«El dere­cho a la defen­sa no es exclu­si­vo de los paí­ses ricos o poderosos»

El 22 de octu­bre de 1962, a la sie­te de la tar­de, el Pre­si­den­te de Esta­dos Uni­dos, John F. Ken­nedy anun­ció al mun­do, que los sovié­ti­cos, de mane­ra secre­ta, súbi­ta y clan­des­ti­na, esta­ban ins­ta­lan­do ba­ses de misi­les ofen­si­vos en Cuba, cuyo obje­ti­vo afir­mó: «[…] no pue­de ser otro que mon­tar una fuer­za de ata­que nuclear con­tra el he­misferio occiden­tal», lo que «[…] cons­tituye una evi­den­te ame­naza a la paz y a la se­guridad de todos los ame­rica­nos…»1.

Con estas pala­bras de Ken­nedy se ini­cia­ba la más gra­ve cri­sis de la épo­ca de la gue­rra fría, que presa­gió el fin de la huma­ni­dad ante el uso de las armas nuclea­res. Fue un dis­cur­so meticu­losa­men­te pre­pa­ra­do para jus­ti­fi­car ante la opi­nión públi­ca esta­dou­ni­den­se y del mun­do, las ile­ga­les medi­das mili­ta­res que había ordenado,

¿Qué jus­ti­fi­ca­ción había para impo­ner a Cuba un blo­queo naval? ¿Aca­so Esta­dos Uni­dos había sido agre­di­do? No ¿Cuba había hecho algo ile­gal que vio­la­ra el dere­cho inter­na­cio­nal? No. ¿Aca­so, la ins­ta­la­ción de los cohe­tes sovié­ti­cos pro­du­jo un cam­bio sig­ni­fi­ca­ti­vo en el balan­ce estra­té­gi­co? No. ¿Por qué Esta­dos Uni­dos se sen­tía ame­na­za­do por los cohe­tes ins­ta­la­dos en Cuba? ¿Aca­so la situa­ción de la URSS con res­pec­to a los cohe­tes esta­dou­ni­den­ses ins­ta­la­dos en Tur­quía y de todas las bases esta­dou­ni­den­ses que la rodea­ban no era simi­lar o peor? Una res­pues­ta lógi­ca y rea­lis­ta diría que sí.

Enton­ces, ¿por qué esta­lló una cri­sis que estu­vo a pun­to de con­ver­tir­se en una gue­rra nuclear de con­se­cuen­cias impre­de­ci­bles para toda la humanidad?

Una cohe­ren­te expli­ca­ción de las cau­sas de este peli­gro­so con­flic­to no pue­de ser los sovié­ti­cos des­ple­ga­dos en la Isla; hay que bus­car­la en la derro­ta sufri­da por el gobierno de Esta­dos Uni­dos en las are­nas de Pla­ya Girón. Este­fra­ca­so no sig­ni­fi­có el aban­dono del derro­te­ro polí­ti­co de con­fron­ta­ción segui­do has­ta enton​ces​.La idea de des­truir la Revo­lu­ción Cuba­na por cual­quier medio se con­vir­tió en una obse­sión de muchos polí­ti­cos y fun­cio­na­rios de alto nivel del gobierno de Esta­dos Uni­dos, y en espe­cial del pre­si­den­te John F. Ken­nedy y de su her­mano Robert. La gue­rra sucia con­tra Cuba con­ti­nuó y con ese pro­pó­si­to se ela­bo­ra­ron nue­vos pla­nes agre­si­vos y se inten­si­fi­ca­ron las accio­nes encu­bier­tas y subversivas.

En noviem­bre de 1961, la Admi­nis­tra­ción esta­dou­ni­den­se apro­bó un nue­vo pro­yec­to anti­cu­bano deno­mi­na­do Ope­ra­ción Man­gos­ta, su eje­cu­ción se exten­de­ría a lo lar­go de todo el año 1962, que inclu­yó todas las for­mas posi­bles de agre­sión: blo­queo eco­nó­mi­co, ais­la­mien­to polí­ti­co-diplo­má­ti­co, subver­sión inter­na, inten­tos de ase­si­na­tos de líde­res cuba­nos –en espe­cial de Fidel – , gue­rra psico­lógica y, final­men­te, inva­sión militar.

Los efec­tos de su apli­ca­ción des­de tem­prano comen­za­ron a sen­tir­se: el 31 de enero de 1962, el gobierno revo­lu­cio­na­rio cubano fue expul­sa­do de la OEA y el 3 de febre­ro de 1962, el pre­si­den­te John F. Ken­nedy fir­mó el Decre­to nº 3447 que puso en vigor la 27 Reso­lu­ción Fede­ral nº 1085 que ofi­cia­li­zó el blo­queo eco­nó­mi­co, comer­cial y finan­cie­ro, denomina­do eufe­mís­ti­ca­men­te «Embar­go sobre el Comer­cio con Cuba», el cual se ha man­te­ni­do a lo lar­go de 55 años.

En ese con­tex­to de Man­gos­ta, en 1962 se regis­tra­ron 45 infil­tra­cio­nes de carác­ter rele­van­te en el terri­to­rio cubano con el pro­pó­si­to de abas­te­cer de armas y explo­si­vos a las ban­das arma­das y las orga­ni­za­cio­nes con­tra­rre­vo­lu­cio­na­rias; rea­li­zar sabo­ta­jes; bús­que­da de infor­ma­ción de inte­li­gen­cia sobre posi­bles zonas para futu­ros alza­mien­tos y datos de las ins­ta­la­cio­nes de las FAR y de la pre­sen­cia mili­tar sovié­ti­ca; tra­tar de uni­fi­car el movi­mien­to con­tra­rre­vo­lu­cio­na­rio en el inte­rior del país; intro­du­cir medios de comu­ni­ca­ción; fomen­tar nue­vas redes de espio­na­je; entre­nar e ins­truir agen­tes en gue­rra de gue­rri­lla, comu­ni­ca­cio­nes, inte­li­gen­cia, sabo­ta­je y gue­rra psicológica.

Des­de el ini­cio de la Ope­ra­ción Man­gos­ta intensifica­ron notable­mente las acti­vi­da­des de los gru­pos y de las ban­das arma­das con­tra­rre­vo­lu­cio­na­rias en todo el país. Sólo en El Escam­bray, estas ban­das crecie­ron de 42, en el mes de mar­zo, a 79 en sep­tiem­bre. De enero a agos­to de 1962 los actos de sabo­ta­je alcan­za­ron la ci­fra de 5 780; de ellos, 716 daña­ron gran­des obje­ti­vos eco­nó­mi­cos y sociales.

Acor­de con la Ope­ra­ción Man­gos­ta, el Pen­tá­gono pre­pa­ró los pla­nes de con­tin­gen­cia para la inva­sión a Cuba. A par­tir de abril de 1962, se efec­tua­ron un con­jun­to de ejer­ci­cios y entre­na­mien­tos mili­ta­res para el adies­tra­mien­to de las posi­bles fuer­zas par­ti­ci­pan­tes. Entre estos se des­ta­có el ejer­ci­cio mili­tar denomi­nado Landphi­bex 162 [Ejer­ci­cio Anfi­bio del Atlán­ti­co 162], efec­tua­do a fina­les de abril de 1962. La manio­bra dis­pu­so de un pode­ro­so dis­po­si­ti­vo mili­tar, inte­grado principalmen­te por cua­tro por­ta­avio­nes, más 50 buques de com­bate, inclui­dos sub­ma­ri­nos. Tam­bién par­ti­ci­pa­ron unos 40 000 in­fantes de mari­na, quie­nes desem­barcaron en una «isla enemi­ga» y to­maron una cabe­za de pla­ya. La región esco­gi­da fue­ron las Islas de Vie­ques, al este de Puer­to Rico.

A media­dos de mayo, algu­nas de esas uni­dades mili­ta­res eje­cu­ta­ron en Ons­low­Beach, en el Esta­do de Caro­li­na del Nor­te, otro ejer­ci­cio con simi­la­res carac­terísticas que deno­mi­na­ron conven­cionalmente Demo­li­tion [Ejer­ci­cio de Demoli­ción].

En agos­to de 1962, la fuer­za aérea par­ti­ci­pó en el ejer­ci­cio SwiftS­tri­ke II [Gol­pe Rápi­do], desa­rro­lla­do en Caro­lina del Nor­te y del Sur, con el obje­ti­vo de entre­nar a las uni­da­des en el apo­yo aéreo a las tro­pas. Toma­ron par­te cua­tro divi­sio­nes del ejér­cito, seis escua­dro­nes de cazas tác­ti­cos; dos escua­dro­nes de reco­no­ci­mien­to aéreo tác­ti­co y un total de más de 70 000 efectivos.

En sep­tiem­bre se desa­rro­lló otro gran ejer­ci­cio mili­tar deno­mi­nado Jupi­ter Spring [pri­ma­ve­ra de Júpi­ter], que con­sis­tía en desem­barcos aéreos con efec­ti­vos de tres divi­sio­nes del 18 Cuer­po Aerotranspor­tado, prin­ci­pal uni­dad eli­te de los Esta­dos Uni­dos para ese tipo de operaciones.

En ese mis­mo perío­do nue­vas tro­pas te­rrestres, nava­les y aéreas refor­za­ron las fuer­zas que inte­gra­ban el Coman­do del Atlántico.

Fue­ron tan cla­ras las evi­den­cias que Esta­dos Uni­dos pre­pa­ra­ba la agre­sión mili­tar direc­ta a Cuba, que el exse­cre­ta­rio de Defen­sa Robert McNa­ma­ra, en enero de 1989, duran­te la Con­fe­ren­cia Tri­par­ti­ta de Mos­cú sobre la cri­sis de octu­bre, dijo: «Si yo fue­ra un diri­gen­te cubano hubie­ra pen­sa­do que Esta­dos Uni­dos esta­ba pre­pa­ran­do la inva­sión», y agre­gó, de mane­ra jus­ti­fi­ca­ti­va, «[…] pero no tenía­mos la inten­ción, solo eran pla­nes de contingencia…»

Pre­ci­sa­men­te a esa con­clu­sión lle­gó el gobierno cubano y tomó medi­das para ele­var la capa­ci­dad defen­si­va del país y crear un sis­te­ma de segu­ri­dad nacio­nal que disua­die­ra a Esta­dos Uni­dos de sus inten­cio­nes agre­si­vas. A esa mis­ma apre­cia­ción lle­gó la direc­ción sovié­ti­ca, lo cual le sir­vió de argu­men­to a la pro­pues­ta sovié­ti­ca de des­ple­gar en Cuba cohe­tes de alcan­ce medio e inter­me­dio con sus corres­pon­dien­tes car­gas nuclea­res; así como otros medios nuclea­res tác­ti­cos de com­ba­te. Por estas razo­nes se hace impo­si­ble ana­li­zar las cau­sas de la Cri­sis de Octu­bre de 1962, sin tener en cuen­ta la Ope­ra­ción Man­gos­ta. No obs­tan­te, para muchos —en par­ti­cu­lar en Esta­dos Uni­dos— la cau­sa de esa cri­sis radi­ca­ba fun­da­men­tal­men­te en los cohe­tes sovié­ti­cos des­ple­ga­dos en la Isla y no se pre­gun­tan las razo­nes del por qué esta­ban ins­ta­la­dos allí y al dere­cho de Cuba a poseer el arma­men­to que esti­ma­ra con­ve­nien­te para su defen­sa fren­te a las ame­na­zas a que esta­ba sometida.

Qui­zás un tema para el estu­dio de la psi­co­lo­gía o las men­ta­li­da­des de los esta­dis­tas esta­dou­ni­den­ses que con­du­je­ron la cri­sis, fue que para ellos esta­ba per­fec­ta­men­te esta­ble­ci­do y se asu­mía sin con­flic­to éti­co, el cri­te­rio de que la Ope­ra­ción Man­gos­ta era un dere­cho, y la no inva­sión a Cuba era una con­ce­sión que se hacía a la URSS.

¿A qué se debe esto? La res­pues­ta está en el irres­pe­to o el no reco­no­ci­mien­to de las gran­des poten­cias de los prin­ci­pios de la igual­dad jurí­di­ca, de auto­de­ter­mi­na­ción y sobe­ra­nía de los todos los esta­dos. El dere­cho a la defen­sa ante las ame­na­zas de agre­sión exte­rior no es un dere­cho úni­co y exclu­si­vo de los paí­ses ricos o pode­ro­sos, sino de todos los pue­blos del pla­ne­ta, reco­gi­do en la Car­ta de las Nacio­nes Unidas.

Sin embar­go, estos dere­chos son vio­la­dos cons­tan­te­men­te por las gran­des poten­cias, que se sien­ten por enci­ma de los demás Esta­dos, sola­men­te léa­se con dete­ni­mien­to, des­pués de 55 años, el dis­cur­so pro­nun­cia­do por el pre­si­den­te Donald Trump, recien­te­men­te en las Asam­blea Gene­ral de las Nacio­nes Unidas.

Si se revi­sa la inmen­sa can­ti­dad de docu­men­tos des­cla­si­fi­ca­dos de la admi­nis­tra­ción esta­dou­ni­den­se sobre la Cri­sis de los misi­les, no se encon­tra­rá una sola refe­ren­cia a los dere­chos del pue­blo cubano, no apa­re­ce la menor inten­ción por ana­li­zar las razo­nes de la par­te cuba­na y jamás se ana­li­za la mora­li­dad de la polí­ti­ca que siguió Esta­dos Uni­dos sobre Cuba antes y duran­te el trans­cur­so de la cri­sis. Da la impre­sión de que Cuba es con­ce­bi­da como un peda­zo de tie­rra sobre el cual esta­ban empla­za­dos unos cuan­tos cohe­tes soviéticos.

En algu­nos de los libros escri­tos sobre el tema por auto­res esta­dou­ni­den­ses hablan sobre los «pro­ble­mas de comu­ni­ca­ción» entre las dos gran­des poten­cias, pero pasan por alto y no ana­li­zan que Esta­dos Uni­dos no hizo un solo inten­to por comu­ni­car­se direc­ta­men­te con Cuba, aun a ries­go de que un cálcu­lo equi­vo­ca­do des­en­ca­de­na­ra la gue­rra, tam­po­co per­mi­tió que par­ti­ci­pa­ra en nin­gu­na for­ma de nego­cia­ción, has­ta el pun­to que el gobierno cubano tuvo que hacer una decla­ra­ción por sepa­ra­do ante el Con­se­jo de Segu­ri­dad de Nacio­nes Uni­das, por­que se negó a tra­ba­jar en un docu­men­to tri­par­ti­ta que refle­ja­ra el fin de la Crisis.

Igual­men­te hubo pro­ble­mas de comu­ni­ca­ción entre la URSS y Cuba. ¿Por qué no se con­sul­tó a la direc­ción sovié­ti­ca a la cuba­na los men­sa­jes de Jrus­chov a Ken­nedy de los días 26, 27 y 28 de octu­bre? ¿Por qué la URSS no pro­pi­ció un espa­cio a los diplo­má­ti­cos de la Isla para par­ti­ci­par de for­ma direc­ta en las nego­cia­cio­nes? ¿Por qué no res­pe­tó el dere­cho sobe­rano de Cuba al dar garan­tía de veri­fi­ca­ción en sito de la sali­da de las lla­ma­das armas ofensivas?

Este tra­ta­mien­to de las dos super­po­ten­cias de la épo­ca duran­te la cri­sis no fue un caso ais­la­do, ha sido una prác­ti­ca habi­tual de los pode­ro­sos a lo lar­go de la his­to­ria, es refle­jo de una ideo­lo­gía de colo­ni­za­dor que no está supe­ra­da y que tie­ne sus bases glo­ba­les en un orden social y eco­nó­mi­co injus­to, expre­sa­da con tonos des­car­na­dos a nivel polí­ti­co, espe­cial­men­te en los con­flic­tos, cuyos pro­pó­si­tos polí­ti­cos están diri­gi­dos a man­te­ner la domi­na­ción y el poder hege­mó­ni­co de las gran­des poten­cias sobre el res­to del planeta.

El «caso cubano» es un ejem­plo de que los pro­ble­mas glo­ba­les que afec­tan a los paí­ses pobres y depen­dien­tes no pue­den ver­se redu­ci­dos a las rela­cio­nes entre las gran­des poten­cias. Esto sin duda fue el refle­jo de una acti­tud que ten­dió a des­co­no­cer los dere­chos de par­ti­ci­pa­ción de los estos esta­dos en la solu­ción de con­flic­tos internacionales.

Pero más repre­sen­ta­ti­vo aún de esa men­ta­li­dad fue la for­ma en que Esta­dos Uni­dos asu­mió la par­ti­ci­pa­ción de Cuba en el conflicto.Por suer­te para la huma­ni­dad, la cri­sis no devino en una gue­rra nuclear, las dos super­po­ten­cias lle­ga­ron a hacer arre­glos entre ellas. Pero estos arre­glos, al no tener en cuen­ta los «cin­co pun­tos» pro­pues­tos por Fidel2, no brin­da­ron una solu­ción que pro­pi­cia­ra una paz ver­da­de­ra en el Cari­be, ya que las agre­sio­nes de Esta­dos Uni­dos con­tra Cuba con­ti­núan has­ta el pre­sen­te y aún se man­tie­nen laten­tes las posi­bi­li­da­des reales de una agre­sión mili­tar directa.

Hace un cuar­to de siglo que la gue­rra fría fina­li­zó. ¿Hoy el pla­ne­ta es más segu­ro que 25 años atrás? No. Las cri­sis y los con­flic­tos arma­dos en el mun­do tien­den aumen­tar, con sus gra­ves con­se­cuen­cias huma­nas y eco­ló­gi­cas. No ha cesa­do la polí­ti­ca de las gran­des poten­cias, espe­cial­men­te de Esta­dos Uni­dos, ten­den­tes de impo­ner por la fuer­za a los paí­ses del lla­ma­do ter­cer mun­do sus esque­mas polí­ti­cos y eco­nó­mi­cos, lo cual ha crea­do como nun­ca antes gran­des des­igual­da­des. La estra­te­gia esta­dou­ni­den­se de la gue­rra glo­bal con­tra el terro­ris­mo, no es más que la más­ca­ra, como his­tó­ri­ca­men­te ha hecho esa superpoten­cia, para cubrir sus obje­ti­vos geo­po­lí­ti­cos de domi­na­ción mun­dial y poner bajo su con­trol los cada vez menos recur­sos ener­gé­ti­cos e hidráu­li­cos del planeta.

Hoy en día se pre­sen­tan nue­vas varia­bles: el pre­do­mi­nio mili­tar de una super­po­ten­cia que tie­ne en la pro­duc­ción de arma­men­tos una de sus prin­ci­pa­les fuen­tes de rique­zas. Bas­te decir que el Con­gre­so de Esta­dos Uni­dos aca­ba de apro­bar el pre­su­pues­to de defen­sa más gran­de en la his­to­ria de esa nación. ¿Qué jus­ti­fi­ca este monu­men­tal empe­ño? ¿Aca­so Esta­dos Uni­dos está en guerra?

Hoy son fre­cuen­tes las gue­rras de inter­ven­ción y cre­ce el peli­gro de un con­flic­to nuclear que pue­de poner en ries­go la sobre­vi­ven­cia huma­na. El pre­si­den­te de Esta­dos Uni­dos, Donald Trump, tra­ta de modi­fi­car el acuer­do nuclear con Irán, logra­do des­pués de un lar­go pro­ce­so nego­cia­dor en el 2015. Igual­men­te, es alar­man­te, la gue­rra de pala­bras entre el man­da­ta­rio esta­dou­ni­den­se y el líder de la Repú­bli­ca Popu­lar Demo­crá­ti­ca de Corea, Kim Jong Un. Pero más preo­cu­pan­te lo es el des­plie­gue de tro­pas y arma­men­to esta­dou­ni­den­se en la penín­su­la Corea­na y la reac­ción nor­co­rea­na. Un peque­ño error de cálcu­lo o de cual­quier tipo pue­de lle­var al esta­lli­do de un arte­fac­to atómico.

El orden eco­nó­mi­co mun­dial es cada vez más injus­to y exclu­yen­te. La cons­ti­tu­ción de gran­des blo­ques eco­nó­mi­cos que tien­de a difi­cul­tar aún más la par­ti­ci­pa­ción de los paí­ses sub­de­sa­rro­lla­dos en el mer­ca­do internacional.Los gra­ves pro­ble­mas del medio ambien­te —el cam­bio cli­má­ti­co, el calen­ta­mien­to de la tie­rra y de los mares— que afec­tan por igual a ricos y a pobres.

Las gran­des poten­cias, como Esta­dos Uni­dos y sus alia­dos de la OTAN, acu­den cada vez más a la des­es­ta­bi­li­za­ción y a las polí­ti­cas de cam­bio de régi­men con­tra los gobier­nos pro­gre­sis­tas legí­ti­ma­men­te cons­ti­tui­dos —que tra­tan de modi­fi­car el des­igual orden inter­na­cio­nal pre­va­le­cien­tes y desa­rro­llar pro­gra­mas de jus­ti­cia social para sus pue­blos — , vio­lan­do los prin­ci­pios de con­vi­ven­cia entre los esta­dos esta­ble­ci­dos en la Ley Internacional.

Mien­tras, los orga­nis­mos inter­na­cio­na­les, regu­la­dos por meca­nis­mos antidemo­crá­ti­cos y obso­le­tos, han deve­ni­do en oca­sio­nes ins­tru­men­tos intervencionistas.

Los pro­ce­sos que acon­te­cen en Amé­ri­ca Lati­na son evi­den­te expre­sión de estos pla­nes colo­ni­za­do­res. En la actua­li­dad, en la Repú­bli­ca Boli­va­ria­na de Vene­zue­la, intere­ses polí­ti­cos, eco­nó­mi­cos y pro impe­ria­lis­tas inter­nos en ese país —en con­cor­dan­cia a los pla­nes inter­ven­cio­nis­tas de Esta­dos Uni­dos— tra­tan de para­li­zar el pro­ce­so revo­lu­cio­na­rio y popu­lar ini­cia­do por Chá­vez y con­ti­nua­do por Madu­ro en favor de la libre deter­mi­na­ción del pue­blo vene­zo­lano. El gobierno esta­dou­ni­den­se lan­za cons­tan­tes ame­na­zas y apli­ca injus­tas sanciones.

Esto que está suce­dien­do en Vene­zue­la no nos sor­pren­de, hemos vivi­do cer­ca de seis déca­das enfren­tan­do las men­ti­ras, mani­pu­la­cio­nes y, más que eso, las agre­sio­nes de todo tipo de las doce admi­nis­tra­cio­nes nor­te­ame­ri­ca­nas que han acon­te­ci­dos. Hoy nue­va­men­te acu­den a nue­vas, bur­das y men­ti­ro­sos patra­ñas para hacer retro­ce­der los pocos avan­ces alcan­za­dos en la nor­ma­li­za­ción de las rela­cio­nes con la ante­rior admi­nis­tra­ción de Barak Oba­ma. El cuen­to aho­ra son los supues­tos «ata­ques acús­ti­cos». No hay prue­ba de nada, no apa­re­cen los equi­pos que oca­sio­nan tales ata­ques, ni los nom­bres de los enfer­mos, ni el daño espe­cí­fi­co que han sufri­do, ni el diag­nos­ti­co de los médi­cos que los han atendido.

Según algu­nos medios de pren­sa, entre ellos El Nue­vo Herald, seña­lan que los exper­tos que exa­mi­na­ron a los diplo­má­ti­cos esta­dou­ni­den­ses per­te­ne­cen a la Uni­ver­si­dad de Mia­mi. ¡Qué casua­li­dad! En esta uni­ver­si­dad fun­cio­na el deno­mi­na­do Ins­ti­tu­to de Estu­dios Cuba­nos y Cuba­no­ame­ri­ca­nos, dedi­ca­do a fabri­car pro­fe­sio­nal­men­te men­ti­ras, noti­cias fal­sas o matri­ces de opi­nión con­tra Cuba.

Hoy vivi­mos en un pla­ne­ta car­ga­do de con­tra­dic­cio­nes e inseguri­dades.Los efec­tos del cam­bio cli­má­ti­co son cada vez más desbastadores.Pero estas reali­da­des no deben con­ver­tir­se en una acti­tud pesi­mis­ta ante el futu­ro. La his­to­ria demues­tra que las cau­sas nobles y jus­tas han triun­fa­do, no impor­ta cuán pode­ro­sas han sido las fuer­zas que se opon­gan. El ejem­plo del pue­blo cubano duran­te los días «lumi­no­sos y tris­tes» de la cri­sis de los misi­les, como la cali­fi­ca­ra el Che así lo demues­tra, pues enfren­tó el peli­gro del exter­mino nuclear, no se dejó ame­dren­tar y defen­dió con fir­me­za y valor sus prin­ci­pios de igual­dad jurí­di­ca, auto­de­ter­mi­na­ción y soberanía.

Muchas gra­cias

Dr. C. Tomás Diez Acosta

27 de octu­bre de 2017

Fuen­te: https://​dia​lo​gar​dia​lo​gar​.word​press​.com/​2​0​1​7​/​1​0​/​2​7​/​e​l​-​d​e​r​e​c​h​o​-​a​-​l​a​-​d​e​f​e​n​s​a​-​n​o​-​e​s​-​e​x​c​l​u​s​i​v​o​-​d​e​-​l​o​s​-​p​a​i​s​e​s​-​r​i​c​o​s​-​o​-​p​o​d​e​r​o​s​o​s​/​#​m​o​r​e​-​2​608

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  1. Robert F. Ken­nedy: Tre­ce Días (La Cri­sis en Cuba), Edi­to­res Pla­za y Janes S.A., Bar­ce­lo­na, Bue­nos Aires, Méxi­co DF, Bogo­tá, 1968. Ane­xos: «Tex­to del Dis­cur­so del pre­si­den­te Ken­nedy el 22 de octu­bre de 1962», pp. 129 – 136.
  2. No está de más recor­dar­los: PRIMERO. Cese del blo­queo eco­nó­mi­co y de todas las medi­das de pre­sión comer­cial y eco­nó­mi­ca que ejer­cen los Esta­dos Uni­dos en todas las par­tes del mun­do con­tra Cuba. SEGUNDO. Cese de todas las acti­vi­da­des sub­ver­si­vas, lanza­mientos y des­em­bar­cos de armas y explo­si­vos por aire y mar, organiza­ción de inva­sio­nes mercena­rias, filtra­ción de espías y saboteado­res, accio­nes todas que se lle­van a cabo des­de el terri­to­rio de Esta­dos Uni­dos y de algu­nos paí­ses cóm­pli­ces. TERCERO. Cese de los ata­ques pira­tas que se lle­van a cabo des­de bases exis­ten­tes en Esta­dos Uni­dos y en Puer­to Rico. CUARTO. Cese de todas las vio­la­cio­nes del espa­cio aéreo y naval por avio­nes y navíos de gue­rra norteamerica­nos. QUINTO. Reti­ra­da de la Base Naval de Guan­tá­na­mo y devolu­ción del terri­to­rio cubano ocu­pa­do por Esta­dos Unidos.

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