El gobierno fran­cés envía refuer­zos a las colo­nias para aplas­tar las pro­tes­tas con­tra el pasa­por­te sanitario

Ayer el gobierno fran­cés anun­ció el envío de vehícu­los blin­da­dos y refuer­zos poli­cia­les al archi­pié­la­go de Gua­da­lu­pe, en el Cari­be, ante el recru­de­ci­mien­to de los alter­ca­dos pro­ta­go­ni­za­dos por el movi­mien­to sin­di­cal con­tra la vacu­na­ción obli­ga­to­ria y el pasa­por­te sani­ta­rio, que ha con­vo­ca­do una huel­ga general.

Has­ta el mar­tes el pre­fec­to, Ale­xan­dre Rochat­te, ha impues­to el toque de que­da entre las 6 de la tar­de y las 5 de la madru­ga­da. Las escue­las están cerra­das y las barri­ca­das hacen impo­si­ble des­pla­zar­se por las calles. La situa­ción se ha vuel­to insu­rrec­cio­nal, recor­dan­do la lar­ga huel­ga gene­ral de 2009, con pique­tes de jóve­nes, casi siem­pre encapuchados.

Al blo­queo des­de hace cua­tro días de las carre­te­ras de acce­so al hos­pi­tal uni­ver­si­ta­rio de la capi­tal Poin­te à Pitre, se han aña­di­do dis­tur­bios por las noches. Las mani­fes­ta­cio­nes de pro­tes­ta se han tras­for­ma­do en enfren­ta­mien­tos por las calles entre los tra­ba­ja­do­res y la poli­cía anti­dis­tur­bios, con incen­dios de vehícu­los y edi­fi­cios, saqueos de comer­cios, con cua­tro joye­rías com­ple­ta­men­te des­va­li­ja­das, dis­pa­ros y lan­za­mien­tos de mor­te­ro y áci­do con­tra la policía.

Los minis­tros de Inte­rior, Gérald Dar­ma­nin, y Ultra­mar, Sébas­tien Lecor­nu, con­de­na­ron en un comu­ni­ca­do “con la mayor fir­me­za” la vio­len­cia de las últi­mas horas y seña­la­ron que han deci­di­do enviar a 200 poli­cías y gen­dar­mes en los pró­xi­mos días para “res­ta­ble­cer el orden”. Por su par­te, el fis­cal, Patrick Des­jar­dins, anun­ció la aper­tu­ra de dos suma­rios por daños, incen­dios y robos come­ti­dos por ban­das organizadas.

Las pro­tes­tas están orga­ni­za­das por varios sin­di­ca­tos, como UGTG y LKP, que denun­cian la obli­ga­ción para los tra­ba­ja­do­res y, espe­cial­men­te, para los sani­ta­rios, en vigor en toda Fran­cia, de que pre­sen­ten un cer­ti­fi­ca­do de vacu­na­ción para entrar a trabajar.

Uno de los diri­gen­tes sin­di­ca­les más cono­ci­dos es Elie Domo­ta, por­ta­voz del LKP ( Liyan­naj Kont Pwo­fi­tas­yon, “Movi­mien­to con­tra la Explo­ta­ción” en crio­llo). “Tene­mos cien­tos de tra­ba­ja­do­res que han reci­bi­do car­tas de sus­pen­sión de sus con­tra­tos de tra­ba­jo, car­tas de sus­pen­sión de sus sala­rios, por­que no están vacu­na­dos”, expli­có. “Deci­mos que no. Es un desa­fío a las liber­ta­des fun­da­men­ta­les, al dere­cho al tra­ba­jo, al acce­so a la sanidad”.

“Mien­tras lle­va­mos cua­tro meses pidien­do… sin res­pues­ta, nos vemos obli­ga­dos a salir a la calle para hacer­nos oír”, con­ti­núa Domo­ta. “No vamos a dete­ner nues­tro movi­mien­to”. El pre­fec­to ya se ha nega­do a hablar con ellos.

Más allá de la obli­ga­ción para los sani­ta­rios, el pasa­por­te sani­ta­rio es nece­sa­rio en Fran­cia para muchos actos coti­dia­nos de la vida social como ir al cine, a un espec­tácu­lo o a un tea­tro, pero tam­bién para tomar algo en un bar, un café o un restaurante.

Des­de que se impu­sie­ron esas reglas sobre el pase sani­ta­rio para inci­tar a la vacu­na­ción a par­tir del pasa­do mes de julio, en los colo­nia­les se ha gene­ra­do una fuer­te opo­si­ción, con incen­dios y pro­tes­tas en la calle.

En agos­to que­ma­ron en Mar­ti­ni­ca un vacu­nó­dro­mo y una farmacia.

En las colo­nias la mayor par­te de la pobla­ción des­con­fía de las vacu­nas. En Gua­da­lu­pe o en Mar­ti­ni­ca ape­nas una ter­ce­ra par­te de la pobla­ción ha com­ple­ta­do la pau­ta de vacu­na­ción y en la isla de la Reu­nión, en el Océano Índi­co, no lle­ga al 60 por ciento.

Fuen­te: mpr21.inifo

La entra­da El gobierno fran­cés envía refuer­zos a las colo­nias para aplas­tar las pro­tes­tas con­tra el pasa­por­te sani­ta­rio se publi­có pri­me­ro en La otra Anda­lu­cía.

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