«Quid pro­dest», Euro­pa? – Igor Urrutikoetxea

Una pre­gun­ta que miles de ciu­da­da­nos y ciu­da­da­nas no deja­mos de hacer­nos al obser­var, y sufrir en car­ne pro­pia, las polí­ti­cas que se están apli­can­do por los gober­nan­tes euro­peos des­de que comen­zó la actual cri­sis capi­ta­lis­ta es: Quid pro­dest?, ¿A quién bene­fi­cia?, ¿Quién gana en Europa?

La prác­ti­ca tota­li­dad de paí­ses de la Unión Euro­pea están apro­ve­chan­do la excu­sa de la cri­sis capi­ta­lis­ta en la UE para ahon­dar en su poyec­to de «refun­da­ción del capi­ta­lis­mo», tal y como dijo Sar­kozy. Así, las medi­das que están adop­tan­do, ya apa­re­cían amplia­men­te reco­gi­das en el Tra­ta­do de Lis­boa de 2007 y aho­ra nos las están imple­men­tan­do paulatinamente.

Estas medi­das son bási­ca­men­te simi­la­res en todos los paí­ses: recor­tes sala­ria­les a los emplea­dos públi­cos; mayor fle­xi­bi­li­za­ción del mer­ca­do labo­ral, median­te aba­ra­ta­mien­to de los des­pi­dos y aumen­to de la fle­xi­bi­li­dad hora­ria de las tra­ba­ja­do­ras y tra­ba­ja­do­res; recor­te de las pres­ta­cio­nes socia­les, del gas­to social y aumen­to de la edad de jubi­la­ción, así como endu­re­ci­mien­to de los requi­si­tos para acce­der a pen­sio­nes con­tri­bu­ti­vas; aumen­to de las pri­va­ti­za­cio­nes, con reduc­ción de la pre­sen­cia del sec­tor públi­co; con­ge­la­ción de inver­sio­nes públi­cas, subi­da de impues­tos e impul­so de una polí­ti­ca fis­cal neo­li­be­ral, favo­re­cien­do las ren­tas del capi­tal y la espe­cu­la­ción finan­cie­ra; des­re­gu­la­ción de la nego­cia­ción colec­ti­va, a fin de impul­sar la indi­vi­dua­li­za­ción de las rela­cio­nes labo­ra­les y, en el caso de Eus­kal Herria, con el obje­ti­vo aña­di­do de eli­mi­nar los con­ve­nios colec­ti­vos sec­to­ria­les, para hacer invia­ble el Mar­co Vas­co de Rela­cio­nes Laborales.

Ade­más, el gobierno con­ser­va­dor ale­mán ha esta­ble­ci­do tam­bién otros dos ejes para las polí­ti­cas eco­nó­mi­cas del futu­ro: des­li­gar la subi­da sala­rial del IPC y esta­ble­cer por ley en un futu­ro pró­xi­mo que la deu­da públi­ca en los paí­ses de la UE sea de «défi­cit 0». Siguien­do lo dic­ta­do por Mer­kel, el PSOE y el PP no han duda­do en unir fuer­zas para plan­tear una refor­ma de la Cons­ti­tu­ción espa­ño­la que limi­te el gas­to públi­co por ley, cerran­do defi­ni­ti­va­men­te la posi­bi­li­dad de plan­tear un mode­lo social alter­na­ti­vo, don­de pri­me o ten­ga pro­ta­go­nis­mo rele­van­te el sec­tor públi­co. Todas estas medi­das han sido adop­ta­das de for­ma bru­tal en el Esta­do espa­ñol, Gre­cia, Por­tu­gal, Ita­lia e Irlan­da, y en menor inten­si­dad en otros paí­ses de la UE.

Con­tras­ta, por tan­to, el gene­ro­so des­plie­gue de recur­sos des­ti­na­do a sal­var el sis­te­ma finan­cie­ro inyec­tan­do capi­tal y sumi­nis­tran­do liqui­dez a los ban­cos, fren­te a los esca­sos esfuer­zos diri­gi­dos duran­te déca­das de cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co a pro­te­ger el empleo, com­ba­tir el aumen­to del paro, y garan­ti­zar un nivel de ingre­sos y pres­ta­cio­nes socia­les digno a los sec­to­res de la pobla­ción que atra­vie­san mayo­res difi­cul­ta­des eco­nó­mi­cas. Este modo de actua­ción con­fir­ma la apues­ta por el capi­ta­lis­mo del actual mode­lo de cons­truc­ción euro­pea. Como con­se­cuen­cia de estas polí­ti­cas, la cla­se tra­ba­ja­do­ra es la que está pagan­do los exce­sos del capi­tal, exce­sos que aho­ra se tra­du­cen en aumen­to del des­em­pleo y la pobre­za y el recor­te de dere­chos labo­ra­les y pres­ta­cio­nes sociales.

En un momen­to en el que la dere­cha mediá­ti­ca y los dife­ren­tes gobier­nos esta­ta­les y regio­na­les de la UE pre­ten­den hacer­nos creer a la cla­se tra­ba­ja­do­ra que no hay más opción que dige­rir sus polí­ti­cas neo­li­be­ra­les, es nece­sa­rio que des­de el sin­di­ca­lis­mo de cla­se y los movi­mien­tos socia­les, sin caer en la resig­na­ción, pon­ga­mos alter­na­ti­vas enci­ma de la mesa.

La izquier­da euro­pea está deba­tien­do ya, entre otros muchos aspec­tos, sobre la nece­si­dad del esta­ble­ci­mien­to de un Sala­rio Míni­mo Inter­pro­fe­sio­nal y un Esta­tu­to de los tra­ba­ja­do­res en toda la Unión Euro­pea que con­tem­ple una serie de dere­chos para todos y todas los tra­ba­ja­do­res de esta área, acer­ca de adop­tar medi­das legis­la­ti­vas ten­den­tes a limi­tar la des­lo­ca­li­za­ción y los des­pi­dos colec­ti­vos en empre­sas con bene­fi­cios, la nece­si­dad de poner fin a la pri­va­ti­za­ción de ser­vi­cios públi­cos y de inte­rés gene­ral, de cubrir, median­te ser­vi­cios públi­cos ade­cua­dos, todas las nece­si­da­des de depen­den­cia, así como de imple­men­tar polí­ti­cas efec­ti­vas para con­ci­liar la vida labo­ral y fami­liar. En defi­ni­ti­va, es más nece­sa­rio que nun­ca luchar por una Euro­pa social. Esto, en Eus­kal Herria pasa ade­más nece­sa­ria­men­te por dotar­nos de la sobe­ra­nía polí­ti­ca nece­sa­ria para poder imple­men­tar polí­ti­cas eco­nó­mi­cas, fis­ca­les y socia­les que bene­fi­cien a la mayo­ría de la socie­dad vas­ca, por­que sin capa­ci­dad de deci­dir en el ámbi­to polí­ti­co, la sobe­ra­nía eco­nó­mi­ca y el nece­sa­rio cam­bio de las polí­ti­cas socia­les no es posible.

Para poder tra­ba­jar alter­na­ti­vas al mode­lo de cons­truc­ción euro­pea impe­ran­te, urge que el sin­di­ca­lis­mo de cla­se, los par­ti­dos de izquier­da y los movi­mien­tos socia­les, acor­de­mos unas rei­vin­di­ca­cio­nes míni­mas y, en la medi­da de lo posi­ble, coor­di­ne­mos nues­tras fuer­zas y nues­tras luchas, por­que nues­tros enemi­gos de cla­se ya se coor­di­nan entre ellos a la hora de apli­car­nos sus «rece­tas». En este camino, des­de LAB que­re­mos apor­tar nues­tro grano de are­na y por ello hemos orga­ni­za­do maña­na en Donos­tia una «Jor­na­da sobre las polí­ti­cas en la unión Euro­pea ante la cri­sis y luchas sin­di­ca­les», don­de con­ta­re­mos, entre otros, con la pre­sen­cia de sin­di­ca­tos que están lide­ran­do las luchas en Gre­cia, Ita­lia y Por­tu­gal. Asi­mis­mo nos movi­li­za­re­mos el 3 de octu­bre en el mar­co de la Jor­na­da de Acción Inter­na­cio­nal con­vo­ca­da por la Fede­ra­ción Sin­di­cal Mun­dial (FSM).

Y es que sólo si quie­nes cree­mos que es posi­ble y nece­sa­rio otro mode­lo de cons­truc­ción social y polí­ti­co de Euro­pa y del mun­do, actua­mos de for­ma coor­di­na­da y con obje­ti­vos cla­ros, cuan­do nos pre­gun­ten Quid pro­dest?, podre­mos algún día res­pon­der: la cla­se trabajadora.

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