Gad­da­fi murió com­ba­tien­do con dig­ni­dad y cohe­ren­cia- Miguel Urbano Rodrigues

Los “rebel­des” de Bengha­zi fue­ron entre­na­dos y arma­dos por los ofi­cia­les euro­peos y por la CIA, por el Mos­sad y por los ser­vi­cios bri­tá­ni­cos y fran­ce­ses

Las fotos divul­ga­das por los con­tra­rre­vo­lu­cio­na­rios del CNT eli­mi­nan dudas: Mua­mar Gad­da­fi murió en Sir­te. Noti­cias con­tra­dic­to­rias sobre las cir­cuns­tan­cias de su muer­te reco­rren el mun­do, sem­bran­do la con­fu­sión. Pero de las pro­pias decla­ra­cio­nes de aque­llos que exhi­ben el cadá­ver del líder libio emer­ge una evi­den­cia: Gad­da­fi fue asesinado.

En el momen­to en que escri­bo, la Resis­ten­cia libia aún no hizo públi­ca una nota sobre el com­ba­te final de Gad­da­fi. Más des­de ya se pue­de afir­mar que cayó luchando.

Los media al ser­vi­cio del impe­ria­lis­mo inten­tan inme­dia­ta­men­te trans­for­mar el acon­te­ci­mien­to en una vic­to­ria de la demo­cra­cia, y los gober­nan­tes de los EEUU y de la Unión Euro­pea y la inte­lec­tua­li­dad neo­li­be­ral fes­te­jan el cri­men, derra­man­do insul­tos sobre el últi­mo jefe de Esta­do legi­ti­mo de Libia. Esa acti­tud no sor­pren­de, pero su efec­to es opues­to al pre­ten­di­do: el impe­ria­lis­mo exhi­be para la huma­ni­dad su ros­tro funesto.

La agre­sión al pue­blo de Libia, con­ce­bi­da y mon­ta­da con mucha anti­ci­pa­ción, lle­va­da ade­lan­te con la com­pli­ci­dad del Con­se­jo de Segu­ri­dad de la ONU y eje­cu­ta­da mili­tar­men­te por los EEUU, Fran­cia y Gran Bre­ta­ña deja­rá en la His­to­ria la memo­ria de una de las más abyec­tas gue­rras neo­co­lo­nia­les de ini­cio del siglo XXI.

Cuan­do la OTAN comen­zó a bom­bar­dear las ciu­da­des y aldeas de Libia, vio­lan­do la Reso­lu­ción apro­ba­da sobre la lla­ma­da Zona de Exclu­sión aérea, Oba­ma, Sar­kozy y Came­ron afir­ma­ron que la gue­rra, dis­fra­za­da de “inter­ven­ción huma­ni­ta­ria”, ter­mi­na­ría en pocos días. Pero la des­truc­ción del país y la matan­za de civi­les duro más de sie­te meses.

Los seño­res del capi­tal fue­ron des­men­ti­dos por la Resis­ten­cia del pue­blo de Libia. Los “rebel­des” de Bengha­zi, entre­na­dos y arma­dos por los ofi­cia­les euro­peos y por la CIA, por el Mos­sad y por los ser­vi­cios bri­tá­ni­cos y fran­ce­ses huían en des­ban­da­da, como cone­jos, siem­pre que enfren­ta­ban a aque­llos que defen­dían Libia de la agre­sión extranjera.

Fue­ron los devas­ta­do­res bom­bar­deos de la OTAN los que les per­mi­tie­ron entrar en las ciu­da­des que habían sido inca­pa­ces de tomar. Más, ocu­pa­da Trí­po­li, fue­ron duran­te sema­nas derro­ta­dos en Bani Walid y Sir­te, baluar­tes de la resis­ten­cia. En esta hora en que el impe­ria­lis­mo dis­cu­te ya, con gula, la repar­ti­ción del petró­leo y del gas libios, es para Mua­mar Gad­da­fi y no para los res­pon­sa­bles por su muer­te que se diri­ge en todo el mun­do el res­pe­to de millo­nes de hom­bres y muje­res que creen en los valo­res y prin­ci­pios invo­ca­dos, pero vio­la­dos, por sus asesinos.

Gad­da­fi afir­mó des­de el pri­mer día de la agre­sión que resis­ti­ría y lucha­ría con su pue­blo has­ta la muer­te. Hon­ró la pala­bra empe­ña­da. Cayó combatiendo.

¿Qué ima­gen que­da­rá de él en la His­to­ria? Una res­pues­ta bre­ve a la pre­gun­ta es no es hoy acon­se­ja­ble, pre­ci­sa­men­te por­que Mua­mar Gad­da­fi fue como hom­bre y esta­dis­ta una per­so­na­li­dad com­ple­ja, cuya vida refle­jó sus con­tra­dic­cio­nes. Tres Gad­da­fis dife­ren­tes, casi incom­pa­ti­bles, son iden­ti­fi­ca­bles en los 42 años en que diri­gió con mano de hie­rro a Libia.

El joven ofi­cial que en 1969 derro­có a la corrup­ta monar­quía Senus­si­ta, inven­ta­da por los ingle­ses, actúo duran­te años como un revo­lu­cio­na­rio. Trans­for­mó una socie­dad tri­bal pau­pé­rri­ma, don­de el anal­fa­be­tis­mo supe­ra­ba el 90% y los recur­sos natu­ra­les esta­ban en manos de las tras­na­cio­na­les nor­te­ame­ri­ca­nas y bri­tá­ni­cas, en uno de los paí­ses más ricos del mun­do musul­mán. Pero de las monar­quías del Gol­fo se dife­ren­ció por tener una polí­ti­ca pro­gre­sis­ta. Nacio­na­li­zó los hidro­car­bu­ros, erra­di­có prác­ti­ca­men­te el anal­fa­be­tis­mo, cons­tru­yó uni­ver­si­da­des y hos­pi­ta­les; pro­por­cio­nó habi­ta­ción dig­na a los tra­ba­ja­do­res y cam­pe­si­nos y recu­pe­ro para una agri­cul­tu­ra moder­na millo­nes de hec­tá­reas del desier­to gra­cias a la cap­ta­ción de aguas subterráneas.

Esas con­quis­tas le valie­ron una gran popu­la­ri­dad y la adhe­sión de la mayo­ría de los libios. Pero no fue­ron acom­pa­ña­das de medi­das que abrie­sen la puer­ta a la par­ti­ci­pa­ción popu­lar. El régi­men se vol­vió, por el con­tra­rio cada vez más auto­crá­ti­co. Ejer­cien­do un poder abso­lu­to, el líder se dis­tan­cio pro­gre­si­va­men­te en los últi­mos años de la poli­ti­ca de inde­pen­den­cia que lle­va­ra a los EEUU a incluir a Libia en la lis­ta negra de los esta­dos a aba­tir por­que no se some­tían. Bom­bar­dea­da Trí­po­li en una agre­sión impe­rial, el país fue afec­ta­do por duras san­cio­nes y cali­fi­ca­do de “esta­do terrorista”.

En una extra­ña meta­mor­fo­sis sur­gió enton­ces un segun­do Gad­da­fi. Nego­ció el levan­ta­mien­to de las san­cio­nes, pri­va­ti­zó empre­sas, abrió sec­to­res de la eco­no­mía al impe­ria­lis­mo. Pasó a ser reci­bi­do como un ami­go en las capi­ta­les euro­peas. Ber­lus­co­ni, Blair, Sar­kozy, Sócra­tes y otros gober­nan­tes de la UE lo reci­bie­ron con abra­zos hipó­cri­tas. Oba­ma tam­bien lo tra­to con defe­ren­cia . Algu­nos firm­ron con Libia acuer­dos millo­na­rios, en tan­to él mul­ti­pli­ca­ba las excen­tri­ci­da­des, acam­pan­do en su tien­da en las capi­ta­les euro­peas. En la últi­ma meta­mor­fo­sis emer­gió con la agre­sión impe­rial el Gad­da­fi que recu­pe­ró la dignidad.

Leí en algu­na par­te que él admi­ra­ba a Sal­va­dor Allen­de y des­pre­cia­ba a los diri­gen­tes que en las horas deci­si­vas capi­tu­lan y fugan al exi­lio. Cual­quier para­le­lo entre él y Allen­de sería des­ca­be­lla­do. Pero tal como el pre­si­den­te de la Uni­dad Popu­lar chi­le­na, Gad­da­fi, cohe­ren­te con el com­pro­mi­so asu­mi­do, murió com­ba­tien­do. Con cora­je y dignidad.

Inde­pen­dien­te­men­te del jui­cio futu­ro de la His­to­ria, Mua­mar Gad­da­fi será por el tiem­po recor­da­do como un héroe por los libios que aman la inde­pen­den­cia y la liber­tad. Y tam­bién por muchos millo­nes de musulmanes.

La Resis­ten­cia ade­más pro­si­gue, esti­mu­la­da por su ejemplo.

Foto: Visi­ta de Fidel Cas­tro a Libia en 1977. revo​lu​cion​so​cia​lis​tax​xi​.blogs​pot​.com

VN de GAIA, Por­tu­gal, 20 de octu­bre, día de la muer­te de Mua­mar Gad­da­fi Tra­duc­ción: Jaz­min Padi­lla. www​.odia​rio​.info

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