11‑M: Día Inter­na­cio­nal del Per­dón y Arre­pen­ti­mien­to Uni­ver­sal Vasco

Apro­ve­chan­do que el gobierno vas­con­ga­do, acom­pa­ña­do de sus prin­ci­pa­les cola­bo­ra­do­res, ha ins­ti­tui­do el pasa­do 11‑M de 2017, como día uni­ver­sal del per­dón y arre­pen­ti­mien­to vas­co. O sea, lo que vie­ne sien­do uno de esos días con­tra ETA, superan­do así la inten­ción euro­pea que apun­ta­ba mas a los musul­ma­nes, no quie­ro per­der la oca­sión de ser de los peti­cio­na­rios, solo por sen­tir­me miem­bro de esa «socie­dad» que aca­ba de pedir mil perdones. 

Y como este año he lle­ga­do tar­de, para el pró­xi­mo me pido «pri­mer». A cuyo obje­to, diri­jo a quién corres­pon­da (que sue­le ser el len­da­ka­ri de turno o el jefe espa­ñol de a bor­do), una lis­ta de mis peti­cio­nes de perdón:

  1. Pido per­dón por haber creí­do que un país (el vas­co) ocu­pa­do por medio de las armas y de las gue­rras, e inva­di­do por ejér­ci­tos, jue­ces, maes­tros y poli­cías, podía ser libe­ra­do de la mis­ma manera.

  2. Pido per­dón por haber mata­do a Meli­tón Man­za­nas, cono­ci­do comi­sa­rio tor­tu­ra­dor de Irun.

  3. Pido per­dón, por haber mata­do a don Luis Carre­ro Blan­co, cono­ci­do pre­si­den­te del gobierno, sos­pe­cho­so a su vez de ayu­dar a don Fran­cis­co Fran­co (cau­di­llo de Espa­ña por la gra­cia de algún dios) a fir­mar algu­nas sen­ten­cias de muer­te y otros decre­tos dic­ta­to­ria­les de la mis­ma pin­ta. Asi­mis­mo, don Luis, sos­pe­cho­so de pre­ten­der alar­gar la dic­ta­du­ra y los fusi­la­mien­tos suma­rí­si­mos de disi­den­tes, mas allá del 20 de noviem­bre y de lo que muchos podían soportar.

  4. Pido per­dón por haber mata­do varios civi­les, mili­ta­res, guar­dias y poli­cías arma­das, cre­yen­do equi­vo­ca­da y mali­cio­sa­men­te que for­ma­ban par­te del ejér­ci­to de ocu­pa­ción polí­ti­co-mili­tar del País Vas­co. Cuan­do son lo mas pare­ci­do que hay, a una ONG benéfica.

  5. Pido per­dón por colo­car iku­rri­ñas con bom­ba trampa.

  6. Pido per­dón por haber mata­do a algu­nos nar­co­tra­fi­can­tes, sos­pe­cho­sos de intro­du­cir dro­ga en las ciu­da­des del nor­te, para into­xi­car a los jóve­nes vascos.

  7. Pido per­dón por robar la nómi­na de Asti­lle­ros espa­ño­les (tres millo­nes de pese­tas) y enviar el dine­ro a las fami­lias de los huel­guis­tas de Granada.

  8. Pido per­dón por haber con­se­gui­do de malos modos la deten­ción de la cen­tral nuclear de Lemoiz. Y la mejo­ra sus­tan­cial de la auto­vía de Nafa­rroa, con la indis­pen­sa­ble ayu­da de Jonan Fer­nán­dez. Entre otros.

  9. Pido per­dón por haber dis­pa­ra­do equi­vo­ca­da­men­te, en los años 1936 y 1937, con la insa­na inten­ción de matar a sol­da­dos com­po­nen­tes del ejer­ci­to nacio­nal espa­ñol. Que lle­ga­ron a nues­tras tie­rras, con el úni­co obje­ti­vo de libe­rar­nos de la «bar­ba­rie roja y de la imbe­ci­li­dad bizcaitarra».

  10. Pido per­dón por­que en la bata­lla de Matxitxa­ko, fui uno de los mari­nos que dis­pa­ró con­tra un heroi­co y des­ar­ma­do navío espa­ñol, que sola­men­te pre­ten­día con su noble­za habi­tual des­em­bar­car tro­pas y armas bene­fac­to­ras en nues­tras costas.

  11. Pido per­dón por haber creí­do, equi­vo­ca­da­men­te duran­te tan­tos años, que nues­tros enemi­gos eran el ejér­ci­to espa­ñol, alia­do con la avia­ción ale­ma­na e ita­lia­na, y como con­se­cuen­cia de este error he con­tri­bui­do de mane­ra insen­sa­ta al deli­to de odio entre la pobla­ción vas­ca bom­bar­dea­da y fusilada.

  12. Pido per­dón por no haber­me ren­di­do cuan­do ama­ble­men­te nos lo pedía el glo­rio­so gene­ral Mola. Otro si, pido per­dón por haber des­trui­do con una bom­ba el mono­li­to que le recor­da­ba en el cen­tro de Bilbao.

  13. Pido per­dón por pin­tar en las pare­des obs­ce­ni­da­des inde­pen­den­tis­tas y haber rene­ga­do de mi autén­ti­ca patria española.

  14. Pido per­dón por que­rer que, por enci­ma de cual­quier otro deseo coti­diano, que la selec­ción espa­ño­la de fút­bol, de ciclis­mo, de nata­ción, de balon­ces­to, los tenis­tas espa­ño­les etc., sean eli­mi­na­dos cuan­to antes, de cual­quier com­pe­ti­ción. Y pier­dan has­ta en los amistosos.

  15. Pido per­dón por haber hecho la mili en los terri­to­rios ocu­pa­dos de Áfri­ca, esca­queán­do­me todo lo posi­ble y cre­yen­do que for­ma­ba par­te del ejér­ci­to inva­sor, cuan­do en reali­dad tra­tá­ba­mos de lle­var a los pobres e igno­ran­tes mori­tos la civi­li­za­ción, la cul­tu­ra occi­den­tal y la sal­va­do­ra reli­gión católica.

  16. Pido per­dón por haber sido toda mi vida un des­ca­rria­do rojo-sepa­ra­tis­ta, como mi padre. Y no creer­me lo que me decían en la escue­la sobre la patria úni­ca, nues­tro cau­di­llo sal­va­dor y su desig­na­ción pro­vi­den­cial para librar a Eus­ka­di de la hoz y el martillo.

  17. Pido per­dón por haber vota­do una vez a San­ti Brouard, que como era de HB segu­ra­men­te sería de ETA… Y vete a saber.

  18. Pido per­dón por haber vota­do otra vez con­tra la OTAN. Sin acep­tar que este orga­nis­mo pací­fi­co y paci­fis­ta esta­ba lla­ma­do his­tó­ri­ca­men­te a librar­nos, pri­me­ro de los comu­nis­tas y lue­go de los moros. Y hacer­lo irre­fle­xi­va­men­te, sin hacer caso de las sabias reco­men­da­cio­nes, al res­pec­to, de Ardan­za, Arza­llus, Gon­zá­lez y Aznar. Que sabían mejor que yo lo que nos con­vie­ne a todos.

  19. Pido per­dón por no haber­me dado cuen­ta antes, que Urku­llu es el mejor len­da­ka­ri que pode­mos tener. Y haber escri­to que es un soso.

  20. Pido per­dón por haber vota­do en Cata­lun­ya el 8 de noviem­bre, sin dar­me cuen­ta que los cata­la­nes están locos, por no que­rer ser espa­ño­les, y solo les intere­sa el dinero.

Sé que fal­ta­rán algu­nas cosas, algu­nas inclu­so que se me han atri­bui­do fal­sa­men­te como lo de Ken­nedy, Mano­le­te y eso. Que yo no he hecho… y que, sin embar­go, alguno dirá que si. Pero en caso nece­sa­rio, y para no dis­cu­tir ante esta ven­tu­ro­sa épo­ca de paz que se nos echa enci­ma… Y, sobre todo, para ayu­dar a com­ple­tar la memo­ria his­tó­ri­ca, no me impor­ta­ría asumir. 

Como des­pe­di­da, acep­ta­ría cum­plir una de aque­llas peni­ten­cias de cura bueno de parro­quia del cen­tro… Unas ave­ma­rías, padre­nues­tros o cosas así, tenien­do en cuen­ta lo arre­pen­ti­do que estoy. Como se demues­tra por todo lo ante­rior. Tam­bién acep­ta­ría ayu­dar a la recons­truc­ción del mono­li­to a Mola, tan bár­ba­ra­men­te destruido.

Jose­ma­ri Loren­zo Espinosa

1 de julio de 2017

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