Recon­ci­lia­ción, por aho­ra no, gra­cias- Borro­ka Garaia

Des­de la izquier­da a la dere­cha, des­de arri­ba a aba­jo, des­de el espa­ño­lis­mo al aber­tza­lis­mo, des­de pro­pios y extra­ños se habla mucho de recon­ci­lia­ción en el pano­ra­ma polí­ti­co y social vas­co. Yo la ver­dad, no recuer­do la últi­ma vez que hubo con­ci­lia­ción para vol­ver a recu­pe­rar­la. Recon­ci­liar quie­re decir vol­ver a con­ci­liar, a recom­po­ner algo que se ha roto. Por mas que bus­co no encuen­tro ese pun­to pre­vio a la rotu­ra. Al menos mi gene­ra­ción nun­ca lo ha vivi­do, ni la gene­ra­ción ante­rior, ni la ante­rior a esa y así has­ta que me pier­do en la historia.

De esta mane­ra me he diri­gi­do al goo­gle, que lo ve todo, en bus­ca de una res­pues­ta que yo no pue­do visua­li­zar y me he encon­tra­do con 9.390.000 entra­das sobre recon­ci­lia­ción, de las cua­les el 90% están rela­cio­na­das con aspec­tos reli­gio­sos y el otro 10% con rela­cio­nes de pare­ja. Tenien­do en cuen­ta que yo no creo en Dios ni en los tests de amor de super­pop, me he que­da­do igual que al principio.

En cual­quier caso si que he encon­tra­do un manual de recon­ci­lia­ción con su pro­ce­di­mien­to corres­pon­dien­te gra­cias a la wiki­pe­dia, y la ver­dad, me ha abier­to los ojos bas­tan­te y me ha hecho com­pren­der mejor la coyun­tu­ra vas­ca y todo este asun­to de la reconciliación.

Pro­ce­di­mien­to:

La recon­ci­lia­ción cons­ta de cin­co fases con­se­cuen­tes: el examen de con­cien­cia, el arre­pen­ti­mien­to, la con­tri­ción, la con­fe­sión y la penitencia.

1.Examen de conciencia
Es la reca­pi­tu­la­ción inter­na de los peca­dos. Se rea­li­za en base a los Mandamientos.

2.Arrepentimiento.
Esta fase es tam­bién cono­ci­da como dolor de cora­zón. Es sen­tir inte­rior­men­te la cul­pa por los peca­dos cometidos.

3. Con­tri­ción
Esta fase es tam­bién lla­ma­da Pro­pó­si­to de enmien­da. Con­sis­te en el deseo de repa­rar el daño hecho por los peca­dos come­ti­dos (y otros asu­mi­dos como pro­pios) y de no repe­tir­los. tra­tan­do de mejo­rar los erro­res cometidos.

4.Confesión
La fase de la con­fe­sión con­sis­te en la expre­sión delan­te de un sacer­do­te quien, según la fe cató­li­ca, tie­ne el poder con­ce­di­do por Jesu­cris­to mis­mo de absol­ver los peca­dos. Los sacer­do­tes están obli­ga­dos a guar­dar en secre­to los peca­dos con­fe­sa­dos duran­te esta fase, lo que se cono­ce como secre­to de con­fe­sión. Un sacer­do­te jamás, bajo nin­gu­na cir­cuns­tan­cia, pue­de rom­per este secre­to. El Códi­go de Dere­cho Canó­ni­co indi­ca que de ser vio­la­do, el sacer­do­te que­da auto­má­ti­ca­men­te excomulgado:

5.Penitencia
La peni­ten­cia es una acción de correc­ción empren­di­da por el con­fe­sa­do como repa­ra­ción por sus pecados.

Vis­to el manual de recon­ci­lia­ción he lle­ga­do a una serie de con­clu­sio­nes. Los man­da­mien­tos, o eso que otros lla­man la cons­ti­tu­ción espa­ño­la, no es la mía. El sacer­do­te, o el lla­mé­mos­le Esta­do, con todos sus ten­tácu­los de poder, el cual tie­ne capa­ci­dad de abso­lu­ción de los peca­dos, es par­te intrín­se­ca de la con­flic­ti­vi­dad que impi­de con­ci­liar. En otras pala­bras; El peca­do original.

Por otra par­te el arre­pen­ti­mien­to y el reco­no­ci­mien­to es un tema complicado.

Direc­tor de Ban­co: Oye, que te des­hau­cia­do la casa, lo sien­to mucho
Víc­ti­ma: Si, gra­cias por reco­no­cer el daño causado.
Direc­tor de Ban­co: Bueno, pues has­ta otra.
Víc­ti­ma: ¿Pero no me la devuelves?
Direc­tor de Ban­co: mmm… va a ser que no.

En defi­ni­ti­va, que a mi per­so­nal­men­te lo que me intere­sa es dar solu­ción a un con­flic­to polí­ti­co que ha sido gene­ra­do por una injus­ti­cia his­tó­ri­ca que ha deri­va­do en vio­len­cias mul­ti­la­te­ra­les sin olvi­dar la vio­len­cia ori­gi­nal que no es otra más que la que impi­de que un pue­blo pue­da ele­gir en liber­tad su destino.

No soy cató­li­co, apos­tó­li­co ni romano y por lo tan­to no entien­do la pala­bra paz o recon­ci­lia­ción si no va uni­da a la jus­ti­cia y mien­tras no se haga jus­ti­cia, la paz, la nor­ma­li­za­ción , la recon­ci­lia­ción… solo serán cari­ca­tu­ras y pala­bras vacías pues solo la liber­tad nos dará paz.

La recon­ci­lia­ción es un pro­ce­so post-con­flic­to, y no veo que el con­flic­to haya ter­mi­na­do sino cada vez más razo­nes para su enquis­ta­mien­to. Estos días lo esta­mos com­pro­ban­do a base de repre­sión, ame­na­za y cen­su­ra. Si alguien cree que se avan­za hacia la reso­lu­ción del con­flic­to median­te la recon­ci­lia­ción sin jus­ti­cia está en su dere­cho pero tam­bién otros ten­dre­mos el dere­cho de decir que una aspi­ri­na no cura la fie­bre y no ayu­da a enten­der que es lo que la pro­du­ce para poder ata­jar­la. Y es que la ausen­cia de con­fron­ta­ción es lo que asien­ta la injus­ti­cia. Y con­fron­ta­ción no es siem­pre sinó­ni­mo de vio­len­cia aun­que para algu­nos sea difi­cil de enten­der. El con­flic­to polí­ti­co ha cau­sa­do y cau­sa mucho sufri­mien­to. Eus­kal Herria tie­ne dere­cho a la liber­tad y aca­bar de una vez con el sufri­mien­to. Y mien­tras la opre­sión nacio­nal y social exis­ta, serán intere­ses irre­con­ci­lia­bles con la paz y la justicia.

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