«Sor­tu hace lo posi­ble por borrar­nos de la calle. Están ner­vio­sos por­que lle­va­mos la ini­cia­ti­va sobre la amnistía»

Sen­doa Jura­do y Zior­tza Fer­nán­dez han mili­ta­do des­de su juven­tud en la izquier­da aber­tza­le, pero se des­vin­cu­la­ron de Sor­tu cuan­do el par­ti­do lide­ra­do por Arnal­do Ote­gi se inte­gró en el sis­te­ma y renun­ció a una de sus ban­de­ras: la amnistía.

¿Es rea­lis­ta la rei­vin­di­ca­ción de la amnistía?

La amnis­tía es igual de posi­ble o impo­si­ble que hace diez o quin­ce años, inclu­so aho­ra podría haber más con­di­cio­nes para rei­vin­di­car­la. No es una uto­pía, exis­ten las mis­mas razo­nes para rei­vin­di­car­la y las mis­mas con­di­cio­nes para lograr­la, inclu­so mejo­res. Esa rei­vin­di­ca­ción se ha deja­do de lado por par­te de Sor­tu, se ha decan­ta­do por las pos­tu­ras posi­bi­lis­tas. Todo es posi­ble, todo depen­de de la volun­tad de las per­so­nas. Si ha habi­do un con­flic­to en el que ha habi­do dos par­tes pero solo una está pagan­do en for­ma de repre­sión, hay moti­vos sufi­cien­tes para seguir rei­vin­di­can­do la amnistía.

¿Sor­tu ha renun­cia­do a recla­mar la amnistía?

No entra­mos a valo­rar el cam­bio de estra­te­gia de la izquier­da aber- tza­le, pero como con­se­cuen­cia de ese vira­je las rei­vin­di­ca­cio­nes sobre la amnis­tía en el dis­cur­so des­apa­re­cen por com­ple­to, a par­tir de 2010. En 2012 Aska­ta­su­na se disuel­ve y se hace aún más visi­ble la ausen­cia de esa rei­vin­di­ca­ción. Hemos res­ca­ta­do ese deba­te y lo hemos traí­do a la pri­me­ra línea. Ya vere­mos cómo vamos con­ven­cien­do a más gente.

¿No supo­ne esa vía alar­gar la situa­ción de los pre­sos y retra­sar su excarcelación?

Qué mejor for­ma, para un Esta­do o para los par­ti­dos que lo sus­ten­tan, que con­se­guir que las per­so­nas que para un sec­tor social son el máxi­mo expo­nen­te de gene­ro­si­dad res­pec­to a sus idea­les renun­cien al tipo de lucha que han lle­va­do a cabo y digan que todo lo que han hecho no ha mere­ci­do la pena. Eso supo­ne vol­ver al esque­ma de ven­ce­do­res y ven­ci­dos, que es lo que pre­ten­de el Esta­do o el mis­mo Gobierno vas­co que, por boca de Jonan Fer­nán­dez, ha ins­ta­do a ETA, a los pre­sos y a la izquier­da aber­tza­le a que reco­noz­can que todo lo hecho estu­vo mal y no se debe repetir.

¿Y qué opi­nan los pre­sos sobre esto?

Noso­tros no hemos naci­do para decir al colec­ti­vo o a los pre­sos lo que deben hacer. Nues­tra prio­ri­dad es sacar ya a los pre­sos enfer­mos. No obs­tan­te, cree­mos que es de jus­ti­cia exi­gir la amnis­tía para mili­tan­tes polí­ti­cos que están en la cár­cel. La amnis­tía no es solo para que los que aho­ra están en la cár­cel sal­gan de una mane­ra dig­na, sino que que­re­mos que este con­flic­to se solu­cio­ne en tér­mi­nos jus­tos y de mane­ra defi­ni­ti­va para que el día de maña­na no vuel­va a haber nue­vos presos.

¿Los pre­sos de ETA comul­gan con sus planteamientos?

La situa­ción en las cár­ce­les es la mis­ma que en la calle. Hay algu­nos pre­sos que no están de acuer­do con nues­tros pos­tu­la­dos y así nos lo han mani­fes­ta­do. Hay otros reclu­sos que pue­den estar inclu­so can­sa­dos de este asun­to. Y, por últi­mo, hay otros que nos apo­yan por­que así nos lo han hecho saber.

¿Son muchos los pre­sos que coin­ci­den con ustedes?

Son más de los que se han pro­nun­cia­do al res­pec­to. El hecho de que algu­nos no se hayan pro­nun­cia­do no sig­ni­fi­ca que dis­cre­pen. Nun­ca reve­la­re­mos quié­nes son los pre­sos que nos apo­yan, son ellos los que ten­drán que decir­lo si lo creen con­ve­nien­te como ya lo han hecho algu­nos de mane­ra públi­ca. Tene­mos apo­yo sufi­cien­te den­tro y fue­ra de las cár­ce­les como para seguir con nues­tro trabajo.

¿ATA ha cre­ci­do en núme­ro y en influen­cia social y política?

Como movi­mien­to, hemos cre­ci­do ya que hace tres años éra­mos un gru­po muy peque­ñi­to en el que se reu­nían sie­te u ocho per­so­nas alre­de­dor de una mesa y actual­men­te esta­mos en todos los herrial­des de Hegoal­de y tene­mos algo de pre­sen­cia en Iparralde.

¿A cos­ta de quién han cre­ci­do? ¿De Sor­tu o vie­nen de otros ámbitos?

Quie­nes pro­mo­vi­mos este movi­mien­to venía­mos de mili­tar toda la vida en la izquier­da aber­tza­le. Muchos de noso­tros somos expre­sos, otros no lo son. Pero es ver­dad que en los últi­mos meses esta­mos logran­do que gen­te joven se acer­que a este movi­mien­to por­que entien­den que la amnis­tía no es un plan­tea­mien­to del pasa­do sino del futuro.

¿Pla­nea ATA con­ver­tir­se en un par­ti­do político?

Aspi­ra­mos a poner en mar­cha de nue­vo las anti­guas asam­bleas pro amnis­tía don­de cual­quier per­so­na pue­da par­ti­ci­par y dar su opi­nión. No tene­mos aspi­ra­cio­nes polí­ti­cas ni tam­po­co con­ver­tir­nos en un par­ti­do polí­ti­co. Para noso­tros la polí­ti­ca es estar en la calle, las ins­ti­tu­cio­nes pue­den ser un complemento.

En el últi­mo comu­ni­ca­do del EPPK, el Colec­ti­vo de Pre­sos se abre a cum­plir con los bene­fi­cios peni­ten­cia­rios con el lími­te de la dela­ción y el arre­pen­ti­mien­to. ¿Les pare­ce bien?

Res­pe­ta­mos el deba­te que se está pro­du­cien­do en el EPPK. Los que hemos esta­do en la cár­cel hemos hecho uso de la lega­li­dad peni­ten­cia­ria cuan­do la nece­si­tá­ba­mos, pero hay que acla­rar que esa lega­li­dad tie­ne dos pla­nos: el de los dere­chos y el de las obli­ga­cio­nes. El de los dere­chos son esos peque­ños espa­cios de liber­tad que muchas veces se han gana­do a base de luchas cru­das (huel­gas de ham­bre, de higie­ne, cor­tes de vena…). Aho­ra se está hablan­do de mover­nos por el lado de las obli­ga­cio­nes, esto es, el sis­te­ma peni­ten­cia­rio pide al pre­so la res­pon­sa­bi­li­dad civil, des­vin­cu­lar­se de ETA y de la vio­len­cia, cola­bo­ra­ción con la jus­ti­cia y arre­pen­ti­mien­to a cam­bio de ofre­cer­le una mejo­ra. Resul­ta muy difí­cil pasar ese fil­tro sin pisar las líneas rojas de la dela­ción y el arre­pen­ti­mien­to. No tene­mos nin­gu­na duda de que la gen­te del Colec­ti­vo no pre­ten­de tras­pa­sar esas líneas.

¿Ani­ma ATA a los pre­sos a que pac­ten con el tri­bu­nal, los fis­ca­les o las acu­sa­cio­nes una reba­ja de pena o inclu­so la sali­da de pri­sión a cam­bio de la reinserción?

Los pac­tos han sido algo habi­tual entre los pre­sos duran­te déca­das. Eran pac­tos jurí­di­cos en los que el pre­so reco­no­cía ante el juez su par­ti­ci­pa­ción en el deli­to que se le impu­ta, sin nece­si­dad de con­de­nar­lo o arre­pen­tir­se, y a cam­bio la fis­ca­lía reba­ja­ba la peti­ción de con­de­na. Aho­ra esta­mos ante pac­tos polí­ti­cos, no jurí­di­cos, que ade­más se han fir­ma­do con aso­cia­cio­nes de ultra­de­re­cha como la Aso­cia­ción de Víc­ti­mas del Terro­ris­mo. Noso­tros no acep­ta­mos estos pac­tos en los que uno con­de­na la lucha que ha desa­rro­lla­do duran­te años.

¿Debe­ría ETA hacer auto­crí­ti­ca de su acti­vi­dad violenta?

No se pue­de pedir a una par­te que haga crí­ti­ca del uso de la vio­len­cia mien­tras la otra ni siquie­ra reco­no­ce que la ha uti­li­za­do. El Gobierno vas­co no reco­no­ce las tor­tu­ras de la Ertzaintza;el Gobierno espa­ñol menos aún las de la Guar­dia Civil y la Poli­cía espa­ño­la. Y en los pocos casos en los que los tri­bu­na­les han demos­tra­do la prác­ti­ca de tor­tu­ras se ha indul­ta­do a los con­de­na­dos. Por tan­to, la pre­gun­ta que deja­mos en el aire es: ¿Es legí­ti­mo uti­li­zar la vio­len­cia para hacer fren­te a otra vio­len­cia de opre­sión? Cada cual ten­drá su respuesta.

¿Es irre­ver­si­ble el fin de la deno­mi­na­da lucha armada?

Depen­de­rá de si se solu­cio­na de raíz este conflicto.

¿El con­flic­to se ciñe a la amnis­tía o abar­ca más cuestiones?

Cuan­do deci­mos que hay que solu­cio­nar esos fac­to­res que han lle­va­do a que algu­nas per­so­nas opten por la lucha arma­da que les ha supues­to ir la cár­cel esta­mos hablan­do de que se debe dar solu­ción a la volun­tad social y nacio­nal de este pue­blo. Somos opri­mi­dos en lo social y en lo nacio­nal, y solo cuan­do se res­pe­ten los dere­chos nacio­na­les y socia­les de este pue­blo se habrá con­se­gui­do la ver­da­de­ra amnistía.

Las rela­cio­nes entre ATA y Sor­tu no son bue­nas. ¿Por qué?

Por­que Sor­tu no reco­no­ce nues­tro dere­cho ni a exis­tir ni a hacer el tra­ba­jo que desa­rro­lla­mos. Hace todo lo posi­ble para hacer­nos des­apa­re­cer. Les plan­tea­mos que se sien­ten en torno a una mesa con noso­tros para deba­tir públi­ca­men­te sobre todo lo que tie­ne que ver con los repre­sa­lia­dos y la amnistía.

¿Ven opcio­nes para entenderse?

Sor­tu defien­de la vía posi­bi­lis­ta y se está inte­gran­do en el sis­te­ma, mien­tras que noso­tros apos­ta­mos por la vía de la des­obe­dien­cia. No vamos a acep­tar un Esta­do fas­cis­ta ni una lega­li­dad dise­ña­da para some­ter a los pue­blos como Eus­kal Herria y a la cla­se tra­ba­ja­do­ra. Nun­ca vamos a acep­tar que Sor­tu haga un tute­la­je sobre noso­tros. Si quie­ren hablar esta­mos dis­pues­tos, pero va a ser de igual a igual. Pien­san que lo autén­ti­co es lo suyo y que todo lo que pro­ce­da del MLNV tie­ne que estar supe­di­ta­do a ellos. No lo vamos a per­mi­tir. No han demos­tra­do capa­ci­dad de reba­tir­nos con argu­men­tos polí­ti­cos y eso les preo­cu­pa y les pone ner­vio­sos. Por eso quie­ren borrar­nos de la calle, en algún caso inclu­so con agresiones.

¿Lle­ga­ron a las manos hace unos días en Donostia?

La agre­sión en el barrio del Anti­guo entra en el con­tex­to del cal­do de cul­ti­vo que des­de Sor­tu han crea­do en torno a noso­tros. Hemos apor­ta­do todos los datos de lo que suce­dió pero los diri­gen­tes de Sor­tu no lla­man al orden a quie­nes han come­ti­do esa agre­sión. Con eso están alen­tan­do la posi­bi­li­dad de que se vuel­va a repe­tir un epi­so­dio de ese tipo y eso es lo que hay que evi­tar. No nos vamos a dejar pegar, tam­po­co vamos a pegar a nadie, pero no nos vamos a dejar pegar por­que no somos de poner la otra meji­lla. Vamos a defen­der a nues­tra militancia.

27 de febre­ro de 2017

Fuen­te: Deia

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