Hay con­de­nas y con­de­nas – Car­los Aznarez

Con moti­vo de las últi­mas deten­cio­nes y tor­tu­ras ocu­rri­das en el País Vas­co (las que demues­tran que para el gobierno espa­ñol no hay tre­gua que val­ga) se vol­vie­ron a escu­char las con­sa­bi­das ape­la­cio­nes por par­te de fun­cio­na­rios de Rodrí­guez Zapa­te­ro, diri­gen­tes polí­ti­cos de la dere­cha y los escri­bas del terro­ris­mo mediá­ti­co, para que el nue­vo par­ti­do de la izquier­da inde­pen­den­tis­ta vas­ca («Sor­tu»), que aca­ba de pre­sen­tar su pedi­do de lega­li­za­ción, con­de­ne la vio­len­cia, con­de­ne a los «terro­ris­tas» y a todos aque­llos que le cai­gan mal a los auto­de­no­mi­na­dos «demó­cra­tas».

El recur­so de la «con­de­na» es una espe­cie de chan­ta­je que se vie­ne usan­do por par­te de la alian­za PP-PSOE des­de hace años, con la idea de demo­ni­zar y cri­mi­na­li­zar a las opcio­nes polí­ti­cas inde­pen­den­tis­tas. La ecua­ción es sen­ci­lla: si tal par­ti­do, sin­di­ca­to, gru­po cul­tu­ral, orga­ni­za­ción juve­nil, o per­so­na­li­da­des varias, no con­de­nan a lo que el sis­te­ma tipi­fi­ca como «terro­ris­tas», enton­ces cada una de esas ins­ti­tu­cio­nes popu­la­res o refe­ren­tes indi­vi­dua­les, tam­bién son terroristas.

De allí que Zapa­te­ro, Rajoy, Rubal­ca­ba, Ares o Patxi López fes­te­jen cuan­do la Guar­dia Civil o sus dife­ren­tes cuer­pos poli­cia­les alla­nan vivien­das, vue­len puer­tas con explo­si­vos, gol­peen a la madre o al padre del dete­ni­do de turno, lo enca­pu­chen, le apli­quen la bol­sa, la bañe­ra o los elec­tro­dos, y casi siem­pre lo man­den al hos­pi­tal, magu­lla­do por don­de se lo mire. Tras la con­fe­ren­cia de pren­sa anun­cian­do «un nue­vo triun­fo poli­cial», ense­gui­da habrá alguno de ellos, sino todos a la vez, que men­cio­nen la cita­da pala­bre­ja: «esta­mos espe­ran­do vues­tra condena…».

Aho­ra bien, si habla­mos de con­de­nas, la pre­gun­ta del millón es por qué razón el Gobierno espa­ñol no con­de­na algu­nas de las tan­tas infa­mes tro­pe­lías come­ti­das a dia­rio y con insis­ten­te con­ti­nui­dad en los últi­mos años. Por ejemplo:

-La cola­bo­ra­ción cri­mi­nal (a tra­vés de sus ejér­ci­tos y poli­cías) en la inva­sión y geno­ci­dio en Iraq, don­de orga­nis­mos inter­na­cio­na­les de Dere­chos Huma­nos, seña­lan que se han pro­du­ci­do un millón de muer­tos civi­les por cul­pa de la acción béli­ca de los alia­dos occidentales.

-La cola­bo­ra­ción cri­mi­nal con simi­lar actua­ción, jun­to a las tro­pas nor­te­ame­ri­ca­nas, en Afga­nis­tán, don­de los muer­tos loca­les se cuen­tan por dece­nas de miles.

-La cola­bo­ra­ción cri­mi­nal con la ven­ta de armas a paí­ses ára­bes gober­na­dos por monar­cas, dés­po­tas o dic­ta­do­res, muchos de los cua­les aho­ra están sien­do arra­sa­dos por sus pue­blos, pre­ci­sa­men­te por la cade­na de crí­me­nes y vio­la­cio­nes de dere­chos huma­nos come­ti­das. Sólo en los pri­me­ros seis meses de 2010, Espa­ña le ven­dió armas a Ara­bia Sau­di­ta por valor de 1,5 millo­nes de euros, y al gobierno cri­mi­nal de Marrue­cos (que sojuz­ga y ase­si­na a los habi­tan­tes del Saha­ra Occi­den­tal) por valor de 350 millo­nes de euros. Algo pare­ci­do ocu­rre con Arge­lia, Egip­tos, Jor­da­nia y Túnez.

-La cola­bo­ra­ción cri­mi­nal con el gobierno idem de Israel. Un infor­me ofi­cial del Gobierno espa­ñol admi­te la expor­ta­ción de mate­rial béli­co a sus cole­gas sio­nis­tas por valor de más de 1.550.000 euros seis meses antes que los avio­nes israe­líes bom­bar­dea­ran Gaza a fines de diciem­bre de 2009 y en enero de 2010. Vale la pena recor­dar que con esas armas más otras simi­la­res se ase­si­na­ron a más de 1500 pales­ti­nos y se des­tru­yó casi por com­ple­to la infra­es­truc­tu­ra de Gaza.

-La cola­bo­ra­ción cri­mi­nal con los res­pec­ti­vos gobier­nos de Alva­ro Uri­be Vélez y Juan Manuel San­tos en Colom­bia. Año tras año, des­de Espa­ña han sido envia­dos car­ga­men­tos de armas, e inclu­so avio­nes, para ase­si­nar a los lucha­do­res colom­bia­nos de la insur­gen­cia, a los inte­gran­tes de orga­ni­za­cio­nes cam­pe­si­nas o estudiantiles.

-Las tareas de «per­fec­cio­na­mien­to e ins­truc­ción mili­tar» jun­to a sus cole­gas del Mos­sad israe­lí y del FBI esta­dou­ni­den­se, con quie­nes han ela­bo­ra­do ver­da­de­ros manua­les de «gue­rra con­tra­in­sur­gen­te», que com­pren­de méto­dos sofis­ti­ca­dos de tor­tu­ra físi­ca y psi­co­ló­gi­ca, uti­li­zan­do inclu­so dro­gas y alu­ci­nó­ge­nos para des­es­ta­bi­li­zar a los dete­ni­dos, la mayo­ría de ellos vas­cos y vascas.

-La expor­ta­ción cri­mi­nal de Guar­dias Civi­les y poli­cías nacio­na­les a paí­ses lati­no­ame­ri­ca­nos como Gua­te­ma­la, Colom­bia, Para­guay y Perú, para rea­li­zar cur­sos de con­tra­es­pio­na­je y uti­li­za­ción de tác­ti­cas ofen­si­vas, «her­ma­nán­do­se» así con los uni­for­ma­dos latinoamericanos.

-El com­por­ta­mien­to lesi­vo para la dig­ni­dad de los pue­blos y en muchos casos cri­mi­nal por par­te de las tras­na­cio­na­les espa­ño­las que ope­ran en dis­tin­tos paí­ses de Lati­noa­mé­ri­ca, no sólo devas­tan­do sus res­pec­ti­vos ámbi­tos natu­ra­les, des­tru­yen­do el eco­sis­te­ma o gene­ran­do enve­ne­na­mien­tos masi­vos por el uso de tóxi­cos u otros ele­men­tos simi­la­res, sino que tam­bién ‑en fran­ca cola­bo­ra­ción con las fuer­zas repre­si­vas loca­les- per­si­guen y cri­mi­na­li­zan a quie­nes les enfren­tan, como es el caso de los indí­ge­nas Mapu­che o las bar­ba­ri­da­des come­ti­das en Nica­ra­gua por la empre­sa Endesa.

Ellos, los cam­peo­nes del recur­so de la con­de­na, siem­pre y cuan­do sea para macha­car aún más a los pue­blos, no con­de­nan sus pro­pios y leta­les com­por­ta­mien­tos. No lo hacen aho­ra y tam­po­co lo han hecho en el pasa­do. Sólo bas­ta recor­dar que con su lle­ga­da a Abya Yala, los con­quis­ta­do­res espa­ño­les come­tie­ron el más gran­de de los holo­caus­tos, al ase­si­nar a más de 90 millo­nes de habi­tan­tes de los pue­blos ori­gi­na­rios. Tam­po­co hicie­ron jus­ti­cia (que es algo más que una con­de­na for­mal) con los ase­si­nos de un millón de espa­ño­les duran­te la gue­rra fas­cis­ta empren­di­da por Fran­co, o con los que bom­bar­dea­ron al pue­blo vas­co de Guer­ni­ca, o al de San Sebas­tián-Donos­ti, por citar sólo algu­nos ejem­plos de la era fas­cis­ta española.

Vol­vien­do a Eus­kal Herria: hace más de un año y medio que las armas están calla­das. Ade­más, la orga­ni­za­ción que las esgri­mió duran­te medio siglo, ha reite­ra­do hace poco más de un mes, un alto el fue­go per­ma­nen­te y veri­fi­ca­ble, seña­lan­do que es la hora de apos­tar a la vía polí­ti­ca para con­se­guir los fines estra­té­gi­cos. Ese lla­ma­mien­to ha cala­do hon­do den­tro y fue­ra de Eus­kal Herria, de allí que se haya lan­za­do una opción par­ti­da­ria, que por impe­ra­ti­vo legal espa­ñol (la famo­sa y pros­crip­ti­va Ley de Par­ti­dos), ha teni­do que sus­cri­bir unos esta­tu­tos don­de entre otros pun­tos se con­de­na ‑pre­ci­sa­men­te- a la «vio­len­cia» y sus eje­cu­to­res. Tal enun­cia­do ha traí­do inclu­so, algún deba­te menor entre los aber­tza­les, pero como se tie­ne cla­ro que lo más impor­tan­te es pro­fun­di­zar en el camino de la vía polí­ti­ca, han pre­va­le­ci­do la uni­dad y el entu­sias­mo. Tan­to es así, que la pre­sión inter­na­cio­nal para faci­li­tar el nue­vo reco­rri­do no se ha hecho espe­rar, deman­dan­do una res­pues­ta cla­ra al gobierno de Madrid.

No obs­tan­te esta nue­va reali­dad, Zapa­te­ro y sus boys siguen sin que­rer ente­rar­se, y a tra­vés de uno de sus dino­sau­rios de turno, ape­lli­da­do Rubal­ca­ba, redo­bla el tam­bor de la «solu­ción poli­cial», y ampa­rán­do­se en la doc­tri­na fija­da por el Juez Gar­zón de que «todo es ETA», exi­ge más y más condenas.

No lo dicen, pero se les nota en cada acti­tud o ges­to de des­pre­cio hacia el pue­blo vas­co. En reali­dad, quie­ren a todo el mun­do de rodi­llas y mar­chan­do sobre un piso de vidrio moli­do, e inclu­so en ese momen­to segui­rían repi­tien­do como autó­ma­tas: «con­de­nen, con­de­nen, condenen…»

Que se con­de­nen ellos, por inva­dir pue­blos, por sojuz­gar­los, por ham­brear­los, por masa­crar­los. Que se con­de­nen ellos por ser los con­ti­nua­do­res de Fran­co y sus cami­sas azu­les. Que se con­de­nen ellos, por pre­fe­rir a un monar­ca hol­ga­zán y gue­rre­ris­ta, a una Repú­bli­ca Fede­ral y socia­lis­ta. Que se con­de­nen ellos por inva­dir y usur­par los terri­to­rios vas­cos, cata­la­nes, galle­gos, anda­lu­ces, astu­ria­nos… Que se sigan con­de­nan­do por negar­se a la auto­de­ter­mi­na­ción de los mismos.

Que se con­de­nen de una vez y para siem­pre, antes de que les ocu­rra lo inevi­ta­ble y cuya medi­ci­na ya han pro­ba­do los Muba­rak, los Ben Alí, los Has­sán, los Bou­te­fli­ca y los que segu­ra­men­te han de seguir­les a cor­to plazo.

Resu­men Latinoamericano.

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