La reno­va­ción de Simón San­ta­ma­ría – Eva Aranguren

Esta sema­na hemos sabi­do ‑si bien se intuía- que Simón San­ta­ma­ría segui­rá al fren­te de la Poli­cía Muni­ci­pal de Pam­plo­na. Duran­te unos días se habían ali­men­ta­do por par­te del pro­pio Jefe de Poli­cía Muni­ci­pal los rumo­res de su mar­cha y la vuel­ta a su anti­guo pues­to de tra­ba­jo en Volks­wa­gen. Pero no ha sido así, pese a sus decla­ra­cio­nes públi­cas y a algún ama­go reco­no­ci­do en pri­va­do por el pro­pio alcal­de, Enri­que Maya, a algún medio de comunicación.

Es obvio lo que repre­sen­ta la con­ti­nua­ción de San­ta­ma­ría como Jefe de la Poli­cía Muni­ci­pal de Iru­ñea: en pri­mer lugar, la vali­da­ción por par­te del actual alcal­de de la estra­te­gia de su ante­ce­so­ra en esta mate­ria y su apues­ta por un mode­lo de Poli­cía Muni­ci­pal al ser­vi­cio de los intere­ses polí­ti­cos de UPN y de la fun­ción repre­si­va y las acti­tu­des repre­so­ras impul­sa­das por este mili­tar de for­ma­ción den­tro del cuer­po poli­cial más pró­xi­mo a la ciu­da­da­nía. Fren­te al mode­lo de ser­vi­cio a la ciu­da­da­nía que otros defen­de­mos, UPN rati­fi­ca su apo­yo a un con­cep­to mili­ta­ri­za­do de la poli­cía local. Pero esta deci­sión sig­ni­fi­ca tam­bién la supe­di­ta­ción abso­lu­ta del señor Maya a Yolan­da Bar­ci­na, al homo­lo­gar el auto­ri­ta­ris­mo que ha impreg­na­do sus doce años de gobierno en Iru­ñea, siem­pre de la mano del señor San­ta­ma­ría, quien no sólo ha reci­bi­do la repro­ba­ción for­mal de la mayo­ría del pleno en dos oca­sio­nes ‑en 2007 y 2009- sino tam­bién la con­tes­ta­ción inter­na de gran par­te de los agen­tes y de todos los sin­di­ca­tos muni­ci­pa­les por su auto­ri­ta­ris­mo y malas for­mas. Man­te­ner­lo aho­ra, con­tra vien­to y marea, es opo­ner­se a la volun­tad de la mayo­ría de la ciudad.

Bas­ta recor­dar el tris­te pro­ta­go­nis­mo de algu­nos agen­tes de la Poli­cía Muni­ci­pal bajo la direc­ción de San­ta­ma­ría para cons­ta­tar el sec­ta­ris­mo y error que impli­ca esta deci­sión: los suce­sos del 6 de julio de 2010, en los que un gru­po de agen­tes la empren­dió a palos con armas tan cues­tio­na­das como las porras exten­si­bles en medio de la Pla­za Con­sis­to­rial y a pocos minu­tos del txu­pi­na­zo para repri­mir la exhi­bi­ción de una iku­rri­ña, epi­so­dio cuya gra­ve con­se- cuen­cia ‑un joven con lesio­nes de por vida y varios iruin­da­rras en el ban­qui­llo- exi­gi­ría por sí mis­mo su renun­cia; o la bochor­no­sa par­ti­ci­pa­ción con­tra la cele­bra­ción de los cal­de­re­tes de la Txan­trea hace un año; o la pre­sión a los Olen­tze­ros de los barrios; o las car­gas sis­te­má­ti­cas rea­li­za­das con­tra el popu­lar­men­te lla­ma­do encie­rro de la villa­ve­sa. O el celo obse­si­vo por eli­mi­nar todo car­tel en eus­ka­ra en las calles.

Pero aún hay más. Como reco­gía recien­te­men­te un dia­rio nava­rro, la lis­ta de suce­sos que sal­pi­can a la figu­ra de San­ta­ma­ría es muy lar­ga. En abril de 2009 la Comi­sión de Per­so­nal denun­ció el uso de cami­se­tas que inci­ta­ban a la vio­len­cia. En junio de ese mis­mo año, la mis­ma Comi­sión pidió expre­sa­men­te al equi­po de gobierno el rele­vo de San­ta­ma­ría por el esta­do pro­fe­sio­nal y per­so­nal al que esta­ba some­tien­do a la mayo­ría de agentes.

En junio de 2010 SOS Racis­mo denun­ció el mal­tra­to inflin­gi­do por varios agen­tes a una per­so­na extran­je­ra, sin que se toma­ran medi­das por par­te del Jefe de Poli­cía Muni­ci­pal ni del gobierno. En noviem­bre de ese año, Simón San­ta­ma­ría abrió expe­dien­te a cin­co agen­tes por hacer su tra­ba­jo e inter­po­ner mul­tas a coches ofi­cia­les mal apar­ca­dos, evi­den­cian­do así su incon­tes­ta­ble vasa­lla­je polí­ti­co. Por no hablar del hos­ti­ga­mien­to denun­cia­do por varios hos­te­le­ros duran­te los últi­mos sanfermines…

Y un lar­go etcé­te­ra de inter­ven­cio­nes cuyo úni­co fin o con­se­cuen­cia ha sido repri­mir y coar­tar la liber­tad de la ciu­da- danía, y vul­ne­rar sus derechos.

Y sien­do esto así, el señor San­ta­ma­ría ha obte­ni­do por par­te del nue­vo equi­po de gobierno el plá­cet que le había reti­ra­do la mayo­ría del pleno, y por lo tan­to, la mayo­ría polí­ti­ca, social y demo­crá­ti­ca de Iru­ñea. Sólo cabe espe­rar más de lo mis­mo por su par­te, y por la del gobierno muni­ci­pal entrante.

Como ya trans­mi­ti­mos al alcal­de al soli­ci­tar­le la des­ti­tu­ción de Simón San­ta­ma­ría hace unas sema­nas, el señor Maya tenía una oca­sión exce­len­te con el ini­cio del nue­vo man­da­to para des­pren­der­se de una figu­ra tan nefas­ta para la con­vi­ven­cia, la segu­ri­dad y el pro­pio desa­rro­llo futu­ro de la Poli­cía Muni­ci­pal como poli­cía de pro­xi­mi­dad y al ser­vi­cio de la ciudadanía.

Pero el empe­ño obse­si­vo de UPN ‑o los lar­gos y férreos ten­tácu­los de Yolan­da Bar­ci­na- man­tie­ne a San­ta­ma­ría y a su gru­po de segui­do­res con­tra el cri­te­rio de la mayo­ría de muní­ci­ples, de los sin­di­ca­tos y de la socie­dad, hacien­do caer en pica­do la legi­ti­ma­ción social de la Poli­cía Municipal.

.* Eva Aran­gu­ren, Peio Mar­tí­nez de Eula­te, Aran­tza Oskoz | Gru­po Muni­ci­pal de Bil­du en el Ayun­ta­mien­to de Iruñea

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *