Chi­le. La agen­da anti­fe­mi­nis­ta y xenó­fo­ba de Kast tam­bién inclu­ye la liber­tad para los repre­so­res de la dictadura

Por Ceci­lia Gon­zá­lez, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 24 de noviem­bre de 2021. 

El pro­gra­ma de Gobierno de José Anto­nio Kast, el can­di­da­to pre­si­den­cial que el domin­go ganó la pri­me­ra vuel­ta pre­si­den­cial en Chi­le, inclu­ye pro­pues­tas de ultra­de­re­cha que van des­de la libe­ra­ción de repre­so­res con­de­na­dos por deli­tos de lesa huma­ni­dad has­ta la eli­mi­na­ción del dere­cho al abor­to por cau­sa­les y la cons­truc­ción de muros en las fron­te­ras con Perú y Bolivia.

A lo lar­go de 57 pági­nas, el docu­men­to regis­tra­do en el Ser­vi­cio Elec­to­ral apues­ta por «una dere­cha sin com­ple­jos» que defien­da abier­ta­men­te su ideo­lo­gía y deje de que­rer «caer­le bien a todo el mun­do» o «no herir las sus­cep­ti­bi­li­da­des de nadie».

Por eso, ade­más de que en sus decla­ra­cio­nes Kast defien­de al falle­ci­do dic­ta­dor Augus­to Pino­chet y se nie­ga a reco­no­cer que enca­be­zó una dic­ta­du­ra, en su pro­gra­ma rei­vin­di­ca de mane­ra reite­ra­da al Ejér­ci­to y pro­me­te que pon­drá «orden» y com­ba­ti­rá «la inse­gu­ri­dad, el nar­co­trá­fi­co y el terro­ris­mo», ade­más de que des­ca­li­fi­ca a los colec­ti­vos indí­ge­nas, de muje­res y diver­si­dad sexual y a la migración. 

Tam­bién pro­po­ne la «fle­xi­bi­li­za­ción labo­ral» para que las empre­sas des­pi­dan a tra­ba­ja­do­res y un drás­ti­co ajus­te del gas­to públi­co que impli­ca la eli­mi­na­ción de ocho minis­te­rios, entre ellos el de Muje­res y Equi­dad de Géne­ro e, inclu­so, plan­tea la reduc­ción de curu­les en las cáma­ras de Dipu­tados y Sena­do­res por­que «el Con­gre­so es muy grande».

Por otra par­te, apues­ta por eli­mi­nar la «ideo­lo­gía de géne­ro» en las escue­las públi­cas, es decir, la edu­ca­ción sexual inte­gral, y a cam­bio refor­zar la edu­ca­ción reli­gio­sa y «los valo­res» para fomen­tar «el desa­rro­llo espi­ri­tual» en los niños y ofre­cer sub­si­dios para incen­ti­var el aumen­to de la natalidad.

A pesar de que su plan de Gobierno res­pon­de a las pre­mi­sas de la extre­ma dere­cha, Kast se ha resis­ti­do a que lo cali­fi­quen como «ultra» ya que, afir­ma, solo se ajus­ta al «sen­ti­do común» para enfren­tar a «la izquier­da, la éli­te polí­ti­ca y la opi­no­lo­gía» en Chile.

El esfuer­zo de mos­trar­se mode­ra­do cho­có este mar­tes con el escán­da­lo que pro­vo­có Johan­nes Kai­ser, un dipu­tado elec­to por el Par­ti­do Repu­bli­cano fun­da­do por Kast, y que en solo 29 segun­dos evi­den­cia su machis­mo y xeno­fo­bia al cues­tio­nar la vali­dez del voto feme­nino si des­pués esas muje­res «que tie­nen mie­do de que inmi­gran­tes que las pue­den vio­lar» votan por los par­ti­dos que «están tra­yen­do a esa gente».

Pero más allá de las decla­ra­cio­nes con­tro­ver­ti­das de los mili­tan­tes de este par­ti­do, que serán recu­rren­tes en las pró­xi­mas sema­nas, el pro­gra­ma de Gobierno deja en cla­ro cuál es el pro­yec­to que Kast pon­drá en mar­cha si gana la segun­da vuel­ta que se rea­li­za­rá el pró­xi­mo 19 de diciembre.

Segu­ri­dad

Sin ofre­cer datos, el docu­men­to ase­gu­ra en un tono alar­mis­ta que la gen­te en Chi­le «vive ence­rra­da en sus casas, cami­na con mie­do por las calles» por­que «la delin­cuen­cia no es solo un pro­ble­ma; es una epidemia».

Anti­ci­pa, ade­más, una mayor repre­sión a la pro­tes­ta social que, de por sí, ya pade­ce de mane­ra per­ma­nen­te la vio­len­cia esta­tal en el país sudamericano.

«En las calles, ya no hay auto­ri­dad que deten­ga las mar­chas vio­len­tas y el fes­tín que hacen los enca­pu­cha­dos (…) no hay nin­gún solo res­pon­sa­ble por esas alte­ra­cio­nes del orden públi­co. En la Arau­ca­nía, no exis­te esta­do de dere­cho y la que­ma de fun­dos son ver­da­de­ros actos de terro­ris­mo», acusa.

Por ello, pro­me­te «un res­pal­do total y abso­lu­to a las fuer­zas de Orden y Segu­ri­dad» que inclu­ye aumen­tos pre­su­pues­ta­rios. «Lo digo con orgu­llo. Yo no le ten­go mie­do a los mili­ta­res y nadie debe­ría tener­lo; todo lo con­tra­rio», afir­ma al anun­ciar que envia­rá a mili­ta­res a la Arau­ca­nía para com­ba­tir a «los terro­ris­tas», como sue­le cali­fi­car a los colec­ti­vos indí­ge­nas que recla­man pro­pie­dad de las tie­rras y otros derechos.

A pesar de que Kast fun­dó el Par­ti­do Repu­bli­cano, su pro­gra­ma de Gobierno care­ce del repu­bli­cano res­pe­to a la inde­pen­den­cia de pode­res, ya que de mane­ra reite­ra­da advier­te que los con­gre­sis­tas que voten en con­tra de sus ini­cia­ti­vas en reali­dad esta­rán votan­do en con­tra de los chilenos.

Dere­chos huma­nos y polí­ti­ca exterior

Fer­vien­te admi­ra­dor de la dic­ta­du­ra pino­che­tis­ta (1973−1990), el can­di­da­to no ocul­ta su inten­ción de libe­rar a cri­mi­na­les de lesa huma­ni­dad con­de­na­dos por secues­tros, tor­tu­ras, ase­si­na­tos o des­apa­ri­ción de más de 30.000 víctimas.

Por eso pro­po­ne impul­sar «el final de la tran­si­ción polí­ti­ca» median­te «la igual­dad de todos ante la ley», que inclu­ye un nue­vo tra­to «a los mili­ta­res pri­va­dos de sus dere­chos huma­nos fun­da­men­ta­les» por­que «son los úni­cos chi­le­nos que siguen pagan­do por la trá­gi­ca cri­sis polí­ti­ca de 1973». En nin­gún momen­to reco­no­ce que fue un gol­pe de Estado.

«Para ellos no exis­te la apli­ca­ción impar­cial de las leyes. Es evi­den­te que exis­te más sed de ven­gan­za que de jus­ti­cia. Por eso, en uso de las facul­ta­des lega­les y cons­ti­tu­cio­na­les del Pre­si­den­te de la Repú­bli­ca, nues­tro gobierno ter­mi­na­rá con los abu­sos más gra­ves median­te el indul­to inme­dia­to a quie­nes hayan sido con­de­na­dos en vir­tud de fic­cio­nes lega­les», afirma.

Con res­pec­to de las fron­te­ras, cri­ti­ca enfá­ti­ca­men­te los añe­jos recla­mos de Boli­via para recu­pe­rar una ruta que le per­mi­ta tener sali­da al mar Pacífico.

A seme­jan­za de Donald Trump, que pro­pu­so eri­gir un muro entre Méxi­co y EE.UU., Kast anun­cia la cons­truc­ción de «barre­ras físi­cas don­de se requie­ra» en la fron­te­ra con Boli­via y Perú para «apo­yar el tra­ba­jo poli­cial y con­tri­buir a fre­nar el nar­co­trá­fi­co y el con­tra­ban­do en la frontera».

En mate­ria de polí­ti­ca exte­rior, el can­di­da­to ofre­ce rom­per rela­cio­nes diplo­má­ti­cas con Vene­zue­la y Cuba y prio­ri­zar la Alian­za del Pací­fi­co en detri­men­to del Mer­ca­do Común del Sur (Mer­co­sur) y la Comu­ni­dad de Esta­dos Lati­no­ame­ri­ca­nos y Caribeños.

«Valo­res»

El pro­gra­ma de Kast inclu­ye un amplio capí­tu­lo para cri­ti­car lo que la dere­cha ha bau­ti­za­do como «ideo­lo­gía de géne­ro» para refe­rir­se a las luchas femi­nis­tas y de diver­si­dad sexual, el dere­cho al abor­to y el matri­mo­nio igua­li­ta­rio y la edu­ca­ción sexual integral.

Por eso anun­cia que, si gana la pre­si­den­cia, rever­ti­rá «de mane­ra inme­dia­ta», la des­pe­na­li­za­ción del abor­to por tres cau­sa­les (vio­la­ción, si está en peli­gro la vida de la madre o invia­bi­li­dad del feto) que se apro­bó en 2017.

«Jun­to con ello, pre­sen­tar una agen­da de sopor­te per­ma­nen­te y apro­bar los recur­sos nece­sa­rios para apo­yar a las madres y fami­lias que tie­nen que lle­var ade­lan­te emba­ra­zos no desea­dos o com­ple­jos», anticipa.

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De mane­ra simul­tá­nea, ofre­ce­rá «pla­nes de pro­mo­ción de la nata­li­dad» y «sub­si­dios de nata­li­dad», o sea la dota­ción de recur­sos eco­nó­mi­cos para incen­ti­var a las pare­jas hete­ro­se­xua­les a tener hijos.

Ade­más, pon­drá en mar­cha un pro­gra­ma de inves­ti­ga­ción y moni­to­reo que «pro­mue­va a la fami­lia y el dere­cho de los padres a edu­car a sus hijos», y otro para refor­zar el rol de las igle­sias cris­tia­nas en la edu­ca­ción públi­ca y su pre­sen­cia en el Esta­do en general.

«Abri­re­mos Ofi­ci­nas de Asun­tos Reli­gio­sos en todas las Inten­den­cias y fomen­ta­re­mos su crea­ción en Muni­ci­pios, ele­van­do ade­más el nivel jerár­qui­co de la Ofi­ci­na Nacio­nal de Asun­tos Reli­gio­sos den­tro de la estruc­tu­ra del Esta­do», asegura.

Jun­to con ello, impul­sa­rá el «dere­cho de los padres a edu­car a sus hijos», por­que con­si­de­ra que en los tri­bu­na­les de Fami­lia los padres no tie­nen acce­so a un abo­ga­do que los defien­da de acu­sa­cio­nes por par­te de «ins­ti­tu­cio­nes ideo­lo­gi­za­das» que los quie­ren pri­var de este derecho.

En ese sen­ti­do, dero­ga­rá la refor­ma edu­ca­cio­nal para faci­li­tar que los «valo­res» que­den en manos de los padres de acuer­do con sus pro­pias con­vic­cio­nes. «Los pro­gra­mas y con­te­ni­dos del currí­cu­lum que cons­ti­tu­yan pro­pa­gan­da o apo­yo al abor­to y las ideo­lo­gías de géne­ro serán eli­mi­na­dos», advierte.

Por el con­tra­rio, todas las escue­las y liceos públi­cos de Chi­le debe­rán con­tra­tar de for­ma per­ma­nen­te a un pro­fe­sor de Reli­gión para impe­dir que se «adoc­tri­ne» a los niños.

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