Gre­cia debe rom­per con la Troi­ka y sus­pen­der el pago de la deu­da- Eric Toussaint

Es urgen­te que los movi­mien­tos socia­les de Euro­pa expre­sen una autén­ti­ca soli­da­ri­dad acti­va con el pue­blo grie­go y cons­ti­tu­yan una pla­ta­for­ma común euro­pea de resis­ten­cia a la aus­te­ri­dad con el fin de con­se­guir la anu­la­ción de las deu­das ilegítimas.

Una gran par­te de la pobla­ción grie­ga ha mos­tra­do des­de el pri­mer memo­rán­dum de mayo de 2010 una opo­si­ción cre­cien­te a las medi­das de aus­te­ri­dad impues­tas por las auto­ri­da­des grie­gas y la Troi­ka: huel­gas gene­ra­les, ocu­pa­ción de las pla­zas públi­cas, mani­fes­ta­cio­nes en las calles, movi­mien­tos de resis­ten­cia a los aumen­tos de las tari­fas de los ser­vi­cios y los trans­por­tes, sin olvi­dar el relan­za­mien­to de la acti­vi­dad de algu­nos ser­vi­cios como el del hos­pi­tal de Kil­kis en Mace­do­nia o la recu­pe­ra­ción de la acti­vi­dad, el 15 de febre­ro de 2012, del perió­di­co Elefthe­roty­pia con­du­ci­do por los trabajadores.

La sumi­sión y el com­pro­mi­so del gobierno grie­go con la Troi­ka agra­van la situa­ción eco­nó­mi­ca del país y vio­lan los dere­chos eco­nó­mi­cos y socia­les de la pobla­ción. El últi­mo plan, falaz­men­te lla­ma­do «de sal­va­men­to», cons­ti­tu­ye una eta­pa más del aban­dono de la sobe­ra­nía grie­ga a favor de la Unión Euro­pea y los acree­do­res: el total de los nue­vos cré­di­tos irá a reem­bol­sar una deu­da amplia­men­te ile­gí­ti­ma y será ges­tio­na­do direc­ta­men­te por los acreedores.

Los pue­blos de los paí­ses del sur del pla­ne­ta han esta­do some­ti­dos duran­te dos dece­nios (des­de 1982 a prin­ci­pios de los años 2000) a ese tipo de polí­ti­ca que uti­li­za el pre­tex­to del reem­bol­so de la deu­da como arma para des­truir una serie de con­quis­tas socia­les que cons­ti­tu­yen los dere­chos fun­da­men­ta­les de la socie­dad. Argen­ti­na es un caso emble­má­ti­co. Des­pués de 25 años de polí­ti­cas neo­li­be­ra­les (1976−2001) y una suce­sión de pla­nes de aus­te­ri­dad lle­va­dos a cabo por el FMI, en diciem­bre de 2001 esta­lló una rebe­lión popu­lar que lle­vó a la caí­da del gobierno. Las nue­vas auto­ri­da­des decre­ta­ron uni­la­te­ral­men­te la sus­pen­sión del reem­bol­so de la deu­da públi­ca en for­ma de títu­los ven­di­dos en los mer­ca­dos finan­cie­ros por un mon­tan­te de 90.000 millo­nes de dóla­res. Has­ta hoy es la sus­pen­sión de pago más impor­tan­te de la his­to­ria. Des­pués de tres años de sus­pen­sión de pago duran­te los cua­les el gobierno, en medio de una cri­sis pre-revo­lu­cio­na­ria (diciem­bre de 2001-prin­ci­pios de 2003) esta­ble­ció una polí­ti­ca de relan­za­mien­to eco­nó­mi­co y se negó a seguir las reco­men­da­cio­nes del FMI, Argen­ti­na impu­so a los acree­do­res una reduc­ción del 65% de la deu­da. A fina­les de diciem­bre de 2001 Argen­ti­na sus­pen­dió tam­bién el reem­bol­so de su deu­da bila­te­ral (por un mon­tan­te de 6.500 millo­nes de dóla­res) con res­pec­to a paí­ses como Espa­ña, Fran­cia, Ale­ma­nia, Ita­lia, Gran Bre­ta­ña… agru­pa­dos en el Club de París. Esta sus­pen­sión de pagos dura des­de hace diez años y Argen­ti­na va muy bien. Entre 2003 y 2012, su tasa media de cre­ci­mien­to anual ha lle­ga­do al 8%. Si Argen­ti­na no hubie­ra sus­pen­di­do el reem­bol­so de la deu­da y no hubie­se recha­za­do los dic­ta­dos del FMI y los demás acree­do­res, habría sido inca­paz de bene­fi­ciar­se a par­tir de 2004 – 2005 del aumen­to de los pre­cios de los pro­duc­tos que expor­ta al mer­ca­do mun­dial. Todos los bene­fi­cios habrían sido engu­lli­dos por el reem­bol­so de la deu­da. Bajo la pre­sión popu­lar, las auto­ri­da­des argen­ti­nas han recha­za­do los aumen­tos de las tari­fas eléc­tri­cas, del agua, de las tele­co­mu­ni­ca­cio­nes, etc. que que­rían impo­ner las mul­ti­na­cio­na­les extran­je­ras y el FMI. Las con­di­cio­nes de vida de los argen­ti­nos han mejo­ra­do nota­ble­men­te y en la actua­li­dad los ciu­da­da­nos euro­peos toman el camino de ese país para inten­tar con­se­guir un tra­ba­jo digno.

El ejem­plo de Argen­ti­na demues­tra que recha­zan­do some­ter­se a los acree­do­res y al FMI para pagar una deu­da amplia­men­te ile­gí­ti­ma se pue­de levan­tar la cabe­za y mejo­rar las con­di­cio­nes de vida de la población.

Como seña­lé al prin­ci­pio de este artícu­lo, es nece­sa­rio que el com­ba­te de los grie­gos no se que­de ais­la­do, hay que cons­truir un amplio movi­mien­to de soli­da­ri­dad con él y que el con­jun­to de los pue­blos euro­peos cons­tru­ya un fren­te de resis­ten­cia para la anu­la­ción de la deu­da ile­gí­ti­ma y la total refun­da­ción de una Euro­pa de los pue­blos por medio de un pro­ce­so cons­ti­tu­yen­te autén­ti­ca­men­te democrático.

Rebe­lión

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