Iña­ki Gil de San Vicen­te: «Que­re­mos seguir vivien­do median­te la lucha, por­que cuan­do deje­mos de luchar nos habrán exterminado»

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Con la lle­ga­da de Donald Trump al gobierno de Esta­dos Uni­dos, tam­bién lle­gó su ace­le­ra­da ver­sión en la apli­ca­ción de lo que des­de ese país han lla­ma­do la «doc­tri­na del excep­cio­na­lis­mo ame­ri­cano». Eso es sim­ple­men­te su creen­cia de que Dios les ha otor­ga­do el pri­vi­le­gio de inter­ac­tuar con el mun­do bajo la con­cien­cia y las ideas de los más con­ser­va­do­res hom­bres y muje­res, hoy repre­sen­ta­dos por Demó­cra­tas y Republicanos.

Así se auto­asig­na­ron el dere­cho de agre­dir a paí­ses en cual­quier lati­tud, usan­do como excu­sa la defen­sa de la liber­tad y la igual­dad de dere­chos. Esos son prin­ci­pios fun­da­cio­na­les de la nación norteamericana.

Pen­sa­do­res lati­no­ame­ri­ca­nos como el maes­tro uru­gua­yo Eduar­do Galeano demues­tran que detrás de esa y otras doc­tri­nas lo que hay es una for­ma de abu­so per­ma­nen­te sobre paí­ses vul­ne­ra­bles pero lle­nos de recur­sos o con posi­cio­nes geo­grá­fi­cas pri­vi­le­gia­das. Toma­mos una expre­sión de Galeano: «Lamen­ta­ble­men­te, des­de hace muchí­si­mo tiem­po, los Esta­dos Uni­dos pade­cen esa enfer­me­dad del mesia­nis­mo, esa idea de que fue­ron ele­gi­dos por Dios para sal­var a la huma­ni­dad, para sal­var a los demás. Yo lo úni­co que pido es que nadie me sal­ve por favor, yo no quie­ro ser sal­va­do, por­que ade­más la expe­rien­cia his­tó­ri­ca demues­tra que por sal­var a sus veci­nos lati­no­ame­ri­ca­nos, los Esta­dos Uni­dos los han lle­na­do de dic­ta­du­ras mili­ta­res atro­ces, todas en nom­bre de la demo­cra­cia y todas naci­das para sal­var­nos del peli­gro comu­nis­ta, para sal­var­nos del peli­gro terro­ris­ta, para sal­var­nos del peli­gro de ser noso­tros mismos».

Esa excep­cio­na­li­dad la apli­can hoy en casi todo el pla­ne­ta. El país que no acep­te sus con­di­cio­nes polí­ti­cas, eco­nó­mi­cas, comer­cia­les o de segu­ri­dad es tra­ta­do con méto­dos dis­ci­pli­na­rios, hoy mos­tra­dos como sanciones.

Des­de el país vas­co, el inte­lec­tual, pro­lí­fi­co escri­tor y ana­lis­ta inter­na­cio­nal Iña­ki Gil de San Vicen­te des­cri­be cla­ra­men­te la ins­tru­men­ta­li­za­ción de la defen­sa de los dere­chos huma­nos que hace Esta­dos Uni­dos para tra­tar de apo­de­rar­se de los recur­sos de los paí­ses y dete­ner el desa­rro­llo de muchos de ellos. Lo entre­vis­ta­mos y tra­ta­mos de encon­trar ele­men­tos vin­cu­lan­tes entre la situa­ción recien­te por la que atra­vie­sa Cata­lu­ña con lo que viven varios paí­ses lati­no­ame­ri­ca­nos bajo el ase­dio impe­rial de Esta­dos Unidos.

Al Maya­deen: ¿Usted ve algu­na simi­li­tud en las for­mas de domi­na­ción polí­ti­ca en la que se encuen­tra Cata­lu­ña y las que enfren­tan paí­ses latinoamericanos?

Iña­ki Gil de San Vicen­te: Antes de entrar a ana­li­zar en Cata­lu­ña, yo creo que hay que hacer una des­crip­ción de que lo que ha pasa­do en Nica­ra­gua y otros sitios vie­ne de muy viejo.

Si ana­li­zá­ra­mos sola­men­te lo de Cata­lu­ña vería­mos una par­te. Pero en Nica­ra­gua, en Vene­zue­la, inclu­so en Chi­le, en el año 73 con Allen­de, Siria, en otros tan­tos pun­tos, en Libia, en otros tan­tos sitios, el impe­ria­lis­mo ha uti­li­za­do un cri­te­rio ideo­ló­gi­co, que ha sido diga­mos un mito, que ha sido la inter­pre­ta­ción bur­gue­sa, la inter­pre­ta­ción abs­trac­ta de los dere­chos humanos.

Hay datos con­clu­yen­tes, los Esta­dos Uni­dos cuan­do per­die­ron la gue­rra de Viet­nam, y cuan­do vie­ron que en Amé­ri­ca Lati­na el pro­ce­so de los pue­blos se les iba de las manos, pese a que habían uti­li­za­do el Plan Cón­dor des­de fina­les de los años 60, endu­re­ci­do con el gol­pe en Chi­le en el 73, y lo que vino des­pués, hay datos y el coman­dan­te Fidel Cas­tro ya lo dijo en una inter­ven­ción, con su derro­ta en Viet­nam, los nor­te­ame­ri­ca­nos saca­ron a la super­fi­cie una estra­te­gia, a par­tir de la cual, des­de enton­ces, todo lo que se ha lle­va­do la gue­rra de cuar­ta gene­ra­ción, la con­tra­in­sur­gen­cia, la uti­li­za­ción de los medios, las revo­lu­cio­nes naran­ja, las revo­lu­cio­nes de Jaz­mín, las gue­rras pre­ven­ti­vas, las ONG con­tro­la­das por gran­des empre­sas capi­ta­lis­tas, la uti­li­za­ción de la pren­sa, la uti­li­za­ción de gru­pos reli­gio­sos –lógi­ca­men­te de extre­ma dere­cha – , no me refie­ro a la Teo­lo­gía de la Libe­ra­ción y a otros gru­pos, todo esto tie­ne su gran sal­to en la déca­da de los 70 y a par­tir de ahí, a nivel mun­dial empie­za una uti­li­za­ción sis­te­má­ti­ca por par­te del impe­ria­lis­mo de una ideo­lo­gía abs­trac­ta, de una ideo­lo­gía sin una rela­ción con­cre­ta con la reali­dad de los pue­blos para uti­li­zar cues­tio­nes como son lo dere­chos, las liber­ta­des, en fun­ción exclu­si­va­men­te de los intere­ses del imperialismo.

Enton­ces a par­tir de allí van uti­li­zan­do una y otra vez una cam­pa­ña metó­di­ca, fal­sa, hipó­cri­ta, pre­sen­tán­do­se ellos como defen­so­res de la liber­tad, esto ya lo habían hecho en los años 60, con el Pac­to por la Liber­tad, con­tra la Unión Sovié­ti­ca, y un mon­tón de cosas con las que no pode­mos exten­der­nos en este momen­to, y esto lo han repro­du­ci­do. Y este es real­men­te el ori­gen his­tó­ri­co de este pro­ble­ma. Lue­go aña­di­ría más, que Cuba lo ha sufri­do con muchí­si­ma inten­si­dad, que es la gue­rra cul­tu­ral. Lue­go aña­di­ría más que es lo que aguan­tó y sufrió el heroi­co pue­blo de Nica­ra­gua con todo el cer­co de las inter­ven­cio­nes de ejér­ci­tos pri­va­dos, de toda la con­tra for­ma­da en Hon­du­ras, de toda la con­tra paga­da por esta­dos Uni­dos, pre­ci­sa­men­te con dine­ro del iran­ga­te y de otras cues­tio­nes de estas. Todo esto pro­ce­de a un cam­bio de estra­te­gia de los Esta­dos Uni­dos, cuan­do vie­ron que los pue­blos del mun­do se le esta­ban suble­van­do. A par­tir de la derro­ta de Viet­nam los pue­blos del mun­do se le esta­ban suble­van­do y nece­si­ta­ba tener un poco de legi­ti­mi­dad (fal­sa) un poco de cre­di­bi­li­dad (fal­sa), para pre­sen­tar­se ante sec­to­res de esos pue­blos, sec­to­res des­orien­ta­dos, sec­to­res per­di­dos, sec­to­res a los cua­les no se les podía lle­gar con nues­tra argu­men­ta­ción a pre­sen­tar­se como los defen­so­res de unos dere­chos huma­nos abs­trac­tos. Y es a par­tir de allí don­de vie­ne toda esta expli­ca­ción. Este hecho his­tó­ri­co es fundamental.

Saber los orí­ge­nes his­tó­ri­cos de toda la con­tra­ofen­si­va impe­ria­lis­ta, de toda esta vuel­ta basa­da en un mito, todos sabe­mos, y con­clu­yo que el capi­ta­lis­mo es inhu­mano. Lo que han inten­ta­do es dis­fra­zar­lo de humano, para como en el caso de Nica­ra­gua jus­ti­fi­car un inten­to cri­mi­nal y san­gui­na­rio de gol­pe de estado.

¿Y obser­va algu­na vin­cu­la­ción entre esto de Amé­ri­ca Lati­na con lo que suce­de con Cataluña?

Lo tene­mos que ver en el con­tex­to de las deci­sio­nes del impe­ria­lis­mo a nivel mun­dial. Esto es el aná­li­sis del fenó­meno uni­ver­sal. Lue­go tene­mos que entrar al fenó­meno par­ti­cu­lar y al fenó­meno singular.

En Cata­lu­ña y tam­bién aquí en el País Vas­co, lo que se ha pro­du­ci­do es un fenó­meno his­tó­ri­co que venía muy de antes, venía inclu­so mucho antes de que el impe­ria­lis­mo espa­ñol des­tro­za­ra nacio­nes ori­gi­na­rias en Amé­ri­ca Lati­na. La nación cata­la­na exis­tía antes que la nación espa­ño­la, exis­tía antes que la nación castellana.

En Cata­lu­ña fue uno de los focos don­de sur­gió el sis­te­ma capi­ta­lis­ta, exis­tía con mucha ante­la­ción y es un pue­blo muy dife­ren­te al pue­blo espa­ñol. Es lo mis­mo que, hacien­do las sal­ve­da­des, que yo te lla­ma­ra a ti nor­te­ame­ri­cano. Pues a un cata­lán le lla­mas espa­ñol o a un vas­co nos lla­mas espa­ño­les y Wuffffff… Son razo­nes muy his­tó­ri­cas y muy pro­fun­das. ¿San­dino (líder de la inde­pen­den­cia de Nica­ra­gua) que diría cuan­do se le lla­ma­ra norteamericano?

Tene­mos que enten­der estos fac­to­res y tene­mos que ana­li­zar cada situa­ción concreta.

Hay una rela­ción muy lla­ma­ti­va que no pode­mos pasar por alto y es que tan­to los cata­la­nes, como los vas­cos, sufri­mos la domi­na­ción del impe­rio espa­ñol como los nica­ra­güen­ses, como los cuba­nos sufrie­ron la domi­na­ción del impe­rio espa­ñol. Lue­go los espa­ño­les nego­cia­ron con los nor­te­ame­ri­ca­nos para entre­gar­les Cuba, como nego­cia­ron con los nor­te­ame­ri­ca­nos para entre­gar­les Fili­pi­nas. Enton­ces los nica­ra­güen­ses, los cata­la­nes y los vas­cos tene­mos his­tó­ri­ca­men­te el mis­mo enemi­go común que es el impe­ria­lis­mo espa­ñol. Voso­tros (vene­zo­la­nos) por heroís­mo ven­cis­te al impe­rio espa­ñol y estáis luchan­do con­tra el impe­ria­lis­mo nor­te­ame­ri­cano. Mien­tras que el pue­blo cata­lán y el pue­blo vas­co segui­mos luchan­do con­tra el impe­ria­lis­mo español.

Tene­mos que ser cons­cien­tes de estas dife­ren­cias pero a la vez del lazo común que nos une a nica­ra­güen­ses, a vas­cos y a cata­la­nes. Y a par­tir de allí tene­mos que pre­ci­sar una cues­tión: en Cata­lu­ña por razo­nes his­tó­ri­cas hay una divi­sión en el pue­blo cata­lán, lo mis­mo que me ima­gino hay en el pue­blo nica­ra­güen­se. Los ricos de Cata­lu­ña no quie­ren sepa­rar­se del Esta­do espa­ñol por­que ven su futu­ro eco­nó­mi­co pega­do al Esta­do espa­ñol. Lo mis­mo que los ricos de Vene­zue­la quie­ren que Vene­zue­la sea una pro­vin­cia con­tro­la­da por los Esta­dos Uni­dos, lo mis­mo que los ricos de Nica­ra­gua apo­ya­ron a la con­tra revo­lu­ción, se enfren­ta­ron a la gue­rri­lla san­di­nis­ta, apo­ya­ron a Somo­za has­ta el final y aplau­di­rían con las ore­jas que Esta­dos Uni­dos domi­na­ra Nica­ra­gua. Por­que el dine­ro, el capi­tal sea en Cata­lu­ña, en el País Vas­co, en Vene­zue­la o en Nica­ra­gua siem­pre tien­de a estar don­de está el poder y el poder en la Penín­su­la Ibé­ri­ca está en Espa­ña y el poder en Lati­noa­mé­ri­ca, el poder duro, el cri­mi­nal, el inhu­mano está en los Esta­dos Uni­dos. Y eso tam­bién nos une a cata­la­nes, vas­cos y nicaragüenses.

Tene­mos que dar­nos cuen­ta que es el pue­blo nica­ra­güen­se el que ha dicho que no a esa inter­ven­ción como fue el pue­blo vene­zo­lano el que dijo que no –yo esta­ba en Vene­zue­la en los momen­tos duros de todas las gua­rim­bas, los ase­si­na­tos cuan­do que­ma­ban per­so­nas vivas. Pero tam­bién esta­ba en Cata­lu­ña cuan­do las fuer­zas repre­si­vas espa­ño­las gol­pea­ron, rom­pie­ron las urnas, aplas­ta­ron las urnas. En el fon­do de todo esto, insis­to, es que tan­to el impe­rio espa­ñol en su ori­gen, antes de «des­cu­brir» (entre comi­llas), antes de ani­qui­lar a nues­tra Amé­ri­ca ya esta­ba ani­qui­lan­do al pue­blo de Cata­lu­ña. Enton­ces el pue­blo tra­ba­ja­dor de Cata­lu­ña ha resis­ti­do. El pue­blo rico de Cata­lu­ña, la bur­gue­sía cata­la­na, siem­pre se ha alia­do con los espa­ño­les. A fin y al cabo a San­dino lo trai­cio­na­ron los ricos de Nicaragua.

¿Cuán­to más debe­mos resistir?

Bueno, resis­tir es ven­cer. Des­de la posi­ción de los pue­blos que esta­mos macha­ca­dos, que esta­mos sin recur­sos o que nos impi­den nues­tros recur­sos, por­que a Nica­ra­gua, una vez que entró el impe­ria­lis­mo ha sido, has­ta la recu­pe­ra­ción recien­te, ha sido hun­di­da en la miseria.

Los pue­blos que man­te­ne­mos nues­tro rol nacio­nal, que man­te­ne­mos nues­tra iden­ti­dad, que man­te­ne­mos nues­tro sen­ti­do de pue­blo tra­ba­ja­dor, de nación tra­ba­ja­do­ra, resis­tir es ven­cer. Por­que sabe­mos que cada día que esta­mos resis­tien­do esta­mos ense­ñan­do a nues­tros des­cen­dien­tes, a nues­tros hijos, a nues­tras hijas les esta­mos ense­ñan­do dig­ni­dad y la dig­ni­dad es con­tra­ria a la lógi­ca capi­ta­lis­ta. Es enemi­go anta­gó­ni­co de la lógi­ca capitalista.

No es que este­mos con­de­na­dos a sufrir siem­pre una lucha sino que que­re­mos seguir vivien­do median­te la lucha, por­que cuan­do deje­mos de luchar nos habrán exter­mi­na­do. Aun­que siga­mos vivien­do. Yo pue­do seguir vivien­do hablan­do cas­te­llano, un nica­ra­güen­se pue­de seguir vivien­do hablan­do en inglés y comien­do en Mc Donals, y acep­tan­do que haya bases nor­te­ame­ri­ca­nas en Nica­ra­gua, pero ya no es un nica­ra­güen­se, es un escla­vo de los Esta­dos Unidos.

Noso­tros resis­ti­mos por­que que­re­mos vivir y vivi­mos por­que que­re­mos resis­tir. Por tan­to no es que este­mos con­de­na­dos a luchar sino que lucha­mos por­que que­re­mos vivir, y no que­re­mos que nues­tra vida sea un dólar más den­tro de las sona­tas de Donald Trump, ni remotamente.

5 de julio de 2019

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2 comentarios

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