Sue­cia. A horas de asu­mir, renun­ció la pri­me­ra minis­tra Mag­da­le­na Andersson

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 25 de noviem­bre de 2021. 

Menos de ocho horas des­pués de su elec­ción en el Par­la­men­to, la nue­va pri­me­ra minis­tra sue­ca, Mag­da­le­na Anders­son, renun­ció este miér­co­les tras el fra­ca­so de su pre­su­pues­to y la reti­ra­da de sus alia­dos eco­lo­gis­tas del gobierno.

«Hay una prác­ti­ca cons­ti­tu­cio­nal según la cual un gobierno de coa­li­ción dimi­te cuan­do un par­ti­do se va. No quie­ro diri­gir un gobierno cuya legi­ti­mi­dad está en entre­di­cho», indi­có la diri­gen­te social­de­mó­cra­ta, tras aña­dir que espe­ra­ba ser reelec­ta en una pró­xi­ma votación.

La pri­me­ra mujer al frente

Anders­son se había con­ver­ti­do en la pri­me­ra mujer ele­gi­da para el car­go de pre­mier en Sue­cia, tras lograr un acuer­do de últi­ma hora el mar­tes con el Par­ti­do de Izquier­da para subir las pen­sio­nes a cam­bio de su apo­yo en la vota­ción del miércoles.

Lo cier­to es que la fla­man­te pri­me­ra minis­tra no logró lle­gar a un acuer­do con el Par­ti­do Cen­tris­ta don­de su líder, Annie Lööf, ya había anun­cia­do que no apo­ya­ría los pre­su­pues­tos del Gobierno como «con­se­cuen­cia» de la nego­cia­ción con la Izquier­da Socialista.

Anders­son había fija­do tres prio­ri­da­des de su admi­nis­tra­ción: reto­mar el con­trol demo­crá­ti­co de escue­las, salud y cui­da­do de mayo­res; ale­jar el sec­tor del bien­es­tar de la pri­va­ti­za­ción; y ter­mi­nar con la segre­ga­ción, los tiro­teos y las explo­sio­nes que impac­tan al país hace años, a menu­do debi­do a las riva­li­da­des entre ban­das o gru­pos de narcotraficantes.

En 2020, 47 per­so­nas murie­ron en 366 tiro­teos en este país y hubo 107 explo­sio­nes, según las esta­dís­ti­cas oficiales.

Anders­son, de 54 años, era has­ta aho­ra minis­tra de Finan­zas del gobierno del pri­mer minis­tro salien­te Ste­fan Löf­ven, que renun­ció en noviem­bre tras sie­te años en el car­go. Al ser una de las figu­ras con mejor ima­gen en el gobierno, reci­bió 117 votos a favor, 174 en con­tra y 57 abs­ten­cio­nes, con lo que cum­plió la con­di­ción esta­ble­ci­da en el sis­te­ma sue­co para ser ele­gi­do pri­mer minis­tro: no tener la mayo­ría de la Cáma­ra en con­tra, fija­da en 175 esca­ños. En el sis­te­ma sue­co, el can­di­da­to a pri­mer minis­tro no nece­si­ta una mayo­ría a favor, sino evi­tar una mayo­ría en su con­tra entre los 349 diputados.

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