Editoriala
Boltxe Kolektiboa
Han finalizado las elecciones y arranca el período más envenenado de las mismas, es tiempo de negociaciones, perplejidades o rencores, pero también lo es de principios políticos. A Basagoiti se le ha tragado la prepotencia y el intento de humillar al PNV, el PSOE ha vuelto a hacer el ridículo sin paliativos.
Es difícil entender como va a encajar el electorado españolista el enésimo giro de los políticos que en Euskal Herria reniegan de su pueblo y le vendieron ilusamente el supuesto triunfo definitivo sobre el independentismo, en tanto ahora ofertan un acuerdo a tres bandas ni más ni menos que entre el PP,PSOE y ¡PNV!. ¿Y qué pensará Franco de esto?, nos preguntamos.
Por supuesto, al PNV le suplican un esfuerzo suicida para evitar la desestabilización de España mediante los gobiernos de Bildu, en tanto el partido de Sabin Etxea analiza las alianzas pendiente de las próximas elecciones autonómicas, desconfiando de su perfil prágmatico y consciente ya que otra traición jelkide llevaría a la ruina a las huestes de Urkullu y Egibar.
No hay mucho margen para los autonomistas concluido el recuento, de ello dan fe Aralar, EB, Hamaika1 y la encrucijada peneuvista.
Estamos ante el despegue de la operación independentzia y exhortamos a que los gobiernos del polo soberanista den con la respuesta a los dramas sociales que nos ha tocado ver y en muchos casos, padecer en los municipios y Diputaciones que en breve van a dirigir o influenciar las candidaturas que hemos apoyado de manera masiva y entusiasta.
Sepa el PNV y su reaccionario BBB que las papeletas independentistas están listas para llenar las urnas de Bildu de reivindicaciones democráticas si su dirección nacional vasca opta por un nuevo acuerdo negador de los intereses populares.
Señor Urkullu, las elecciones vascongadas nos esperan, pero pensándolo bien, eso ustedes lo saben y lo han analizado tan exhaustivamente como los demás.