Dos varas de medir- M. Efi, Fer­mín y M. José Perez Elexpe

No hace mucho tiem­po decía­mos los fami­lia­res de Víc­tor Manuel Pérez Elex­pe, ase­si­na­do en Por­tu­ga­le­te el 20 de enero de 1975 por el cabo de la Guar­dia Civil Nar­ci­so San Juan del Rey, que el camino a Estras­bur­go sería peno­so: un camino a reco­rrer en soli­ta­rio y lleno de obs­tácu­los; olvi­da­dos y humi­lla­dos, como otros muchos, por par­te de la Jus­ti­cia española.

Pero lle­ga­re­mos. No lo duda­mos. Lle­ga­re­mos con la con­cien­cia tran­qui­la, por haber defen­di­do la ino­cen­cia de nues­tro her- mano Víc­tor; lle­ga­re­mos con el recuer­do imbo­rra­ble de nues­tro her­mano Igna­cio: «hay que hacer algo», repe­tía una y otra vez; lle­ga­re­mos reco­no­cien­do el tra­ba­jo y tesón de nues­tros padres por hacer jus­ti­cia; lle­ga­re­mos, habien­do ser­vi­do de refe­ren­te a nues­tros hijos e hijas en la lucha por la ver­dad, la jus­ti­cia, el reco­no­ci­mien­to y la repa­ra­ción, en la lucha por la memo­ria de nues­tro her­mano asesinado.

Lle­ga­re­mos, aun­que no resul­te fácil man­te­ner­se fir­me actual­men­te, en este perio­do de tur­bu­len­cias en todos los ámbi­tos de la vida: polí­ti­co y judi­cial; eco­nó­mi­co, social y cul­tu­ral; tur­bu­len­cias que nos afec­tan a todos has­ta en el ámbi­to fami­liar y per­so- nal, cuyos res­pon­sa­bles pre­ten­den que per­da­mos la espe­ran­za en un mun­do mejor, que renun­cie­mos a nues­tros dere­chos y que claudiquemos.

En estos días de des­es­pe­ran­za y de des­aso­sie­go, han coin­ci­di­do dos hechos que nos afec­tan a los her­ma­nos y fami­lia­res de Víc­tor de mane­ra sin­gu­lar. Dos hechos que refuer­zan el pac­to de olvi­do y de silen­cio hacia las víc­ti­mas del fran­quis­mo sus­cri­to en el tran­si­ción espa­ño­la. Pac­to que per­vi­ve actualmente.

Por una par­te, la Direc­ción de Dere­chos Huma­nos del Depar­ta­men­to de Inte­rior del Gobierno Vas­co nos ha remi­ti­do el Decre­to 1072012 de 12 de junio, cono­ci­do como de las víc­ti­mas de abu­sos poli­cia­les, con la infor­ma­ción nece­sa­ria para que soli­ci­te­mos, si lo cree­mos per­ti­nen­te, el reco­no­ci­mien­to de Víc­tor como víc­ti­ma de dichos abusos.

El Decre­to, que tan­to cos­tó alum­brar y del que nadie se reco­no­ce padre al cien por cien, con­si­de­ra­do por algu­nos como el ini­cio del camino al reco­no­ci­mien­to, es una copia des­ca­fei­na­da de su borra­dor: ni se va a actuar de ofi­cio para saber y dar a cono­cer la ver­dad de lo suce­di­do ni se va a ayu­dar a con­se­guir­lo; ni se va a rea­li­zar jus­ti­cia ni se va a ayu­dar a rea­li­zar­la. Eso sí, des­pués de tan­to tiem­po oyen­do macha­co­na­men­te que las víc­ti­mas de abu­sos poli­cia­les no nos pode­mos com­pa­rar en dere­chos, ni tan siquie­ra ni éti­ca ni moral­men­te, con las lla­ma­das víc­ti­mas de terro­ris­mo, en la comi­sión ad hoc habrá «Una per­so­na nom­bra­da por la Direc­ción de Aten­ción a las Víc­ti­mas del Terro­ris­mo», que pon­ti­fi­ca­rá sobre quién mere­ce qué.

Des­pués de déca­das de olvi­do, nos pro­po­nen que ini­cie­mos el camino, no sabe­mos a dón­de. En ese decre­to se nos con­si­de­ra víc­ti­mas de segun­da cate­go­ría, sin los mis­mos dere­chos que las víc­ti­mas del terro­ris­mo. Un decre­to en el que se uti­li­za el tér­mino de víc­ti­mas de sufri­mien­tos injus­tos […] en el con­tex­to de la vio­len­cia de moti­va­ción polí­ti­ca para deno­mi­nar eufe­mís­ti­ca­men­te a las víc­ti­mas de los deli­tos de terro­ris­mo de Esta­do come­ti­dos duran­te el fran­quis­mo en el País Vas­co o fue­ra, siem­pre que la víc­ti­ma hubie­se esta­do domi­ci­lia­da en el mis­mo. Es, ade­más de mani­fies­ta­men­te dis­cri­mi­na­to­rio y humi­llan­te, insu­fi­cien­te (el pun­to prin­ci­pal del decre­to es el refe­ren­te a las com­pen­sa­cio­nes eco­nó­mi­cas, sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te meno­res que las otor­ga­das a las víc­ti­mas de terro­ris­mo) y lle­ga muy tar­de en el tiem­po: algu­nas víc­ti­mas ya han muer­to sin ver reco­no­ci­dos sus dere­chos; otros, víc­ti­mas, padres y madres o her­ma­nos y her­ma­nas de las víc­ti­mas de terro­ris­mo de Esta­do, no vemos la luz al final del túnel y se nos pro­po­ne que sea­mos pacien­tes y que no per­da­mos la espe­ran­za, que siga­mos cami­nan­do hacia la Tie­rra Pro­me­ti­da. Que es un pri­mer paso, que habrá otros suce­si­vos. Sí, un pri­mer paso, cor­ti­to, des­pués de tan­tos años. Qui­zá no viva­mos para dar el segun­do paso. Dos varas de medir: una ley para las víc­ti­mas del terro­ris­mo y otra ley para las víc­ti­mas de abu­sos policiales.

Por otra par­te, unos días más tar­de, hemos teni­do cono­ci­mien­to de la reso­lu­ción des­es­ti­ma­to­ria de la Sec­ción segun­da de la Audien­cia Pro­vin­cial de Biz­kaia del Recur­so de Ape­la­ción pre­sen­ta­do en los juz­ga­dos de Bara­kal­do, don­de soli­ci­tá­ba­mos el reco­no­ci­mien­to de nues­tro her­mano como víc­ti­ma de crí­me­nes de lesa huma­ni­dad, encua­dran­do dichos crí­me­nes den­tro de los actos de terro­ris­mo de Esta­do y de los crí­me­nes de lesa huma­ni­dad come­ti­dos duran­te el franquismo.

La reso­lu­ción dice que no se ha vul­ne­ra­do el dere­cho a la tute­la judi­cial efec­ti­va, que el hecho denun­cia­do no enca­ja, según el Esta­tu­to de Roma, en nin­guno de los supues­tos de cri­men de lesa huma­ni­dad. Que se tra­ta de un deli­to de ase­si­na­to, que el Códi­go Penal espa­ñol de 1973 cas­ti­ga­ba con 20 años de pri­sión; pero que ya ha pres­cri­to. Es decir, nos dicen que per­da­mos toda espe­ran­za de hacer jus­ti­cia, que el ase­si­na­to que­da­rá impu­ne; que Nar- ciso San Juan y otros muchos nar­ci­sos pue­den cam­par a sus anchas, por­que la jus­ti­cia espa­ño­la los pro­te­ge. Lo pro­te­gió en 1975, cre­yen­do a pies jun­ti­llas su ver­sión y cul­pan­do a nues­tro her­mano de su muer­te. No inves­ti­ga­ron lo suce­di­do aque­lla maña­na ni duran­te las fechas ante­rio­res al ase­si­na­to: el rela­to de Nar­ci­so y de sus cola­bo­ra­do­res es fal­so, de prin­ci­pio a fin; lo pro­te­gió en 1977 no toman­do decla­ra­ción a los tes­ti­gos; lo pro­te­gió duran­te todo el «inci­pien­te perio­do demo­crá­ti­co espa­ñol», ya que no era momen­to de hacer jus­ti­cia; lo sigue pro­te­gien­do hoy en día, adu­cien­do que el deli­to ya ha pres­cri­to casi hace 20 años al no tra­tar­se, según la Audien­cia pro­vin­cial de Biz­kaia, de un deli­to de lesa humanidad.

Los tri­bu­na­les fran­quis­tas se debían has­ta el año 1978 a las leyes que ema­na­ban de las cor­tes fran­quis­tas. ¿Qué podía­mos espe­rar de aque­llos tri­bu­na­les? ¡Cul­pa­bi­li­za­ción y humi­lla­ción a las víc­ti­mas y loas a los vic­ti­ma­rios! A par­tir de ese año, los tri­bu­na­les cons­ti­tu­cio­na­les se han debi­do y se deben a la Cons­ti­tu­ción espa­ño­la y las leyes que ema­nan del Par­la­men­to espa­ñol, algu­nas de muy dudo­sa cali­dad demo­crá­ti­ca: Ley de Amnis­tía, Ley de Par­ti­dos… ¿Qué pode­mos espe­rar de los tri­bu­na­les actua­les? ¿Humi­lla­ción y enga­ño a las víc­ti­mas y loas a los vic­ti­ma­rios? Los tri­bu­na­les actua­les impi­den juz­gar a los res­pon­sa­bles de los crí­me­nes de terro­ris­mo de Esta­do come­ti­dos duran­te el fran­quis­mo y lle­van al olvi­do a sus víc­ti­mas. Son dos varas de medir: una para las víc­ti­mas de terro­ris­mo de Esta­do; otra para los res­pon­sa­bles de dichos asesinatos.

No, no esta­mos igua­lan­do a las víc­ti­mas del terro­ris­mo con los vic­ti­ma­rios res­pon­sa­bles del terro­ris­mo de Esta­do. No vamos a pedir que no se reco­noz­can los de- rechos de dichas víc­ti­mas, adu­cien­do que podría supo­ner la legi­ti­ma­ción de los ase­si­na­tos de las víc­ti­mas del fran­quis­mo. Pero tam­po­co vamos acep­tar que nos exi­jan que renun­cie­mos a nues­tros dere­chos, argu­men­tán­do­nos que ello podría supo­ner la legi­ti­ma­ción de los actos de terro­ris­mo y la des­acre­di­ta­ción de las fuer­zas de orden espa­ño­las. No nos pue­den pedir que acep­te­mos estoi­ca­men­te las dos varas de medir, y no lo vamos a hacer.

¿No se dan cuen­ta los y las par­la­men­ta­rias vas­cas que han impul­sa­do este Decre­to de que ello sig­ni­fi­ca­ría dejar impu­nes las accio­nes de los terro­ris­tas de esta­do y los crí­me­nes de lesa huma­ni­dad? ¿No se dan cuen­ta de que la no exi­gen­cia de la ver­dad, la renun­cia a rea­li­zar jus­ti­cia sin demo­ra, sig­ni­fi­ca olvi­dar las accio­nes de dichos terro­ris­tas y coad­yu­var a su impu­ni­dad? Impu­ni­dad de terro­ris­tas, res­pon­sa- bles de crí­me­nes espan­to­sos y horren­dos de terro­ris­mo de esta­do. El peor terro­ris­mo existente.

¿No se dan cuen­ta los par­ti­dos, PP y PSOE, y la Jus­ti­cia espa­ño­la de que no anu­lan­do las sen­ten­cias del fran­quis­mo, y de que no juz­gan­do a los cri­mi­na­les, están cola­bo­ran­do en una estra­te­gia humi­llan­te para las víc­ti­mas de terro­ris­mo de Esta­do, con lo que supo­ne de doble vic­ti­mi­za­ción? Insis­ti­mos, el peor terro­ris­mo del que pode­mos hablar.

Por todo esto, por­que nues­tro her­mano es ino­cen­te, por­que fue víc­ti­ma de una estra­te­gia de exter­mi­nio colec­ti­vo de todos aque­llos que no pen­sa­sen como el régi­men, ini­cia­da en el año 1936 y que se exten­dió duran­te más de 40 años; por todo esto vamos a lle­gar a Estras­bur­go, pasan­do por el trá­mi­te del Tri­bu­nal Cons­ti­tu­cio­nal espa­ñol, que ya sabe­mos cómo se las gas­ta. ¿Habla­mos de Miguel Hernández?

No vamos a clau­di­car. No vamos a acep­tar una vara de medir que supon­ga humi­lla­ción y enga­ño para las víc­ti­mas del terro­ris­mo de esta­do y loas y víto­res para sus res­pon­sa­bles. ¿Será Estras­bur­go? ¿O ten­drá que venir la Jus­ti­cia Argen­ti­na a sacar los colo­res a la demo­cra­cia española?

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