Jose­ma­ri Loren­zo Espi­no­sa: «No hemos dado el menor paso inde­pen­den­tis­ta des­de 1978. Y no pare­ce que la tác­ti­ca actual, pre­vea otra cosa que ara­ñar las com­pe­ten­cias auto­nó­mi­cas, toda­vía no transferidas»

Habla­mos con Jose­ma­ri Loren­zo Espi­no­sa, his­to­ria­dor y escri­tor. Tuvo un paso fugaz por la Mesa Nacio­nal de Herri Bata­su­na y ana­li­za la situa­ción polí­ti­ca, eco­nó­mi­ca y social de este pue­blo. A su jui­cio, «no hemos dado el menor paso inde­pen­den­tis­ta des­de 1978» y sos­tie­ne que «la tác­ti­ca actual» solo pre­ten­de «ara­ñar las com­pe­ten­cias auto­nó­mi­cas, toda­vía no trans­fe­ri­das». Lla­ma a luchar en la calle, que es «el arma escé­ni­ca de los obre­ros». Loren­zo Espi­no­sa seña­la que «lejos del radi­ca­lis­mo rup­tu­ris­ta lo que están hacien­do Bil­du, Sor­tu, etc., son movi­mien­tos de acer­ca­mien­to, acuer­dos, apo­yos e inclu­so actos y acom­pa­ña­mien­tos injus­ti­fi­ca­bles». Se mues­tra a favor de la lucha por la Amnis­tía y aña­de que «la tor­tu­ra poli­cial y para­po­li­cial, con­tra los mili­tan­tes vas­cos, ha sido un pun­to sig­ni­fi­ca­ti­vo de la ocu­pa­ción de Euskadi». 

Hace unas sema­nas Boltxe (https://​www​.boltxe​.eus/​2​0​2​1​/​0​4​/​1​8​/​p​r​e​s​e​n​t​a​c​i​o​n​-​d​e​l​-​l​i​b​r​o​-​e​u​s​k​o​-​g​u​d​a​r​i​ak/) publi­có el libro Eus­ko Guda­riak, una «espe­cie de colec­ción de artícu­los sobre ETA» ela­bo­ra­do por Jose­ma­ri Loren­zo Espi­no­sa y con la pre­sen­ta­ción de Iña­ki Gil de San Vicente.

¿Cómo ves la polí­ti­ca a nivel espa­ñol y vas­co en estos momentos?

Des­de el pun­to de vis­ta de nues­tra his­to­ria todo está, o pare­ce estar, estan­ca­do. Los espa­ño­les siguen ancla­dos en su dere­cho a gober­nar­nos y cre­yen­do que aquí no se tra­ta de una inva­sión o de la ocu­pa­ción mili­tar, de un terri­to­rio ajeno. Reafir­man esta pre­sun­ción, ase­gu­ran­do que su régi­men es una demo­cra­cia acep­ta­da por los vas­cos y que, en este mar­co, no se pue­de hablar de otros dere­chos que no sean los «cons­ti­tu­cio­na­les». Cla­ro que olvi­dan con­ti­nua­men­te que tam­bién el fran­quis­mo se auto­ti­tu­la­ba demo­cra­cia orgá­ni­ca y que tenía sus leyes de inte­gra­ción for­zo­sa, como la actual de 1978.

En cuan­to a los vas­cos, una vez des­apa­re­ci­do el úni­co poder fác­ti­co de res­pues­ta a esta situa­ción, que nos que­da­ba (ETA), la cola­bo­ra­ción inte­gra­cio­nis­ta es mayor que nun­ca. Lle­va­mos cua­ren­ta años de for­ce­jeo |cons­ti­tu­cio­nal demo­crá­ti­co», en los que la mayo­ría elec­to­ral ha ele­gi­do siem­pre por aplas­tan­te suma de votos a los par­ti­dos nacio­na­lis­tas, o nacio­na­les. Sin embar­go, esto no ha ser­vi­do de mucho. No hemos dado el menor paso inde­pen­den­tis­ta des­de 1978. Y no pare­ce que la tác­ti­ca actual, pre­vea otra cosa que ara­ñar las com­pe­ten­cias auto­nó­mi­cas, toda­vía no transferidas.

¿La pan­de­mia nos lle­va­rá a mayor pobre­za, des­igual­dad y un futu­ro difí­cil? Últi­ma­men­te los datos ava­lan que con la cri­sis los más ricos son los que más bene­fi­cios obtie­nen y, al con­tra­rio, los pobres pier­den más. ¿Ves algu­na posi­bi­li­dad de que se cons­tru­ya una socie­dad más jus­ta y equi­li­bra­da? ¿Siem­pre tie­ne que per­der la cla­se obrera?

Sobre la pan­de­mia hay que guar­dar la cal­ma. No es la pri­me­ra vez que tene­mos una catás­tro­fe seme­jan­te, inclu­so mayor. Des­de el pun­to de vis­ta sani­ta­rio siem­pre es posi­ble una mejo­ría. Las reper­cu­sio­nes socia­les o polí­ti­cas, no tie­nen por­que ser nota­bles. Sobre todo si tene­mos en cuen­ta que no hay en el jue­go polí­ti­co o social vas­co (par­ti­dos, sin­di­ca­tos, aso­cia­cio­nes…) nin­gún gru­po que ten­ga entre sus pro­yec­tos apro­ve­char las debi­li­da­des coyun­tu­ra­les del Esta­do, para avan­zar en sus men­gua­das rei­vin­di­ca­cio­nes. Esto últi­mo no es la pri­me­ra vez que pasa. Ya con la cri­sis repu­bli­ca­na, que pre­ce­dió al gol­pe mili­tar del 18 de julio, los res­pon­sa­bles del nacio­na­lis­mo vas­co pen­sa­ban (y escri­bían) que Espa­ña tenía pro­ble­mas y no era polí­ti­ca­men­te hones­to apro­ve­char­se de ellos para los intere­ses nacio­na­les vascos.

La cla­se obre­ra siem­pre pier­de, cuan­do está des­or­ga­ni­za­da. U «orga­ni­za­da» en sin­di­ca­tos, aso­cia­cio­nes, movi­mien­tos, etc., que no tie­nen ideas o tác­ti­ca cla­ras, sobre cómo apro­ve­char la situa­ción. Lo nor­mal es que los tra­ba­ja­do­res, aun­que sepan leer y escri­bir (no como en los años trein­ta del pasa­do siglo) no uti­li­cen ape­nas estas vir­tu­des. Se dejan lle­var por el apa­ci­gua­do dis­cur­so de sus líde­res-fun­cio­na­rios. Sin una reac­ción social pro­pia o deci­di­da, des­de lue­go que los tra­ba­ja­do­res sal­drán per­dien­do. O ganan­do, las pocas miga­jas que les rega­le la patro­nal, la bur­gue­sía, etc.

El gobierno de Urku­llu se deja lle­var por la eli­te eco­nó­mi­ca, ¿qué haría fal­ta cam­biar para ter­mi­nar con ese poder que garan­ti­za al PNV esa posi­ción pri­vi­le­gia­da para gobernar?

El mal lla­ma­do PNV es el reali­dad en par­ti­do de cla­ses medias y bur­gue­sas dise­ña­do por Sota, Kiz­kitza y lue­go Agui­rre, etc., en los años 2030 del siglo pasa­do. Es un par­ti­do fue­ris­ta, que se con­for­ma (como dijo Ara­na) con pagar menos impues­tos en una situa­ción auto­nó­mi­ca. Los sotis­tas, creen (inclu­so aho­ra con la glo­ba­li­dad del mer­ca­do) que la unión mer­can­til con Espa­ña, inclui­da la sumi­sión polí­ti­ca, es impres­cin­di­ble para sus ven­tas y otros nego­cios. La úni­ca for­ma de des­alo­jar este vec­tor es median­te un cam­bio interno (poco pro­ba­ble) o un des­alo­jo des­de la izquier­da inde­pen­den­tis­ta, Con un pro­gra­ma que inclu­ya no solo la inde­pen­den­cia, sino tam­bién un cam­bio social tan apre­cia­ble que per­mi­tie­ra hablar (como en tiem­pos de ETA) de un nacio­na­lis­mo revo­lu­cio­na­rio. Y no de un auto­no­mis­mo tran­qui­lo, de capi­ta­lis­mo asis­ten­cial y de jubi­la­dos, cuya úni­ca actua­li­za­ción es el IPC.

¿La inmer­sión del con­glo­me­ra­do de EH Bil­du hacia la social­de­mo­cra­cia ha cam­bia­do el rum­bo de la polí­ti­ca vas­ca a mejor o a peor, según tu expe­rien­cia tenien­do en cuen­ta que estu­vis­te en la Mesa Nacio­nal de HB?

Mi paso por la Mesa Nacio­nal fue prác­ti­ca­men­te anec­dó­ti­co. En reali­dad estu­ve solo un año y medio, y más bien como «suplen­te» soli­da­rio con los mahai­ki­des encar­ce­la­dos por el nefas­to Gar­zón. Des­de lue­go, cual­quier cosa que pue­da saber (bien o mal) sobre la coyun­tu­ra vas­ca no pro­ce­de de este asunto.

En cuan­to a la inmer­sión de lo que era la Izquier­da Aber­tza­le, en este mar­co pro-social­de­mó­cra­ta que citas (aun­que mejor sería lla­mar­lo capi­ta­lis­mo asis­ten­cial) es un hecho cada vez más pal­pa­ble, des­de la des­apa­ri­ción fác­ti­ca de ETA y de los res­col­dos que aca­bo de citar de «nacio­na­lis­mo revo­lu­cio­na­rio». Pare­ce que sin este tipo de rei­vin­di­ca­ción, tam­po­co sería ima­gi­na­ble y un cam­bio social revo­lu­cio­na­rio, de nin­gún tipo. En mi opi­nión, des­de este espa­cio de lo que se tra­ta es de sus­ti­tuir un enfren­ta­mien­to duro y peli­gro­so (lucha arma­da) por otro más inte­gra­dor y de menos dra­ma­tis­mo. Segu­ra­men­te la inten­cio­nes de los actua­les res­pon­sa­bles de la Izquier­da Aber­tza­le (a muchos de los cua­les conoz­co) son tan hones­tas como eran antes. Pero no sé si cuen­tan con la difi­cul­tad, o abso­lu­ta impo­si­bi­li­dad, de recu­pe­rar lo que te han qui­ta­do por la fuer­za de las armas, solo con per­sua­sión, dis­cur­sos y sufrien­do lo menos posible.

Es evi­den­te que, sal­vo con­ta­das oca­sio­nes y casos muy con­cre­tos sobre todo de tra­ba­ja­do­res en empre­sas con des­pi­dos, se ha aban­do­na­do la calle como ele­men­to de lucha y de for­ma­ción de con­cien­cia de cla­se, ¿lo ves así? ¿Crees que es un acier­to entrar en ese mun­do «fas­ci­nan­te» de la polí­ti­ca ale­ja­da de la calle, ale­ja­da del pue­blo? ¿A cam­bio de qué?

La calle, como dices, ha sido siem­pre en la His­to­ria el arma escé­ni­ca de los obre­ros. La calle es sobre todo la lucha social masi­va, acom­pa­ña­da de la huel­ga y el recha­zo, en las fábri­cas, al sis­te­ma de explo­ta­ción capi­ta­lis­ta. Pero es tam­bién una for­ma valio­sa de con­cien­cia­ción, de mues­tra de fuer­za y de recu­pe­ra­ción moral de la cla­se. Tam­bién la úni­ca pro­pa­gan­da masi­va, visi­ble y arma­da civil­men­te, con­tra los corrup­tos medios de comu­ni­ca­ción y pro­pa­gan­da del sistema.

No me gus­ta­ría recor­dar aque­llo de «con­tra Fran­co vivía­mos mejor», pero es algo que siem­pre da que pen­sar. La res­pues­ta al fran­quis­mo era bas­tan­te más amplia, que la actual. En tan­to que, muchas veces, las mejo­ras socia­les o labo­ra­les solo se con­se­guían con este enfren­ta­mien­to radi­cal en las calles. Los que vivi­mos la cam­pa­ña Pro-Amnis­tía de los años seten­ta, sus movi­li­za­cio­nes, huel­gas, enfren­ta­mien­tos, etc., esta­mos con­ven­ci­dos que fue la calle quien con­si­guió sacar a los pre­sos. Mien­tras que Fran­co murió en la cama y a Carre­ro lo mató ETA, la incor­po­ra­ción de toda una gene­ra­ción y su lucha en la calle fue la que, en reali­dad, puso en ban­de­ja a la cla­se polí­ti­ca la posi­bi­li­dad de un cam­bio revo­lu­cio­na­rio. Lue­go desaprovechado.

Pero detrás de los par­ti­dos que fir­ma­ron los Pac­tos de la Mon­cloa, con las liber­ta­des sin­di­ca­les y las mejo­ras socio-labo­ra­les, esta­ban sin duda los miles de ciu­da­da­nos que por aque­llos años se mani­fes­ta­ban (nos mani­fes­tá­ba­mos) en las calles. No solo vas­cas, sino de todo el Estado.

Tam­bién es ver­dad, que en aque­llos años, el capi­ta­lis­mo asis­ten­cial que hemos cita­do y sus rega­los enve­ne­na­dos, no esta­ba tan desa­rro­lla­do como aho­ra y no podía cal­mar las pro­tes­tas con medi­das socia­les inte­gra­do­ras y engañosas.

Sin duda, la «calle» es uno de los moto­res de la His­to­ria. Toda­vía lo es… sal­vo que los par­ti­dos (algún par­ti­do) sea capaz de poner en mar­cha las medi­das y las refor­mas revo­lu­cio­na­rios, que hagan inne­ce­sa­ria este recur­so popu­lar de todos los tiempos.

Estos días asis­ti­mos al indul­to par­cial de sie­te cata­la­nes (aun­que hay más de 3.000 per­so­nas encau­sa­das en Cata­lun­ya por temas refe­ri­dos al refe­rén­dum y la inde­pen­den­cia) que con­for­ma­ron el gobierno de Cata­lun­ya, y que ambos gobier­nos comen­za­rán a hablar pero con la adver­ten­cia que el lími­te está en la Cons­ti­tu­ción y, evi­den­te­men­te, sabe­mos de sus líneas rojas. ¿Ves algu­na posi­bi­li­dad de que se pue­da con­vo­car un refe­rén­dum por la inde­pen­den­cia? Y ¿en Eus­kal Herria (CAV, Nafa­rroa e Ipar Eus­kal Herria)?

Los cata­la­nes han dado impor­tan­tes pasos. Que muchos envi­dian entre noso­tros. Pero me temo que para lle­gar a esa espe­cie de tran­si­ción posi­bi­lis­ta, que repre­sen­tan los indul­tos y una nego­cia­ción, es impo­si­ble con el Esta­do por la auto­de­ter­mi­na­ción. Aca­ba­re­mos encon­trán­do­nos en el mis­mo are­nal, don­de ha emba­rran­ca­do la pro­me­te­do­ra nave vas­ca del nacio­na­lis­mo revo­lu­cio­na­rio. Es decir, un enma­ra­ña­do fan­gal de ins­ti­tu­cio­nes, apa­ra­to judi­cial y poli­cial, don­de ya no que­da ni nacio­na­lis­mo, ni revolución.

En este reco­rri­do fan­go­so no hay la menor posi­bi­li­dad de con­vo­car un refe­rén­dum para nada. Mucho menos para la inde­pen­den­cia. Ni siquie­ra ha pros­pe­ra­do en Cata­lun­ya aquel Esta­tut de Mas. Y por aquí, el reco­chi­neo del Plan Iba­rretxe. Insis­to en que lo que te qui­tan por la fuer­za, solo por la fuer­za se recupera…

Cla­ro que muchos (intere­sa­da­men­te) pien­san que la His­to­ria no se repi­te, o no tie­ne por qué repe­tir­se. Y es ver­dad, esto es así si somos capa­ces de intro­du­cir ele­men­tos nue­vos y fac­to­res de revo­lu­ción, en la His­to­ria que que­re­mos hacer. Si nos limi­ta­mos a repe­tir los erro­res, la corrup­ción polí­ti­ca o el mie­do del pasa­do, con segu­ri­dad que repe­ti­re­mos la His­to­ria. O la peor par­te de la his­to­ria, mejor dicho.

¿Qué aná­li­sis pue­des hacer de la entra­da de Vox en los par­la­men­tos espa­ñol y vas­co, dado que las tesis y prác­ti­cas ultra­de­re­chis­tas se están exten­dien­do? La reali­dad es que algu­nas per­so­nas sos­tie­nen que siem­pre han esta­do ahí, que en el 78 no se rom­pió con el régi­men fran­quis­ta, sino que se blan­queó a sus ver­da­de­ros diri­gen­tes y ¿por eso esta­mos así?

Sobre Vox, no ten­go mucha idea y menos inte­rés. Es, o pare­ce ser, una rup­tu­ra natu­ral del PP. Tal vez, como Ciu­da­da­nos pero por la dere­cha. Poco más. Cla­ro que siem­pre han esta­do ahí. Lo que no creo es que ten­gan mucho que ver, ideo­ló­gi­ca­men­te, con el falan­gis­mo his­tó­ri­co (no con­fun­dir con el franco-falangismo).

Más de 4.200 tor­tu­ra­dos por las fuer­zas de ocu­pa­ción y solo 35 reco­no­ci­mien­tos hace unos días, inclu­so hace un tiem­po se con­de­co­ró al fran­quis­ta Meli­tón Man­za­nas. ¿Hemos per­di­do la brú­ju­la? ¿Esta­mos blan­quean­do la his­to­ria bas­tan­te recien­te de este pue­blo? ¿A qué crees que se debe?

La tor­tu­ra poli­cial y para­po­li­cial, con­tra los mili­tan­tes vas­cos, ha sido un pun­to sig­ni­fi­ca­ti­vo de la ocu­pa­ción de Eus­ka­di. A veces, el úni­co con que el Esta­do res­pon­día a las rei­vin­di­ca­cio­nes vas­cas. Des­de que en la macro­rre­da­da de 1969 (con­tra los auto­res del aten­ta­do Man­za­nas) se empe­zó a dete­ner y tor­tu­rar sin dis­cri­mi­na­ción, no han deja­do de cre­cer las dra­má­ti­cas cifras de este asunto.

Varios libros y estu­dios han dado cuen­ta cier­ta de este gra­ve pro­ble­ma. Por ellos pode­mos ver que la rela­ción entre vas­cos ocu­pa­dos y fuer­za de ocu­pa­ción ha sido siem­pre la de un país aplas­ta­do, nega­do y per­se­gui­do. Sin nin­gu­na con­si­de­ra­ción ni ate­nuan­te. Las cifras que aho­ra se con­si­de­ran más o menos cier­tas, esos 4.200 denun­cian­tes de tor­tu­ra, son el peor bal­dón que pue­de pre­sen­tar un Esta­do que nun­ca ha abor­da­do este pro­ble­ma des­de la razón o el diá­lo­go, y mucho menos des­de sus pro­pias leyes, sino des­de la fuer­za y la repre­sión más atroz, que de suyo repre­sen­ta la tortura.

El reco­no­ci­mien­to light recien­te, no sabe­mos a que tipo de recon­ci­lia­ción corres­pon­de. Des­de lue­go con 35 víc­ti­mas de tor­tu­ra no es sufi­cien­te para ellos y mucho menos para los que han que­da­do sin reconocer.

El otro pun­to más gra­ve toda­vía, es con­si­de­rar si la actual opo­si­ción, la lla­ma­da Izquier­da Aber­tza­le, se con­ten­ta con esta paro­dia para dar car­pe­ta­zo a un pro­ble­ma que mere­ce, cuan­do menos, un Nurem­berg como el que juz­gó a los nazis.

Si los crí­me­nes de Hitler se con­si­de­ra­ron «con­tra la huma­ni­dad», el com­por­ta­mien­to repre­si­vo, las muer­tes y las tor­tu­ras del fran­quis­mo y sus suce­so­res, con­tra la resis­ten­cia vas­ca, no debe­ría ser menos. A cam­bio, sin embar­go, solo tene­mos la cons­tan­te y con­ti­nua con­de­na a ETA. Que, en todo caso, no torturaba.

Antes de cerrar este epi­so­dio, des­de la filas de la Izquier­da aber­tza­le y otras izquier­das, hay que empe­zar por poner las ver­da­de­ras cifras en orden y en jus­ti­cia. Todo lo demás no será más que blan­queo y pro­pa­gan­da para los actua­les gober­nan­tes, dig­nos suce­so­res de los chi­cos del comi­sa­rio Manzanas.

Hace ya unos años escri­bis­te un artícu­lo «La his­to­ria absuel­ve a ETA» y ¿al con­glo­me­ra­do de EH Bil­du? ¿Es nece­sa­rio ir a Madrid para apo­yar al gobierno espa­ñol, para dar el vis­to bueno a pre­su­pues­tos que garan­ti­zan el TAV, un pre­su­pues­to para com­pra de armas y muni­ción para Guar­dia Civil, poli­cía y mili­ta­res…, en defi­ni­ti­va, para garan­ti­zar el poder del Esta­do espa­ñol, lo que antes nos decían que era el poder opresor?

En cuan­to a si la mis­ma His­to­ria absuel­ve los pasos estra­té­gi­cos actua­les de la Izquier­da Aber­tza­le como pre­sun­ta suce­so­ra de ETA, la res­pues­ta es que de momen­to NO. La actual acción tác­ti­ca de Bil­du, por ejem­plo, no tie­ne mucho que ver con el com­por­ta­mien­to polí­ti­co de la ETA que hemos cono­ci­do. Lejos del radi­ca­lis­mo rup­tu­ris­ta de esta lo que están hacien­do Bil­du, Sor­tu, etc., son movi­mien­tos de acer­ca­mien­to, acuer­dos, apo­yos e inclu­so actos y acom­pa­ña­mien­tos injus­ti­fi­ca­bles. Todo pare­ce enca­mi­na­do a men­di­gar una acep­ta­ción bené­vo­la por par­te del Esta­do y del PNV. Sin que muchos de los mili­tan­tes his­tó­ri­cos aprue­ben o com­pren­dan está acti­tud. En todo caso esta no es la for­ma his­tó­ri­ca con que se libe­ran los pue­blos. Por lo que la His­to­ria no la perdonará.

EH Bil­du cuen­ta cada acer­ca­mien­to de los pre­sos o pri­sio­ne­ros vas­cos como una vic­to­ria, pero la reali­dad es que la ley ya lo dice. ¿Es nece­sa­rio ven­der como vic­to­ria algo que en reali­dad no lo es? ¿Crees en la nece­si­dad de la amnis­tía para cerrar ese con­flic­to, una vez que ya ETA dejó las armas en 2011, si no recuer­do mal?

La cues­tión de los pre­sos es una de las más san­gran­tes de nues­tra actua­li­dad. Cuan­do la Amnis­tía de 1977, todos está­ba­mos de acuer­do en el «Pre­soak Kale­ra, Amnis­tia Osoa». Aun­que sabía­mos que el con­flic­to se resol­vía con la tota­li­dad de la alter­na­ti­va KAS. Des­pués los fami­lia­res de los pre­sos, ante la nega­ti­va cerril del Esta­do por una nue­va Amnis­tía, recu­rrie­ron a la sua­vi­za­ción de la pena con «Pre­sos Etxe­ra». Pero era un etxe­ra, no a casa, sino a las cár­ce­les cer­ca de casa. Natu­ral­men­te esto for­zo­sa­men­te pro­du­jo des­acuer­dos. No es extra­ño que se haya recu­pe­ra­do la rei­vin­di­ca­ción de Amnis­tía y que, sobre todo, diez años des­pués de la des­apa­ri­ción de ETA, la rei­vin­di­ca­ción ten­ga mas fuer­za moral. El acer­ca­mien­to de pre­sos es un mal menor. Que solu­cio­na el gra­ve asun­to de los via­jes, lar­gos y peli­gro­sos, pero como me dijo una vez el aita de varios pre­sos: «Mis hijos deben estar en la calle… Cual­quier cár­cel cer­ca de casa, pue­de ser peor para cum­plir su pena que las más lejanas».

Pue­des hacer una sinop­sis del últi­mo libro que has publi­ca­do en Boltxe Eus­ko Guda­riak. ¿Nos esta­mos olvi­dan­do de ellos y ellas? ¿Crees que más tem­prano que tar­de pue­de bro­tar otro gru­po arma­do y de libe­ra­ción en Eus­kal Herria?

El libro Eus­ko Guda­riak es una espe­cie de colec­ción de artícu­los sobre ETA. Algu­nos ya publi­ca­dos, pero segu­ra­men­te poco leí­dos. Otros de recien­te ela­bo­ra­ción. Hay un hilo común, todos están ins­pi­ra­dos en los prin­ci­pios y cri­te­rios que en los años sesen­ta lle­va­ron a gen­te como Etxe­ba­rrie­ta, Txi­llar­de­gi, Mada­ria­ga, Iker Gallas­te­gi, etc., pen­sa­ron en fun­dar una orga­ni­za­ción que res­pon­die­ra a la inva­sión espa­ño­la (no solo al fran­quis­mo) con sus mis­mas armas.

Juan­jo Bas­te­rra, kaze­ta­ria eta mili­tan­te sozia­la, E.H. /​Sare Antifaxista

5 de julio de 2021

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