A burro muer­to, ceba­da al rabo – Sabino Cua­dra y otros

Por pri­me­ra vez en nues­tra vida hemos reci­bi­do una car­ta del pre­si­den­te del Gobierno de Nafa­rroa en la que afir­ma que es un honor para él invi­tar­nos al «Home­na­je a los Fun­cio­na­rios y Emplea­dos de la Comu­ni­dad Foral jubi­la­dos duran­te 2010» en reco­no­ci­mien­to a «tan­tos años de tra­ba­jo y dedi­ca­ción a la ges­tión de los asun­tos públi­cos», don­de se nos entre­ga­rá una insig­nia y un diplo­ma. ¡Sen­ci­lla­men­te entra­ña­ble! O, dicho de otro modo, ¡tie­nen un morro que se lo pisan!

Afir­ma­mos lo ante­rior basán­do­nos en un par de razo­nes. La pri­me­ra se refie­re a que, a pesar de pre­su­mir Sanz de nues­tro incon­men­su­ra­ble régi­men foral, cuan­do hace tan solo ocho meses habló Madrid, su ague­rri­do Gobierno no dudó un solo momen­to a la hora de redu­cir un pro­me­dio del 5% en el suel­do a los más de 25.000 tra­ba­ja­do­res y tra­ba­ja­do­ras a su ser­vi­cio. Si suma­mos a ello la pér­di­da de tres pun­tos debi­da al incre­men­to del IPC duran­te 2010, resul­ta que nues­tro poder adqui­si­ti­vo ha baja­do un 8% en tan solo un año. ¡Casi nada!

Lejos de la prác­ti­ca anti­gua del pase foral o de demos­trar siquie­ra la déci­ma par­te de los arres­tos que tuvie­ron hace poco más de un siglo los enton­ces dipu­tados fora­les de la Gama­za­da, el Gobierno de UPN tra­ga todo lo que le vie­ne de Madrid… sal­vo que sea la Ley del Abor­to, que eso sí que es con­tra­fue­ro. Los fon­dos que nece­si­tan hoy ban­que­ros y empre­sa­rios para salir de su cri­sis sal­drán de nues­tros bol­si­llos, que no del de ellos, y los nava­rrí­si­mos fue­ros de UPN segui­rán rin­dien­do plei­te­sía a sus nego­cios y a su Madrid. Ése es el Gobierno que pre­ten­de home­na­jear­nos el día 8.

Lo segun­do a seña­lar se refie­re a la inmen­sa cara­du­ra de nues­tro invic­to pró­cer, Miguel Sanz. Según cró­ni­cas ofi­cia­les, tras la refor­ma esta­tu­ta­ria de la CAN ‑Caja Nava­rra- y la crea­ción en la mis­ma de una fan­tas­ma­gó­ri­ca «Jun­ta de Enti­da­des Fun­da­do­ras», él será la úni­ca per­so­na del mun­do mun­dial ‑pito, pito, paja­ri­to- que cum­pli­rá los requi­si­tos fija­dos para cobrar duran­te toda su vida, como miem­bro per­ma­nen­te de ella, una retri­bu­ción que pue­de ron­dar los 60.000 euros/​año. Y, por si fue­ra poco, le han rega­la­do un relo­ji­llo que vale 4.500 euros. Pura bisu­te­ría, vamos.

«Yo, las cua­tro perras que ten­go las guar­do en la CAN», ha dicho Sanz. Se ve que lla­ma cua­tro perras a la suma de los más de 60.000 euros que per­ci­bió duran­te 2009 (los datos de 2010 se des­co­no­cen aún), deri­va­das de ser el pre­si­den­te de esa enti­dad y los 81.543 euros que le corres­pon­die­ron ese mis­mo año por diri­gir el Gobierno Foral. Cla­ro está, si tene­mos en cuen­ta que a él, tal como dijo en su día, 400 euros sólo le dan «para una cena y poco más», es nor­mal que con ese tren de vida aho­rre tan poco.

Vol­va­mos al prin­ci­pio. En la car­ta que nos ha envia­do Miguel Sanz dice que «será un honor muy espe­cial para mí reu­nir­me con todos los hom­bres y muje­res que han tra­ba­ja­do por Nava­rra duran­te tan­tos años». Pues mire vd., ¿qué quie­re que le diga­mos? El recuer­do que tene­mos de todos estos años pasa­dos es el de la pro­gre­si­va con­ver­sión de la Admi­nis­tra­ción foral en un cor­ti­jo en el que el ami­guis­mo, el ser­vi­lis­mo y la medio­cri­dad se han con­ver­ti­do en sus pie­dras angu­la­res; en el que la des­con­si­de­ra­ción para con el tra­ba­jo de la inmen­sa mayor par­te de la plan­ti­lla ha ido en aumen­to; en el que la pri­va­ti­za­ción de ser­vi­cios públi­cos se ha exten­di­do sin cesar en detri­men­to de nues­tro tra­ba­jo y en bene­fi­cio de clí­ni­cas, cole­gios, amis­ta­des y empre­sas pri­va­das, y en el que, por últi­mo, el cada vez mayor dis­fun­cio­na­mien­to en la aten­ción a la ciu­da­da­nía ha ido pare­jo al incre­men­to de una fal­sa «moder­ni­dad» que sólo entien­de de peri­fo­llos, celo­fa­nes, orga­ni­gra­mas de colo­res y cur­si­llos para jefes.

Resu­mi­mos y ter­mi­na­mos. Que pre­ci­sa­men­te el año en el que nos han redu­ci­do el suel­do un 8% de pro­me­dio y se apro­ba­do la refor­ma y empeo­ra­mien­to de régi­men de jubi­la­cio­nes y pen­sio­nes nos hable Sanz de home­na­jes es algo que cla­ma al cie­lo. Y que, mien­tras tan­to, él dis­fru­te de suel­dos y retri­bu­cio­nes de escán­da­lo, es como de juz­ga­do de guardia.

Hoy, 8 de febre­ro, día del home­na­je, no esta­re­mos allí para reír­le las gra­cias al pre­si­den­te o hacer­le la ola al rit­mo mar­ca­do por su jefe de pro­to­co­lo. Eso sí, media hora antes, a las 11:30 de la maña­na, nos con­cen­tra­re­mos allí mis­mo para recor­dar­le lo que le hemos con­ta­do en este escri­to. Pasa­mos de todas sus insig­nias, diplo­mas, foto­gra­fías y -¡dios nos libre!- apre­to­nes de manos. El mejor recuer­do que man­ten­dre­mos de nues­tros años de ser­vi­cio no será nada de esto, sino los lazos teji­dos duran­te todo este tiem­po con nues­tros com­pa­ñe­ros y com­pa­ñe­ras de tra­ba­jo. De ellos hemos reci­bi­do siem­pre amis­tad, apre­cio y apo­yo. De quie­nes pre­si­di­rán aquel acto, nada de nada. Con su pan se lo coman.

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