Le Relais Bougouni: ¿Cuáles son los logros de la transición maliense en materia de geopolítica?
René Naba: En primer lugar, la alianza con Rusia es una vuelta a los fundamentos de la diplomacia maliense tal y como se manifestó cuando el país obtuvo su independencia en 1960 de la mano del presidente Modibo Keita. Bamako formaba entonces parte del grupo de países africanos revolucionarios, ilustrado por el eje de Argelia, Ghana, Guinea y Mali. La primera manifestación concreta de esta solidaridad revolucionaria fue la decisión de Modibo Keita de enviar un contingente del joven ejército maliense a luchar junto a los argelinos en su lucha por la independencia. Francia se vengó de esta insolencia echando por tierra la Federación de Mali –la unión entre Senegal y Mali – , cortando de raíz el primer intento unitario en el África francófona, para reservar la base de Dakar para sus propios intereses estratégicos.
En segundo lugar, la Junta se ha atrevido a desafiar a Francia. Ha roto así la fatalidad de la eterna dependencia de Francia y, sobre todo, del unilateralismo francés en Mali, y en África en general. Hay que tener en cuenta que el África francófona permaneció bajo el yugo del franco CFA durante los primeros sesenta años de su independencia, mientras que muchos países africanos anglófonos, así como el Magreb, tenían su propia moneda. El franco CFA fue la prueba a contrario de que los países francófonos eran incapaces de administrarse a sí mismos. Digamos que África, a través del ejemplo de Mali, se está emancipando. Se trata de un importante logro psicológico, que se ha visto ampliado por el cierre de France 24 y RFI en territorio maliense.
Francia carece de coherencia: por un lado, favorece la implantación de Israel en su territorio africano; por otro, se ahoga de rabia al ver la vuelta de Mali a su alianza con Rusia, su antiguo aliado.
Mali debería haber llevado a Francia ante un tribunal penal internacional hace mucho tiempo, especialmente debería haber denunciado al entonces presidente Nicolas Sarkozy, por la destrucción de Libia y la correlativa desestabilización de Mali, y especialmente por su alianza con Qatar, patrocinador de los Hermanos Musulmanes y del yihadismo wahabí, en contradicción con el laicismo del que Francia presume todo el tiempo.
África está en movimiento. Cabe señalar a este respecto que 25 países africanos, es decir, la mitad del continente, se abstuvieron de votar contra Rusia en la Asamblea General de la ONU para condenar la agresión rusa contra Ucrania. Este voto podría interpretarse más como un voto de desconfianza en los países occidentales por parte de los países africanos desilusionados con el intervencionismo occidental y el tono mojigato de los antiguos amos del mundo, que como un voto de apoyo a la intervención rusa.
¿Cuáles son sus puntos débiles?
La alianza con Rusia hace que Mali dependa de la evolución del posicionamiento estratégico de Rusia tanto a nivel internacional como económico tras la guerra de Ucrania. Si Rusia sale debilitada de esta guerra, Mali se verá automáticamente perjudicada, ya que no podrá contar con el apoyo ilimitado de Rusia.
Mali deberá entonces tratar de ampliar y completar su red de alianzas con otras grandes potencias, en consonancia con sus nuevas orientaciones, sobre todo con China, India, Sudáfrica, Brasil, en definitiva con los BRICS. En cualquier caso, todos los países del Tercer Mundo deben trabajar para promover el surgimiento de un mundo multipolar, con el fin de ganar más margen de maniobra y aflojar el dominio sobre ellos. Pero si Rusia consigue sus objetivos bélicos, incluida la anexión definitiva de las zonas rusoparlantes de Crimea y Donbass, Mali pasará a la historia de África por haber desempeñado un papel pionero en este sentido. Francia fustigó el golpe de Estado en Mali, pero avaló prácticas que, por otra parte, había repetido, al entronizar al hijo de Idriss Déby como sucesor de su padre al frente de Chad, en la pura tradición de una república hereditaria. Francia recuperará parte de su credibilidad cuando deje de practicar la indignación selectiva.
¿Cómo valora la colaboración ruso-maliense?
La colaboración será juzgada por la prueba del tiempo. Si Mali consigue superar sus numerosos problemas, la elección de Rusia habrá sido feliz, y Mali servirá de ejemplo a los demás países del África francófona, un ejemplo de emancipación exitosa de la antigua tutela colonial. Pero si, por el contrario, los problemas de Mali se agravan, este país servirá de contraejemplo. Cuente con que Francia no permitirá que Mali tenga éxito en el nuevo camino que ha elegido.
Pero los dirigentes de Mali pueden empezar a servir de ejemplo con una gestión rigurosa de su país, lejos de cualquier mala gestión o nepotismo, con una gestión sana y acorde con una ética de gobierno que es la antítesis del comportamiento de los autócratas gerontocráticos que han gobernado África durante décadas, como Denis Sassou N’guesso (Congo Brazzaville), Paul Biya (Camerún), antes Omar Bongo (Gabón), Joseph Désiré Mobutu (Congo Kinshasa) o Gnassigmbé Eyadema (Togo), o incluso Idriss Déby, el mercenario designado por Francia en la zona sahelo-sahariana.
Apéndice
El 2 de mayo de 2022, Mali anunció la rescisión de sus acuerdos de defensa con Francia, sacando las consecuencias del constante deterioro de sus relaciones con la antigua potencia colonial.
Entrevista realizada por Seydou Koné
1 de junio de 2022