Un sinies­tro ape­lli­do- J M Alvarez.Blogspot

Ayer fue 27 de sep­tiem­bre. Ese mis­mo día, del año 1975, fue­ron fusi­la­dos, tras un Con­se­jo de Gue­rra, cin­co mili­tan­tes antifascistas.

Tres eran del Fren­te Revo­lu­cio­na­rio Anti­fas­cis­ta y Patrio­ta (FRAP): José Hum­ber­to Bae­na Alon­so, José Luis Sán­chez Bra­vo y Ramón Gar­cía Sanz, nin­guno supe­ra­ba los 30 años de edad. Los otros dos eran miem­bros de ETA: Juan Pare­des Manot «Txi­ki» (no era vas­co de ori­gen, había naci­do en Extre­ma­du­ra), de 21 años, y Ángel Otae­gui, de 33.

José Anto­nio Sáenz de San­ta­ma­ría (foto) fue el gene­ral de la guar­dia civil, que diri­gió los pre­pa­ra­ti­vos de las eje­cu­cio­nes. Una vez fina­li­za­do su «tra­ba­jo» se mar­chó a su casa y allí le haría cari­ñi­tos y mimos a Sora­ya su hija de 4 años, actual vice­pre­si­den­ta de gobierno.

Hay que ver como afi­na el régi­men a la hora de eli­gir y aupar al Eje­cu­ti­vo, a los ges­to­res de sus polí­ti­cas anti obreras.

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