Ucra­nia. Kiev, la cri­sis ener­gé­ti­ca y el blo­queo de Donbass

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 19 de noviem­bre de 2021. 

La sema­na pasa­da, tras la reu­nión del Gru­po de Con­tac­to para la reso­lu­ción del con­flic­to en Don­bass, la repre­sen­ta­ción de la RPL en Minsk infor­mó, en boca de Vla­dis­lav Dei­ne­go, de la pro­pues­ta ucra­nia­na de adqui­rir car­bón pro­ce­den­te de las Repú­bli­cas Popu­la­res. La situa­ción de gue­rra, el blo­queo ucra­niano y la cri­sis gene­ral del sec­tor del car­bón han supues­to para Donetsk y Lugansk una fuer­te cri­sis en una de sus prin­ci­pa­les indus­trias, por lo que recu­pe­rar, al menos de for­ma par­cial, el mer­ca­do ucra­niano, podría supo­ner una for­ma de recu­pe­rar pues­tos de tra­ba­jo en bus­ca de mejo­rar la pre­ca­ria situa­ción eco­nó­mi­ca de la zona.

Pese al blo­queo eco­nó­mi­co impues­to por decre­to del enton­ces pre­si­den­te de Ucra­nia Petro Poroshen­ko en 2015, el comer­cio de car­bón a tra­vés del fren­te con­ti­nuó de for­ma direc­ta has­ta la pri­ma­ve­ra de 2017, cuan­do el mag­na­te del cho­co­la­te ofi­cia­li­zó lo que cier­tos gru­pos de extre­ma dere­cha habían ini­cia­do con el blo­queo de las vías ferro­via­rias: un blo­queo eco­nó­mi­co total de las Repú­bli­cas Popu­la­res. Des­de enton­ces, cual­quier comer­cio entre Ucra­nia y Don­bass se ha pro­du­ci­do en la som­bra, por medio del nume­ro­so con­tra­ban­do a tra­vés del fren­te, o a tra­vés de un ter­ce­ro, fun­da­men­tal­men­te Rusia, que actúa como inter­me­dia­ria para dar sali­da a aque­llos pro­duc­tos de Don­bass con posi­bi­li­da­des de ven­der­se más allá de sus fronteras.

El anun­cio de la RPL cau­só opti­mis­mo en la repre­sen­ta­ción rusa, siem­pre dis­pues­ta a ver sig­nos posi­ti­vos en cada acción míni­ma­men­te cons­truc­ti­va de Ucra­nia. Boris Gryz­lov, envia­do de la Fede­ra­ción Rusa para las con­ver­sa­cio­nes de paz, veía en la idea de un ini­cio de cum­pli­mien­to de los acuer­dos de Minsk. Gryz­lov resal­ta­ba tras la reu­nión que, de reanu­dar­se esa rela­ción comer­cial, supon­dría el ini­cio del cum­pli­mien­to del man­da­to de Minsk, que pre­vé la reanu­da­ción de los lazos comer­cia­les entre Kiev, Donetsk y Lugansk.

La con­ver­sa­ción sobre la adqui­si­ción de car­bón a Don­bass se pro­du­jo en el con­tex­to de una fuer­te cri­sis ener­gé­ti­ca en Ucra­nia, esca­sa­men­te pre­pa­ra­da ante el défi­cit tan­to de car­bón como de gas ante la tem­po­ra­da de invierno. Sin impor­ta­cio­nes de car­bón tér­mi­co de Rusia, que hace esca­sos días sus­pen­dió esos envíos, y sin gran­des posi­bi­li­da­des de adqui­rir gas en el mer­ca­do en sus pre­cios actua­les, era lógi­co para Kiev ape­lar a la fuen­te más cer­ca­na: las minas que has­ta hace ape­nas unos años esta­ban bajo su con­trol y que per­te­ne­cen a un terri­to­rio que Ucra­nia sigue con­si­de­ran­do como pro­pio. Es más, la pér­di­da de Don­bass es uno de los aspec­tos que ha empeo­ra­do la cri­sis ener­gé­ti­ca para Ucrania.

Sin embar­go, la acti­tud cons­truc­ti­va de Kiev fue bre­ve y ape­nas unas horas des­pués del anun­cio, Ucra­nia tra­tó de dar la vuel­ta a la cues­tión para dejar cla­ro que la ini­cia­ti­va no se debía a nin­gu­na debi­li­dad ucra­nia­na. La cues­tión, según esa ver­sión, era sal­var a la RPL de un apa­gón a base de man­te­ner acti­va una cen­tral que sumi­nis­tra elec­tri­ci­dad a ambos lados de la línea del frente.

Pese a que la posi­bi­li­dad siem­pre fue incier­ta, fue sufi­cien­te para hacer sur­gir la ira y las crí­ti­cas a lle­gar a acuer­dos comer­cia­les con los sepa­ra­tis­tas, lo que ha lle­va­do al pre­si­den­te de Ucra­nia a tomar la deci­sión más pre­vi­si­ble. A pesar de care­cer de alter­na­ti­vas para supe­rar la cri­sis ener­gé­ti­ca, el pre­si­den­te ucra­niano ha sido tajante.

“No com­pra­mos car­bón de los sepa­ra­tis­tas. Algu­nos cana­les de tele­vi­sión, bajo la cober­tu­ra de varios argu­men­tos, lo con­de­nan. Aun­que, para mí, quie­nes lo com­pra­ron de los terri­to­rios no reco­no­ci­dos en años ante­rio­res son los que deben ser con­de­na­dos. No paga­mos y no paga­re­mos a aque­llos que no quie­ren reco­no­cer nues­tra inde­pen­den­cia”, afir­mó Zelensky en cla­ra refe­ren­cia a los tiem­pos de Poroshenko.

Y tras tra­tar de supe­rar en nacio­na­lis­mo a su pre­de­ce­sor, Zelensky con­ti­núo con una jus­ti­fi­ca­ción aún menos creí­ble. “El Esta­do está superan­do con éxi­to el reto de la fal­ta de car­bón. No habrá esca­sez. Ade­más de nues­tro car­bón ucra­niano, habrá sie­te entre­gas de Pana­max que lle­ga­rán a los puer­tos ucra­nia­nos en bre­ve. El car­bón que reci­bi­mos por mar cubre las nece­si­da­des ener­gé­ti­cas del sec­tor ener­gé­ti­co has­ta el año que vie­ne”, afir­mó Zelensky, que ha deja­do cla­ro que pre­fie­re adqui­rir car­bón en el extran­je­ro antes que cum­plir con uno de los pun­tos de los acuer­dos de paz más sen­ci­llos de cum­plir: la reanu­da­ción de las rela­cio­nes eco­nó­mi­cas. No es de espe­rar enton­ces que Zelensky, que tras dos años de pre­si­den­cia no ha reanu­da­do tam­po­co los pagos de pen­sio­nes en Don­bass, cum­pla con otros com­pro­mi­sos de los acuer­dos de Minsk como los cam­bios legis­la­ti­vos o la con­ce­sión de un esta­tus espe­cial a Donbass.

Fuen­te: Slavyangrad

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