Uno de los acontecimientos más desdichados que ha soportado Bilbao en las tres recientes legislaturas, especialmente los últimos ocho años ha sido la absoluta e impune tiranía municipal de Iñaki Azkuna, el alcalde más españolista que ha padecido la villa desde los franquistas fascistas José Mª Areilza y Pilar Careaga. Su partido, PNV, ha actuado con la imprescindible numéricamente y vergonzosa éticamente, entrega de Ezker Batua, inicial y sólo nominalmente, Izquierda Unida. Dirigida por la Concejal Delegada del Área de Urbanismo Julia Madrazo, ha renegado rotundamente de su idiosincrasia y a los pocos instantes de su pacto municipal ya percibió el beneficio y placer de la pasividad colaboradora con la derecha.
Su sorprendente renuncia a una política progresista y de izquierda, apenas algunos gestos de género y otros populistas ha ocasionado, entre otros debacles, que su partido haya perdido también el concepto de “unida”. Importantes miembros y colaboradores del partido absolutamente decepcionados han ido abandonando sucesivamente la afiliación y numerosísimos votantes y simpatizantes han comprobado asombrados la contaminación que ha producido el sometimiento al PNV y otras maneras como el gusto por el poder, apego al sillón, la comodidad del cargo chofer, asistente y demás agasajos, embrujo del salario, etc.
Asimismo, debe resaltarse la complaciente complicidad de la autodenominada oposición PSE y PP que salvo en momentos de oportunidad ha transitado por la pasividad con los resultados conocidos. La ciudadanía vasca inquieta, progresista, no manipulable por los medios afines al poder, El Correo (del) Español, consciente de sus valores urbanos y significados identitarios asiste asombrada a esta perversión municipal de convertir Bilbao en una ciudad escaparate española.
La falta de representatividad de una importante parte de la población para contrarrestar tan nefasta gestión, vetada por una indecente policial Ley de Partidos dictada por el antivasco pacto PSOE-PP, ha sido utilizada para favorecer todos los síntomas de la degradación urbana: imposición, prevaricación y corrupción. Desde una contemplación urbanística y arquitectónica la sociedad vasca estamos padeciendo la destrucción democrática de ciudad y el territorio.
La gestión del Área de Urbanismo dirigida por Madrazo doblegada a las órdenes del poder del PNV, síntesis de servicio a la especulación y destrucción del patrimonio arquitectónico y urbanístico, ha sido uno de los ejemplos más desgraciados que se puedan contemplar en una ciudad civilizada europea, sin tener la dignidad personal, social y cultural que impidiese tanta ignorancia, brutalidad y despilfarro, o dimitir.
Sufrida y asumida socialmente la decepción de Abandoibarra, incluida la reciente plaza Euskadi, es preciso advertir que los premios municipales recibidos se compran en el mercado mundial a cambio de contraprestaciones. Resulta sorprendente que una parte tan importante de Bilbao como Zorrotzaurre, 700.000 m², se gestione por una entidad privada dominada por una inmobiliaria, y que se haya permitido sin concurso alguno adjudicar su ordenación y quizá construcción a una prestigiosa arquitecta Zaha Hadid, para que debute haciendo urbanismo, con criterios propios de emiratos corruptos con extravagancias formales y costosos despilfarros, con la socialmente fracasada finalidad sensacionalista de desembarcar en las orillas de la ría proyectos de autoría famosa, al margen de sus oportunidad y calidad.
A su vez, como presidenta de la Comisión del Patrimonio de Bilbao, organismo municipal que reiteradamente ha mostrado su prepotencia política e insolvencia cultural, sus resoluciones han sido un permanente homenaje a la barbarie monumental. Incluso en ocasiones ha cedido la presidencia de dicho al concejal de Obras y Servicios José Luis Sabas sobradamente conocido por su instinto básico destructor y sus prepotentes modales en estos nefastos años para el patrimonio monumental. Obedeciendo los intereses especulativos de la alcaldía, es decir del PNV, ha autorizado vergonzosamente todas las alteraciones del grado de protección de las edificaciones catalogadas para permitir su demolición o deformación.
Recordemos algunos de los más desgraciados episodios. Además de admitir la tala de árboles y destrucción de la Plaza Darío de Regoyos para las salvajes World Series, la destrucción de la Escalinatas y Rampas de Uribitarte y del cercano Depósito Franco para una corrupta operación inmobiliaria, la eliminación absoluta de las bellísimas naves de Santa Ana de Bolueta, excepto o que no estorbaba para el proyecto de viviendas, la chimenea y una pequeña central hidroeléctrica, denigrante claudicación en el arco y tribuna de San Mames, indiferencia ante la banalización de las plazas Eguillor, Jado y la estafa social con la desaparición de la fuente monumental en la de Zabalburu, admitir la horterada colorada del Puente de La Salve, la agresión por intromisión al entorno de protección de la Universidad de Deusto con la pasarela de Abandoibarra, la vulgar intervención ridiculizando la casa-torre de Urizar en Irala, la afección con muros de hormigón ya construidos al entorno protegido de la antigua harinera de El Pontón, actual ikastola Abusu en Bolueta, estando paralizada su continuación por resolución judicial la pérdida del carácter marítimo fluvial de la Ría con el derribo de las balizas portuarias catalogadas en la margen derecha, la nº 940 junto al puente de La Salve y la 930 junto al de Deustua, la desaparición del edificio Besga Astoreca, en María Díaz de Haro 3 para Archivo Nacional Histórico Vasco, el abusivo volumen descuidadamente añadido en la reforma del Teatro Campos Elíseos, el vaciado interior para fomentar el fachadismo en el Coliseo Albia, y en el edificio de la Unión Farmacéutica, el rotundo fracaso inicialmente con el pretendido mantenimiento de la dársena (canal) de Deustu y posterior derrota social y judicial con el intento de relleno parcial, la indiferencia ante la evidente ilegalidad y absurda obra del Mercado de la Ribera, la incomprensible entrega a un diseñador para la consiguiente aberración arquitectónica y sospechoso despilfarro de la Alhóndiga y el consiguiente urbicidio de la plaza Arriquibar, la indiferencia ante la desaparición del Cuartel de Garellano para otra jugada inmobiliaria encubierta con un simulacro de concurso y el consiguiente e irracional traslado de la policía municipal y bomberos a Miribilla que necesitarán una base auxiliar bajo el Puente de Deustu la ignorante complacencia ante la desaparición del Garaje RAG impuesta por el desacreditado por antivasco BBVA, el silencio ante el anunciado despropósito de derribar la estación de Abando para una hipotética llegada del TAV al que su partido se ha opuesto inicial y tímidamente para cubrir la hipócrita apariencia de preocupación por el medio ambiente.
Su lamentable actitud de condescendencia durante demasiados años con una derecha esencialmente especulativa disfrazada de bilbainismo regionalista ha desintegrado un respetable partido, necesario en el ámbito estatal, desacreditando sus raíces y saqueándolo ideológicamente. Los pronósticos electorales sancionan su calamitosa gestión augurando su merecida y justa desaparición del nuevo escenario político municipal.
Iñaki Uriarte
Arquitecto
Bilbao, 2011.05.05