Elec­cio­nes en Fran­cia: cir­co, esta­fa y cinis­mo- Luis Arce

El triun­fo de Hollan­de no cam­bia la estruc­tu­ra de poder en Fran­cia. El nue­vo pre­si­den­te no está en con­tra de las trans­na­cio­na­les y de los ricos de ese país.

El pro­ce­so elec­to­ral en Fran­cia nada tie­ne que envi­diar a las elec­cio­nes en las repu­bli­cas bana­ne­ras de Ame­ri­ca Lati­na o cual­quier par­te del Áfri­ca, don­de los jue­gos arti­fi­cia­les y el espec­tácu­lo de cir­co encu­bren el enga­ño y la esta­fa. En Fran­cia la con­tien­da elec­to­ral fue entre Nico­las Sar­kozy pre­si­den­te salien­te que ambi­cio­nó la reelec­ción y Fran­co­is Hollan­de, can­di­da­to del Par­ti­do Socia­lis­ta fran­cés. El pri­me­ro, es un per­so­na­je ego­cén­tri­co, ridícu­lo y con aspi­ra­cio­nes de peque­ño dic­ta­dor. Algo así como una cari­ca­tu­ra gro­tes­ca de Napo­león. Des­de el ini­cio de su gobierno apli­có una polí­ti­ca anti­po­pu­lar y sus pos­tu­ras gro­se­ras hicie­ron que se gana­ra el des­pre­cio de la mayo­ría de fran­ce­ses. Es tan dere­chis­ta que es difí­cil hacer la dife­ren­cia entre él y Mari­na Le Pen la lide­re­za de la dere­cha fas­cis­ta de Fran­cia. Su gobierno fue mar­ca­do por escán­da­los de corrup­ción, acti­tu­des racis­tas y de odio con­tra los extran­je­ros. En la mitad de su gobierno, cer­ca del 70% de los fran­ce­ses recha­za­ban su administración.

El segun­do can­di­da­to y fla­man­te pre­si­den­te asu­mió poses de can­di­da­to de “izquier­da”, refor­ma­dor y socia­lis­ta, pero duran­te su cam­pa­ña elec­to­ral dejo al des­cu­bier­to sus con­tra­dic­cio­nes con ofre­ci­mien­tos pura­men­te elec­to­ra­les. Por ejem­plo, al ini­cio de su cam­pa­ña, en for­ma ambi­gua, como para no herir a los pode­ro­sos, dijo que su ver­da­de­ro “adver­sa­rio en esta bata­lla no tie­ne nom­bre ni cara ni par­ti­do. Es el mun­do de las finan­zas». Todo el mun­do se que­dó con la boca abier­ta. Muchos se pre­gun­ta­ron: ¿y las trans­na­cio­na­les fran­ce­sas ins­ta­la­das en Irak, Afga­nis­tán, Libia, don­de con el dine­ro de los fran­ce­ses hacen gue­rras para apo­de­rar­se de gigan­tes­cas ganan­cias. Lo mis­mo ocu­rrió con el pro­ble­ma de los extran­je­ros en este país. En la cam­pa­ña elec­to­ral se opu­so al dis­cur­so anti extran­je­ro de Sar­kozy, pero a medio camino, cam­bio de rum­bo y dijo que en un “perio­do de cri­sis, la limi­ta­ción de la inmi­gra­ción eco­nó­mi­ca es nece­sa­ria e indispensable”.

En estas elec­cio­nes no hubo, como dijo la pro­pa­gan­da, una con­fron­ta­ción entre izquier­da y dere­cha. “Fran­cia gira a la izquier­da” han dicho dife­ren­tes ana­lis­tas y dia­rios del mun­do. Los par­ti­dos socia­lis­tas de Euro­pa son orga­ni­za­cio­nes al ser­vi­cio de las trans­na­cio­na­les y del gran capi­tal inter­na­cio­nal. Los socia­lis­tas euro­peos can­tan la inter­na­cio­nal pero son orga­ni­za­cio­nes anti­co­mu­nis­tas y defen­so­res de la pro­pie­dad pri­va­da y los mono­po­lios. Son defen­so­res del sis­te­ma impe­ria­lis­ta mun­dial y enemi­gos del pro­gre­so social, la jus­ti­cia y el bien­es­tar social. Los par­ti­dos socia­lis­tas, tan­to en Fran­cia, como en Espa­ña, Por­tu­gal, Gre­cia y otros paí­ses están engan­cha­dos al Esta­do, son defen­so­res del sis­te­ma, y en recom­pen­sa reci­ben finan­cia­mien­to del dine­ro públi­co sin el cual no podrían sobre­vi­vir. Solo para el 2009, el Par­ti­do Socia­lis­ta Fran­ces reci­bió del Esta­do cer­ca de 23 millo­nes de euros a titu­lo de sub­ven­ción direc­ta (fuen­te: Obser­va­to­toi­re des sub­ven­tions). Apar­te de esta sub­ven­ción, el Esta­do finan­cia al PSF cen­te­nas de orga­ni­za­cio­nes sin fines de lucro que este par­ti­do uti­li­za para el pro­se­li­tis­mo partidario.

Las dife­ren­cias entre Fran­co­is Hollan­de y Nico­las Sar­kozy se refie­ren sobre todo al tono del dis­cur­so elec­to­ral, pero no a cues­tio­nes fun­da­men­ta­les del sis­te­ma polí­ti­co y eco­nó­mi­co. El pro­pó­si­to de este pro­ce­so elec­to­ral, ha sido reaco­mo­dar las cla­ses polí­ti­cas en el poder. La cri­sis obli­ga a cam­biar las caras en el sis­te­ma admi­nis­tra­ti­vo del Esta­do. El gobierno ha sido remo­vi­do, no para cam­biar el carác­ter del Esta­do y menos la esen­cia del sis­te­ma polí­ti­co y eco­nó­mi­co fran­cés. El cam­bio de gobierno res­pon­de a las nece­si­da­des actua­les de la cri­sis de este país. Sar­kozy se había des­gas­ta­do dema­sia­do para seguir al fren­te del Esta­do. Vis­ta la pers­pec­ti­va de la cri­sis eco­nó­mi­ca resul­ta con­ve­nien­te para los gru­pos de poder, un pre­si­den­te de “izquier­da” que por un tiem­po (exten­so o cor­to eso depen­de­rá de la cri­sis) podrá seguir min­tien­do y con­te­nien­do las expec­ta­ti­vas del pue­blo fran­cés. Aquí ocu­rre algo seme­jan­te que en Espa­ña don­de los “socia­lis­tas” de Zapa­te­ro, que han deja­do un país en rui­nas con cer­ca de 6 millo­nes de tra­ba­ja­do­res en la des­ocu­pa­ción (5.639.500 y 24,44%), fue­ron cam­bia­dos no por otra “izquier­da”, sino por la extre­ma dere­cha franquista.

El dia­rio Le Mon­de dijo que el triun­fo de Hollan­de fue cele­bra­do con músi­ca de acor­deón y la can­ción “La vida en rosa” de Edith Piaf. Para Hollan­de fue­ron 17,8 millo­nes de votos (51.62 %) y para Sar­kozy 16,7 millo­nes (48.33%). De 45 millo­nes de ins­cri­tos solo vota­ron 36,6 millo­nes de per­so­nas. Ello sig­ni­fi­ca que 8,6 millo­nes de per­so­nas no les impor­ta­ron nin­guno de los can­di­da­tos. Sobre el total votos (ins­cri­tos) Hollan­de solo tuvo 48,6% de los votos, lo que hace menos de la mitad. A esta cifra hay que agre­gar que dos millo­nes 100 mil elec­to­res vota­ron en blan­co o anu­la­ron su voto (5,84 % des votan­tes). Como han dicho dife­ren­tes ana­lis­tas, es la pri­me­ra vez en la his­to­ria de la quin­ta Repu­bli­ca que el voto blan­co y nulo fue tan abultado.

El mar­co coyun­tu­ral de las elec­cio­nes fran­ce­sas es la gra­ve cri­sis mun­dial del capi­ta­lis­mo, la deca­den­cia del libe­ra­lis­mo y el ascen­so de la extre­ma dere­cha llá­men­se popu­lis­ta, nacio­na­lis­ta y fas­cis­ta en todo Euro­pa. En el aspec­to interno Fran­cia es un país hun­di­da en cri­sis gene­ral, sobre todo moral y polí­ti­ca. Tie­ne en la actua­li­dad 2 millo­nes 870 mil tra­ba­ja­do­res des­em­plea­dos y más de un millón de ellos per­die­ron sus pues­tos duran­te el gobierno de Nico­las Sar­kozy. Su gran­dio­so pasa­do filo­só­fi­co, cul­tu­ral y polí­ti­co, nada tie­ne que ver con la medio­cri­dad de la actua­li­dad, cuyas cla­ses polí­ti­cas (dere­cha e izquier­da) cons­ti­tu­ye lacras medio­cres en com­pa­ra­ción con los ges­to­res de la Revo­lu­ción Fran­ce­sa y la Comu­na de Paris. Duran­te todo el perio­do del régi­men de Nico­las Sar­kozy, los inte­lec­tua­les, escri­to­res y perio­dis­tas se han preo­cu­pa­do más del tra­se­ro de Car­la Bru­ni que del des­tino de la nación. Las andan­zas per­ver­sas sexua­les de Domi­ni­que Strauss Kahn (DSK), del mis­mo par­ti­do que Hollan­de, ocu­pa­ron mas espa­cio que la gue­rra en Afga­nis­tán o la revuel­ta en las paí­ses ára­bes. Como ha dicho el escri­tor Phi­lip Gou­re­vitch “Fran­cia un país de his­to­ria pro­di­gio­sa es aho­ra un Esta­do dis­mi­nui­do, ape­nas un peda­zo de Euro­pa, y ella encar­na todas las líneas de fac­tu­ra del siglo XX”.

Hollan­de, se ha pre­sen­ta­do como repre­sen­tan­te de las aspi­ra­cio­nes del pue­blo fran­cés, pero ello no es muy cier­to. Dife­ren­tes inves­ti­ga­do­res fran­ce­ses y extran­je­ros han escar­ba­do un poco en su ami­gos influ­yen­tes. La lis­ta es amplia. Un ami­go pode­ro­sos de Hollan­de es Jean-Pie­rre Jou­yet, pre­si­den­te de la Auto­ri­dad de Mer­ca­dos Finan­cie­ros (nom­bra­do por Nico­las Sar­kozy). Este per­so­na­je de dere­cha le gus­ta hacer­se lla­mar “gau­llis­te de izquier­da”. Ha pre­sen­ta­do a Sar­kozy como un “repu­bli­cano y demó­cra­ta”. Este “gau­llis­ta” y ami­go de Hollan­de es casa­do con Bri­git­te Tait­tin­ger, here­de­ra de la gran fami­lia pro­pie­ta­ria del cham­pag­ne del mis­mo nom­bre. Entre los ami­gos de alta finan­za de Holan­da hay que nom­brar a Emma­nuel Macron, ban­que­ro de la ban­ca pri­va­da Roths­child. Otro de los ban­que­ros que ha sos­te­ni­do la cam­pa­ña elec­to­ral de Hollan­de es Hen­ri de Cas­tries. Este es pre­si­den­te del Gru­po AXA, una trans­na­cio­nal de segu­ros y de capi­ta­les. Tie­nes 95 millo­nes de clien­tes y fun­cio­na en 61 paí­ses. Este ban­que­ro se hace lla­mar tam­bién “gau­llis­te social”. El gigan­te Gru­po Carre­four, a tra­vés de su admi­nis­tra­do­ra Anne-Clai­re Tait­tin­ger, es otro de los gran­des capi­ta­lis­tas que sos­tie­nen a Hollan­de. En el lado de la pren­sa, el nue­vo pre­si­den­te fran­cés ha sido sos­te­ni­do por el dia­rio el Mun­do (Le Mon­de) que esta con­tro­la­do por tres millo­na­rios y hom­bres de nego­cios: Pie­rre Ber­gé, Xavier Niel y Matthieu Pigas­se, este últi­mo es direc­tor gene­ral del ban­co Lazar en Europa.

Hollan­de, reco­no­ce solo un padre polí­ti­co. Ese es Fra­nçois Mit­te­rrand, icono de los actua­les socia­lis­tas. Mit­te­rrand fue duran­te dos perio­dos pre­si­den­te de Fran­cia. Gano las elec­cio­nes en 1981 y reele­gi­do en 1988 cuyo man­da­to duró has­ta el 1995. Sus dos man­da­tos en coha­bi­ta­ción con la dere­cha ter­mi­nan en desas­tre. La des­ocu­pa­ción que era en 1981 de 1,5 millón de tra­ba­ja­do­res (6%) pasó en 1993 a 3 millo­nes (cer­ca del 10%) de los asa­la­ria­dos. Fra­nçois Mit­te­rrand siem­pre ha esta­do acom­pa­ña­do de un oscu­ro pasa­do polí­ti­co. Ofi­cial­men­te se ha dicho que duran­te la segun­da gue­rra mun­dial fue fun­cio­na­rio del odia­do régi­men de Vichy (gobierno de cola­bo­ra­ción con Hitler) pero que apro­ve­chó ese car­go para cola­bo­rar con una red de resistentes.

La ver­dad ha sido otra. Dife­ren­tes his­to­ria­do­res han seña­la­do que Mit­te­rrand tuvo sim­pa­tías y cola­bo­ró volun­ta­ria­men­te con el gobierno de Vichy. Por esta razón, en 1981 Alain de Bois­sieu Gran Can­ci­ller del Con­se­jo de la Orden de la Libe­ra­ción se negó a entre­gar a Mite­rrand la Orden Nacio­nal de la Legión de Honor, que des­de 1802 corres­pon­de a los altos dig­na­ta­rios de Fran­cia. Mit­te­rrand, antes de alcan­zar la pre­si­den­cia fue minis­tro del inte­rior y des­pués minis­tro de jus­ti­cia (1954) del gabi­ne­te de Guy Mollet. A par­tir de esos car­gos minis­te­ria­les se encar­gó de repri­mir vio­len­ta­men­te a los patrio­tas de Alge­ria colo­ni­za­da por Fran­cia. ‘Alge­ria es Fran­cia, y cada depar­ta­men­to de Alge­ria son depar­ta­men­tos de la Repu­bli­ca fran­ce­sa”, decía Fran­co­is Mit­te­rrand el 12 de mar­zo de 1954. Se opu­so vio­len­ta­men­te a la inde­pen­den­cia de Algeria.

Tan­to la pri­me­ra vuel­ta elec­to­ral (22 de abril) así como segun­da (6 de mayo) ha mos­tra­do las incohe­ren­cias del sis­te­ma polí­ti­co fran­cés, así como la des­es­pe­ran­za polí­ti­ca de millo­nes de fran­ce­ses. En Fran­cia votar no es obli­ga­to­rio como en otros paí­ses de Euro­pa. En la pri­me­ra vuel­ta se ins­cri­bie­ron 46 millo­nes de per­so­nas. De esta can­ti­dad 10’145,333 no vota­ron o anu­la­ron sus votos lo que sig­ni­fi­có el 22.04% del total ins­cri­tos. Esta tasa de abs­ten­ción (voto de pro­tes­ta) ha sido supe­rior que en las elec­cio­nes de 2007 que solo sig­ni­fi­có el 16,2 % de los votan­tes. En la pri­me­ra vuel­ta Fran­co­is Hollan­de logró 10’272 705 lo que sig­ni­fi­ca 23% de los ins­crip­tos y no 28.63% como ha dicho la pren­sa fran­ce­sa. Por su par­te, Nico­las Sar­kozy (Union pour un mou­ve­ment popu­lai­re (UMP) en segun­do lugar tuvo 9’753 629 que en por­cen­ta­je es algo así como 21% de la vota­ción y no 27.18% como dijo la pro­pa­gan­da. La dere­cha fas­cis­ta estu­vo repre­sen­ta­da por Mari­na Le Pen (Fren­te Nacio­nal) en ter­cer lugar atra­jo mas de 6 millo­nes de votan­tes (17,90 % de los votos validos).

Apar­te de Hollan­de, Sar­kozy y Mari­ne Le Pen, se pre­sen­ta­ron una serie de peque­ños aspi­ran­tes a la pre­si­den­cia que como los arle­qui­nes del tea­tro ita­lia­nos del siglo XVI tuvie­ron el rol de dar un poco de músi­ca y colo­ri­do a la come­dia elec­to­ral. El pano­ra­ma se vis­tió de gala para reci­bir a los mar­xis­tas-leni­nis­tas, revo­lu­cio­na­rios, trots­kis­tas, obre­ros can­di­da­tos y eco­lo­gis­tas, cuyos por­cen­ta­jes de votos ser­vi­rían sola­men­te para sos­te­ner al can­di­da­to pre­si­den­cial favo­ri­to y mos­trar la gene­ro­sa demo­cra­cia bur­gue­sa en Fran­cia. Ahí estu­vo en pri­me­ra línea Jean-Luc Mélen­chon del “Fren­te de Izquier­da” (11,10 %), el obre­ro Phi­lip­pe Pou­tou del Nue­vo Par­ti­do Nou­veau Anti­ca­pi­ta­lis­ta (1,15 %), Natha­lie Arthaud del gru­po Lucha Obre­ra (0,56 %), Jac­ques Che­mi­na­de, de Soli­da­ri­dad y Pro­gre­so (0,25 %), Nico­las Dupont-Aig­nan del gru­po De pie la Repu­bli­ca (1,79 %), Eva Joly de los eco­lo­gis­tas (2,31 %), y Fra­nçois Bay­rou, un cató­li­co de dere­cha del Movi­mien­to Demo­crá­ti­co (9,13 %) que en segun­da vuel­ta incli­nó su voto por Hollande.

El triun­fo de Fran­co­is Hollan­de no cam­bia la estruc­tu­ra de poder en Fran­cia. El nue­vo pre­si­den­te fran­cés no está en con­tra de las trans­na­cio­na­les y de los ricos de este país. Des­de muchos antes de su cam­pa­ña elec­to­ral, ha apo­ya­do la inter­ven­ción de las tro­pas fran­ce­sas en Afga­nis­tán, Libia y en otras gue­rras de rapi­ña. En ple­na cam­pa­ña por la pre­si­den­cia ha expre­sa­do su apo­yo a la uti­li­za­ción de la fuer­za nuclear como “arma de disua­sión y de garan­tía” estra­té­gi­ca del pode­río mili­tar de Fran­cia. Ha sos­te­ni­do la cam­pa­ña inter­na­cio­nal anti­te­rro­ris­ta de las poten­cias mun­dia­les que enca­be­zan los Esta­dos Uni­dos. El 20 de abril (dos días antes del pri­me­ra vuel­ta) decla­ró que de ser ele­gi­do apo­ya­rá una inter­ven­ción mili­tar a Siria.

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