Arge­lia: Del pre­tex­to coyun­tu­ral a las cau­sas sis­té­mi­cas. Pro­me­sas y peli­gros de una revuel­ta de la dignidad

[wpdm_​package id=“100398”]

Las mani­fes­ta­cio­nes popu­la­res del 22 de febre­ro que se pro­du­je­ron simul­tá­nea­men­te en la mayo­ría de las gran­des ciu­da­des arge­li­nas pero tam­bién en muchas ciu­da­des media­nas cons­ti­tu­yen indu­da­ble­men­te el ini­cio de una nue­va secuen­cia his­tó­ri­ca en la vida polí­ti­ca arge­li­na. Mar­can la entra­da en la esce­na polí­ti­ca de una nue­va gene­ra­ción socia­li­za­da en el cur­so de las dos últi­mas déca­das, es decir, tras el trau­ma­tis­mo que cons­ti­tu­yó la Déca­da Negra1. En efec­to, estas se carac­te­ri­zan en el plano eco­nó­mi­co por la pola­ri­za­ción cada vez mayor entre una mino­ría social clien­te del Esta­do ren­tis­ta que se enri­que­ce de for­ma escan­da­lo­sa y una gran mayo­ría que se empo­bre­ce con­ti­nua­men­te debi­do a las polí­ti­cas libe­ra­les de des­in­dus­tria­li­za­ción, pri­va­ti­za­ción y des­man­te­la­mien­to de los ser­vi­cios públi­cos2. En el plano polí­ti­co se carac­te­ri­zan por la ausen­cia de una alter­na­ti­va creí­ble debi­do al inten­to de impo­si­ción por par­te del Esta­do arge­lino y las cla­ses a las que repre­sen­ta de un jue­go bina­rio que los par­ti­dos de la «opo­si­ción» no cues­tio­nan debi­do a su adhe­sión a la libe­ra­li­za­ción eco­nó­mi­ca empren­di­da por el Esta­do a mar­chas for­za­das: el caos o la resig­na­ción3. En el plano «iden­ti­ta­rio» se carac­te­ri­zan por la inte­gra­ción de la corrien­te del «islam polí­ti­co» en el seno del apa­ra­to de Esta­do y de la bur­gue­sía com­pra­do­ra4. En el plano socio­ló­gi­co se carac­te­ri­zan por una urba­ni­za­ción cada vez mayor, una pirá­mi­de de edad con una base muy amplia, una tasa de esco­la­ri­za­ción ele­va­da y una aper­tu­ra al mun­do por medio de las redes socia­les5. Por últi­mo, en el plano de la expe­rien­cia de vida de esta juven­tud se carac­te­ri­zan por la res­tric­ción del cam­po de lo posi­ble a tener que bus­car­se la vida y a la hara­ga6. Este cóc­tel explo­si­vo lle­ga a su madu­rez con el anun­cio del quin­to man­da­to y lo con­vier­te en el pre­tex­to coyun­tu­ral que expre­sa una cau­sa­li­dad sis­té­mi­ca simi­lar a un dique que revien­ta tras la acu­mu­la­ción con­ti­nua e invi­si­ble de una pre­sión a lo lar­go de las dos últi­mas décadas.

El rei­no de los carroñeros

La exce­len­te obra del eco­no­mis­ta Abde­la­tif Rebah Le déve­lop­pe­ment natio­nal con­tra­rié7 res­ti­tu­ye la his­to­ria del vas­to pro­ce­so de «refor­mas eco­nó­mi­cas» que lle­va­rá a la situa­ción eco­nó­mi­ca actual. Este pro­ce­so inau­gu­ra­do por el pre­si­den­te Chad­li Bend­je­did y que pro­si­guie­ron sus suce­so­res se lle­vó a cabo con la ben­di­ción de las ins­ti­tu­cio­nes finan­cie­ras inter­na­cio­na­les (FMI, Ban­co Mun­dial). Lle­vó a la apa­ri­ción de una cla­se de carro­ñe­ros8 bajo la acción de tres pro­ce­di­mien­tos. El pri­me­ro se deno­mi­na ofi­cial­men­te «cesión de los bie­nes del Esta­do», pero de hecho es una ver­da­de­ra ope­ra­ción de robo a gran esca­la de los bie­nes de la nación. Los dig­na­ta­rios del régi­men aca­pa­ran miles de villas seño­ria­les y otras resi­den­cias a pre­cios ridícu­los res­pec­to al valor de estos bie­nes. «La dife­ren­cia entre el pre­cio de cesión por par­te del Esta­do y el pre­cio de reven­ta en el mer­ca­do es de 1 a 10, según las eva­lua­cio­nes. En el con­tex­to del mono­po­lio inmo­bi­lia­rio del Esta­do unas per­so­nas par­ti­cu­la­res rea­li­za­rán unas plus­va­lías del orden de varias dece­nas de miles de dina­res, que les pro­yec­ta­rán a la cabe­za de apre­cia­bles for­tu­nas sin esfuer­zo pro­duc­ti­vo alguno9», resu­me el eco­no­mis­ta Abde­la­tif Rebah. «El pro­ble­ma fun­da­men­tal de esta deci­sión his­tó­ri­ca resi­de en el hecho de que el par­que de villas seño­ria­les, a veces cla­si­fi­ca­bles como monu­men­tos his­tó­ri­cos, se mal­ven­dió a bajo pre­cio a dig­na­ta­rios del régi­men y a sus alle­ga­dos10», con­fir­ma el poli­tó­lo­go Rachid Tlemçani.

El segun­do pro­ce­di­mien­to es el de la pri­va­ti­za­ción del sec­tor públi­co, que según las cifras publi­ca­das en 2003 por el Minis­te­rio de Par­ti­ci­pa­ción e Inver­sión afec­tó a 1.200 empre­sas. Al igual que las villas y casas seño­ria­les, las empre­sas públi­cas se mal­ven­die­ron a una bur­gue­sía pará­si­ta, des­ta­ca Rachid Tlemçani:

El obje­ti­vo de la ope­ra­ción de diso­lu­ción-pri­va­ti­za­ción no es des­ha­cer­se de las empre­sas con difi­cul­ta­des eco­nó­mi­cas, des­ta­ca el minis­tro Mou­rad Bena­chenhou, para con­ser­var solo las empre­sas efi­cien­tes. Inclu­so las empre­sas ren­ta­bles y sol­ven­tes se ven­de­rán en el futu­ro. […] A la bur­gue­sía arge­li­na, de natu­ra­le­za ren­tis­ta y espe­cu­la­ti­va, no le inte­re­sa­rá com­prar unas empre­sas a pre­cio de mer­ca­do. Ade­más, el legis­la­dor pre­vió esta posi­bi­li­dad. Des­pués de las dos lici­ta­cio­nes reque­ri­das por la ley, el gobierno está auto­ri­za­do a ceder­las de común acuer­do, con lo que se abre la vía a la tan temi­da por la opi­nión públi­ca liqui­da­ción11.

El ter­cer pro­ce­di­mien­to fue la des­truc­ción pro­gre­si­va del mono­po­lio del Esta­do sobre el comer­cio exte­rior antes de ser sim­ple­men­te abo­li­do en 1989 en el mar­co de los lla­ma­dos acuer­dos de Stand-by nego­cia­dos y fir­ma­dos con el FMI (mayo de 1989 y junio de 1990). Así, la Ley de Finan­zas com­ple­men­ta­ria de 1990 auto­ri­za a «los con­ce­sio­na­rios y mayo­ris­tas auto­ri­za­dos a impor­tar pro­duc­tos de con­su­mo, bie­nes de equi­pa­mien­to y bie­nes de con­su­mo indus­tria­les para reven­der­los en las mis­mas con­di­cio­nes», recuer­da el eco­no­mis­ta Meh­di Abbas des­ta­can­do que «esta ley es el ori­gen de la emer­gen­cia de un nue­vo gru­po socio­eco­nó­mi­co con­cen­tra­do en torno a unas acti­vi­da­des de impor­ta­ción y expor­ta­ción, que cali­fi­ca­mos de comer­cia­lis­ta12». A pesar de los perio­dos de rees­ta­ta­li­za­ción par­cial del comer­cio exte­rior (bajo el gobierno Belaïd Abdess­llam de julio de 1992 a octu­bre de 1993, por ejem­plo) el mode­lo ya no cam­bia­rá e inclu­so lo refor­za­rá un acuer­do fir­ma­do con la Unión Euro­pea en 2002. Muchos com­pra­do­res de empre­sas públi­cas cesan toda acti­vi­dad pro­duc­ti­va y se trans­for­man en impor­ta­do­res y especuladores.

Este vas­to movi­mien­to de redis­tri­bu­ción de las rique­zas nacio­na­les a favor de una mino­ría espe­cu­la­ti­va se ace­le­ra duran­te la Déca­da Negra mien­tras que el pue­blo arge­lino se cen­tra en la preo­cu­pa­ción por sobre­vi­vir. Se han reu­ni­do los ele­men­tos cons­ti­tu­ti­vos del «sis­te­ma», como dicen los mani­fes­tan­tes arge­li­nos, y se pue­den resu­mir­se de la siguien­te manera:

Las posi­cio­nes de mono­po­lio sobre los cen­tros de deci­sión se han trans­for­ma­do en fuen­tes de «ren­tas reales» que impul­san des­de arri­ba un meca­nis­mo a la vez inci­ta­ti­vo y selec­ti­vo de acu­mu­la­ción de for­tu­nas libres de con­trol y de regla­men­ta­ción. Lo que a par­tir de aho­ra ya solo se desig­na con el nom­bre de «sis­te­ma» va a abri­gar así un vas­to meca­nis­mo irri­ga­do por los ingre­sos del petró­leo de trans­fe­ren­cia de valo­res del sec­tor esta­tal hacia el sec­tor pri­va­do, de las acti­vi­da­des pro­duc­ti­vas hacia las del comer­cio y la espe­cu­la­ción, de sala­rios hacia los espe­cu­la­do­res, del tra­ba­jo pro­duc­ti­vo hacia el con­tra­ban­do y el sec­tor infor­mal13.

En este con­tex­to es en el que hay que situar la lucha encar­ni­za­da de las dife­ren­tes fac­cio­nes de la bur­gue­sía por el con­trol del Esta­do y, en con­se­cuen­cia, las difi­cul­ta­des para encon­trar un suce­sor de Bute­fli­ka. La gue­rra feroz que libran para poner cada una de ellas a su hom­bre a la cabe­za del Esta­do está a la altu­ra de las can­ti­da­des exor­bi­tan­tes que redis­tri­bu­ye este Esta­do a favor «de los gran­des gana­do­res del aca­pa­ra­mien­to de las ren­tas reales, de la nomen­kla­tu­ra civil y mili­tar recon­ver­ti­da en los nego­cios de impor­ta­ción y en el nego­cio inmo­bi­lia­rio de ren­ta y de lujo, de los patro­nos del sec­tor pri­va­do, de los peque­ños empre­sa­rios de la eco­no­mía sub­te­rrá­nea gris o negra y de las eli­tes glo­ba­li­za­das que se han esfor­za­do por legi­ti­mar unas nue­vas rela­cio­nes socia­les14».

Este con­tex­to es tam­bién lo que expli­ca que la frac­ción de la bur­gue­sía, aún más libe­ral que el poder actual, tra­te de ins­tru­men­ta­li­zar el iné­di­to movi­mien­to popu­lar de pro­tes­ta para acce­der al poder. Cuen­ta para ello con la ausen­cia de una sali­da polí­ti­ca a cor­to pla­zo para pre­sen­tar­se como una alter­na­ti­va fren­te a un poder al que se detes­ta y a su clien­te­la igual de des­hon­ra­da. Es lo que resu­men los sin­di­ca­lis­tas del bas­tión obre­ro de Rouï­ba al dar todo su apo­yo al movi­mien­to popu­lar con­tra el quin­to man­da­to al tiem­po que aler­tan sobre las manio­bras de los ultra­li­be­ra­les y pre­ci­san la orien­ta­ción que hay que dar a la rup­tu­ra con el sis­te­ma para que esta no se limi­te a un cam­bio de pro­pie­ta­rio en el mejor de los casos y a un empeo­ra­mien­to del saqueo en el peor:

A peti­ción de los tra­ba­ja­do­res y de las sec­cio­nes sin­di­ca­les, la Unión Local UGTA de la zona indus­trial Rouïba/​Reghain se reu­nió el 6 de mar­zo de 2019 para deba­tir acer­ca de la situa­ción actual que atra­vie­sa Arge­lia y d el movi­mien­to popu­lar en cur­so. Como no pode­mos per­ma­ne­cer al mar­gen de las pro­fun­das aspi­ra­cio­nes popu­la­res que se expre­san, uni­mos nues­tras voces para decir sí a un cam­bio de sis­te­ma. Un sis­te­ma que pre­ser­ve la pro­pie­dad inalie­na­ble del pue­blo sobre las rique­zas natu­ra­les de la nación, reha­bi­li­te el papel del Esta­do en el desa­rro­llo eco­nó­mi­co y social, y la lucha con­tra la pobre­za y las des­igual­da­des. Un sis­te­ma que se des­mar­que de las oli­gar­quías y reva­lo­ri­ce el valor del tra­ba­jo, y que sitúe al hom­bre en el cen­tro del desa­rro­llo. Un sis­te­ma que garan­ti­ce las liber­ta­des indi­vi­dua­les, colec­ti­vas y el libre ejer­ci­cio del dere­cho sin­di­cal15.

Las con­sig­nas gri­ta­das en las mani­fes­ta­cio­nes popu­la­res indi­can una ver­da­de­ra con­cien­cia polí­ti­ca del con­tex­to que se pro­fun­di­za al pro­lon­gar­se el movi­mien­to. A la con­sig­na ini­cial de «No al quin­to man­da­to» se aña­den aho­ra la de «Fue­ra el sis­te­ma». Otras con­sig­nas denun­cian a los séra­kin (ladro­nes) del poder. Final­men­te, otras res­pon­den al chan­ta­je del caos cla­man­do que «Arge­lia no es Siria». Estas con­sig­nas indi­can que tras el des­en­ca­de­nan­te d el recha­zo del quin­to man­da­to el obje­ti­vo de la cóle­ra popu­lar es una cau­sa­li­dad sistémica.

La ausen­cia de alter­na­ti­va a cor­to plazo

No obs­tan­te, el carác­ter iné­di­to del actual movi­mien­to social no debe ocul­tar las difi­cul­ta­des a las que se enfren­tan las aspi­ra­cio­nes popu­la­res. Los par­ti­dos de la opo­si­ción no están en con­di­cio­nes de cons­ti­tuir una sali­da polí­ti­ca a la pro­tes­ta popu­lar. En el caso de los más impor­tan­tes com­par­ten las opcio­nes libe­ra­les del poder y solo creen en la eco­no­mía de mer­ca­do que pro­me­ten regu­lar. Se han ido sepa­ran­do pro­gre­si­va­men­te de la inmen­sa mayo­ría de las cla­ses popu­la­res al no tener en cuen­ta la lucha con­tra las orien­ta­cio­nes eco­nó­mi­cas y socia­les del poder. No pare­cen una alter­na­ti­va creí­ble a ojos de quie­nes pisan las calles de las ciu­da­des arge­li­nas al estar com­pues­tos fun­da­men­tal­men­te por miem­bros de las capas media e intermedias.

Por otra par­te, la mag­ni­tud del saqueo de estas tres últi­mas déca­das solo se podía lle­var a cabo encor­se­tan­do por medio de la repre­sión cual­quier inten­to de emer­gen­cia de nue­vas for­mas polí­ti­cas popu­la­res autó­no­mas del poder. Las drás­ti­cas con­di­cio­nes para crear un par­ti­do, la prohi­bi­ción de las mani­fes­ta­cio­nes bajo pre­tex­tos de segu­ri­dad, la ins­tru­men­ta­li­za­ción y recu­pe­ra­ción de líde­res de las luchas socia­les, la repre­sión de los movi­mien­tos socia­les, el con­trol de la infor­ma­ción, etc., son fac­to­res que han con­tri­bui­do a gene­rar una caren­cia de expre­sión polí­ti­ca a pesar de una cóle­ra social popu­lar generalizada.

El plu­ri­par­ti­dis­mo de facha­da ocul­ta la mono­po­li­za­ción del ámbi­to polí­ti­co por par­te de los par­ti­da­rios del libe­ra­lis­mo eco­nó­mi­co, que es la ver­da­de­ra cau­sa de la situa­ción actual. El recha­zo gene­ra­li­za­do tan­to de las fuer­zas polí­ti­cas que sos­tie­nen el poder como de las que pre­ten­de opo­ner­se a él se tra­du­ce, por lo tan­to, en una abs­ten­ción gene­ra­li­za­da. Esta abs­ten­ción no se debe inter­pre­tar como un signo de des­po­li­ti­za­ción sino, por el con­tra­rio, como un modo de pro­tes­ta polí­ti­ca, des­ta­ca per­ti­nen­te­men­te la poli­tó­lo­ga Louï­sa Dris-Aït Amadouche:

La expe­rien­cia del mul­ti­par­ti­dis­mo y de las elec­cio­nes plu­ra­les en Arge­lia es recien­te. Aho­ra bien, la abs­ten­ción que mar­ca de mane­ra cada vez más impac­tan­te los escru­ti­nios cons­ti­tu­ye un com­por­ta­mien­to elec­to­ral que reve­la una pro­fun­da cri­sis de con­fian­za. La abs­ten­ción está uni­da en pri­mer lugar a un sis­te­ma que refor­mó sus pro­ce­di­mien­tos sin cam­biar sus lógi­cas de fun­cio­na­mien­to. El resul­ta­do de ello es un códi­go elec­to­ral disua­so­rio, unos resul­ta­dos ofi­cia­les sos­pe­cho­sos y una pre­sun­ción de cul­pa­bi­li­dad en mate­ria de frau­de elec­to­ral. A con­ti­nua­ción, la abs­ten­ción está direc­ta­men­te liga­da a la ofer­ta polí­ti­ca. Su per­so­nal, sus pro­pues­tas y sus resul­ta­dos lle­van a los elec­to­res a desin­te­re­sar­se si no de la cues­tión polí­ti­ca cuan­to menos de la cues­tión elec­to­ral. Por últi­mo, la abs­ten­ción es con­se­cuen­cia de un elec­to­ra­do escal­da­do, des­mo­vi­li­za­do, sus­pi­caz y exi­gen­te. En 1990 los arge­li­nos vota­ron masi­va­men­te con­tra los sím­bo­los del régi­men FLN. En 1995 acu­die­ron masi­va­men­te a las urnas para recha­zar el terro­ris­mo. En ambos casos el voto iba acom­pa­ña­do de una espe­ran­za de cam­bio. Des­de enton­ces los elec­to­res ya no votan «con­tra» unas ideas o «con­tra» unas per­so­nas, se abs­tie­nen16.

La juven­tud de la pobla­ción arge­li­na refuer­za aún más esta cons­ta­ta­ción. Aun­que todas las gene­ra­cio­nes están pre­sen­tes en las mani­fes­ta­cio­nes, pre­do­mi­na en ellas la juven­tud. Estos jóve­nes, que en el mar­gen de edad entre los 16 y 24 años está en paro casi un 30%, solo han cono­ci­do el poder de Bute­fli­ka y su clien­te­la. Han sido tes­ti­gos de cam­bios radi­ca­les, de nego­cia­cio­nes de adhe­sio­nes, de crea­cio­nes arti­fi­cia­les de par­ti­dos, de la ins­tru­men­ta­li­za­ción de líde­res y de luchas, de inten­tos de com­prar la paz social por medio de la dis­tri­bu­ción de ayu­das y sub­ven­cio­nes cuan­do suben los ingre­sos petro­le­ros, etc., que les lle­van a una rela­ción escép­ti­ca con la ofer­ta polí­ti­ca cuan­do no a un recha­zo radical.

Por con­si­guien­te, el vacío polí­ti­co va pare­jo de una madu­ra­ción y una toma de pos­tu­ra polí­ti­ca resul­tan­tes a la vez de la lar­ga heren­cia y de la expe­rien­cia con­cre­ta de las dos últi­mas déca­das. La aspi­ra­ción a la igual­dad social inver­ti­da por el cam­pe­si­na­do y los tra­ba­ja­do­res arge­li­nos en la lucha de libe­ra­ción nacio­nal se trans­mi­tió a pesar de que haber sido ins­tru­men­ta­li­za­da por quie­nes deten­tan el poder para legi­ti­mar­se. Tes­ti­mo­nio de ello es el lugar que ocu­pa el himno nacio­nal en las mani­fes­ta­cio­nes. Tes­ti­mo­nio de ello es tam­bién la aco­gi­da dada a la heroí­na de la resis­ten­cia que es Dja­mi­la Bouhi­red cuan­do acu­dió a dar su apo­yo a los mani­fes­tan­tes. La madu­ra­ción pro­vie­ne tam­bién de la expe­rien­cia recien­te mar­ca­da por la pues­ta en evi­den­cia del calle­jón sin sali­da que cons­ti­tu­yen las fuer­zas que se pro­cla­man del «islam polí­ti­co», pero tam­bién por el espec­tácu­lo de los cole­ta­zos de las lla­ma­das «revo­lu­cio­nes ára­bes». Como des­ta­ca la soció­lo­ga Fat­ma Oussedik:

Las per­so­nas de refe­ren­cia ya no son, por con­si­guien­te, Ali Benhadj y Abas­si Mada­ni, ves­ti­dos con dje­lla­bas y que rei­vin­di­can el úni­co tex­to reli­gio­so. Des­de la déca­da de 1990 esta ten­den­cia ha dado lugar a una «bur­gue­sía pia­do­sa», inclu­so a una peque­ña bur­gue­sía que ha via­ja­do, cuyo hori­zon­te no es solo Ara­bia Sau­dí. Con las deri­vas siria y libia, y los via­jes a Tur­quía los isla­mis­tas arge­li­nos han expe­ri­men­ta­do un cam­bio de ima­gen. Tie­nen intere­ses mate­ria­les en los mer­ca­dos infor­ma­les de El Eul­ma, de Jolie-Vue. Temen las rup­tu­ras dema­sia­do bru­ta­les. Sin duda sigue habien­do más corrien­tes ple­be­yas, pero las direc­cio­nes de los par­ti­dos isla­mis­tas siguen en manos de estos isla­mis­tas con una nue­va ima­gen. Este evo­lu­ción ha mar­ca­do el fin de la mez­qui­ta como úni­co cen­tro de for­ma­ción en la pro­tes­ta17.

Esta expe­rien­cia recien­te tie­ne sus espa­cios de socia­li­za­ción en la calle, en las aso­cia­cio­nes y colec­ti­vos infor­ma­les, en los cafés, pero tam­bién en los esta­dios de fút­bol, como demues­tra la repe­ti­ción de las melo­días de las can­cio­nes de los hin­chas como sopor­te de las con­sig­nas de las últi­mas mani­fes­ta­cio­nes. Tes­ti­mo­nio de ello es tam­bién la pre­sen­cia en las mani­fes­ta­cio­nes de muje­res, con velo o sin él, jóve­nes o más mayo­res. Sin embar­go, esta madu­ra­ción polí­ti­ca no cam­bia el hecho de que no exis­ten fuer­zas polí­ti­cas creí­bles que pue­dan ser­vir de rele­vo al movi­mien­to social. La fal­ta de una fuer­za polí­ti­ca popu­lar es un hecho esen­cial de la situa­ción actual. Como des­ta­ca­ba el eco­no­mis­ta Omar Ben­de­rra antes de que se des­en­ca­de­na­ra el movi­mien­to popu­lar: «Fren­te al libe­ra­lis­mo mafio­so impues­to por la dic­ta­du­ra, la pobla­ción opo­ne una tra­di­ción de igua­li­ta­ris­mo y de jus­ti­cia muy arrai­ga­da, muy ale­ja­da de los dog­mas y de las ideo­lo­gías. Por lo tan­to, a la espe­ra de la inevi­ta­ble recom­po­si­ción del ámbi­to polí­ti­co solo que­da “de izquier­da” lo que el pue­blo ha con­ser­va­do en sus pro­fun­di­da­des en tér­mi­nos de recha­zo de la injus­ti­cia y de lo arbi­tra­rio, de resis­ten­cia a los dic­ta­dos impe­ria­lis­tas en Pales­ti­na y de opo­si­ción al ali­nea­mien­to con Occi­den­te18».

La para­do­ja de una con­cien­cia­ción polí­ti­ca cre­cien­te jun­to a un vacío de ofer­ta polí­ti­ca creí­ble carac­te­ri­za la situa­ción arge­li­na actual. Si la rup­tu­ra con el sis­te­ma es la con­sig­na común de todos los mani­fes­tan­tes, ya que estos per­te­ne­cen a cla­ses socia­les dife­ren­tes (des­de para­dos a algu­nos jefes de empre­sa pasan­do por la peque­ña bur­gue­sía), uno de los retos cla­ves resi­de en el con­te­ni­do que se da a esta rup­tu­ra. Como des­ta­ca el perio­dis­ta Hoci­ne Bella­lou­fi refi­rién­do­se a la defi­ni­ción de Lenin19 de las con­di­cio­nes de una situa­ción revo­lu­cio­na­ria: «Aho­ra está cla­ro que los de aba­jo ya no quie­ren. Lo han expre­sa­do cla­ra y masi­va­men­te de todas las mane­ras posi­bles, en par­ti­cu­lar en la calle. Pero a pesar de las deser­cio­nes que se mul­ti­pli­can y se ace­le­ran a medi­da que se desa­rro­lla el movi­mien­to popu­lar, los de arri­ba toda­vía pue­den20».

Un con­tex­to geo­es­tra­té­gi­co de alto riesgo

Tam­bién hay que resi­tuar el reto arge­lino en su con­tex­to inter­na­cio­nal, que es el de una secuen­cia his­tó­ri­ca mun­dial mar­ca­da por una exa­cer­ba­ción sin pre­ce­den­tes en la his­to­ria recien­te de las con­tra­dic­cio­nes entre las gran­des poten­cias impe­ria­lis­tas por el domi­nio de las fuen­tes de ener­gía y de las mate­rias pri­mas estra­té­gi­cas, por el con­trol de las zonas geo­es­tra­té­gi­cas y por obs­ta­cu­li­zar el acce­so de los riva­les (y en par­ti­cu­lar de las eco­no­mías emer­gen­tes) a estos recur­sos y zonas. El fin de los equi­li­brios sur­gi­dos de la Segun­da Gue­rra Mun­dial con la des­apa­ri­ción de la URSS abrió esta secuen­cia, que está lejos toda­vía de mos­trar todas sus consecuencias.

Una de las con­se­cuen­cias más dra­má­ti­cas para los pue­blos es la mul­ti­pli­ca­ción de las gue­rras entre estas poten­cias por medio de paí­ses inter­pues­tos o por inter­ven­ción direc­ta. Al igual que para com­pren­der la situa­ción arge­li­na, con­vie­ne aho­ra adop­tar el refle­jo ana­lí­ti­co con­sis­ten­te en bus­car sis­te­má­ti­ca­men­te la cau­sa real que se ocul­ta tras el pre­tex­to apa­ren­te. Debi­do a la nece­si­dad de legi­ti­mar estas gue­rras se movi­li­zan y movi­li­za­rán todos los pre­tex­tos posi­bles: defen­sa de una mino­ría opri­mi­da, los dere­chos de la mujer, la lucha con­tra un dic­ta­dor, la lucha con­tra el terro­ris­mo, etc. En caso nece­sa­rio se pue­de movi­li­zar inclu­so la téc­ni­ca del «bom­be­ro piró­mano», como demues­tra el caso de Mali, don­de tras haber fre­na­do las capa­ci­da­des de inter­ven­ción del ejér­ci­to malien­se, Fran­cia se pre­sen­tó como sal­va­dor ante la ame­na­za de los rebel­des sobre la capi­tal. Lo demues­tra tam­bién la situa­ción en Vene­zue­la, don­de las san­cio­nes eco­nó­mi­cas de Esta­dos Uni­dos tra­tan de ins­tau­rar la penu­ria para poder argu­men­tar la nece­si­dad de una inter­ven­ción mili­tar con el fin de ayu­dar a un pue­blo en peli­gro. Así, unas luchas y unas rei­vin­di­ca­cio­nes jus­tas y legí­ti­mas pue­den ser obje­to de una estra­te­gia de recu­pe­ra­ción y de ins­tru­men­ta­li­za­ción con fines depredadores.

Arge­lia y las rique­zas que repre­sen­ta no se libra­ron de este con­tex­to en el pasa­do y tam­po­co se libran hoy. Este fue el caso duran­te la Déca­da Negra en el cur­so de la cual tan­to Esta­dos Uni­dos como la Unión Euro­pea refor­za­ron a algu­nas fuer­zas rebel­des en deter­mi­na­dos momen­tos y lue­go las libra­ron a otras en fun­ción de las con­ce­sio­nes del poder y de los acuer­dos con él. Igual­men­te las poten­cias occi­den­ta­les tra­tan des­de hace años de lle­var al ejér­ci­to arge­lino (el segun­do en el Nor­te de Áfri­ca tras Egip­to) a par­ti­ci­par en sus inter­ven­cio­nes en el Áfri­ca sub­saha­ria­na. Si bien has­ta el momen­to la res­pues­ta fue nega­ti­va, no hay que excluir la ten­ta­ción de uti­li­zar la actual cri­sis polí­ti­ca para impo­ner un cam­bio de rum­bo ya sea apo­yan­do un poder más con­ci­lia­dor ya sea res­pal­da­do a los defen­so­res actua­les. Es indu­da­ble que las can­ci­lle­rías de las gran­des poten­cias ela­bo­ran (y los modi­fi­can en fun­ción de la evo­lu­ción de la situa­ción) los dife­ren­tes esce­na­rios que les per­mi­ten sal­va­guar­dar sus intere­ses o desa­rro­llar­los mar­gi­nan­do al rival bien situado.

Tam­bién es nota­ble la madu­rez de las per­so­nas mani­fes­tan­tes en este aspec­to, como demues­tra la insis­ten­cia de quie­nes se mani­fies­tan en el carác­ter pací­fi­co de su movi­mien­to. Tam­bién en esto han apren­di­do de las gue­rras que han enlu­ta­do al mun­do en los últi­mos años. Dicho esto, en la situa­ción actual nadie pue­de pre­de­cir el futu­ro y hay que seguir vigilantes .

Saïd Boua­ma­ma

11 de mar­zo de 2019

Fuen­te: https://​www​.inves​ti​gac​tion​.net/​f​r​/​a​l​g​e​r​i​e​-​d​u​-​p​r​e​t​e​x​t​e​-​c​o​n​j​o​n​c​t​u​r​e​l​-​a​u​x​-​c​a​u​s​e​s​-​s​y​s​t​e​m​i​q​u​e​s​-​p​r​o​m​e​s​s​e​s​-​e​t​-​d​a​n​g​e​r​s​-​d​u​n​e​-​r​e​v​o​l​t​e​-​d​e​-​l​a​-​d​i​g​n​i​te/

[Tra­du­ci­do del fran­cés para Rebe­lión por Bea­triz Mora­les Bastos.]

  1. Aun­que no hay con­sen­so res­pec­to a la eva­lua­ción de las víc­ti­mas de estas déca­das, es indu­da­ble el carác­ter gene­ra­li­za­do de los daños huma­nos: dece­nas de miles de per­so­nas muer­tas, cien­tos de miles de per­so­nas trau­ma­ti­za­das y dis­ca­pa­ci­ta­das, miles de muje­res vio­la­das, miles de per­so­nas exi­lia­das, miles de per­so­nas des­apa­re­ci­das, millo­nes de per­so­nas des­pla­za­das. No tener en cuen­ta el trau­ma­tis­mo colec­ti­vo que supo­ne seme­jan­te expe­rien­cia de vida y de muer­te es con­de­nar­se a las con­clu­sio­nes erró­neas sobre las reac­cio­nes popu­la­res arge­li­nas que flo­re­cen en la pren­sa fran­ce­sa: ¿por qué no hubo en Arge­lia una «pri­ma­ve­ra ára­be»?, la supues­ta des­po­li­ti­za­ción de la socie­dad arge­li­na, la pseu­do­au­sen­cia de pro­tes­ta social que fir­ma una igual de ilu­so­ria ato­nía de las cla­ses popu­la­res, etc. [Se cono­ce como Déca­da Negra la déca­da de 1990 en la que se pro­du­ce la gue­rra civil, N. de la t.]
  2. Por citar solo un indi­ca­dor, recor­de­mos que 14 millo­nes de per­so­nas arge­li­nas viven por deba­jo del umbral de pobre­za, es decir, el 35% de la pobla­ción, y que un 10% posee el 80% de los recur­sos del país. Son datos pro­por­cio­na­dos por una inves­ti­ga­ción de la Liga Arge­li­na para la Defen­sa de los Dere­chos Huma­nos (LADDH, por sus siglas en fran­cés) que data de 2015: ttps://www.algerie-focus.com/2015/10/14-millions-de-pauvres-en-algerie10-dalgeriens-detiennent-80-des-ressources-du-pays/. Aun­que las cifras ofi­cia­les ofre­cen una dife­ren­cia con­si­de­ra­ble­men­te menor, sin embar­go coin­ci­den en des­ta­car un impor­tan­te e indis­cu­ti­ble aumen­to de la dife­ren­cia de rique­zas: así, los datos de la Ofi­ci­na Nacio­nal de Esta­dís­ti­ca indi­can que en 2013 un 20% de los hoga­res aca­pa­ra el 40 % de los gas­tos glo­ba­les del pue­blo arge­lino (https://​alge​ria​-watch​.org/​?​p​=​1​3​682).
  3. La últi­ma decla­ra­ción del pre­si­den­te Bute­fli­ka del jue­ves 7 de mar­zo [de 2019] indi­ca que el poder sigue tra­tan­do de impo­ner esta lógi­ca bina­ria a pesar de la mag­ni­tud de las mani­fes­ta­cio­nes: «Debe­mos ape­lar a la vigi­lan­cia y a la pru­den­cia ante una posi­ble infil­tra­ción de esta expre­sión pací­fi­ca por par­te de cual­quier par­te insi­dio­sa, ya sea del inte­rior o del exte­rior que podría […] sus­ci­tar la fit­na [dis­cor­dia] y pro­vo­car el caos con todo lo que pue­den pro­vo­car de cri­sis y de males» (https://​www​.rtl​.fr/​a​c​t​u​/​i​n​t​e​r​n​a​t​i​o​n​a​l​/​a​l​g​e​r​i​e​-​a​b​d​e​l​a​z​i​z​-​b​o​u​t​e​f​l​i​k​a​-​m​e​t​-​e​n​-​g​a​r​d​e​-​c​o​n​t​r​e​-​u​n​-​r​i​s​q​u​e​-​d​e​-​c​h​a​o​s​-​7​7​9​7​1​5​1​460).
  4. El com­pro­mi­so que aca­bó con la Déca­da Negra se desa­rro­lló por medio de la inte­gra­ción en el seno del clien­te­lis­mo de Esta­do de una par­te de los diri­gen­tes «reli­gio­sos» y por medio de la emer­gen­cia de una peque­ña bur­gue­sía y de una bur­gue­sía comer­cial sur­gi­das de este ori­gen a cam­bio de la famo­sa «recon­ci­lia­ción».
  5. En un exce­len­te artícu­lo del 7 de mar­zo [de 2019] la soció­lo­ga Fat­ma Ous­se­dik resu­me de la siguien­te mane­ra los datos que carac­te­ri­zan a la pobla­ción arge­li­na: un 70% de la pobla­ción es urba­na, la tasa de cre­ci­mien­to de esta pobla­ción sigue sien­do ele­va­da con una tasa de cre­ci­mien­to del 2,89 % al año, las per­so­nas meno­res de 15 años repre­sen­tan el 29,7 % de la pobla­ción y las meno­res de 30 años el 54%. Tras redu­cir la can­ti­dad de mani­fes­tan­tes a la pobla­ción acti­va, esta soció­lo­ga des­ta­ca: «En nues­tra opi­nión, los tres millo­nes de per­so­nas que se han mani­fes­ta­do repre­sen­tan apro­xi­ma­da­men­te al 25 % de la pobla­ción de edad de mani­fes­tar­se, sean cua­les sean las correc­cio­nes apor­ta­das tenien­do en cuen­ta a las y los niños y a las per­so­nas jubi­la­das pre­sen­tes» (https://​www​.elwa​tan​.com/​e​d​i​t​i​o​n​/​c​o​n​t​r​i​b​u​t​i​o​n​s​/​u​n​-​p​e​u​p​l​e​-​d​e​-​t​r​o​i​s​-​m​i​l​l​i​o​n​s​-​d​a​n​s​-​l​e​s​-​r​u​e​s​-​d​e​s​-​v​i​l​l​e​s​-​d​u​-​p​a​y​s​-​q​u​i​-​s​o​m​m​e​s​-​n​o​u​s​-07 – 03-2019).
  6. El tér­mino hara­ga sig­ni­fi­ca lite­ral­men­te «aque­llos que que­man». Desig­na el acto de arries­gar la vida tra­tan­do tra­tan­do de atra­ve­sar el Medi­te­rrá­neo en embar­ca­cio­nes pre­ca­rias. Así, el pre­si­den­te de la región de Cer­de­ña, en Ita­lia, eva­lua­ba en 1.106 la can­ti­dad de per­so­nas arge­li­nas que habían des­em­bar­ca­do solo en la cos­ta sudes­te de la isla en 2016 (https://​www​.alge​rie​pa​trio​ti​que​.com/​2​0​1​7​/​0​9​/​2​7​/​r​e​c​r​u​d​e​s​c​e​n​c​e​-​i​n​q​u​i​e​t​a​n​t​e​-​d​e​-​m​i​g​r​a​t​i​o​n​-​a​l​g​e​r​i​e​n​s​-​v​e​r​s​-​l​i​t​a​l​ie/).
  7. Abde­la­tif Rebah: Le Déve­lop­pe­ment natio­nal con­tra­rié, Argel, INAS, 2011.
  8. Toma­mos pres­ta­do este tér­mino del poli­tó­lo­go Rachid Tle­mça­ni: État, Bazar et glo­ba­li­sa­tion. L’aventure de l’Infitah en Algé­rie, El Hik­ma, Argel, 1999.
  9. Abde­la­tif Rebah: Le Déve­lop­pe­ment natio­nal con­tra­rié, op.cit., pp. 65 – 66.
  10. Rachid Tle­mça­ni: Etat, Bazar et glo­ba­li­sa­tion. L’aventure de l’Infitah en Algé­rie, op. cit., p. 96.
  11. Íbid, p. 95.
  12. Meh­di Abbas: «L’ouverture com­mer­cia­le de l’Algérie. Apports et limi­tes d’une appro­che en ter­mes d’économie poli­ti­que du pro­tec­tion­nis­me», Revue Tiers-Mon­de, n° 210, abril-junio de 2012, p. 60.
  13. Abde­la­tif Rebah: Le Déve­lop­pe­ment natio­nal con­tra­rié, op.cit., p. 66.
  14. Abde­la­tif Rebah: «Un élan popu­lai­re pour une alter­na­ti­ve de pro­grès social», El Watan, 6 de mar­zo de 2019 (https://​www​.elwa​tan​.com/​e​d​i​t​i​o​n​/​c​o​n​t​r​i​b​u​t​i​o​n​s​/​u​n​-​e​l​a​n​-​p​o​p​u​l​a​i​r​e​-​p​o​u​r​-​u​n​e​-​a​l​t​e​r​n​a​t​i​v​e​-​d​e​-​p​r​o​g​r​e​s​-​s​o​c​i​a​l​-06 – 03-2019).
  15. Decla­ra­ción de la Unión Local UGTA de la zona indus­trial de Rouiba/​ReghaÎa, 6 de mar­zo de 2019 (https://​www​.alge​rie​-eco​.com/​2​0​1​9​/​0​3​/​0​6​/​u​g​t​a​-​z​o​n​e​-​i​n​d​u​s​t​r​i​e​l​l​e​-​r​o​u​i​b​a​-​r​e​g​h​a​i​a​-​s​o​u​t​i​e​n​n​e​n​t​-​m​a​r​c​h​e​s​-​c​o​n​t​r​e​-​5​e​-​m​a​n​d​at/).
  16. Louï­sa Dris-Aït Hama­dou­che: L’abstention en Algé­rie: un autre mode de con­tes­ta­tion poli­ti­que, L’année du Magh­reb, 2009, p. 263.
  17. Fat­ma Ous­se­dik: «Un peu­ple de trois millions dans les rues des villes du pays: qui som­mes nous?» , El Watan, 7 de mar­zo de 2019 (https://​www​.elwa​tan​.com/​e​d​i​t​i​o​n​/​c​o​n​t​r​i​b​u​t​i​o​n​s​/​u​n​-​p​e​u​p​l​e​-​d​e​-​t​r​o​i​s​-​m​i​l​l​i​o​n​s​-​d​a​n​s​-​l​e​s​-​r​u​e​s​-​d​e​s​-​v​i​l​l​e​s​-​d​u​-​p​a​y​s​-​q​u​i​-​s​o​m​m​e​s​-​n​o​u​s​-07 – 03-2019).
  18. Omar Ben­de­rra: «Que res­te-t‑l de la gau­che en Algé­rie», Assa­fi­ra­ra­bi, 27 de noviem­bre de 2018 (http://​assa​fi​ra​ra​bi​.com/​f​r​/​2​3​4​2​7​/​2​0​1​8​/​1​1​/​2​7​/​q​u​e​-​r​e​s​t​e​-​t​-​i​l​-​d​e​-​l​a​-​g​a​u​c​h​e​-​e​n​-​a​l​g​e​r​ie/).
  19. V. I. Lenin: La enfer­me­dad infan­til del comu­nis­mo (el «izquier­dis­mo»): «La ley fun­da­men­tal de la revo­lu­ción, con­fir­ma­da por todas las revo­lu­cio­nes, y en par­ti­cu­lar por las tres revo­lu­cio­nes rusas del siglo XX, con­sis­te en lo siguien­te: para la revo­lu­ción no bas­ta con que las masas explo­ta­das y opri­mi­das ten­gan con­cien­cia de la impo­si­bi­li­dad de seguir vivien­do como viven y exi­jan cam­bios; para la revo­lu­ción es nece­sa­rio que los explo­ta­do­res no pue­dan seguir vivien­do y gober­nan­do como viven y gobier­nan. Solo cuan­do los «de aba­jo» no quie­ren y los «de arri­ba» no pue­den seguir vivien­do a la anti­gua, solo enton­ces pue­de triun­far la revolución».
  20. Hoci­ne Bela­llou­fi: «Algé­rie: d’une cri­se de régi­me à une cri­se poli­ti­que», Con­tre­temps, 7 de mar­zo de 2019 (https://​www​.con​tre​temps​.eu/​a​l​g​e​r​i​e​-​c​r​i​s​e​-​r​e​g​i​me/).

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *