El número de militares peruanos muertos subió a cinco, a raíz de un presunto ataque en la selva de la región Cuzco, cometido en la víspera de la segunda vuelta presidencial, según informó el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.
Un nuevo reporte oficial precisó que «debido a la gravedad de las heridas» producidas durante un enfrentamiento de ayer fallecieron dos suboficiales del Ejército, que se suman a los tres soldados muertos en el lugar del ataque.
De acuerdo al informe castrense, una patrulla del comando especial instalado en el Valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE) que se dirigía a custodiar el proceso electoral en la localidad de Choquetira, distrito de Vilcabamba, en la provincia de La Convención, fue atacada por los guerrilleros.
A raíz de esa emboscada, se reportaron seis heridos, además de los tres muertos iniciales, razón por la cual se estima que los lesionados son ahora cuatro militares.
El comando conjunto de las fuerzas armadas señaló que se continúa con las operaciones militares para el rescate de los heridos y evacuación de los fallecidos en la zona.
La patrulla que contaba con aproximadamente 30 integrantes Luis Puel, tenía que subir un nevado de casi cuatro mil metros sobre el nivel del mar para dejar el material que iba a ser destinado a dos mesas de sufragio.
Sin embargo, el Ejército había solicitado al Jurado Electoral Especial que retire esas dos mesas para que estas sean enviadas a otros centros educativos con mayor resguardo.
Los militares también habrían estado acompañados de integrantes de la Oficina Descentralizada de Procesos Electorales y del Jurado Electoral Especial.
No se sabe el paradero del material electoral que se llevaba al momento de la emboscada.
Por otra parte, días antes fracasó una importante operación conjunta realizada entre la policía peruana y el ejército, el operativo sumó 500 efectivos uniformados y consistió en un ataque nocturno a un campamento del Ejército Guerrillero Popular, brazo armado del PCP (m‑l-) de características muy similares a las acciones nocturnas realizadas por el ejército de Colombia contra las FARC, lo que prueba la existencia de una dirección militar común en ambos países, previsiblemente los servicios secretos norteamericanos.
Los combatientes comunistas peruanos se percataron del ataque y cuando la fuerza armada tomó el lugar, ya no había nadie. Obviamente, los combatientes clandestinos se prepararon para repeler la emboscada frustrada y su reaparición ha sido letal para las fuerzas armadas peruanas.
El PCP (m‑l-m) está dirigido por un veterano militante maoista, Victor Quispe Palomino (José), cuyo padre, militante comunista fue asesinado por las rondas campesinas, también su madre formó parte de la insurrección armada y en la actulidad otros hermanos de Quispe forman parte del grupo de resistentes que partiendo del VTAE, zona de Ayacucho tienen capacidad de operar con capacidad de repliegue en el mismo Cusco, desmintiéndose así el mito de la derrota de la guerrilla maoista.
Los servicios de inteligencia del Perú sitúan en unos 500 combatientes los efectivos del partido – guerrilla que rechaza la figura del Pte. Gonzalo, al que acusan de traición.
El eje central de su propuesta política consiste en el desarrollo de la Guerra Annti – imperialista de Liberación nacional, en este sentido los efectivos militantes peruanos hicieron pública su disposición a un frente latinoamericano anti imperialista de carácter continental, valorando positivamente los procesos de enfrentamiento con el imperialismo que se vienen produciendo en Latinoamérica.