Bal­ti­mo­re 2015: Vemos la rabia afro­ame­ri­ca­na pero nece­si­ta­mos “poder negro”

¿Apo­ya­mos las pro­tes­tas con­tra el terro­ris­mo poli­cial? Total­men­te. ¿Denun­cia­re­mos a la gen­te por mon­tar bron­ca? De nin­gu­na mane­ra. Mien­tras tan­to, opor­tu­nis­tas comen­ta­ris­tas mediá­ti­cos, des­ho­nes­tos polí­ti­cos bipar­ti­dis­tas y repre­sen­tan­tes pro­gres de doce­nas de orga­nis­mos de ser­vi­cio social acu­den a toda pri­sa a Bal­ti­mo­re para denun­ciar los «dis­tur­bios».

Lo que dife­ren­cia a Bal­ti­mo­re es que las pro­tes­tas «pací­fi­cas» habi­tua­les, las vigi­lias con velas, los #hash­tags y los dis­cur­sos apa­sio­na­dos no han sido sufi­cien­tes para con­te­ner la rabia y la frus­tra­ción de la gen­te, per­fec­ta­men­te jus­ti­fi­ca­das. Sabe­mos que la rabia que está espar­cién­do­se por las calles hun­de sus raí­ces en la repre­sión his­tó­ri­ca de la comu­ni­dad afro­ame­ri­ca­na, y que fue pro­vo­ca­da por la recien­te ola de ase­si­na­tos de afro­ame­ri­ca­nos come­ti­dos por la poli­cía. Sin embar­go, para las comu­ni­da­des afro­ame­ri­ca­nas de todo Esta­dos Uni­dos lo más impor­tan­te es lo que vie­ne des­pués de que la rabia y la frus­tra­ción se hayan apa­ga­do, y tam­bién es impor­tan­te para noso­tros como «gen­te soli­da­ria» que enfren­ta­mos la mis­ma cla­se de vio­len­cia de Esta­do, ya sea de la poli­cía o de la migra [1] .

Por lo tan­to, no vamos a denun­ciar lo que está suce­dien­do en Bal­ti­mo­re. Nues­tra inten­ción, en cam­bio, es apor­tar algu­na cla­ri­dad polí­ti­ca a cómo vemos que se están desa­rro­llan­do las cir­cuns­tan­cias. Para empe­zar, debe­mos enten­der que exis­te una dife­ren­cia fun­da­men­tal entre armar bron­ca y orga­ni­zar­se polí­ti­ca­men­te. Lo pri­me­ro, que es lo que está ocu­rrien­do en Bal­ti­mo­re y se basa en una rabia jus­ti­fi­ca­da. Lo segun­do es mucho menos común y requie­re una pla­ni­fi­ca­ción tác­ti­ca y estra­té­gi­ca. La pro­tes­ta, ya sea «pací­fi­ca» o de otro tipo, siem­pre es impor­tan­te pero no se tra­du­ce auto­má­ti­ca­men­te en poder polí­ti­co inde­pen­dien­te. Arre­me­ter con­tra la opre­sión no es lo mis­mo que arre­ba­tar el poder al opresor.

La vio­len­cia de la poli­cía y la migra hay que enten­der­la como una for­ma de poder polí­ti­co impues­to a las comu­ni­da­des por medio de la vio­len­cia, en otras pala­bras, de terro­ris­mo patro­ci­na­do por el Esta­do. Los homi­ci­dios come­ti­dos por la poli­cía rara­men­te se ana­li­zan como una fun­ción del poder polí­ti­co. Esa es una línea que raras veces se cru­za, ni siquie­ra por par­te de muchas per­so­nas pro­gre­sis­tas. Es un hecho his­tó­ri­co que los pode­ro­sos uti­li­zan el terro­ris­mo patro­ci­na­do por el Esta­do para defen­der sus pri­vi­le­gios y repri­mir y con­te­ner a los que no tie­nen poder alguno. Los ase­si­nos de la poli­cía y la migra nun­ca ten­drán que ren­dir cuen­tas pre­ci­sa­men­te por­que sir­ven a dicho terro­ris­mo. Ase­si­nar a gen­te de nues­tras comu­ni­da­des es par­te del tra­ba­jo poli­cial. Por eso los agen­tes vie­nen a nues­tras comu­ni­da­des con pis­to­las y están cien­tos de horas prac­ti­can­do tiro. Cuan­to más pobre y más oscu­ra sea la comu­ni­dad, más poli­cías y más armas de fue­go se des­plie­gan. Si una comu­ni­dad resis­te a la poli­cía man­dan más poli­cías y armas toda­vía más gran­des. Este es el patrón y es tan sim­ple como his­tó­ri­ca­men­te habitual.

Si no lla­ma­mos a las cosas por su nom­bre nos limi­ta­mos a repe­tir como loros los esté­ri­les deba­tes esce­ni­fi­ca­dos por las per­so­na­li­da­des mediá­ti­cas, los republicanos/​demócratas y los repre­sen­tan­tes de las ins­ti­tu­cio­nes de ser­vi­cios socia­les. Por lo tan­to, tam­bién nos limi­ta­re­mos a exi­gir las mis­mas refor­mas a cor­to pla­zo, con­de­nán­do­nos sin reme­dio a más terro­ris­mo de Esta­do den­tro de unas pocas sema­nas o unos pocos meses, cuan­do el patrón se repi­ta una vez más. Inevi­ta­ble­men­te, otro miem­bro ino­cen­te de la comu­ni­dad afro­ame­ri­ca­na será ase­si­na­do por la poli­cía. Como las veces ante­rio­res, sopor­ta­re­mos sema­nas de supues­tos «aná­li­sis» y «deba­tes» en los medios para que poda­mos «empe­zar a cerrar cica­tri­ces». Enton­ces, los crí­ti­cos fie­les al sis­te­ma polí­ti­co esta­dou­ni­den­se exi­gi­rán dimi­sio­nes, refor­mas en la actua­ción poli­cial, mayor diver­si­dad entre los poli­cías y finan­cia­ción para un puña­do de pro­gra­mas sociales.

Al final, estas refor­mas no cam­bia­rán abso­lu­ta­men­te nada, por­que se tra­ta de algo más que de dar for­ma­ción sobre diver­si­dad y sen­si­bi­li­dad. Pre­ci­sa­men­te esta sema­na, Eric Hol­der, el pri­mer fis­cal gene­ral afro­ame­ri­cano de Esta­dos Uni­dos, fue reem­pla­za­do por Loret­ta Lynch, la pri­me­ra fis­cal gene­ral afro­ame­ri­ca­na. Ambos sir­vie­ron bajo el pri­mer pre­si­den­te afro­ame­ri­cano, Barack Oba­ma. En este momen­to Bal­ti­mo­re tie­ne un alcal­de afro­ame­ri­cano, y un jefe de poli­cía afro­ame­ri­cano. Cla­ra­men­te este tipo de diver­si­dad no impi­dió que la poli­cía ase­si­na­se a Fred­die Gray, ni tam­po­co modi­fi­có el equi­li­brio de poder en Bal­ti­mo­re. De hecho, los actua­les dife­ren­cia­les de poder polí­ti­co y eco­nó­mi­co en Caro­li­na del Sur, Fer­gu­son, Nue­va York, Cle­ve­land, Paso, Los Ánge­les, San Die­go, Oxnard, San Quin­tín y Ayotzi­na­pa son exac­ta­men­te idén­ti­cos a los que exis­tían antes de las pro­tes­tas. Esto mues­tra un patrón con­sis­ten­te de vio­len­cia polí­ti­ca que hay que desbaratar.

Sabe­mos que duran­te el bre­ve perio­do en que el Par­ti­do de los Pan­te­ras Negras (BPP, por sus siglas en inglés) estu­vo acti­vo logra­ron tras­to­car este patrón de vio­len­cia poli­cial. Con su nom­bre ori­gi­nal de «Par­ti­do de los Pan­te­ras Negras por la Auto­de­fen­sa», este par­ti­do fue fun­da­do en Oakland (Cali­for­nia) con el fin de cons­truir auto­de­fen­sas orga­ni­za­das fren­te a la vio­len­cia poli­cial en la comu­ni­dad afro­ame­ri­ca­na. Los Pan­te­ras no solo cam­bia­ron el cur­so de la cul­tu­ra polí­ti­ca afro­ame­ri­ca­na sino que pre­sen­ta­ron la lucha de libe­ra­ción como algo que todos pudie­ran enten­der. El tra­ba­jo del BPP tuvo una tre­men­da influen­cia en el Movi­mien­to Chicana/​o, el Movi­mien­to Ame­ri­cano Indio (AIM, por sus siglas en inglés) y otros movi­mien­tos de todo el mun­do. Unión del Barrio se fun­dó basán­do­se en muchos de los prin­ci­pios del BPP.

No nos limi­te­mos a más de las mis­mas solu­cio­nes inefi­ca­ces que ofre­cen los polí­ti­cos libe­ra­les o los comen­ta­ris­tas de medios. La úni­ca for­ma de desa­fiar la vio­len­cia de la poli­cía y la migra (y de aten­der las otras doce­nas de nece­si­da­des urgen­tes de nues­tras comu­ni­da­des) es cons­tru­yen­do el poder dual y anta­gó­ni­co que exi­ge la orga­ni­za­ción colectiva.

La recien­te ola de ase­si­na­tos de afro­ame­ri­ca­nos come­ti­dos por la poli­cía ha pro­vo­ca­do la rabia afro­ame­ri­ca­na que vemos en Bal­ti­mo­re, pero lo que Bal­ti­mo­re y todos noso­tros nece­si­ta­mos es ver el poder negro en prác­ti­ca. Esta­mos con la comu­ni­dad afro­ame­ri­ca­na de Bal­ti­mo­re a la hora de exi­gir jus­ti­cia para Fred­die Gray. Defen­de­mos nues­tra rela­ción fra­ter­nal duran­te déca­das con el Movi­mien­to Uhu­ru [2] como un camino hacia el poder afro­ame­ri­cano. Esta­mos de acuer­do con este Movi­mien­to en que la úni­ca for­ma de impe­dir que la poli­cía con­ti­núe ase­si­nan­do afro­ame­ri­ca­nos es impo­ner el «con­trol de la poli­cía por par­te de la comu­ni­dad afro­ame­ri­ca­na». Sabe­mos que si de ver­dad que­re­mos lograr un cam­bio polí­ti­co fun­da­men­tal para nues­tra gen­te, vamos a tener que estar al menos tan orga­ni­za­dos como los están las ins­ti­tu­cio­nes que sir­ven para repri­mir a nues­tras comunidades.


[1] Poli­cía de inmi­gra­ción. En inglés en el ori­gi­nal (N. de la t.)

[2] http://​uhu​ru​news​.com/

Fuen­te: http://​union​del​ba​rrio​.org/​m​a​i​n​/​?​p​=​1​607

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