Bur­gos, 3 de diciem­bre de 1970 – Flo­ren Aoiz

En esa fecha comien­za uno de los jui­cios más famo­sos de la his­to­ria de la lucha del pue­blo vas­co por sus liber­ta­des. Tam­bién uno de los pati­na­zos más estre­pi­to­sos del fun­da­men­ta­lis­mo espa­ño­lis­ta, que resul­ta ser el final­men­te juz­ga­do y dura­men­te con­de­na­do por la socie­dad vas­ca y bue­na par­te de la comu­ni­dad inter­na­cio­nal. Lo que pre­ten­día ser un escar­mien­to ejem­plar se con­vier­te en un aci­ca­te para los ele­men­tos vas­cos más com­ba­ti­vos. La lucha resul­ta absuel­ta mien­tras se cas­ti­ga dura­men­te con el recha­zo y la des­le­gi­ti­ma­ción la estra­te­gia repre­si­va que nie­ga la exis­ten­cia de unas rei­vin­di­ca­cio­nes polí­ti­cas justas.

Cua­ren­ta años des­pués, el Esta­do espa­ñol sigue per­si­guien­do, dete­nien­do, encar­ce­lan­do y juz­gan­do a ciu­da­da­nos vas­cos por sus ideas polí­ti­cas. Se repi­ten los macro­jui­cios y las gran­des con­de­nas. La maqui­na­ria repre­si­va sigue su mar­cha pese a su inca­pa­ci­dad para aca­bar con el inde­pen­den­tis­mo vas­co, mucho más madu­ro, fuer­te, orga­ni­za­do y estra­té­gi­ca­men­te per­tre­cha­do que en 1970. Enton­ces, el desa­fío era el «sepa­ra­tis­mo». Aho­ra es la «sepa­ra­ción», una pers­pec­ti­va de futu­ro real que inquie­ta a los gober­nan­tes espa­ño­les tan­to o más que el reto de la lucha del pue­blo vas­co cuan­do comen­zó aquel juicio.

Un jui­cio, por otra par­te, con­tra una ETA que atra­ve­sa­ba, curio­sa­men­te, uno de los peo­res momen­tos de su his­to­ria des­de el pun­to de vis­ta de su capa­ci­dad ope­ra­ti­va y su cohe­ren­cia inter­na. En una demos­tra­ción de la pers­pi­ca­cia de los fran­quis­tas, el pro­ce­so ayu­dó a ETA a sol­ven­tar esa cri­sis resur­gien­do con nue­vas fuer­zas y logran­do una nota­ble legi­ti­mi­dad y refe­ren­cia­li­dad social y política.

Han cam­bia­do muchas cosas des­de enton­ces, pero otras no tan­to. Los acu­sa­dos eran per­se­gui­dos por aca­bar con la vida de Meli­tón Man­za­nas, cuya memo­ria es defen­di­da por la legis­la­ción espa­ño­la. Pero algu­nas ten­den­cias se han man­te­ni­do, como la estra­te­gia de mani­pu­la­ción infor­ma­ti­va. En un escri­to del jefe del Gabi­ne­te de estu­dios de la Direc­ción Gene­ral de Pren­sa al Sub­di­rec­tor Gene­ral de Pren­sa sobre unas pro­pues­tas para actua­ción en torno al jucio de Bur­gos, hay afir­ma­cio­nes como la siguien­te: «todos nues­tros Con­se­je­ros, Agre­ga­dos y, don­de sean uti­li­za­bles, los Direc­to­res de Ofi­ci­nas de Turis­mo, debe­rán rea­li­zar una cam­pa­ña de con­tac­to per­so­nal con los medios, pro­me­tien­do o ame­na­zan­do, según los casos, pero bus­can­do en todo momen­to la cola­bo­ra­ción, la abs­ten­ción o la neu­tra­li­dad infor­ma­ti­va sobre el tema». En el docu­men­to se sugie­re «rea­li­zar una dis­cre­ta cam­pa­ña de difu­sión» sobre «el pro­ble­ma del sepa­ra­tis­mo vas­co y su acción terro­ris­ta, ponien­do el acen­to en temas sen­si­bles como peli­gro­si­dad para víc­ti­mas ino­cen­tes, niños, etc. Ase­si­na­to de M. Man­za­nas, nove­lan­do un poco para hacer resal­tar la cruel­dad y la fal­ta de pie­dad de los terro­ris­tas». Y tam­bién otra «dis­cre­ta cam­pa­ña divul­ga­do­ra de temas cone­xos, para pre­pa­rar “docu­men­tal­men­te” a la opi­nión pública».

No son reve­la­cio­nes de Wiki­leaks, sino docu­men­tos del régi­men fran­quis­ta, pero nos ayu­dan a enten­der la agen­da ocul­ta del esta­do espa­ñol. La de 1970 y la actual.

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