Vene­zue­la. Entre­vis­ta exclu­si­va al inte­lec­tual Igna­cio Ramo­net: “Mega-elec­cio­nes, un altí­si­mo nivel de representatividad”

Por Geral­di­na Colot­ti, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 17 de noviem­bre de 2021.

Igna­cio Ramo­net, inte­lec­tual espa­ñol de renom­bre inter­na­cio­nal, vuel­ve a ser uno de los acom­pa­ñan­tes (alre­de­dor de 500) pre­sen­tes en las mega-elec­cio­nes del 21 de noviem­bre. Lo entre­vis­ta­mos en la Fil­ven, don­de pre­sen­tó el libro Hugo Chá­vez, mi pri­me­ra vida, reim­pre­so por Vadell her­ma­nos en volú­me­nes sepa­ra­dos, para hacer más útil la últi­ma y lar­ga entre­vis­ta (200 horas) con Hugo Chávez.

¿Cómo encon­tró el país y cómo le pare­ció la elec­ción de orga­ni­zar el Fil­ven den­tro del Pala­cio Legis­la­ti­vo de la Asam­blea Nacional?

Lle­vo 6 meses fue­ra de Vene­zue­la y encon­tré Cara­cas más her­mo­sa, más orga­ni­za­da, más lim­pia, más segu­ra y con mayor dina­mis­mo. Cami­nan­do de noche, inclu­so por los cerros, noto una gran tran­qui­li­dad y segu­ri­dad. En cuan­to a la Fil­ven, en reali­dad es muy sim­bó­li­co que tuvo lugar en el Pala­cio legis­la­ti­vo, por­que fue una for­ma de lle­var al pue­blo a la sede de la Asam­blea Nacio­nal para un even­to que arti­cu­ló polí­ti­ca, demo­cra­cia y cul­tu­ra. Una gran idea a la que el pue­blo de Cara­cas ha res­pon­di­do muy positivamente.

¿Cómo ana­li­za este pro­ce­so legislativo?

El 21 de noviem­bre se rea­li­zan elec­cio­nes loca­les y regio­na­les, para ele­gir gober­na­do­res y gober­na­do­ras, y para los par­la­men­ta­rios de las cáma­ras fede­ra­les de cada uno de los esta­dos. Cabe recor­dar que Vene­zue­la es un esta­do fede­ral y que cada uno de los esta­dos que inte­gran los «esta­dos uni­dos» de Vene­zue­la tie­ne su pro­pio par­la­men­to, gober­na­do­res y legis­la­do­res. Ese día tam­bién se eli­gen alcal­des y miem­bros de los con­se­jos muni­ci­pa­les. Son, por tan­to, elec­cio­nes muy impor­tan­tes que, ante­rior­men­te, se cele­bra­ban en dife­ren­tes momen­tos. Sin embar­go, a pedi­do de la opo­si­ción, el pre­si­den­te Nico­lás Madu­ro acor­dó uni­fi­car­los en una sola jor­na­da elec­to­ral, defi­ni­da mega­elec­ción. Lue­go de años de boi­cots, por pri­me­ra vez con­cu­rren a las miles de car­gos muni­ci­pa­les y regio­na­les prác­ti­ca­men­te todas las frac­cio­nes de la opo­si­ción, inclui­das las radi­ca­les. Madu­ro logró un gran resul­ta­do al lle­var a la opo­si­ción a la mesa de nego­cia­cio­nes, en una serie de reunio­nes en Méxi­co que se rea­li­za­ron para­le­la­men­te a la pre­pa­ra­ción del pro­ce­so elec­to­ral. Estas elec­cio­nes tie­nen un altí­si­mo nivel de representatividad.

¿Qué esce­na­rios se abren si, como sugie­ren cier­tas decla­ra­cio­nes, algu­nas ins­ti­tu­cio­nes inter­na­cio­na­les des­co­no­cen los resul­ta­dos de la votación?

No cabe duda de que exis­te una volun­tad, espe­cial­men­te por par­te de la Unión Euro­pea o de algu­nos de sus miem­bros, de no acep­tar el carác­ter legí­ti­mo y demo­crá­ti­co de estas elec­cio­nes. Sin embar­go, cabe recor­dar que se fir­mó un acuer­do pre­vio entre la UE y el gobierno vene­zo­lano para el envío de una misión de obser­va­ción que cir­cu­la en el país des­de octu­bre y que, has­ta el momen­to, no ha rea­li­za­do nin­gu­na decla­ra­ción que vaya en este sen­ti­do. Las cosas son dife­ren­tes para los par­la­men­ta­rios en Bru­se­las o para Borrell que hicie­ron decla­ra­cio­nes que fue­ron mal reci­bi­das por Cara­cas por­que sugi­rie­ron que la misión de la UE tenía la tarea de esta­ble­cer si las elec­cio­nes eran demo­crá­ti­cas o no. La misión de la UE, en cam­bio, solo debe obser­var si todo se desa­rro­lla de acuer­do con la ley elec­to­ral exis­ten­te en el país, esta­ble­ci­da y admi­ti­da tan­to por el ofi­cia­lis­mo como por la opo­si­ción. Sabe­mos que el PPE, el Par­ti­do Popu­lar Euro­peo, en Bru­se­las decla­ró que no envia­rá repre­sen­tan­tes de dere­cha a la misión de la UE, pero por otro lado hay muchas orga­ni­za­cio­nes reco­no­ci­das, pro­ve­nien­tes del con­ti­nen­te ame­ri­cano, Asia, Áfri­ca y el Orien­te Medio, que esta­rán pre­sen­tes jun­to a ins­ti­tu­cio­nes como el Cen­tro Car­ter y otras. Cabe recor­dar que en las nego­cia­cio­nes con la opo­si­ción se deci­dió ampliar la com­po­si­ción del CNE, que aho­ra tam­bién inclu­ye a dos miem­bros de la opo­si­ción, cuya acti­tud es abier­ta­men­te hos­til al gobierno boli­va­riano. Sin embar­go, este Cne está fun­cio­nan­do. Por otro lado, Vene­zue­la tie­ne una lar­ga tra­di­ción elec­to­ral que comen­zó con la apro­ba­ción de la nue­va cons­ti­tu­ción en 1999. Esta es la elec­ción núme­ro 29, es difí­cil encon­trar argu­men­tos para cen­su­rar o cri­ti­car el pro­ce­so electoral.

¿Qué impor­tan­cia asu­men Vene­zue­la y Amé­ri­ca Lati­na para Esta­dos Uni­dos en esta fase?

Washing­ton, sin duda, man­tie­ne una acti­tud hos­til hacia Vene­zue­la. El secues­tro del diplo­má­ti­co Alex Saab en Cabo Ver­de y su extra­di­ción for­za­da a Esta­dos Uni­dos fue­ron un torpe­do lan­za­do con­tra el diá­lo­go en Méxi­co. Mien­tras tan­to, en Espa­ña, está sien­do extra­di­ta­do a Esta­dos Uni­dos, para obli­gar­lo a rea­li­zar decla­ra­cio­nes hos­ti­les con­tra las auto­ri­da­des vene­zo­la­nas, el exje­fe de con­tra­in­te­li­gen­cia vene­zo­lano que huyó del país. Cabe recor­dar tam­bién que, hace ape­nas una sema­na, lle­gó a Cara­cas el Fis­cal Gene­ral de la Cor­te Penal Inter­na­cio­nal para acu­sar a las auto­ri­da­des vene­zo­la­nas de vio­la­cio­nes de dere­chos huma­nos. La mis­ma Cpi, por su par­te, decla­ró que no hay nin­gún pro­ble­ma en Colom­bia. Tres ejem­plos que indi­can el inten­to de pre­pa­rar a la opi­nión públi­ca inter­na­cio­nal para la idea de que las auto­ri­da­des vene­zo­la­nas están al bor­de de la legi­ti­mi­dad inter­na­cio­nal. Un rela­to que podría jus­ti­fi­car cual­quier tipo de acción con res­pec­to a estas elec­cio­nes. Biden no modi­fi­có las medi­das coer­ci­ti­vas uni­la­te­ra­les con­tra la Vene­zue­la boli­va­ria­na, con­ti­nuan­do por la sen­da de Trump, ya toma­da por Oba­ma sin jus­ti­fi­ca­cio­nes. Tras la reti­ra­da de Afga­nis­tán, la polí­ti­ca esta­dou­ni­den­se se está rede­fi­nien­do sobre la base del anta­go­nis­mo con Chi­na y el papel de Rusia, pero aún no está cla­ro si pre­ten­de repo­si­cio­nar­se más en Amé­ri­ca Lati­na. Por aho­ra, Biden no le ha dado a Cen­troa­mé­ri­ca la impor­tan­cia que pro­me­tió dar­le. Solo su dipu­tada Kama­la Harris fue a Gua­te­ma­la y lue­go a Méxi­co. Cier­ta­men­te, Biden sigue man­te­nien­do a Colom­bia como el prin­ci­pal alia­do mili­tar en la región, como lo con­fir­mó el secre­ta­rio de Esta­do Antony Blin­ken quien estu­vo recien­te­men­te en Bogo­tá. La región sin embar­go está cam­bian­do en la suce­sión de elec­cio­nes de este año en la que las fuer­zas pro­gre­sis­tas, en Perú, en Chi­le, en Boli­via y oja­lá pron­to en Cen­troa­mé­ri­ca con las elec­cio­nes en Hon­du­ras, ganan terreno y vuel­ven a ser reque­ri­das lue­go de dos años de covid y un aumen­to de la cri­sis y de la mar­gi­na­ción que tam­bién se está pro­du­cien­do en EE. UU. Las mega-elec­cio­nes tam­bién son impor­tan­tes por­que nos per­mi­ti­rán ver cómo se defi­ni­rá Esta­dos Uni­dos ante la nue­va situa­ción, tan­to en Vene­zue­la como en Amé­ri­ca Latina.

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