3500 len­guas en peli­gro de extin­ción: Cada dos sema­nas des­apa­re­ce un idio­ma del planeta

La Red Inter­na­cio­nal de Cuen­ta­cuen­tos (www​.cuen​ta​cuen​tos​.eu), en una cam­pa­ña por la pre­ser­va­ción de las cul­tu­ras ora­les, aler­ta de que de las 6700 len­guas vivas que exis­ten actual­men­te en el mun­do, la mitad de ellas habrán des­apa­re­ci­do a fina­les del pre­sen­te siglo.
Con ellas se extin­gui­rá una par­te fun­da­men­tal del patri­mo­nio cul­tu­ral y de iden­ti­dad de la humanidad.

Cada len­gua que mue­re equi­va­le a lo que en bio­lo­gía sería la muer­te de una espe­cie. De la len­gua habla­da, de su uso coti­diano y su tras­mi­sión de gene­ra­ción en gene­ra­ción, depen­den tan­to los modos de enten­der y orga­ni­zar el mapa men­tal del mun­do, como los ritua­les, las artes escé­ni­cas, la arte­sa­nía de las cul­tu­ras, etc,es decir, el alma de la cul­tu­ra e iden­ti­dad de un pueblo.

Los bió­lo­gos y natu­ra­lis­tas se alar­man, con razón, cada vez que des­apa­re­ce una espe­cie, por­que con ella des­apa­ce­ren tam­bién todas las posi­bi­li­da­des de rege­ne­ra­ción celu­lar, ela­bo­ra­ción de antí­do­tos y medi­ci­nas, ali­men­tos úni­cos, cade­nas de ADN impo­si­bles de clo­nar y que tar­da­ron millo­nes de años en per­fec­cio­nar­se, y eli­mi­na­ción de la biodiversidad.

Enri­que Páez, des­de la Red Inter­na­cio­nal de Cuen­ta­cuen­tos, advier­te que cada vez que una len­gua mue­re, con ella mue­re toda una tra­di­ción de pen­sa­mien­to, los ras­tros de una cul­tu­ra que fue lo sufi­cien­te­men­te fuer­te como para gene­rar las estruc­tu­ras lin­güís­ti­cas y el léxi­co nece­sa­rio para cons­truir un uni­ver­so men­tal, un sis­te­ma de comu­ni­ca­ción crea­do, com­par­ti­do y con­sen­sua­do por la comu­ni­dad de hablan­tes, una visión úni­ca e irre­pe­ti­ble del mun­do, unas reglas de comu­ni­ca­ción y con­vi­ven­cia que nun­ca más podrán ser explo­ra­das ni compartidas.
Es como si de un úni­co cere­bro mun­dial, com­pues­to por tan­tas neu­ro­nas como hablan­tes, estu­vie­ra sien­do tre­pa­na­do y se le ampu­taran la mitad de sus neuronas.

¿Por qué des­apa­re­ce una len­gua? La razón pri­me­ra, trá­gi­ca y obvia, es la muer­te de todos sus hablan­tes. Pue­de ser resul­ta­do de gue­rras y geno­ci­dios, o debi­do a epi­de­mias impa­ra­bles, como las que se exten­die­ron en Amé­ri­ca en las pobla­cio­nes indí­ge­nas a raíz de la lle­ga­da de los espa­ño­les, o debi­do a catás­tro­fes natu­ra­les que aca­ban con todo el con­jun­to de hablantes.
La muer­te de una len­gua, en esos casos, va uni­da a la muer­te de toda una raza, a la des­apa­ri­ción físi­ca de todos sus hablantes.
Cada dos sema­nas des­apa­re­ce un idio­ma, debi­do a la muer­te de su últi­mo hablan­te. La len­gua de Manx en la isla de Man, se extin­guió en 1974 cuan­do con 97 años murió Ned Mad­drell. La len­gua Eyak, de Alas­ka, des­apa­re­ció en 2008 cuan­do murió Marie Smith Jones con 89 años. El idio­ma zoque, del pue­blo de Aya­pán, en el esta­do suro­rien­tal de Tabas­co, Méxi­co, solo tie­ne dos hablan­tes vivos: son dos ancia­nos que están pelea­dos entre sí, y que han deja­do de hablar­se hace pocos años.

Exis­ten casos en que la des­apa­ri­ción de len­guas está pro­vo­ca­da por cam­bios en el medio ambien­te, debi­do a la des­truc­ción del sus­tra­to de una comu­ni­dad de hablan­tes, con los pro­ce­sos con­si­guien­tes de emi­gra­ción, dise­mi­na­ción y renuncia.
Las inva­sio­nes cul­tu­ra­les son fac­to­res que pue­den afec­tar a la acti­tud de los hablan­tes hacia su pro­pia len­gua. Suce­de cuan­do una comu­ni­dad entra en con­tac­to con otra de len­gua dife­ren­te, de eco­no­mía más fuer­te y de cul­tu­ra más agre­si­va y exclu­yen­te.
Si al fac­tor eco­nó­mi­co se aña­de el polí­ti­co, hay una sen­ten­cia de muer­te sobre la len­gua ame­na­za­da. Boli­via, por ejem­plo, tie­ne el doble de diver­si­dad lin­güís­ti­ca que toda Euro­pa, ya que cuen­ta con 37 len­guas y ocho fami­lias lingüísticas.

La Red Inter­na­cio­nal de Cuen­ta­cuen­tos reco­mien­da a los gobier­nos poner en prác­ti­ca el «Regis­tro de bue­nas prác­ti­cas en la pre­ser­va­ción de las len­guas» en peli­gro de extin­ción, edi­ta­do por la Unes­co a par­tir del «Atlas de las len­guas en peli­gro en el mun­do».
Las que corren más peli­gro, como es natu­ral, son las que están más des­pro­te­gi­das, con menor núme­ro de hablan­tes, des­pres­ti­gia­das por las cul­tu­ras domi­nan­tes, y que se hablan en entor­nos don­de la eco­no­mía y el apo­yo guber­na­men­tal es más débil.
Esto ocu­rre por des­gra­cia con varios miles de len­guas de Amé­ri­ca cen­tral, Suda­mé­ri­ca, Áfri­ca, Asia y Europa.

Fuen­te, Chi­le Noticias.

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