Los car­ce­le­ros se que­dan con menos mar­gen de manio­bra- Borro­ka Garaia

La movi­li­za­ción que ayer vivió Bil­bo y todo lo gene­ra­do a su alre­de­dor ha deja­do muchas cosas para su aná­li­sis. De entra­da, resul­ta curio­so que una mani­fes­ta­ción con unos obje­ti­vos muy con­cre­tos (y que ha sido publi­ci­ta­da con mucha ante­la­ción) des­de ámbi­tos en teo­ría dife­ren­tes como la audien­cia nacio­nal espa­ño­la, PNV, IU, PP o PSOE hayan uti­li­za­do la rei­vin­di­ca­ción de la amnis­tía para no par­ti­ci­par en el caso de algu­nos de ellos , para cri­mi­na­li­zar­la en el de otros, o para inten­tar ame­na­zar­la o reven­tar­la direc­ta­men­te para los demás. Lo curio­so es que la amnis­tía no se encon­tra­ba men­cio­na­da en nin­guno de los seis pun­tos rei­vin­di­ca­ti­vos de la mar­cha, sien­do todos ellos de un cor­te huma­ni­ta­rio bási­co. De lo cual se dedu­ce que la estra­te­gia repre­si­va peni­ten­cia­ria sigue man­te­nien­do líneas pro­pa­gan­dís­ti­cas de actua­ción man­co­mu­na­das don­de la par­ti­ci­pa­ción del PNV es un hecho. El PNV jun­to al GAL die­ron ini­cio a la dis­per­sión y no tie­nen nin­gu­na gana, lle­ga­da la hora de la ver­dad de reco­no­cer el daño causado.

Lla­ma la aten­ción tam­bién la agre­si­vi­dad enfer­mi­za que des­pier­tan las rei­vin­di­ca­cio­nes huma­ni­ta­rias para el colec­ti­vo de pre­sos y pre­sas polí­ti­cas vas­cas en los sec­to­res socia­les espa­ño­les que a par­te de osten­tar el mono­po­lio de la vio­len­cia se otor­gan tam­bién el del sufri­mien­to. Un vis­ta­zo a la pren­sa espa­ño­la del día, sus colum­nis­tas y comen­ta­ris­tas deja entre­ver un cla­ro men­sa­je; “Que los fami­lia­res de pre­sos vas­cos se jodan ya que al menos ellos pue­den ir a visi­tar­les y no tie­nen que ir al cemen­te­rio”. Inge­nie­ría social rea­li­za­da duran­te déca­das para crear una amne­sia de inmen­so cala­do, pero que obvia­men­te en la socie­dad vas­ca no ha teni­do el éxi­to que espe­ra­ban. El pue­blo vas­co es cons­cien­te de los cien­tos de víc­ti­mas mor­ta­les cau­sa­das por ETA pero tam­bién de las dece­nas de miles de las cau­sa­das por el nacio­na­lis­mo espa­ñol. Cien­tos de ellas en el últi­mo medio siglo también.

En reali­dad este esti­lo y agre­si­vi­dad del pre­po­ten­te está gene­ra­da en gran medi­da por la uti­li­za­ción de orga­ni­za­cio­nes ultra dere­chis­tas como van­guar­dia de algu­nas víc­ti­mas y que solo res­pon­de a la estra­te­gia de la humi­lla­ción. A la estra­te­gia del silen­cio y de la ocul­ta­cíon de la repre­sión. A una estra­te­gia polí­ti­ca para defen­der los intere­ses del esta­do. Para en defi­ni­ti­va defen­der su vio­len­cia y cerrar las puer­tas al camino de la nego­cia­ción, dere­chos para todos, acuer­dos polí­ti­cos y paz. Esas mis­mas orga­ni­za­cio­nes que son usa­das de avan­za­di­llas fac­cio­sas y que en este caso que­rían tam­bién dar opor­tu­ni­dad a la audien­cia nacio­nal para que inten­ta­ra dis­tor­sio­nar la mani­fes­ta­ción lo máxi­mo posible.

En Eus­kal Herria exis­te un con­flic­to de sobe­ra­nía nacio­nal his­tó­ri­co y por lo tan­to todos los vas­cos y vas­cas que sean dete­ni­dos en el mar­co de ese con­flic­to se con­vier­ten en pre­sas y pre­sos polí­ti­cos, inde­pen­dien­te­men­te de las supues­tas acu­sa­cio­nes. Tan pre­so polí­ti­co es el mili­tan­te de ETA como el encar­ce­la­do por moti­vos de con­cien­cia, por mili­tan­cia social, opi­nión o tra­ba­jo en un perió­di­co. Que de todos los casos hay, de entre los cien­tos de repre­sa­lia­dos y represaliadas.

Ayer la socie­dad vas­ca dijo que se aca­bó. Mas le val­dría a las auto­ri­da­des com­pe­ten­tes dar los pasos nece­sa­rios para huma­ni­zar una situa­ción que va en con­tra de los dere­chos de los pre­sos y pre­sas jun­to a sus familiares,
que va en con­tra de toda la socie­dad vas­ca defi­ni­ti­va­men­te por­que al final de tan­to cálcu­lo polí­ti­co mise­ra­ble y chan­ta­je no les van a salir las cuentas.

En otro orden de cosas, da gus­to ver que aún que­da mucha rebel­día y pos­tu­ra insu­mi­sa. Una cosa es que te man­den callar, otra que lo hagas. Que la mani­fes­ta­ción haya sido bien sono­ra es una vic­to­ria del pue­blo resis­ten­te que en un acto de res­pon­sa­bi­li­dad ha pues­to lími­te a la humi­lla­ción como es su deber. Tam­bién da gus­to ver como se han uni­do nume­ro­sos com­pa­ñe­ros y com­pa­ñe­ras que des­de dife­ren­tes pun­tos del mun­do han llle­ga­do a Eus­kal Herria para par­ti­ci­par en la mani­fes­ta­ción en un acto de soli­da­ri­dad inter­na­cio­na­lis­ta. Eske­rrik asko!

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