No, no nece­si­to cerrar los ojos para ver- Mai­té Campillo

A Edu ‑Ángel Cam­pi­llo- diri­gen­te mar­xis­ta-leni­nis­ta, ante su segun­do ani­ver­sa­rio de ausencias)

B. Durru­ti:

«Al Fas­cis­mo no se le dis­cu­te, se le destruye”

» Cuan­do la bur­gue­sía ve que el poder se les esca­pa de sus manos, alzan el fas­cis­mo para man­te­ner sus privilegios”

Fusil con­tra fusil, can­tó Sil­vio, y la espe­ran­za cre­ce entre los nadie.

Te gus­ta­ban sus can­cio­nes, y las de “Fau­ra”, a quién lle­gas­te a que­rer como a ti mis­mo por sus reco­no­ci­mien­tos his­tó­ri­cos y su can­ción poé­ti­ca de van­guar­dia, a ambos como par­te de tu mis­ma entra­ña, y, la impo­ten­cia te devo­ra­ba cuan­do rodea­do de “inte­lec­tua­les”, no más que eso, car­da­ban la paja men­tal ado­rán­do­se a sí mis­mos. Lás­ti­ma que lle­ga­ra a cono­cer­te cuan­do ya la repre­sión te había mata­do a peda­ci­tos cebán­do­se bien en cada poro de tu piel, y tus miem­bros cru­jie­ron y tu voz salió por las ven­ta­nas y los barro­tes te gri­lla­ron y la oscu­ri­dad de las cel­das de cas­ti­go pre­ten­die­ron borrar tu axfí­sia, y las pali­zas se eter­ni­za­ron año tras año, cola­bo­ran­do en ello has­ta car­ce­le­ros sin­di­ca­dos, y, enton­ces la alar­ma de tu cuer­po esta­lló y para silen­ciar­lo ante tu ado­ra­da fami­lia y a tu sen­si­ble com­pa, eso que lla­man espo­sa (gipuz­koa­na), te metie­ron en el hos­pi­tal peni­ten­cia­rio, des­pués de haber reco­rri­do el mapa mun­di entre dos fron­te­ras en una pere­gri­na­ción a gol­pe de mazo entre maz­mo­rras mien­tras tu voz y tu amor flo­re­cía, y salía enra­mán­do­se entre cel­da y cel­da abar­can­do las aceras.

Lle­gó la for­mu­la into­ca­ble por decre­to inquisidor.

La for­mu­la que pre­ten­dió borrar su pro­pia impo­ten­cia ante tu fir­me­za, la del apa­ra­to repre­si­vo, y dis­pu­sie­ron para ter­mi­nar de vol­ver­te loco y sumi­so, la cora­za y el gri­lle­te. Te hora­da­ron, elec­tro­cu­ta­ron, impu­sie­ron cami­sa de fuer­za, fil­tra­cio­nes para hacer de tu ente­re­za un vege­tal y con el mani­co­mio pre­ten­die­ron aca­bar con­ti­go. Y, allí don­de te lle­va­ran todo ger­mi­na­ba, entre­la­zan­do her­ma­nos, abra­zos, besos, oídos, labios que eri­za­ban la piel y los sen­ti­mien­tos. El pro­ce­so de Bur­gos for­jó tu acti­vi­dad fre­né­ti­ca soli­da­ria, y te lan­zó desa­fian­do al mons­truo, con­tra la manio­bra que qui­so de un gol­pe borrar para siem­pre al guda­ri, gue­rri­lle­ro anti­fas­cis­ta con­tra el impe­rio espa­ñol sus­ten­ta­do por el yan­qui y sus secua­ces fran­ce­ses. Y tu alar­ma vol­vió loco a tus padres de aquí para allá, y a la por ti ado­ra­da, Ber­ta Eli­zal­de Erren­te­ría, a la que que­rías no como común­men­te se quie­re o res­pe­ta a una sue­gra, sino como cama­ra­da y madre has­ta más no poder, amatxo de Loren Ibar­lo­za, tu com­pa. Y, la voz lle­gó entre todos como avi­so urgen­te de den­tro hacia fue­ra, avi­san­do a todos los familiares.

Siem­pre fuis­te mili­tan­te has­ta segun­dos antes de tu muerte.

Supis­te agru­par, com­par­tir, res­pe­tar, admi­rar al com­ba­tien­te de den­tro y fue­ra de tu orga­nis­mo; los valo­ra­bas como a ti mis­mo, les expli­ca­bas con pasión el mar­xis­mo leni­nis­mo, epi­so­dios del anti­co­lo­nia­lis­mo que te apa­sio­na­ba resal­tan­do Cuba y la gue­rri­lla colom­bia­na; la resis­ten­cia con­tra el nazis­mo en la Repú­bli­ca esa gran fuer­za cul­ta, que se for­jó con­tra el fas­cis­mo inter­na­cio­nal a tra­vés de esa defen­sa revo­lu­cio­na­ria por la memo­ra­ble Repú­bli­ca, ese pel­da­ño hacia el socia­lis­mo, y la inde­pen­den­cia de los impe­rios inter­nos y exter­nos. Y yo sin cono­cer­te en esa fie­bre, ni saber del color de tus ojos, nacis­te tem­prano para mi. Ya tu con los años tan avan­za­dos… te des­cu­brí, te pude obser­var por fin!, y vi el cuer­po sobre el que se cebó la repre­sión más cruel. Fuis­te entre­ga­do por la sinies­tra poli­cía fran­ce­sa, una vez más como en déca­das ante­rio­res. Fran­cia, la cola­bo­ra­do­ra his­tó­ri­ca del fas­cis­mo inter­na­cio­nal abrien­do y haci­nan­do por doquier has­ta nues­tra era actual cam­pos de con­cen­tra­ción y cel­das de cas­ti­go, entre­gas, cár­cel, repre­sión para con este lado de la Penín­su­la anti­fas­cis­ta. Jamás podrán borrar­lo de su fal­sa his­to­ria “demo­crá­ti­ca”.

Jamás obten­drán olvi­do ni perdón.

Jamás!, aún siguen ejer­cien­do de sica­rios… por eso es que quie­ro seguir recor­dán­do­te, en el colo­fón de lo que ha for­ma­do par­te esta Tri­lo­gía en Rojo, de aquél día en que dejas­te el pla­ne­ta de los sau­ces un 30 de diciem­bre del 2010.

Lo sien­to, qui­zá equi­vo­qué el iti­ne­ra­rio, debe­ría estar publi­ca­do el libro que dejas­te escri­to sin ese final que tu desea­bas haber ter­mi­na­do, denun­cian­do la manio­bra de los jui­cios far­sa, el Pro­ce­so de Bur­gos, y la repre­sión deso­la­do­ra que se siguió ciñen­do con­tra Eus­ka­di como nación.

Cuan­do por fin!, con­se­guí en mis manos el libro ante tu ines­pe­ra­da des­apa­ri­ción, que­dó tu hue­lla a pie de letra y mero­deé hom­bres y muje­res que se encon­tra­ban en tus apun­tes. Con­se­guí con­tac­to con algu­nos, te escri­bie­ron car­tas, y sigo vien­do cuan­do pue­do a esa her­mo­sa nue­va com­pa tuya ira­qí y a tu hiji­ta, este año es que empe­zó el instituto.

Ahí no más ando Edu, como Tea­tro Pueblo.

Jodi­da, rejo­di­da, y cómo no, con­si­de­ra­da y has­ta aplau­di­da como cual­quier otro cama­ra­da que lucha sobre este abis­mo demo­le­dor. Des­de ese pun­to bus­co el sol, soy como tan­go arra­ba­le­ro entre el sen­ti­mien­to pro­fun­do y la inter­pre­ta­ción como for­ma de vida, no todo es espec­tácu­lo. Del lado del fue­lle san­guí­neo que rege­ne­ra y repue­bla las fuer­zas del talen­to que derra­man hacia el cora­zón. Des­de ese lado evi­den­te que tu supis­te defen­der, siem­pre des­de él ha sali­do la sabia de las mejo­res obras e inter­pre­ta­cio­nes. Des­de esa mara­vi­llo­sa cima del arte que tan­to te apa­sio­nó como el de la músi­ca, y que englo­ba todas las artes vivien­tes, con pala­bras y sin ellas, pero con el úni­co arte que se reci­cla y trans­mi­te en onda, de toma en toma don­de uno cur­te la infan­cia, entre can­tos y entre sue­ños, arro­pa­dos por sába­nas de algo­dón bor­da­das una a una, mano a mano, don­de los puños flo­re­cen entre las hojas. Mis manos tus manos nues­tras manos y puños dis­pa­rán­do­se a la vida como ráfa­ga de luz sobre la metralla.

Como el can­tan­te fla­men­co tan ajeno a tu vida y tan cer­cano en las pro­fun­di­da­des, Enri­que Moren­te, soli­da­rio siem­pre que pudo mos­trar­lo con la cau­sa vas­ca; se fue unos días antes que tu, el 13 y tu el 30 ambos de diciem­bre; tam­bién se ven­gó con él el male­fi­cio de la anes­te­sia en el mis­mí­si­mo hos­pi­tal. No, no pudo con­ti­go, per­dón con voso­tros, con ese amor y ese arte intrín­se­co de uno y otro bien dife­ren­te pero arte ideo­ló­gi­co con unas for­mas de vida de esen­cia libe­ra­do­ras, don­de se bañan los nadie como enfo­que gene­ral. Por­que de ella, y sólo de esa esen­cia de lucha y sabia, sur­gi­rán manan­tia­les de cose­cha por don­de sigan ema­nan­do las fuen­tes de vida, máxi­mo pel­da­ño en nota de amor de huma­ni­dad. Y no hay otra, u otras notas que nos dejen en este cer­co humano y de la natu­ra­le­za en su con­jun­to que fusil con­tra fusil, can­tan­do a la tie­rra mía, que es la patria for­ja­da entre todos. Lo de sumar depen­de de uste­des en el lugar del pla­ne­ta don­de se encuen­tren. Me refie­ro a mis her­ma­nos de cla­se tra­ba­ja­do­ra, y a los que no dejan tra­ba­jar para que otros vivan mejor: los nin­gu­nea­dos des­po­seí­dos por desahu­cios, los per­se­gui­dos tor­tu­ra­dos e insul­ta­dos, arrin­co­na­dos y amon­to­na­dos en maz­mo­rras, los haci­na­dos en gue­tos, pisa­dos y explo­ta­dos, ven­ci­dos mil veces vil­men­te engañados.

Tiem­po que que­ría trans­mi­tir este “evan­ge­lio, escri­to, o nota”

Que en los últi­mos días del com­pa­ñe­ro que rin­do home­na­je, dejó a fe de su repre­sa­lia­da vida, que es el cre­do que lle­vó den­tro des­de hace lunas. Lo asu­mí como mío aun­que es de todos y lo suel­to como arma de futu­ro, cuan­do me encuen­tro con un mise­ri­cor­dio­so divino, o con un mise­ra­ble laca­yo de negras por san­grien­tas tor­men­tas, esas cata­ra­tas a for­ma de tinie­blas del capi­tal que chu­lean y babo­sean entre la dig­ni­dad que flo­re­ce. Dicen que sí, que sólo el ser humano, es capaz de lle­gar a tro­pe­zar mil veces sobre la mis­ma pie­dra. Pero yo creo como el com­pa Edu, que los úni­cos que tro­pe­za­mos más de mil, somos los y las muje­res y hom­bres some­ti­dos duran­te siglos por una mino­ría que a casi todos nos aco­bar­da cuan­do arra­san la sie­ga que pue­bla nues­tros poros.

Cla­ro que esa mino­ría no es una mino­ría cualquiera.

Sume­mos a esa mino­ría una lis­ta lar­ga, encua­dre­mos en ella a los ven­de­pá­trias laca­yos, mer­ce­na­rios fun­cio­na­rios de su polí­ti­ca, sica­rios del régi­men, a los lla­ma­dos “ino­cen­tes” con su can­sino -¿yo?-, ni fu ni fa

pero que son cons­cien­tes, en eso no pue­den enga­ñar, de todo lo que deter­mi­nan las manos del amo. Ade­más, tómen­se todo el tiem­po nece­sa­rio, pero no olvi­den de seguir suman­do tan­ques, caño­nes, bom­bas, misi­les, ame­tra­lla­do­ras, fusi­les, gra­na­das, veneno-pes­ti­ci­da con­tra los ali­men­tos de los nadie, veneno-virus con­tra la huma­ni­dad de éste sim­bó­li­co pobla­do inter­na­cio­nal y sus cul­tu­ras y cos­tum­bres tan re-que-te diez­ma­das como los pro­pios pobla­do­res agre­di­dos, trans­gre­di­dos, dupli­ca­dos, gasea­dos, hip­no­ti­za­dos, aco­sa­dos, gol­pea­dos, humi­lla­dos, obli­ga­dos, redu­ci­dos… Y pasa­mos por la tie­rra, y pasa­mos por la vida, como gusa­nos arras­trán­do­nos, y miran­do de aba­jo y hacía arri­ba, con temor de ser aplas­ta­dos por­que ellos y sólo ellos tie­nen el poder. Por­que ellos y sólo ellos tie­nen la rique­za. Por­que ellos y sólo ellos tie­nen las armas con­tra las pobla­cio­nes que han hecho esclavas.

Sólo cuan­do el diez­ma­do las ha empu­ña­do en mayo­ría ellos han caído.

Ah!, pero ellos tie­nen las rique­zas natu­ra­les en sus manos!, y nos com­pran, enga­ñan, car­gan y des­car­gan con todo sobre las capas des­fa­vo­re­ci­das por des­pre­cia­das, como cla­se, tra­tán­do­las peor que ani­mal en sus cace­rías de cor­te feu­dal, y qué hace­mos, vol­ve­mos al corral del pien­so para sub­sis­tir como reptil?.

Nooooooo, no ten­go que cerrar los ojos para ver el oro sobre las con­cien­cias… Y, el ins­tin­to mal­va­do vuel­ve a levan­tar­se, revol­cán­do­se gozo­so de nue­vo sobre su pro­pia luju­ria y matan­zas, cami­nan­do una vez más en la his­to­ria a sus hacien­das con el láti­go des­ple­ga­do. Y, su len­gua des­cla­sa­da, de ser­pien­te de sica­rio y laca­yo, se arras­tra tras él acom­pa­ñán­do­los en su idi­lio con­tra la huma­ni­dad. Mien­tras unos y otros ser­vi­do­res hablan ‑para su tran­qui­li­dad y tu intran­qui­li­dad- del ham­bre en otras pobla­cio­nes terres­tres, que ellos fomen­tan y sus mer­ce­na­rios demen­tes defien­den, entre pala­bra escri­ta y bom­bas Hiroshi­ma, gus­to­sa­men­te con­ven­ci­dos de estar del lado del ven­ce­dor. Y, mien­tras tu mue­res des­te­rra­do de todo dere­cho, ellos duer­men a pier­na suel­ta, sabien­do de que jamás levan­ta­rás cabe­za como cla­se, mien­tras las rique­zas natu­ra­les y paí­ses sigan en manos del amo interno y externo que les remu­ne­ra en agra­de­ci­das pagas que nun­ca sufri­rán cri­sis algu­na. Así, con esa repre­sión y aco­so inti­mi­da­to­rio nos han ido des­po­se­yen­do de toda defen­sa, que ya ni la pie­dra en hon­da lan­za­da nos que­da, engu­lli­dos todos por el infierno real en masa de la gran ciu­dad de la tram­pa, esos mons­truos edi­fi­cios depre­si­vos haci­na­dos en for­ma de gueto.

Hubo un capí­tu­lo espec­ta­cu­lar, que pudo haber lle­ga­do a deter­mi­nan­te, para la lar­ga his­to­ria mun­dial de´los nadie…

El gobierno de los comu­ne­ros, del París de 1871, esta­ble­ció un movi­mien­to popu­lar, un cona­to de revo­lu­ción, pero duró tan poco!, intro­du­jo pro­fun­dos cam­bios en la vida social for­man­do coope­ra­ti­vas de tra­ba­ja­do­res, supri­mien­do el tra­ba­jo veja­to­rio noc­turno, y, has­ta eli­mi­nó la influen­cia reli­gio­sa en la ense­ñan­za. El gobierno de los comu­ne­ros inclu­so lle­gó más allá, y, entre otras ver­da­de­ra­men­te acer­ta­das refor­mas, sus­ti­tu­yó al ejér­ci­to con mili­cias popu­la­res. Impre­sio­nan­te, eso es bien cier­to. Pero bro­tó la nebu­lo­sa con­ci­lia­do­ra, que se acer­có ante las con­tra­dic­cio­nes anta­gó­ni­cas al pue­blo arras­tran­do intrín­se­ca la deca­den­cia, impo­nien­do en la van­guar­dia del gobierno comu­ne­ro una ráfa­ga de mio­pía ocu­lar e impu­so al pue­blo atrin­che­rar­se en París. No avan­za­ron para unir, para eli­mi­nar, des­truir la bur­gue­sía pudien­te de la ciu­dad y del cam­po. Ellos seguían deten­tan­do la eco­no­mía prin­ci­pal, el dine­ro. Y, con dine­ro, den­tro del mis­mo sis­te­ma mone­ta­rio que ellos tenían, crea­ron un nue­vo ejér­ci­to. Un ejér­ci­to de mer­ce­na­rios muy nume­ro­so, en un san­tia­mén aplas­tó la ino­cen­cia del pue­blo pues­ta en la espe­ran­za comu­ne­ra, y los líde­res natos, la van­guar­dia fue ase­si­na­da, y el res­to encar­ce­la­dos, des­te­rra­dos has­ta la muerte.

La bur­gue­sía siem­pre está aler­ta, tie­ne dine­ro, tie­ne armas.

Los cona­tos de revo­lu­ción que hubo pos­te­rior­men­te en Ingla­te­rra, Ale­ma­nia, y Esta­dos Uni­dos fue­ron apla­ca­dos con igual rapi­dez y con­tun­den­cia que hicie­ron con La Comu­na de París. Ima­gí­nen­se una colec­ti­vi­dad de cam­pe­si­nos ocu­pan­do una fin­ca, unas tie­rras pro­duc­ti­vas. La tra­ba­jan, la cui­dan, sacan fru­tos, comen, viven, gozan, desarrollan.

Lle­ga una per­so­na rodea­da de pis­to­le­ros, tras ellos más mer­ce­na­rios, sica­rios de todo tipo… Y, les dice que esas tie­rras le per­te­ne­cen, que se lar­guen, que des­apa­rez­can. Los tra­ba­ja­do­res no tie­nen mas armas que sus manos, que sus herra­mien­tas de tra­ba­jo. Son muchos, cien­tos pero sus armas no sir­ven. El amo si tie­ne armas, ¡muchas!, todas las armas, y, aun­que apa­ren­te mino­ría, ape­nas unas doce­nas… los cam­pe­si­nos sólo tie­nen dos opcio­nes, una, aga­char la cabe­za y tomar las de san Die­go, y otra, inten­tar resis­tir y com­ba­tir con sus armas rudi­men­ta­rias. En las dos opcio­nes per­de­rían: su dig­ni­dad como per­so­nas en la pri­me­ra, o su vida en la segun­da opción. “Una sola” per­so­na ven­ce a cien­tos. Los tra­ba­ja­do­res no dis­po­nían de armas, no dis­po­nían de defensa.

(Paso al capí­tu­lo II)

P. Kro­pot­kin:

«La úni­ca igle­sia que ilu­mi­na es la que arde»

El capi­ta­lis­mo siem­pre se arro­pa en leyes crea­das por el, sólo ellos pue­den tener ejér­ci­tos, poli­cías, mer­ce­na­rios, armas sofisticadas.

Sólo ellos deci­den a quien repri­mir, robar, y matar. Una cla­se mino­ri­ta­ria dis­po­ne de todo el poder, has­ta del par­la­men­ta­rio, para domi­nar al res­to de los huma­nos… Y es que la “revo­lu­ción boli­va­ria­na” de Vene­zue­la no es revolución.

Es lo que hones­ta­men­te quie­ro decir.

Revo­lu­ción es otra cosa, revo­lu­ción es la toma de las armas por los tra­ba­ja­do­res para derro­tar a la cla­se opre­so­ra, que no es otra que la bur­gue­sía, y todos sus con­sor­tes: ejér­ci­to, poli­cías, medios de comu­ni­ca­ción, buro­cra­cia, y reli­gión como opio, con­di­cio­nan­tes del sis­te­ma opresor.

Revo­lu­ción es soli­da­ri­dad con los que luchan.

Soli­da­ri­dad con otros pue­blos del mun­do, con tus veci­nos, que armas en mano inten­tan des­de hace dece­nios sobre­vi­vir sobre una de las mayo­res masa­cres de la his­to­ria de la humanidad.

NO es revo­lu­cio­na­rio coope­rar con ase­si­nos nar­co-tra­fi­can­tes, alia­dos de la CIA, mons­truo que impo­ne el con­trol sobre la vida en el mun­do y su destrucción.

NO es de revo­lu­cio­na­rios entre­gar a mili­tan­tes vas­cos a uno de los paí­ses del mun­do que más tortura.

NO es de revo­lu­cio­na­rios dete­ner, encar­ce­lar y entre­gar a gue­rri­lle­ros, poe­tas, músi­cos, perio­dis­tas, al sis­te­ma fas­cis­ta de Colombia.

NI SE HACE UNA REVOLUCIÓN

Hacien­do dia­ria­men­te misas evan­ge­lis­tas, vana­glo­rian­do lo mas oscu­ran­tis­ta y anti­cien­tí­fi­co de la sociedad.

NO se hace una revo­lu­ción sin ani­qui­lar a los medios de comu­ni­ca­ción de la gran burguesía.

NO, no se hace una revo­lu­ción sin arre­ba­tar los medios de pro­duc­ción, la banca.

NO es una revo­lu­ción si no se sacan de los lla­ma­dos tem­plos a los inmo­ra­les fomen­ta­do­res de la alie­na­ción escla­vis­ta, y las reli­gio­nes como ins­ti­tu­ción que­den anu­la­das, como par­te del oscu­ran­tis­mo que duran­te siglos y siglos mania­ta e idio­ti­za escla­vi­zan­do a los pue­blos uti­li­za­dos como cal­do de cul­ti­vo, entre can­tos pre­ña­dos de barro­tes dego­llan­do alas libe­ra­do­ras, para impe­dir el vue­lo defi­ni­ti­vo con­tra la explo­ta­ción. Es el pro­pio capi­ta­lis­mo, odio­so y des­pia­da­do, el que impo­ne la alternativa.

¿Cómo atre­ver­se hablar en nom­bre del socia­lis­mo implo­ran­do a la vez a la vir­gen, a los san­tos, y a un hipo­té­ti­co dios ami­go para cons­truir un país?

NO, ni para no morir por enfer­me­dad, cuan­do todos los días mue­ren millo­nes de per­so­nas de ham­bre, de mise­ria, de gue­rras impe­ria­lis­tas, de desahu­cios y des­pi­dos impues­tos y otor­ga­dos por los gobier­nos por ulti­ma­tum. Hoy, aca­ban de ase­si­nar a una flor pales­ti­na de 4 años, un niño que jugan­do inten­tó ino­cen­te­men­te pasar al lado oscu­ro sio­nis­ta, una bala dis­pa­ra­da por una mili­tar le des­tro­zó la cabe­za. De tan­tas cosas volun­ta­rias e invo­lun­ta­rias uno mue­re! Qué fal­ta de res­pe­to al humi­lla­do, diez­ma­do, al como si no exis­tie­ra… La cien­cia, y en el caso del pre­si­den­te Chá­vez, los mejo­res médi­cos cuba­nos, es la que le está cui­dan­do, miman­do, alar­gan­do la vida, todo un reto.

Y a su vez, hay que decir­lo para poder dormir.

¿Cuán­tos gue­rri­lle­ros siguen murien­do en Colom­bia fusil en mano luchan­do por la jus­ti­cia, por una patria socialista?

¿Cuán­tos mue­ren de enfer­me­da­des menos gra­ves que la del pre­si­den­te Chá­vez sin ser aten­di­dos ni por una sim­ple hemorragia?

Sí, reafir­mo a la voz del pue­blo ejem­pla­ri­zan­do con los poe­tas que sobre la his­to­ria de´ los nadie lucha­ron subien­do nota: “Nadie es mas impor­tan­te que nadie”… ¡Nadie debe­ría ser más impor­tan­te entre los que se con­si­de­ren revo­lu­cio­na­rios! Pero uno se sien­te impor­tan­te y has­ta impres­cin­di­ble cuan­do se deten­ta cier­to poder, el poder abso­lu­to sobre el que se sacri­fi­ca al diez­ma­do y… No te fías de nin­gún cien­tí­fi­co, ni equi­po médi­co, ni la sani­dad que hay en tu pro­pio país a la que el pro­pio pue­blo tra­ba­ja­dor tie­ne como recur­so único.

NO, yo tam­po­co Edu, jamás me ape­na­ré de nadie has­ta humi­llar­me a mi mis­ma, y humi­llar a mis her­ma­nos que luchan.

Ellos, que con­tro­lan todo a tra­vés de los ase­si­nos del pue­blo colom­biano, de la CIA que des­tru­ye los sue­ños de los opri­mi­dos y media­ti­za; de un ejér­ci­to y poli­cía que se sien­te con mucho poder y dine­ro. De la igle­sia cató­li­ca que man­tie­ne un poder ideo­ló­gi­co pre­po­ten­te, y ampa­ra a sus “san­tos” en el poder de las armas, impo­nien­do el mie­do y anal­fa­be­tis­mo en las masas oprimidas.

NO, com­pa, yo tam­po­co seré soli­da­ria de quién impi­de la igual­dad entre la gen­te de la que soy par­te vin­cu­lan­te de sus armas de libe­ra­ción, de su ver­dad, de su can­ción de futuro.

Sí, estu­ve en Vene­zue­la como tan­tos otros entu­sias­tas de la espe­ran­za revo­lu­cio­na­ria, cuan­do el refe­rén­dum revo­ca­to­rio a Chá­vez, actué y reco­rrí par­te del país; habla­mos con muchos tra­ba­ja­do­res ilu­sio­na­dos como noso­tros, char­lan­do sobre la revo­lu­ción, sobre Cuba, Bolí­var y el Che. .. y, como no, tam­bién sobre su pre­si­den­te Chávez.

No recuer­do que en nin­gún momen­to me habla­ra nadie en estos encuen­tros, sobre vír­ge­nes ni dio­ses, sí sobre su tra­ba­jo, sobre sus pro­ble­mas, fatigas…

Han pasa­do ya unos añi­tos de todos estos cona­tos, que lla­ma­ré como posi­ti­vo de cor­te demo­crá­ti­co. Y, ni tie­nen un fusil en sus manos ni mucho menos el con­trol de los medios de pro­duc­ción, ni el con­trol, es evi­den­te, de la sani­dad ni la cien­cia. Y las mafias siguen exis­tien­do, extor­sio­nan­do, roban­do al mas mise­ra­ble, y ase­si­nan­do indí­ge­nas y sindicalistas.

Y no hay CDR en cua­dra algu­na, ni arma­do con el mache­te de Mar­tí, ni con la espa­da de Bolí­var, ni con el sim­bó­li­co fusil de nues­tros her­ma­nos, Che, San­dino, Maru­lan­da, Fara­bun­do Mar­tí, Fran País, Zapa­ta, Durru­ti, Rosa­rio´ la dina­mi­te­ra, ni de la valien­te ado­les­cen­te pero heroí­na Inés, Ho chi minh, ni del Mao de la Gran Mar­cha, ni de Manuel Rodri­guez, Raúl Sen­dic, Arga­la… Y, la revo­lu­ción Bol­che­vi­que se ter­mi­nó cuan­do el yan­qui com­pró la revolución.

Hay un dicho que dice que en esta vida todo tie­ne un precio.

Que todo se com­pra y se ven­de, has­ta las revo­lu­cio­nes legen­da­rias, como

Krus­chev:

¡A vivir que son dos días!

Y es que los ejér­ci­tos siem­pre son trai­do­res has­ta con Sta­lin lo fue­ron. El poder siem­pre debe estar en manos de los Sovies. Los ejér­ci­tos son pará­si­tos con armas, dege­ne­ra­dos corrup­tos vivi­do­res y tira­nos ven­di­dos al mejor pos­tor. Y ahí no más el ejem­plo chino…

¡QUIÉN TE HA VISTO, Y QUIÉN TE VE!

La cons­truc­ción de una socie­dad socia­lis­ta, para lle­gar al comu­nis­mo liber­ta­rio, o como que­ra­mos lla­mar­la, hacen fal­ta no sólo guá­si­mas, muchas revo­lu­cio­nes hacen fal­ta. Avan­zar en empa­tía, res­pe­to, subir nota en amor por el res­pe­to de los que un dios per­ver­so, dise­ñó como menos que nada. Así, revo­lu­ción tras revo­lu­ción entre gene­ra­ción y generación.

Por­que el enemi­go siem­pre está al acecho.

Por­que en el menor des­cui­do te qui­ta la sar­di­na como felino con garras y dien­tes afi­la­dos y te deja así, anu­la­da tu colum­na y cal­ci­fi­ca­ción. Y, los jóve­nes chi­nos hicie­ron su revo­lu­ción “cul­tu­ral”, sí, pero el gran dra­gón muy bien ins­ta­la­do en pala­cio aca­bó devo­ran­do el camino hacia el socia­lis­mo. Y, tuvo muchos hijos, que se hicie­ron igual­men­te dra­go­nes, y, Mao, no dijo ni mu… abra­zó a los dra­go­nes extran­je­ros, y los dra­go­nes extran­je­ros ter­mi­na­ron con la Gran Mar­cha de la libe­ra­ción cam­pe­si­na. Y se hicie­ron mul­ti­mi­llo­na­rios los dra­go­nes nacio­na­les. Y el pue­blo vol­vió a las caver­nas, a la escla­vi­tud y Chi­na, o sea, los dra­go­nes, se hicie­ron gran­des en el capi­ta­lis­mo, tan gran­de que las águi­las del impe­rio le tie­nen mie­do. Y, es que los chi­nos deja­ron el cañón del futu­ro en aque­lla revo­lu­ción “cul­tu­ral”, lo ente­rra­ron entre los cam­pos de arroz, y cla­ro, así no se cons­tru­ye el socialismo.

Hace tiem­po que el valien­te, sacri­fi­ca­do y ague­rri­do pue­blo viet­na­mi­ta olvi­dó al poe­ta de la vida, de la dig­ni­dad del ser humano, al revo­lu­cio­na­rio gue­rri­lle­ro Ho Chi Mim. Olvi­dó a su pro­pio pue­blo que supo morir ven­cien­do al gran mons­truo de la huma­ni­dad, para aden­trar­se en cami­nos equi­vo­ca­dos, en lagu­nas de algas pes­ti­len­tes, y en siem­bra sin cose­cha colec­ti­va. Los viet­na­mi­tas deja­ron el fusil, ese cañón de futu­ro que arras­tra hacia ade­lan­te la ver­da­de­ra cul­tu­ra entre can­tos y sue­ños de acor­des en cuer­da y cue­ro cur­ti­do, y tor­cie­ron el camino hacia la explo­ta­ción social, la humi­lla­ción y supeditación.

¡Adon­de vas hermano!

Gri­tó un gue­rri­lle­ro en su tum­ba olvidada.

Y, el pue­blo saha­rahui, y no diga­mos el pales­tino lle­va déca­das resis­tien­do a la ocu­pa­ción de sus tie­rras por par­te de los judios-sio­nis­tas. Pero los pales­ti­nos ape­nas tie­nen arma­men­to, muchas veces se enfren­ta a los ocu­pan­tes con pie­dras y armas rudi­men­ta­rias. Y los sio­nis­tas tie­nen muchas, las más mor­tí­fe­ras y moder­nas del mun­do. Y en un momen­to pun­tual qui­zá, has­ta más del 90% de la pobla­ción de Israel fue­ra ase­si­na: ya que sólo desean la exter­mi­na­ción total del pue­blo palestino.

Es indu­da­ble que la úni­ca alter­na­ti­va que tie­ne el pue­blo pales­tino es reagru­par­se, man­dar a la mier­da a las reli­gio­nes que les para­li­zan sus alas, e ini­ciar una revo­lu­ción arma­da de cla­se y de libe­ra­ción nacio­nal, gol­pean­do a los sio­nis­tas en la reta­guar­dia con ata­ques a la indus­tria, pues­tos mili­ta­res, poli­cías, sica­rios de toda estir­pe, gober­nan­tes, clé­ri­gos todos crea­dos por el dolar. Sabo­tean­do las comu­ni­ca­cio­nes, las infra­es­truc­tu­ras, comer­cio. Creán­do­les total ines­ta­bi­li­dad, que es lo que el sio­nis­mo a esta­do crean­do, ines­ta­bi­li­dad y terror, des­de hace tan­tos y tan­tos años impo­nien­do su ile­ga­li­dad. La úni­ca lega­li­dad es la nues­tra, la de nues­tro her­mano palestino.

(Paso al capí­tu­lo III, hoy la noche es larga)

V. L. Lenin:

“La úni­ca garan­tía posi­ble de demo­cra­cia es un fusil en el hom­bro de cada obrero.”

La lla­ma­da Amé­ri­ca Lati­na, pasó en la mayo­ría de sus paí­ses, de dic­ta­du­ras fas­cis­tas a demo­cra­cias bur­gue­sas. Algu­nos paí­ses como Nica­ra­gua y El Sal­va­dor ini­cia­ron una revo­lu­ción arma­da con­tra las tira­nías de sus res­pec­ti­vos pue­blos. En el caso de Nica­ra­gua toma­ron el poder polí­ti­co con las armas, hacien­do huir al tirano Somo­za y sus secua­ces, al igual que hace años atrás lo hicie­ran los gue­rri­lle­ros cuba­nos con Batis­ta. Pero la revo­lu­ción san­di­nis­ta, no siguió hacien­do revo­lu­ción, y que­dó intac­to el poder eco­nó­mi­co en manos de la bur­gue­sía nica­ra­güen­se, que en par­te apo­yó en el derro­ca­mien­to de Somoza.

Igual­men­te que­dó intac­to el poder de la igle­sia reac­cio­na­ria, que inclu­so tomó más pro­ta­go­nis­mo con los gobier­nos de Orte­ga, y los medios de comu­ni­ca­ción en su mayo­ría se vol­vie­ron con­tra la revo­lu­ción san­di­nis­ta. Se deja­ron libres a sol­da­dos, poli­cías y ofi­cia­les de Somo­za, que pron­to pasa­ron a la con­tra como mer­ce­na­rios del imperialismo.

No se depu­ra­ron a corrup­tos de la direc­ción san­di­nis­ta, que se ins­ta­la­ron como nue­vos caci­ques del país. En defi­ni­ti­va, debió hacer­se otra revo­lu­ción para cami­nar hacia el socia­lis­mo, no hacia el capitalismo.

Los gue­rri­lle­ros sal­va­do­re­ños inten­ta­ron hacer lo mis­mo que los san­di­nis­tas. Pero los yan­quis ni siquie­ra les deja­ron tomar el poder polí­ti­co. Se inven­ta­ron unas nego­cia­cio­nes para des­ar­mar a los gue­rri­lle­ros, eli­mi­nar a los más com­ba­ti­vos, y com­prar a la direc­ción, hoy bien ins­ta­la­da en los círcu­los polí­ti­cos y eco­nó­mi­cos. Mien­tras, el pue­blo sal­va­do­re­ño está en la mise­ria mas abso­lu­ta, y el país es un caos de mafias, delin­cuen­cia y drogas.

Y, la gue­rri­lla mas anti­gua y com­ba­ti­va de Amé­ri­ca Lati­na, las FARC, se deba­te nue­va­men­te en un pro­ce­so de paz con un régi­men nar­co-ase­sino como el colom­biano, un gobierno de la CIA, por­que los yan­quis son los que con­tro­lan la eco­no­mía, la polí­ti­ca y al ejér­ci­to en Colombia.

¿Se cae­rá en la tram­pa, del jue­go de la paz, capitalista?

Segui­rán ase­si­nan­do a los gue­rri­lle­ros más com­ba­ti­vos e ideo­ló­gi­cos, y, la bur­gue­sía colom­bia­na nun­ca sol­ta­rá el poder que tie­ne mien­tras no se lo arre­ba­ten con las armas.

Y los yan­quis segui­rán man­dan­do, y los cam­pe­si­nos y obre­ros segui­rán en la mise­ria domi­na­dos por los caci­ques y nar­co­tra­fi­can­tes rodea­dos de mili­cos y sica­rios, pero sin diri­gen­tes, sin guía hacia el hori­zon­te del futu­ro. Fusil con­tra fusil, con nues­tra eter­na som­bra entre las som­bras de la selva.

Méxi­co que inten­tó hacer la pri­me­ra revo­lu­ción social de la his­to­ria, des­pués de un siglo de penu­rias con gobier­nos casi todos de nar­co­tra­fi­can­tes, ven­di­dos, corrup­tos y ase­si­nos, sigue inmer­so en jugar a la demo­cra­cia. Pero los corrup­tos no quie­ren ni por aso­mo que gobier­ne ni la social­de­mo­cra­cia. Y el pue­blo se mue­re de ham­bre, emi­gra, y es ase­si­na­do. Y nun­ca más se hizo otra revo­lu­ción, nun­ca más los cam­pe­si­nos y obre­ros cogie­ron las armas. Lo de los zapa­tis­tas en Chia­pas es otra cosa, que pudo en su tiem­po pren­der la mecha al res­to de esta­dos, pero la izquier­da refor­mis­ta no esta­ba ni está por la labor, mien­tras no peli­gren en serio sus intere­ses per­so­na­les. Y mien­tras, dia­ria­men­te ase­si­nan a muje­res, a sin­di­ca­lis­tas, cam­pe­si­nos, indí­ge­nas com­pro­me­ti­dos en la lucha social, perio­dis­tas, inte­lec­tua­les, estu­dian­tes, a todo lo que se mue­ve para denun­ciar la injus­ti­cia y la corrupción.

(Lle­gó la hora del pos­tre de esta noche lla­ma­da buena)

Poned sobre los campos
un car­bo­ne­ro, un sabio y un poeta.
Veréis cómo el poe­ta admi­ra y calla,
el sabio mira y piensa…

Segu­ra­men­te, el car­bo­ne­ro busca
las moras o las setas.
Lle­vad­los al teatro
y sólo el car­bo­ne­ro no bosteza.

Quien pre­fie­re lo vivo a lo pintado
es el hom­bre que pien­sa, can­ta o sueña.
El car­bo­ne­ro tie­ne lle­na de fan­ta­sías la cabeza.

(Anto­nio Machado)

Des­pi­do el año ante la vís­pe­ra de siem­pre y con él, a mi gen­te, con rabia, dolen­cia y horror… *A Cuba socia­lis­ta, la revo­lu­cio­na­ria, la Cuba lin­da por una legión de gen­te año­ra­da que sien­te y viven­cia su defen­sa como sed de amor, dis­pu­tán­do­le futu­ro ante el enemi­go de “lo sim­ple” por sen­ci­llo y humil­de; como ense­ña anti­co­lo­nia­lis­ta des­de todos los con­fi­nes del planeta.

La Cuba que sim­bo­li­zó un ama­ne­cer cer­cano, un ama­ne­cer de sue­ños e ilu­sio­nes y los tro­va­do­res de talla sur­gie­ron impreg­na­dos de pre­go­nes pro­pios de sabia de flo­res de vida que ofre­cer para seguir viviendo.

La Cuba que regó el Pla­ne­ta de míti­cos gue­rri­lle­ros y a más de un Che sin ata­du­ras, de deca­den­cia de poder indi­vi­dua­lis­ta, gene­ro­sa­men­te humano; gue­rri­lle­ro de la vida como can­tó Alí Pri­me­ra, siem­pre gue­rri­lle­ro! Sin fron­te­ras, volun­ta­rio­so, libre como el vien­to por el mun­do aman­do tan­to la patria:

LA REVOLUCIÓN

Úni­ca vía hacia la revo­lu­ción de revo­lu­cio­nes que ha de libe­rar a los seres diez­ma­dos por el des­po­tis­mo impe­rial y caci­que de la explo­ta­ción escla­va de un des­pre­cio atroz humi­llan­te y sangriento.

A la Cuba ama­da, defen­di­da, dispu­tada, ejem­pla­ri­za­da por el com­pa­ñe­ro home­na­jea­do en estas líneas, Edu, fue el nom­bre impues­to por la clan­des­ti­ni­dad de la mili­tan­cia; otro diri­gen­te, gue­rri­lle­ro sin fron­te­ras, y con el toda su fami­lia hizo de Cuba ban­de­ra de ilu­sio­nes y espe­ran­zas, defen­dién­do­la has­ta que el cuer­po aban­do­nó los idea­les que han segui­do flo­re­cien­do entre los que luchan, entre los que siguen suman­do nota en el amor dis­pu­tán­do­se cada combate.

Hoy es un día de esas vís­pe­ras que invi­tan a con­fra­ter­ni­zar, por eso he de decir lo que sien­to para lograr­lo, con todo el cari­ño que siem­pre me carac­te­ri­zó y res­pe­to para los que en Cuba, como sue­ño idí­li­co, hemos cre­ci­do edu­ca­dos en su his­to­ria y su amor a la huma­ni­dad. No se si debo, en este ya tuyo, pre­sen­te que te escri­bo. Pero en honor a la pro­pia hones­ti­dad sin­ce­ra de fie­bre de amor, her­mano, he de con­cluir este final con lo que me afec­ta y preocupa…

Y, lo que me due­le y mucho, pro­fun­da­men­te, des­de hace algu­nos años en lo que está inmer­sa la patria ‑lo que enten­de­mos por revo­lu­ción- esa encru­ci­ja­da polí­ti­ca, social y eco­nó­mi­ca, por­que nada es fácil cuan­do uno está rodea­do, cer­ca­do por el capi­ta­lis­mo inter­na­cio­nal con­su­mis­ta, devo­ra­dor de lo humano en la defor­me por él engu­lli­da huma­ni­dad de saber, o no saber por dón­de tirar. Son momen­tos deci­si­vos, com­ple­jos, difí­ci­les, de los que estoy hablan­do. Y, tam­bién sé como tu supis­te com­pa­ñe­ro, que los mila­gros no exis­ten, y una revo­lu­ción avan­za o retro­ce­de. Tiem­po ya, no sólo Cuba en el mun­do, todo el que se sien­ta mini­ma­men­te revo­lu­cio­na­rio y deten­te poder sobre ello debe­ría tomar medi­das, ante esta deca­den­cia capi­ta­lis­ta impar­tien­do cade­nas de todo tipo; para seguir ende­re­zan­do el camino hacia el socia­lis­mo, don­de la abun­dan­cia como la pobre­za se pague con el nada para mi, y todo para todos. Fal­ta­ron otras revo­lu­cio­nes que se han per­di­do con el tiem­po, y el tiem­po es impla­ca­ble cole­ga, has­ta para con los revo­lu­cio­na­rios del pasa­do siglo.

En tu pró­xi­mo libro, que no logras­te ver publi­ca­do, ensal­zas y agra­de­ces des­de el París del Mayo fran­cés, ya a los médi­cos de Cuba, ese her­mano tuyo soli­da­rio que como uno más se abrió de par en par ante un sen­ci­llo cam­pe­sino que que­ría estu­diar y hacer la revo­lu­ción aquí y allá, pero que la Fran­cia racial no te per­mi­tía; ayu­dó en todo has­ta lo impo­si­ble logran­do en ello pudie­ras resi­dir y estu­diar, lo que era todo para ti, pero tris­te­men­te te diré que no he con­se­gui­do ante la emba­ja­da si vive o no vive…

Pero esto es como dice mi veci­na Argi, hari­na de otro costal.

Sí, Cuba tie­ne que tra­ba­jar y reci­bir el apo­yo de su gen­te en el mun­do para avan­zar pre­ci­sa­men­te en una eco­no­mía socia­lis­ta, ter­mi­nar de raíz con la corrup­ción y los pri­vi­le­gios que pue­dan dar­se, para poder res­pi­rar fue­ra del lodo. Crear nue­vas fuen­tes de rique­za tan­to en el mar como en el cam­po, coope­ran­do con paí­ses que sim­pa­ti­zan para la implan­ta­ción de fábri­cas, de talle­res que encua­dren las nece­si­da­des de desa­rro­llo colec­ti­vo como fun­da­men­tal. Regu­la­ri­zar y estruc­tu­rar el turis­mo, sin hacer un mun­do en sí de él, y apro­ve­char el cli­ma envi­dia­ble en fuen­te de divi­sas. Es evi­den­te que para poder seguir avan­zan­do no hay que estan­car­se, exi­ge reci­clar­se, más pro­fe­sio­na­li­dad, y visión ideo­ló­gi­ca por supues­to com­ba­tir más que nun­ca con mano dura la corrupción.

No, no hablo de los tra­ba­ja­do­res en sí, más bien de las empre­sas turís­ti­cas, los direc­to­res y cua­dros de esa peli­gro­sa y degra­da­da fuen­te de ingre­sos, que se ha impues­to como medio de “pro­duc­ción”, y explo­ta­ción de divi­sas en el mundo.

Hay tan­to tra­ba­jo que seguir hacien­do en la pro­pia sani­dad y edu­ca­ción, trans­por­te, y, no diga­mos en la vivien­da, comu­ni­ca­cio­nes e infra­es­truc­tu­ras; tan­tos barrios que espe­ran ansio­sos sean reha­bi­li­ta­dos! Deben par­ti­ci­par todos sus habi­tan­tes sin excep­ción en ello de una y otra mane­ra, cru­za­dos de bra­zos nun­ca!, espe­rar que otro nos solu­cio­ne la vida jamás!, tras el paso de un hura­cán como ejem­plo, espe­rar que el esta­do o la muni­ci­pa­li­dad lim­pien y arre­glen lo des­tro­za­do, pue­de lla­gar a muti­lar el esta­do de bien­es­tar anhe­la­do por el que se ha lucha­do tan­tos años. No dar can­cha, con qué dere­cho!, a vivi­do­res “tra­ba­jan­do” para el impe­rio ni vivi­do­res “tra­ba­jan­do” des­de den­tro de la revo­lu­ción para su exclu­si­vo egoís­mo. Cor­tar­lo de raíz es sano por salu­da­ble, como hizo en su tiem­po Fidel. A los trai­do­res y corrup­tos no es acon­se­ja­ble una vez apar­ta­dos de sus car­gos ence­rrar­los sin más, se les sigue ali­men­tan­do, cui­dan­do, y ter­mi­na­ría­mos sien­do de nue­vo sus cria­dos; exi­ge una deci­sión más acor­de con los prin­ci­pios. La Cuba por­ta­do­ra de una his­tó­ria de resis­ten­cia idí­li­ca jamás se la debe de lle­var a un calle­jón con sali­da capi­ta­lis­ta en la eco­no­mía. La eco­no­mía capi­ta­lis­ta está lle­na de atro­ci­da­des, y en lo social, a las des­igual­da­des de clase.

Fidel crea­ba ilu­sión, empa­tia, unión…

Tenia la fuer­za de un revo­lu­cio­na­rio ora­dor, de un gue­rri­lle­ro, como la tuvie­ron otros que rega­ron sobre el com­ba­te un camino de lucha y crea­ti­vi­dad como for­ma de vida. Cuba igual no nece­si­ta otro Fidel, para mi dolor pro­fun­do, fui edu­ca­da en su amor y pasión… pero si nece­si­ta otra revo­lu­ción inter­na, para seguir crean­do socia­lis­mo. El capi­ta­lis­mo peres­troi­ko o Chino, es cosa muy mala, dis­pa­ra con­tra los ele­gi­dos por los nadie, esos que no caben en la muerte.

Lo adver­tía el mis­mí­si­mo Fidel hace años:

“La revo­lu­ción se pue­de per­der des­de dentro”

Y, Che, aconsejó:

“Hay que lle­var la gue­rra has­ta don­de el enemi­go la lle­ve: a sus casas, a sus luga­res de diver­sión; hacer­la total. Hay que impe­dir­le que ten­ga un minu­to de tran­qui­li­dad, un minu­to de sosie­go… ata­car­lo don­de quie­ra que se encuen­tre; hacer­le sen­tir una fie­ra aco­sa­da por cada lugar que transite”

Mai­té Cam­pi­llo (actriz y direc­to­ra de Tea­tro Hatuey)

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