Tesis sobre el momen­to y sobre lo necesario

  1. La irra­cio­na­li­dad glo­bal inhe­ren­te a las con­tra­dic­cio­nes del capi­tal esca­pa cada vez más al limi­ta­do poder de con­trol de las bur­gue­sías menos sui­ci­das que se afe­rran a los res­tos de su racio­na­li­dad par­cial. Se cum­ple la adver­ten­cia del Mani­fies­to del Par­ti­do Comu­nis­ta: la bur­gue­sía es como el bru­jo que no pue­de dome­ñar el mons­truo que ha des­ata­do con sus con­ju­ros. La irra­cio­na­li­dad estruc­tu­ral de la pro­pie­dad bur­gue­sa, está cada vez menos con­tro­la­da por la decre­cien­te racio­na­li­dad par­cial de los bur­gue­ses ais­la­dos. La sin­ra­zón sis­té­mi­ca anu­la la razón par­cial: todas las expre­sio­nes de la cri­sis de acu­mu­la­ción actual mues­tran lo irra­cio­nal del capi­tal, des­ta­can­do de entre ellas la del militarismo.

  2. La gue­rra impe­ria­lis­ta con­tra el Don­bass y Rusia es una de sus expre­sio­nes más cono­ci­das, pero no la úni­ca, con las que inter­ac­túa y a las que agra­va. La gue­rra con­fir­ma el deter­mi­nan­te papel del mili­ta­ris­mo en la acu­mu­la­ción de capi­tal y vuel­ve a sacar a la luz el fra­ca­so de la ideo­lo­gía bur­gue­sa en su con­jun­to y en espe­cial de su varian­te refor­mis­ta, a la hora de com­pren­der la razón de la sin­ra­zón bur­gue­sa, el hecho de que por el inte­rior de la irra­cio­na­li­dad estruc­tu­ral actúan leyes ten­den­cia­les y con­tra­dic­cio­nes insal­va­bles que solo el mar­xis­mo des­cu­bre, cri­ti­ca y combate.

  3. Tan­to en OTAN y opre­sión nacio­nal1, como en 22 Tesis sobre «Espa­ña» y sobre el inter­na­cio­na­lis­mo2, ana­li­za­mos algu­nas expre­sio­nes de la cri­sis: la sub­sun­ción de «Espa­ña» en la OTAN, el debi­li­ta­mien­to del capi­ta­lis­mo espa­ñol, el rena­ci­mien­to del nacio­na­lis­mo espa­ño­lis­ta de izquier­da, la nece­si­dad de inde­pen­den­cia polí­ti­co-estra­té­gi­ca de los inde­pen­den­tis­mos socia­lis­tas, etc. El mar­xis­mo espa­ño­lis­ta las recha­za total o par­cial­men­te, en espe­cial la inde­pen­den­cia polí­ti­co-estra­té­gi­ca. Sin embar­go, des­de den­tro de la izquier­da vas­ca sur­ge una muy intere­san­te «res­pues­ta» al segun­do artícu­lo sobre la «socie­dad civil»3 a la que vol­ve­re­mos poco des­pués por la impor­tan­cia del tema tenien­do en cuen­ta el impac­to de la mili­ta­ri­za­ción en la lucha de clases.

  4. La cri­sis de acu­mu­la­ción se extien­de e inten­si­fi­ca por momen­tos. Se ace­le­ran las diná­mi­cas de mul­ti­vio­len­cia opre­so­ra que tien­den a con­fluir en mayo­res y más leta­les cho­ques que tal vez se fusio­nen en una gue­rra mun­dial tras supe­rar fases ascen­den­tes, lle­gan­do a lo irre­ver­si­ble. El com­ple­jo ganan­cia-Esta­do-gue­rra-cien­cia dio vida polí­ti­ca al capi­ta­lis­mo des­de el siglo XVI, se for­ta­le­ció des­de 1873, se impu­so des­de 1914 – 1945 y es vital des­de 2011 – 2015: el terror ucro-nazi diri­gi­do por la OTAN es un paso más en la supre­ma­cía de la pro­duc­ción de bie­nes de des­truc­ción, de la supre­ma­cía de la indus­tria de la matan­za huma­na, sin la cual no actua­rían la ley gene­ral de acu­mu­la­ción de capi­tal y la ley ten­den­cial de caí­da de la tasa media de ganancia.

  5. La razón de tan­ta sin­ra­zón es la pavo­ro­sa cri­sis de acu­mu­la­ción del capi­tal, la peor de sus cri­sis ade­más de la peor de su his­to­ria. Aquí sur­ge una pre­gun­ta deci­si­va: ¿pue­de exis­tir una gota de razón en un océano de sin­ra­zón? O más cru­da­men­te: ¿qué volun­tad demo­crá­ti­ca le que­da a la bur­gue­sía que impul­só la racio­na­li­dad has­ta la revo­lu­ción de 1830 para echar­se defi­ni­ti­va­men­te en manos de la irra­cio­na­li­dad des­de 1848 en ade­lan­te? La deri­va auto­ri­ta­ria, el ascen­so del Esta­do-fuer­te y de su buro­cra­cia, el retro­ce­so del poder par­la­men­ta­rio y auge del fas­cis­mo, la mul­ti­pli­ca­ción de nue­vos sis­te­mas repre­si­vos y de vio­len­cias y gue­rras con sus doc­tri­nas corres­pon­dien­tes… Son armas de muer­te muy racio­nal­men­te idea­das pero para un supe­rior fin irra­cio­nal e inhu­mano. Su exis­ten­cia es fugaz por­que la lucha de cla­ses obli­ga al capi­tal a crear nue­vos medios de des­truc­ción que aumen­tan la sin­ra­zón esen­cial del sistema.

  6. En esta carre­ra hacia el máxi­mo bene­fi­cio sin repa­rar en sus efec­tos, la bur­gue­sía ha dete­ni­do su mar­cha solo cuan­do le ha derro­ta­do el pro­le­ta­ria­do, o le ha infun­di­do sufi­cien­te terror de cla­se como para no hacer­lo. En otros casos, se detie­ne úni­ca­men­te cuan­do un pue­blo al que ata­ca ha deci­di­do hacer­le fren­te has­ta el final. Si Esta­dos Uni­dos no ha lan­za­do más bom­bas nuclea­res fue por el ame­na­za­dor avi­so de la URSS, tam­po­co se atre­vió Israel. Des­apa­re­ci­da la URSS, Gran Bre­ta­ña tam­po­co se atre­vió en Irak por­que el mun­do esta­ba cam­bian­do rápidamente.

  7. Deses­pe­ra­do por recu­pe­rar su poder, el impe­ria­lis­mo quie­re usar arma­men­to nuclear tác­ti­co, armas bio­quí­mi­cas y bac­te­rio­ló­gi­cas; des­en­ca­de­nar la gue­rra ciber-espa­cial; mili­ta­ri­zar ham­bru­nas, sequías y pan­de­mias; des­truir la eco­no­mía, cul­tu­ra y cien­cia de los pue­blos resis­ten­tes… Su doc­tri­na polí­ti­co-mili­tar bus­ca esto y a la vez la garan­tía de que esa inhu­ma­na masa­cre nun­ca vis­ta ape­nas afec­te a Occi­den­te sino que aplas­te y escla­vi­ce a la huma­ni­dad. Si la OTAN no ata­ca direc­ta­men­te a Rusia es por el ame­na­za­dor avi­so de Mos­cú de recu­rrir a la defen­sa nuclear, ade­más por el temor a la fuer­za de su ejér­ci­to, y otro tan­to suce­de con la tajan­te ame­na­za de defen­sa nuclear de Chi­na Popu­lar fren­te a las agre­sio­nes yanquis.

  8. El paci­fis­mo nun­ca ha aman­sa­do a la fie­ra, la enva­len­to­na. Solo el mie­do la detie­ne, y no siem­pre, como se vio con el nazis­mo. No habla­mos de ilu­sas fan­ta­sías de desar­me, paz, con­sen­so, prag­ma­tis­mo…, sino del modo de pro­duc­ción capi­ta­lis­ta que se repro­du­ce hacien­do de la vida el nego­cio de la muer­te, vam­pi­ri­zan­do el tra­ba­jo vivo para defe­car­lo como tra­ba­jo muer­to, como su pro­pie­dad pri­va­da. Habla­mos de esto por­que nues­tra racio­na­li­dad crí­ti­ca y dia­léc­ti­ca nos per­mi­te saber que si hoy sigue cre­cien­do la bar­ba­rie bur­gue­sa es sobre todo por la fuer­za cri­mi­nal que le da su ren­ta­ble indus­tria de la matan­za de la vida: exis­te por tan­to una razón inhu­ma­na den­tro de irra­cio­na­lis­mo del capital.

  9. La ideo­lo­gía bur­gue­sa que­da des­bor­da­da en cada cri­sis, pero la dure­za des­co­no­ci­da y el alcan­ce total de la pre­sen­te hace que cun­da el des­con­cier­to en muchos sec­to­res, mien­tras que en otros giran a la fero­ci­dad béli­ca. Como ejem­plo de la pri­me­ra, ofre­ce­mos dos artícu­los que con­fir­man la inca­pa­ci­dad y des­con­cier­to de las corrien­tes que se sus­ten­tan en la ideo­lo­gía yan­qui del prag­ma­tis­mo en las cri­sis. Uno4 gira alre­de­dor de un mun­do fic­ti­cio, super­pues­to al real, con el que solo tie­ne unas borro­sas cone­xio­nes impre­ci­sas y hue­cas. El otro5 es una apli­ca­ción del ante­rior al parlamentarismo.

  10. Ambos elu­den, evi­tan la obje­ti­vi­dad de la uni­dad y lucha de con­tra­rios y en sus letras revo­lo­tea el melio­ris­mo bien­in­ten­cio­na­do del libe­ra­lis­mo yan­qui que el prag­ma­tis­mo hizo suyo. Nin­guno pene­tra en los hor­nos de la explo­ta­ción del tra­ba­jo por el capi­tal ni menos aún en la dic­ta­du­ra bur­gue­sa que los man­tie­ne bullen­tes. Des­ta­ca­mos solo dos prin­ci­pios prag­má­ti­cos que los reco­rren: uno, la reali­dad y sus con­tra­dic­cio­nes tie­ne menos impor­tan­cia que la sub­je­ti­vi­dad, por tan­to, los pac­tos, acuer­dos, con­sen­sos entre fuer­zas anta­gó­ni­cas son más valio­sos que la lucha social de masas; y otro, la reduc­ción de la ver­dad a sim­ple cri­te­rio de uti­li­dad fun­cio­nal inme­dia­ta en pos de vic­to­rias elec­to­ra­les inter­cla­sis­tas, estos prin­ci­pios del refor­mis­mo yan­qui de fina­les del siglo XIX estruc­tu­ran los dos artículos.

  11. La his­to­ria mues­tra que las gran­des cri­sis tam­bién des­bor­dan a muchas izquier­das revo­lu­cio­na­rias que se retra­san con res­pec­to a la velo­ci­dad de agu­di­za­ción de las con­tra­dic­cio­nes. En estos casos el retra­so es más acen­tua­do en todo lo rela­ti­vo a las con­tra­dic­cio­nes que afec­tan espe­cial­men­te a las com­ple­jas iden­ti­da­des de las cla­ses socia­les en lucha, bur­gue­sía y pro­le­ta­ria­do, como los pro­ble­mas de opre­sión nacio­nal en las izquier­das de Esta­dos que opri­men a otras nacio­nes, como el caso espa­ñol y fran­cés, sean en algu­nas izquier­das de pue­blos tra­ba­ja­do­res opri­mi­dos como Cata­lun­ya, Anda­lu­cía, Eus­kal Herria, Cas­ti­lla, etc.

  12. El nacio­na­lis­mo repu­bli­ca­nis­ta y de izquier­da espa­ñol resur­ge perió­di­ca­men­te en cada uno de los enor­mes terre­mo­tos que cuar­tean al Esta­do espa­ñol como mar­co mate­rial e ideo­ló­gi­co de acu­mu­la­ción de capi­tal. En esta zona geo-pro­duc­ti­va, cuyas fron­te­ras depen­den de los vai­ve­nes de la lucha de cla­ses y no de la «iden­ti­dad nacio­nal espa­ño­la», muchas izquier­das ceden ante el nacio­na­lis­mo espa­ñol sin per­ca­tar­se de que la revo­lu­ción socia­lis­ta es impo­si­ble mien­tras sub­sis­ta «Espa­ña», sobre todo una vez que ha sido sub­su­mi­da como base mili­tar-eco­nó­mi­ca de la OTAN.

  13. El blo­que de cla­ses domi­nan­te en el Esta­do tie­ne su cen­tra­li­dad en la cas­ta intra-bur­gue­sa for­ma­da por gran­des bur­gue­ses, mili­ta­res, Igle­sia y monar­quía. Esta cas­ta, que es más que una eli­te, ha sido y es deci­si­va en la cons­truc­ción his­tó­ri­ca de «Espa­ña» y des­de el siglo XVI nun­ca ha teni­do remor­di­mien­tos en supe­di­tar­se a pode­res extran­je­ros para sal­var sus pro­pie­da­des. A la vez, crea­ba un nacio­na­lis­mo bási­co con varias caras que ha podri­do de un modo u otro a la izquier­da esta­ta­lis­ta, que no del Esta­do. El Par­ti­do Comu­nis­ta de Espa­ña es un esplen­do­ro­so ejem­plo de esta mise­ria españolista.

  14. Una bue­na par­te de las quie­bras irre­so­lu­bles que esta­llan con vio­len­cia extre­ma en cada cri­sis estruc­tu­ral de «Espa­ña» pro­vie­nen del hecho de que esa cas­ta que guía los des­ti­nos del blo­que de cla­ses domi­nan­te, siem­pre quie­re redu­cir al míni­mo los dere­chos bur­gue­ses de las cla­ses pro­pie­ta­rias de las nacio­nes que opri­me, inclu­so negán­do­los dic­ta­to­rial­men­te. Y siem­pre aplas­ta los dere­chos demo­crá­ti­cos-radi­ca­les y, en espe­cial, los dere­chos socia­lis­tas de sus pue­blos trabajadores.

  15. Las bur­gue­sías «de pro­vin­cias» siem­pre ceden por mie­do al ejér­ci­to espa­ñol pero sobre todo y fun­da­men­tal­men­te por mie­do a su pro­le­ta­ria­do. Según las coyun­tu­ras y las cri­sis se ten­san más o menos los repar­tos del pas­tel de la explo­ta­ción entre «Espa­ña» y estas bur­gue­sías «peri­fé­ri­cas», cons­cien­tes de que nece­si­tan al Esta­do para sobre­vi­vir como cla­se. Jus­ti­fi­can las con­ce­sio­nes que hacen al Esta­do dicien­do que sus intere­ses y los de su nación son los mis­mos, lo que es cier­to por­que la nación bur­gue­sa inte­gra al pro­le­ta­ria­do alie­na­do. No hace fal­ta decir que el refor­mis­mo ayu­da al man­te­ni­mien­to de esa ideo­lo­gía sobre todo cuan­do ha renun­cia­do prag­má­ti­ca­men­te a la revo­lu­ción y al inde­pen­den­tis­mo disol­vién­do­se en la nebu­lo­sa soberanista.

  16. Entre izquier­das de las nacio­nes opri­mi­das tam­bién sur­ge algún des­con­cier­to por­que la cri­sis de acu­mu­la­ción ha sido refor­za­da por el giro al cen­tro de par­te de la anti­gua izquier­da aber­tza­le. Por un lado, pare­ce que se retro­ce­de a tesis de anti­guas esci­sio­nes en la lar­ga his­to­ria de ETA como pro­ce­so con suce­si­vas direc­cio­nes polí­ti­cas, tesis que minus­va­lo­ra­ban el con­tex­to socio­his­tó­ri­co de acu­mu­la­ción de capi­tal en Eus­kal Herria y por tan­to como mar­co autó­no­mo de lucha de cla­ses. Este es un error garra­fal de ubi­ca­ción espa­cio­tem­po­ral y sim­bó­li­co-cul­tu­ral de la lucha revo­lu­cio­na­ria en un mar­co sin­gu­lar y con­cre­to que, por ello, tie­ne espe­ci­fi­ci­da­des dife­ren­tes a mar­cos más gene­ra­les en su par­ti­cu­la­ri­dad y uni­ver­sa­li­dad. Como se apre­cia, uti­li­za­mos cate­go­rías del méto­do dialéctico.

  17. La casi exclu­si­va y muy exclu­yen­te dedi­ca­ción a la defen­sa de un «comu­nis­mo» flo­tan­te, sin base mate­rial ni encua­dre socio­his­tó­ri­co alguno, es decir, sin ape­nas refe­ren­cia a la opre­sión nacio­nal o, peor, con abun­dan­tes refe­ren­cias peyo­ra­ti­vas a la iden­ti­dad nacio­nal e inclu­so al «nacio­na­lis­mo etni­cis­ta», es un cra­so error de valo­ra­ción que es uti­li­za­do por el refor­mis­mo para acu­sar injus­ta­men­te de reac­cio­na­ris­mo a quie­nes tie­nen toda la razón por rei­vin­di­car el comu­nis­mo. Tam­bién el des­pre­cio acrí­ti­co e igno­ran­te con el que se igno­ran los gran­des logros prác­ti­cos de la izquier­da aber­tza­le clá­si­ca, faci­li­ta las fal­sas acu­sa­cio­nes del reformismo.

  18. El mar­co autó­no­mo de lucha de cla­ses exis­te por­que el capi­ta­lis­mo se ha for­ma­do en un con­tex­to de opre­sión nacio­nal deter­mi­na­do por la inva­sión mili­tar en suce­si­vas fases, de las que se des­ta­can tres: la ante­rior a la indus­tria­li­za­ción ini­cia­da a fina­les del siglo XIX, la de la indus­tria­li­za­ción fran­quis­ta y monár­qui­co-mili­tar, y la que se ha ini­cia­do des­de fina­les del siglo XX tam­bién bajo la vigi­lan­cia espa­ño­la. Es impen­sa­ble ima­gi­nar que la lucha de cla­ses no ha sufri­do influen­cia algu­na por esta his­to­ria. Es impen­sa­ble ima­gi­nar que tam­po­co ha influi­do sobre los sen­ti­mien­tos, iden­ti­da­des y sím­bo­los nacio­na­les y cul­tu­ra­les en las cla­ses socia­les vas­cas. Es impen­sa­ble ima­gi­nar que los movi­mien­tos popu­la­res –por mucho que se les deni­gre – , y obre­ros, así como los cam­bios que el capi­tal intro­du­ce en la fuer­za de tra­ba­jo en los últi­mos tiem­pos, estén libres del con­tex­to de opre­sión nacional.

  19. Es impen­sa­ble ima­gi­nar la his­to­ria de los con­flic­tos huma­nos, de cual­quie­ra de ellos, sin tener en cuen­ta la con­tra­dic­to­ria reali­dad obje­ti­va y sub­je­ti­va, mate­rial y sim­bó­li­ca colec­ti­va, comu­nal, clá­ni­ca, tri­bal, étni­ca, etno-nacio­nal, nacio­nal-cul­tu­ral, nacio­nal, esta­to-nacio­nal, o como desee­mos deno­mi­nar a esa com­ple­ja cons­tan­te. Estas dife­ren­cias ya esta­ban pre­sen­tes cuan­do se usa­ba a la mujer como mone­da de cam­bio o tri­bu­to entre cla­nes y tri­bus, o se las rap­ta­ba, y el exter­mi­nio o la escla­vi­za­ción de un clan por otro para qui­tar­le sus recur­sos avan­za­ba ya lo bási­co de lo que lla­ma­mos «opre­sión nacional».

  20. Las socie­da­des cla­sis­tas pre­ca­pi­ta­lis­tas tam­bién se sos­te­nían sobre for­mas espe­cí­fi­cas de «opre­sión nacio­nal» en cada una de ellas y los pue­blos que lucha­ban por libe­rar­se lo hacían en base a sus con­cre­tas y sin­gu­la­res con­di­cio­nes socio­his­tó­ri­cas, rela­cio­na­das con la uni­ver­sa­li­dad del modo de pro­duc­ción domi­nan­te y con las par­ti­cu­la­ri­da­des que tenía en una región más o menos amplia: no era lo mis­mo la lucha nacio­nal ger­ma­na con­tra Roma sin ape­nas cen­tra­li­za­ción esta­tal, que la per­ma­nen­te resis­ten­cia del cen­tra­li­za­do impe­rio per­sa con­tra el mis­mo invasor.

  21. Den­tro del capi­ta­lis­mo, el mar­co autó­no­mo de lucha de cla­ses va uni­do al de lucha de libe­ra­ción nacio­nal de cla­se en pos de la inde­pen­den­cia socia­lis­ta, por­que la nación bur­gue­sa vas­ca, cata­la­na, anda­lu­za, gale­ga, etc., son capi­ta­lis­tas y sub-impe­ria­lis­tas en mayor o menor gra­do según los casos, apo­yan­do siem­pre a la OTAN y acep­tan­do la opre­sión espa­ño­la y fran­ce­sa. Por tan­to, la libe­ra­ción nacio­nal en su sen­ti­do mar­xis­ta de recu­pe­ra­ción por el pro­le­ta­ria­do de las fuer­zas pro­duc­ti­vas que has­ta ese momen­to eran pro­pie­dad del capi­tal, solo pue­de rea­li­zar­se median­te la revo­lu­ción socia­lis­ta que impul­se el avan­ce al comu­nis­mo, pro­ce­so en el que «Espa­ña» des­apa­re­ce­rá al rom­per­se las cade­nas que le iden­ti­fi­can como «cár­cel de pueblos».

  22. El inter­na­cio­na­lis­mo mar­xis­ta siem­pre se ha basa­do en estos prin­ci­pios, nun­ca ha abso­lu­ti­za­do el comu­nis­mo de mane­ra mecá­ni­ca y lineal, uní­vo­ca, eco­no­mi­cis­ta, negan­do o sub­va­lo­ran­do la cua­si infi­ni­ta gama de fac­to­res que ope­ran inter­na­men­te en la lucha de cla­ses de las nacio­nes opri­mi­das, entre los que des­ta­can las for­mas de explo­ta­ción, opre­sión y domi­na­ción impres­cin­di­bles para el capi­tal nacio­nal­men­te opre­sor como son la opre­sión patriar­cal y nacio­nal, y la mer­can­ti­li­za­ción de la vida, de la natu­ra­le­za y, a otra esca­la pero tam­bién impor­tan­tes, sus rela­cio­nes con otros par­ti­dos, sin­di­ca­tos y movi­mien­tos socia­les o popu­la­res. La extre­ma varie­dad de colec­ti­vos de toda índo­le que por múl­ti­ples razo­nes resis­ten y luchan en el cam­po de «lo nacio­nal» solo pue­de ser com­pren­di­da cono­cien­do la his­to­ria de resis­ten­cia de ese pue­blo, nun­ca des­de el exte­rior y en base a deter­mi­nis­mos eco­no­mi­cis­tas que sólo ven la «lucha de cla­ses pura» entre dos idea­li­za­cio­nes: la pro­le­ta­ria y la burguesa.

  23. Por eso es un gra­ve error inmis­cuir­se en las luchas de otros pue­blos sin res­pe­tar sus mar­cos, for­zan­do dis­cu­sio­nes abs­trac­tas. Abs­trac­tas por la ausen­cia de con­te­ni­do con­cre­to sobre el mar­co nacio­nal de lucha, por la ausen­cia de la nece­si­dad de la inde­pen­den­cia socia­lis­ta, por la ausen­cia de la nece­si­dad de la per­ma­nen­te lucha con­tra «Espa­ña». Toda­vía es más error cuan­do con pre­po­ten­cia se dan lec­cio­nes sobre sus supues­tos erro­res, inter­pre­ta­dos des­de situa­cio­nes exte­rio­res, por no hablar de la pre­po­ten­cia que pue­de lle­gar sino al insul­to sí a la des­ca­li­fi­ca­ción engreí­da. Estos pro­ce­de­res son muy fre­cuen­tes en los «inter­na­cio­na­lis­tas» de los Esta­dos nacio­nal­men­te opre­so­res, y menos fre­cuen­tes en las izquier­das de las nacio­nes opri­mi­das, aun­que tam­bién los hay.

  24. Otra expre­sión del des­bor­da­mien­to en algu­nas izquier­das aber­tza­les es la poca aten­ción que se pres­ta al deba­te teó­ri­co-polí­ti­co sobre el socia­lis­mo como la úni­ca alter­na­ti­va ante la cri­sis de acu­mu­la­ción y ante el mili­ta­ris­mo impe­ria­lis­ta. Cuan­do sufri­mos una de las mayo­res gue­rras cul­tu­ra­les, psi­co­ló­gi­cas y pro­pa­gan­dís­ti­cas, si no la mayor, que han deja­do peque­ño al plan ZEN de 1982 – 1983, se echa mucho en fal­ta tan­to deba­tes escla­re­ce­do­res sobre qué suce­de y qué debe­mos res­pon­der, como luchas con­jun­tas sobre rei­vin­di­ca­cio­nes urgen­tes y necesarias.

  25. Es ver­dad que por redes socia­les, por­ta­les digi­ta­les, pas­qui­nes y car­te­les, órga­nos de pren­sa de orga­ni­za­cio­nes revo­lu­cio­na­rias, etc., cir­cu­lan tex­tos gene­ral­men­te bre­ves y sur­gen deba­tes cuya efec­ti­vi­dad depen­de mucho del medio en el que se rea­li­zan. Pero esto es una cosa y otra más nece­sa­ria es gene­ra­li­zar la cos­tum­bre de una espe­cie de «deba­te colec­ti­vo» a dife­ren­tes nive­les sobre el pre­sen­te y el futuro.

  26. Hemos dicho arri­ba que el segun­do tex­to nues­tro –22 Tesis sobre «Espa­ña» y sobre el inter­na­cio­na­lis­mo–, mere­ció un intere­san­te comen­ta­rio que hemos ofre­ci­do arri­ba, y que tra­ta entre otras cosas sobre el uso que hace­mos del con­cep­to tan peli­gro­so, poli­sé­mi­co y deba­ti­do de «socie­dad civil». Sin poder exten­der­nos aho­ra y a la espe­ra de más pro­fun­di­za­cio­nes, debe­mos decir que esta­mos de acuer­do en lo bási­co del plan­tea­mien­to crí­ti­co, y que por eso siem­pre que usá­ba­mos el con­cep­to de «socie­dad civil» en el tex­to lo hacía­mos entre comi­llas para recal­car la nece­si­dad de emplear­lo con pin­zas, huyen­do de la posi­bi­li­dad siquie­ra de rozar la dema­go­gia refor­mis­ta que per­mi­te y que se ini­ció ya en la déca­da de 1960.

  27. Dado que el obje­ti­vo de nues­tro tex­to era otro y que por razo­nes de espa­cio debía­mos vol­car­nos en nues­tro obje­ti­vo, nos limi­ta­mos a entre­co­mi­llar el con­cep­to, aun­que, por lo vis­to, ten­dría­mos que haber­lo pre­ci­sa­do crí­ti­ca­men­te algo más. Lo cier­to es que «socie­dad civil» ape­nas apa­re­ce excep­to pun­tual­men­te en los docu­men­tos, tex­tos, voca­bu­la­rio y léxi­co de la izquier­da aber­tza­le has­ta el momen­to en que su corrien­te refor­mis­ta empe­zó a usar­lo. Des­de enton­ces abun­da jun­to con otros tér­mi­nos típi­cos de las corrien­tes post­mo­der­nas, euro­co­mu­nis­tas, post­mar­xis­tas… En este mis­mo tex­to hemos insis­ti­do en la rica com­ple­ji­dad de la fuer­za de tra­ba­jo, del pro­le­ta­ria­do y el pue­blo tra­ba­ja­dor del capi­ta­lis­mo actual, que es jus­to lo con­tra­rio de ese «saco de hin­cha­das vacie­da­des» que es la «socie­dad civil».

  28. Por últi­mo, en el tex­to al que nos refe­ri­mos aho­ra apa­re­cen ideas que por su valía con­si­de­ra­re­mos en la siguien­te entrega.

  1. https://​www​.boltxe​.eus/​2​0​2​2​/​0​5​/​2​5​/​o​t​a​n​-​y​-​o​p​r​e​s​i​o​n​-​n​a​c​i​o​n​al/
  2. https://​www​.boltxe​.eus/​2​0​2​2​/​0​7​/​2​1​/​v​e​i​n​t​i​d​o​s​-​t​e​s​i​s​-​s​o​b​r​e​-​e​s​p​a​n​a​-​y​-​s​o​b​r​e​-​e​l​-​i​n​t​e​r​n​a​c​i​o​n​a​l​i​s​mo/
  3. https://​www​.boltxe​.eus/​2​0​2​2​/​0​6​/​0​2​/​r​e​s​p​u​e​s​t​a​-​d​e​-​i​n​u​r​r​i​-​g​o​r​r​i​a​-​a​l​-​t​e​x​t​o​-​o​t​a​n​-​y​-​o​p​r​e​s​i​o​n​-​n​a​c​i​o​n​al/
  4. https://​blogs​.publi​co​.es/​d​o​m​i​n​i​o​p​u​b​l​i​c​o​/​4​7​3​7​2​/​u​n​a​-​g​u​e​r​r​a​-​l​a​r​g​a​-​n​o​-​a​s​u​m​a​m​o​s​-​s​u​-​m​a​r​co/
  5. https://​www​.publi​co​.es/​p​o​l​i​t​i​c​a​/​a​r​k​a​i​t​z​-​r​o​d​r​i​g​u​e​z​-​s​e​c​r​e​t​a​r​i​o​-​g​e​n​e​r​a​l​-​s​o​r​t​u​-​a​p​o​s​t​a​m​o​s​-​p​o​l​i​t​i​c​a​-​a​l​i​a​n​z​a​s​-​p​r​a​g​m​a​t​i​c​a​-​a​m​p​l​i​a​-​f​l​e​x​i​b​l​e​.​h​tml

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