te­rior­men­te exiliarse.

Las dro­gas como inje­ren­cia política

La cam­pa­ña de los Esta­dos Uni­dos con­tra Norie­ga cada vez era más fuer­te, no sola­men­te eti­que­tan­do al Gene­ral de dic­ta­dor y vio­la­dor de Dere­chos Huma­nos sino tam­bién como nar­co­tra­fi­can­te vin­cu­la­do con el cár­tel de Mede­llín de Colom­bia. La estra­te­gia de comu­ni­ca­ción anti­dro­gas es par­te de la inje­ren­cia de los Esta­dos Uni­dos como ha uti­li­za­do con­tra los Tali­ba­nes eti­que­tán­do­los de cul­ti­va­do­res de opio, con­tra las FARC como nar­co­gue­rri­lla de la coca para jus­ti­fi­car el Plan Colom­bia mien­tras ocul­ta­ron los víncu­los demos­tra­bles del expre­si­den­te Álva­ro Uri­be con el cár­tel de Mede­llín, e inclu­so ponien­do a Evo Mora­les como anti­guo pro­duc­tor de coca vin­cu­la­do total­men­te a la cocaí­na y no como hoja mile­na­ria en Boli­via. Tam­bién se ha acu­sa­do sin prue­bas al Pre­si­den­te cubano, Raúl Cas­tro[1], de enviar dro­ga a Mia­mi cuan­do la his­to­ria es a la inver­sa don­de la mafia de Mia­mi inten­ta cons­tan­te­men­te inser­tar cocaí­na en la isla.

Uno de los prin­ci­pa­les pro­ble­mas de la pobla­ción nor­te­ame­ri­ca­na es el alto con­su­mo de dro­gas, y el uso de un dis­cur­so de anti­dro­gas es la estra­te­gia del gobierno para ganar­se a la opi­nión públi­ca sobre la inva­sión a otro esta­do, mue­ra quién mue­ra. Norie­ga era una inco­mo­di­dad, como los san­di­nis­tas en Nica­ra­gua, para poder lle­var a cabo los Esta­dos Uni­dos su plan de glo­ba­li­za­ción neo­li­be­ral con el Con­sen­so de Washing­ton y el pos­te­rior pro­yec­to del Plan Pue­bla Panamá.

Des­pués de la inva­sión de los Esta­dos Uni­dos, Norie­ga fue arres­ta­do y lle­va­do a Mia­mi para con­de­nar­lo a 40 años de pri­sión. Cum­pli­da una pena de 20 años como pri­sio­ne­ro de gue­rra, en abril de 2010 fue extra­di­ta­do a Fran­cia para ser juz­ga­do por asun­tos de lim­pie­za de dine­ro negro. Final­men­te, en el mes de junio, Esta­dos Uni­dos dio luz ver­de a las auto­ri­da­des fran­ce­sas para extra­di­tar a Norie­ga a Pana­má, que será trans­por­ta­do este domin­go por un avión de la agen­cia espa­ño­la Ibe­ria[2]. Norie­ga ha sido con­de­na­do tres veces en Pana­má, sin pre­sen­cia per­so­nal en sus jui­cios, por el supues­to ase­si­na­to de varios opo­si­to­res a su régi­men. “Mi pro­pó­si­to es vol­ver a Pana­má y demos­trar mi ino­cen­cia, dado que se han eje­cu­ta­do jui­cios con mi ausen­cia y sin asis­ten­cia jurí­di­ca”,[3] con­fir­mó Norie­ga des­pués de cono­cer la noticia.

En Pana­má el deba­te que­da abier­to. Norie­ga tie­ne 77 años y según la legis­la­ción un pre­so con más de 70 años pue­de pedir el arres­to domi­ci­lia­rio. Par­te del pue­blo quie­re ver a Norie­ga morir den­tro de la pri­sión, y otro par­te quie­re acla­rar las dudas sobre sus accio­nes, pero lo que pare­ce que ha gene­ra­do una amne­sia his­tó­ri­ca son los cen­te­na­res de muer­tos que pro­du­jo la inva­sión nor­te­ame­ri­ca­na. Una con­de­na que nun­ca se ha hecho ofi­cial, y mucho menos se ha juz­ga­do a los cul­pa­bles como el mili­tar Colin Powell, quien diri­gió tam­bién las inva­sio­nes a Irak.


[1] http://​www​.neo​li​be​ra​lis​mo​.com/​l​u​g​a​r​t​e​n​i​e​n​t​e​.​htm

[2] http://​actua​li​dad​.rt​.com/​a​c​t​u​a​l​i​d​a​d​/​a​m​e​r​i​c​a​_​l​a​t​i​n​a​/​i​s​s​u​e​_​3​3​3​7​9​.​h​tml

[3] http://www.rnw.nl/espanol/bulletin/la-justicia-francesa-autoriza-la-extradici%C3%B3n-de-manuel-noriega-a-panam%C3%A1

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