El rear­me de Obama

Thierry Meys­san

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El pre­si­den­te Oba­ma aca­ba de hacer públi­ca su Doc­tri­na de Segu­ri­dad Nacio­nal (Natio­nal Secu­rity Stra­tegy), docu­men­to que expre­sa las ambi­cio­nes de su país y cuya publi­ca­ción se hizo espe­rar por lar­go tiem­po. Recu­rrien­do a la jer­ga tra­di­cio­nal de los peo­res poli­ti­que­ros, Oba­ma defi­ne en esa doc­tri­na su pro­pia visión del impe­ria­lis­mo. ¿Cómo interpretarla?

A— Los 8 obs­tácu­los que enfren­ta la domi­na­ción imperial

El pri­mer obs­tácu­lo es la reduc­ción del gas­to mili­tar. «La fuer­za no es la pri­me­ra opción de Esta­dos Uni­dos» pero a veces es nece­sa­rio optar por ella, lo cual impli­ca­ría que ese país tie­ne que con­ser­var su aplas­tan­te supe­rio­ri­dad mili­tar [el pre­su­pues­to mili­tar de Esta­dos Uni­dos es supe­rior a la suma de los pre­su­pues­tos mili­ta­res de todos los demás paí­ses del mun­do] y debe renun­ciar a tra­tar de eco­no­mi­zar dine­ro en ese aspecto.

El segun­do obs­tácu­lo es el peli­gro de rebe­lión arma­da inter­na. Des­de los aten­ta­dos del 11 de sep­tiem­bre de 2001, el mie­do al terro­ris­mo per­mi­tió for­ta­le­cer la vigi­lan­cia sobre la ciu­da­da­nía. La «Patriot Act» ha «pro­te­gi­do a per­so­nas vul­ne­ra­bles de cier­tas ideo­lo­gías extre­mis­tas que hubie­sen podi­do lle­var­las a [rea­li­zar] accio­nes en sue­lo» esta­dou­ni­den­se.

El ter­ce­ro es el terro­ris­mo trans­na­cio­nal que Esta­dos Uni­dos creó y que aho­ra se ve cons­tan­te­men­te obli­ga­do a tra­tar de con­tro­lar. Como medio de evi­tar que la lucha con­tra ese obs­tácu­lo sea uti­li­za­da como pre­tex­to para ajus­tes de cuen­tas inter­nos, ese com­ba­te ten­drá que desa­rro­llar­se en el mar­co de un rigu­ro­so res­pe­to de las leyes esta­dou­ni­den­ses [no del dere­cho inter­na­cio­nal que inter­pre­ta el hecho de orques­tar el terro­ris­mo como un cri­men internacional].

El cuar­to obs­tácu­lo es la recu­pe­ra­ción del pode­río ruso y adi­cio­nal­men­te las pro­vo­ca­cio­nes de la Repú­bli­ca Popu­lar Demo­crá­ti­ca de Corea, desig­na­da como Corea del Nor­te para que la gen­te recuer­de que Esta­dos Uni­dos no ha podi­do ven­cer­la y que bien pudie­ra reanu­dar la gue­rra con­tra ese país.

El quin­to es el posi­ble acce­so de nue­vos Esta­dos al ran­go de poten­cia nuclear, lo cual los pon­dría en con­di­cio­nes de opo­ner resis­ten­cia a los desig­nios de Washing­ton. Cuan­do se abor­da este tema, la opi­nión públi­ca inter­na­cio­nal pien­sa en Irán. Pero el pre­si­den­te Oba­ma está pen­san­do en Corea. Y poco impor­ta que el actual ocu­pan­te de la Casa Blan­ca nun­ca haya res­pe­ta­do sus pro­me­sas de des­nu­clea­ri­za­ción, ni que la OTAN le sir­va para vio­lar el Tra­ta­do de No Pro­li­fe­ra­ción Nuclear fir­ma­do por Esta­dos Unidos.

El sex­to obs­tácu­lo es el cam­bio cli­má­ti­co, que está obli­gan­do las pobla­cio­nes a emi­grar y que, por lo tan­to, ame­na­za el sta­tu quo.

El sép­ti­mo es el hecho que Esta­dos Uni­dos está per­dien­do el con­trol exclu­si­vo que venía ejer­cien­do sobre los espa­cios comunes.
Pri­me­ra­men­te, el ciber­es­pa­cio: por ser pro­pie­ta­rio de inter­net y dis­po­ner a la vez de un gigan­tes­co sis­te­ma de escu­chas ile­ga­les, Esta­dos Uni­dos no pre­vió que alguien pudie­ra lle­gar a uti­li­zar ese modo de comu­ni­ca­ción para esca­par al pago de paten­tes, dere­chos de autor y dere­chos sobre las mar­cas, que hoy cons­ti­tu­yen su pri­me­ra fuen­te de ingresos.
Vie­ne des­pués el espa­cio exte­rior: Esta­dos Uni­dos res­pal­da el pro­yec­to euro­peo de Códi­go de Con­duc­ta sobre las Acti­vi­da­des Espa­cia­les, lo cual es una vía para esca­par al pro­yec­to ruso-chino de Tra­ta­do de Prohi­bi­ción de Ins­ta­la­ción de Armas en el Espa­cio.
Y, para ter­mi­nar, el espa­cio aéreo y el mar: Des­de la apro­ba­ción de la Car­ta del Atlán­ti­co, Esta­dos Uni­dos y el Rei­no Uni­do se auto­pro­cla­ma­ron poli­cía del aire y de los mares, garan­ti­zan­do la libre cir­cu­la­ción de las mer­can­cías y exten­dien­do así su talasocracia.

El octa­vo obs­tácu­lo es el ries­go de apa­ri­ción de una epi­de­mia: Des­de hace un año, Esta­dos Uni­dos ins­tau­ró, con una trein­te­na de alia­dos, la Glo­bal Health Secu­rity Agen­da que tie­ne como obje­ti­vos detec­tar y con­te­ner las epi­de­mias así como res­pon­der al bioterrorismo.

B— Los obje­ti­vos económicos

El pri­me­ro es garan­ti­zar tra­ba­jo a los esta­dou­ni­den­ses, no para que gocen de un mejor nivel de vida sino para que garan­ti­cen el pode­río eco­nó­mi­co del país.

En segun­do lugar, Esta­dos Uni­dos está ante un pro­ble­ma de segu­ri­dad ener­gé­ti­ca, no por­que ten­ga pro­ble­mas de apro­vi­sio­na­mien­to –hoy por hoy dis­po­ne de más petró­leo del que nece­si­ta, gra­cias al petró­leo mexi­cano cuyo con­trol ha logra­do dis­cre­ta­men­te– sino por­que Rusia pre­ten­de seguir el ejem­plo esta­dou­ni­den­se hacién­do­se del con­trol del mer­ca­do mun­dial del gas.

El ter­cer obje­ti­vo es que, en lo ade­lan­te, el lide­raz­go esta­dou­ni­den­se en mate­ria de cien­cia y tec­no­lo­gía no debe depen­der de la inmi­gra­ción de cere­bros, que tien­de a dis­mi­nuir, sino del sis­te­ma esco­lar nacio­nal estadounidense.

El cuar­to obje­ti­vo es que el nue­vo orden eco­nó­mi­co haga de Esta­dos Uni­dos el pri­mer des­tino de la inver­sión a nivel mun­dial. Eso sig­ni­fi­ca que todos los lla­ma­dos a esti­mu­lar la inver­sión aquí y allá serán, en lo ade­lan­te, pura­men­te formales.

Quin­to y últi­mo, Esta­dos Uni­dos debe uti­li­zar la pobre­za extre­ma exis­ten­te en el mun­do para impo­ner el con­su­mo de sus pro­pios productos.

C— La ideología

Esta­dos Uni­dos es un país irre­pro­cha­ble en mate­ria de «Dere­chos Huma­nos», que deben inter­pre­tar­se en el sen­ti­do anglo­sa­jón, o sea como la pro­tec­ción del indi­vi­duo ante la arbi­tra­rie­dad de los Esta­dos. Pero habrá que evi­tar que se impon­ga la con­cep­ción de la Revo­lu­ción Fran­ce­sa, don­de los revo­lu­cio­na­rios con­si­de­ra­ban que el pri­mer «Dere­cho del Hom­bre y del Ciu­da­dano» no era el dere­cho a ele­gir sus diri­gen­tes entre los miem­bros de las éli­tes sino el dere­cho a ser su pro­pio dirigente.

La admi­nis­tra­ción Oba­ma puso fin al uso de la tor­tu­ra y garan­ti­zó los dere­chos de los pri­sio­ne­ros que tenía en su poder. Poco impor­ta que los hom­bres de la CIA que uti­li­za­ron a los pri­sio­ne­ros como cone­ji­llos de Indias no hayan sido juz­ga­dos por sus crí­me­nes, o que no se haya rea­li­za­do nin­gu­na inves­ti­ga­ción para deter­mi­nar por qué 80 000 per­so­nas estu­vie­ron ile­gal­men­te dete­ni­das en aguas inter­na­cio­na­les a bor­do de bar­cos de la mari­na de gue­rra esta­dou­ni­den­se en tiem­pos de la admi­nis­tra­ción Bush. Tam­bién nos piden que crea­mos que la NSA [1] no reco­ge infor­ma­ción para repri­mir las opi­nio­nes polí­ti­cas. Tam­bién ten­dría­mos que creer que la NSA no trans­mi­te esa infor­ma­ción al Advo­cacy Cen­ter para favo­re­cer a las empre­sas esta­dou­ni­den­ses en los pro­ce­sos de lici­ta­cio­nes internacionales.

Esta­dos Uni­dos defien­de prin­ci­pios uni­ver­sa­les, como la liber­tad de expre­sión (menos la de las tele­vi­sio­nes de Ser­bia, Irak, Libia y Siria des­trui­das por órde­nes de Washing­ton), la liber­tad de cul­to (pero no la liber­tad de con­cien­cia) y la liber­tad de reu­nión, la liber­tad de ele­gir a los líde­res demo­crá­ti­ca­men­te (menos en el caso del 88% de elec­to­res sirios que votó por Bachar al-Assad) y el dere­cho a un jui­cio jus­to y a un sis­te­ma judi­cial impar­cial (cla­ro, úni­ca­men­te en mate­ria de dere­cho penal y en paí­ses que no sean Esta­dos Uni­dos). Tam­bién defien­de las comu­ni­da­des más vul­ne­ra­bles, como las mino­rías étni­cas y reli­gio­sas (pero no a los yazi­díes, ni a los cató­li­cos y cris­tia­nos orto­do­xos del Medio Orien­te), como los dis­ca­pa­ci­ta­dos, los homo­se­xua­les, les­bia­nas y tran­se­xua­les (en defi­ni­ti­va eso no cues­ta nada), las per­so­nas des­pla­za­das (menos los mexi­ca­nos que tra­tan de cru­zar la fron­te­ra esta­dou­ni­den­se) y los tra­ba­ja­do­res emigrantes.

Esta­dos Uni­dos apo­ya las demo­cra­cias emer­gen­tes, sobre todo des­de que comen­za­ron las pri­ma­ve­ras ára­bes. Por eso apo­yó la revo­lu­ción de al-Qae­da con­tra la Yamahi­ria Ára­be Libia y sigue apo­yan­do a esa nebu­lo­sa terro­ris­ta en con­tra de la Repú­bli­ca Ára­be Siria.

Esta­dos Uni­dos lucha tam­bién con­tra la corrup­ción segu­ro de que nadie pue­de cri­ti­car­lo ya que los miem­bros del Con­gre­so esta­dou­ni­den­se no reci­ben dine­ro a escon­di­das para que voten a favor o en con­tra de tal o mas cual pro­yec­to sino que decla­ran esas sumas en un registro.

Esta­dos Uni­dos segui­rá finan­cian­do aso­cia­cio­nes en el exte­rior y esco­gien­do sus inter­lo­cu­to­res para poder maqui­llar los gol­pes de Esta­dos que orques­ta como «revo­lu­cio­nes de colo­res».

Esta­dos Uni­dos se empe­ña­rá ade­más en pre­ve­nir las masa­cres (pero no en evi­tar come­ter­las, como suce­dió con los 160 000 libios a los que bom­bar­deó cuan­do reci­bió un man­da­to para pro­te­ger­los). Para ello apo­ya­rá la Cor­te Penal Inter­na­cio­nal (a con­di­ción de que no per­si­ga a nin­gún fun­cio­na­rio estadounidense).

D— El Nue­vo Orden regional

Extre­mo Orien­te: Aun­que Chi­na está com­pi­tien­do con Esta­dos Uni­dos, este últi­mo evi­ta­rá el enfren­ta­mien­to y «tra­ta­rá de desa­rro­llar una rela­ción cons­truc­ti­va» con Pekín. Sin embar­go, como siem­pre hay que ser pru­den­te, tam­bién segui­rá des­pla­zan­do sus tro­pas hacia el Extre­mo Orien­te y pre­pa­rán­do­se para la gue­rra mundial.

Euro­pa: Esta­dos Uni­dos segui­rá apo­yan­do la Unión Euro­pea que impu­so a los pue­blos euro­peos y que es su prin­ci­pal clien­te. Tam­po­co deja­rá de uti­li­zar a la Unión Euro­pea, su «socio indis­pen­sa­ble», en con­tra de Rusia.

Medio Orien­te: Esta­dos Uni­dos garan­ti­za la super­vi­ven­cia de la colo­nia judía en Pales­ti­na. Para ello segui­rán dotán­do­la de una impor­tan­tí­si­ma ven­ta­ja tec­no­ló­gi­ca mili­tar. Y sobre todo segui­rá cons­tru­yen­do una alian­za mili­tar entre Israel, Jor­da­nia y las monar­quías del Gol­fo enca­be­za­das por Ara­bia Sau­di­ta, ente­rran­do así defi­ni­ti­va­men­te el mito del con­flic­to israelo-árabe.

Áfri­ca: Esta­dos Uni­dos sub­ven­cio­na­rá «jóve­nes líde­res» y los ayu­da­rá a ser elec­tos «demo­crá­ti­ca­men­te».

Lati­noa­mé­ri­ca: Esta­dos Uni­dos lucha­ra por la demo­cra­cia en Vene­zue­la y Cuba, paí­ses que se obs­ti­nan en resis­tir­se a Washington.

E— Con­clu­sión

Con­clu­yen­do su expo­si­ción, el pre­si­den­te Oba­ma sub­ra­ya que ese pro­gra­ma sólo podrá cum­plir­se res­tau­ran­do la coope­ra­ción entre repu­bli­ca­nos y demó­cra­tas, lo cual es una mane­ra de recor­dar su pro­pio pro­yec­to de aumen­to de los gas­tos militares.

Para enten­der la nue­va Doc­tri­na de Segu­ri­dad Nacio­nal hay que situar­la en su con­tex­to. En 2010, el pre­si­den­te Oba­ma había aban­do­na­do la teo­ría de la «gue­rra pre­ven­ti­va», o sea el dere­cho del más fuer­te a ase­si­nar a quién mejor le parez­ca. Aho­ra aban­do­na el pro­yec­to de «redi­se­ño del Medio Orien­te amplia­do». Tenien­do en cuen­ta los obje­ti­vos ante­rior­men­te enun­cia­dos, pode­mos con­cluir que Esta­dos Uni­dos empu­ja­rá el Emi­ra­to Islá­mi­co hacia Rusia, que final­men­te no reco­no­ce­rá la inde­pen­den­cia del Kur­dis­tán ira­quí y que pon­drá la segu­ri­dad de Israel en manos de Jor­da­nia y Ara­bia Sau­di­ta en vez de con­fiar­la a Rusia, como había pro­yec­ta­do hacer­lo en 2012.

La Doc­tri­na Oba­ma pasa­rá a la his­to­ria como el reco­no­ci­mien­to de un fra­ca­so y el anun­cio de una catás­tro­fe: Washing­ton aban­do­na su pro­yec­to de reor­ga­ni­za­ción mili­tar y opta nue­va­men­te por el desa­rro­llo de sus ejér­ci­tos. Duran­te los 70 últi­mos años, el pre­su­pues­to mili­tar esta­dou­ni­den­se ha esta­do en cons­tan­te aumen­to, con excep­ción del perio­do 1991 – 1995, cuan­do Washing­ton cre­yó poder con­quis­tar el mun­do sólo a tra­vés de los meca­nis­mos eco­nó­mi­cos, y en 2013 – 2014, cuan­do Esta­dos Uni­dos tomó con­cien­cia de su des­or­ga­ni­za­ción. En efec­to, des­de hace años, mien­tras más dine­ro dedi­can a sus fuer­zas arma­das peor fun­cio­nan estas. Pero nadie logra refor­mar el sis­te­ma. No pudo hacer­lo Donald Rums­feld ni tam­po­co lo ha logra­do Chuck Hagel.

Así que habrá que seguir ali­men­tan­do el mons­truo, tan­to en el plano pre­su­pues­ta­rio como inven­tan­do gue­rras para man­te­ner­lo ocupado.

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