Dar uti­li­dad a la monarquía

Que nadie se alar­me ni se ale­gren quie­nes nos quie­ren súb­di­tos sumi­sos: el títu­lo no pre­ce­de un blan­queo de pará­si­tos para salir antes de pri­sión. Tam­po­co alu­de a la uti­li­dad que podrían tener con­de­na­dos a tra­ba­jar con las pési­mas con­di­cio­nes que nos impo­nen o con las aún peo­res que sufren en otros paí­ses gra­cias a sus socios oli­gar­cas como Aman­cio Ortega.

Me refie­ro a la uti­li­dad que pode­mos dar­les para debi­li­tar más al régi­men res­tán­do­le apo­yo popu­lar. Hoy la monar­quía es uno de sus pila­res más des­le­gi­ti­ma­dos, si no el que más, y pro­vo­ca recha­zo en una gran par­te de la pobla­ción. De ahí que los mis­mos medios mer­ce­na­rios que duran­te déca­das han tapa­do sus chan­chu­llos y han pin­ta­do como un héroe a Juan Car­los, se empe­ñen en ven­der que su hijo no se ha bene­fi­cia­do. Hicie­ron lo mis­mo para que la Infan­ta Cris­ti­na salie­ra de rosi­tas en el caso Urdan­ga­rin. Por des­ca­ra­do que sea no se cor­tan, están acos­tum­bra­dos a tomar­nos por idio­tas y a que los escán­da­los sean tan habi­tua­les que se nor­ma­li­za lo que en otros luga­res ha pro­vo­ca­do serias pro­tes­tas. Lo pri­me­ro que cabe seña­lar ‑y que se dice poco- es que los cuan­tio­sos fon­dos públi­cos que reci­be la fami­lia real ya cons­ti­tu­yen un saqueo colo­sal. Con el agra­van­te de la mise­ria cada día más gene­ra­li­za­da que pro­vo­ca su acu­mu­la­ción de capi­tal. Por lo tan­to, aun­que no hubie­ra corrup­te­las extra segui­ría sien­do into­le­ra­ble. Si aña­di­mos que su poder es here­di­ta­rio y que fue ele­gi­do por el fas­cis­mo, no pasan un míni­mo fil­tro democrático.

Por todo ello y mucho más de lo que son cul­pa­bles, resul­ta dis­pa­ra­ta­do plan­tear que pue­den tener legi­ti­mi­dad si son vota­dos en un refe­rén­dum. Es como decir que el racis­mo es acep­ta­ble si se vota. Hablar en esos tér­mi­nos de la monar­quía es acep­tar su san­gran­te impu­ni­dad, cuan­do deben ser juz­ga­dos y con­de­na­dos por tan­to robo y opre­sión. Algo que orga­ni­za­cio­nes domes­ti­ca­das omi­ten mien­tras ni seña­lan al Gobierno enemi­go del pro­gre­so que ampa­ra has­ta la impu­ni­dad del emé­ri­to que paga­mos bien caro. Denun­ciar alto y cla­ro que viven a todo lujo a cos­ta de la fal­ta de dere­chos es útil para mos­trar que este régi­men no sir­ve a los intere­ses de la mayo­ría. Una evi­den­cia para muchos de noso­tros, pero no para millo­nes de per­so­nes, por eso esta­mos como esta­mos. No pode­mos caer en el sub­je­ti­vis­mo de dar por sabi­das cosas poco inte­rio­ri­za­das e igual que ponen todos los medios a su alcan­ce para mani­pu­lar, nece­si­ta­mos uti­li­zar todos los que poda­mos para difun­dir la reali­dad. Que encar­ce­len por hacer­lo demues­tra como temen la con­cien­cia que crea si va acom­pa­ña­do de un lla­ma­mien­to a la lucha revolucionaria.

El des­cré­di­to de la monar­quía faci­li­ta poner enci­ma de la mesa que no nos vale un Esta­do idén­ti­co o simi­lar a este en for­ma de repú­bli­ca. Ade­más, en un momen­to dado pue­den pres­cin­dir de esta en una ope­ra­ción de blan­queo ante esta­lli­dos socia­les dejan­do intac­to el res­to del régi­men. Si de algo sabe esta gen­tu­za es de ope­ra­cio­nes de maqui­lla­je para enga­ñar mejor. Ya hay sec­to­res de sus voce­ros que apun­tan en esa direc­ción. Una manio­bra que están faci­li­tan­do los opor­tu­nis­tas que hablan de monar­quía como si fue­ra el úni­co pro­ble­ma gor­do y no la pun­ta del ice­berg. Cada vez se habla­rá más de repú­bli­ca – como vie­ne suce­dien­do en Cata­lun­ya – y es una bue­na opor­tu­ni­dad para exten­der la cam­pa­ña por la Repú­bli­ca Popu­lar. Expli­can­do correc­ta­men­te que esta repre­sen­ta el poder de los tra­ba­ja­do­res con liber­ta­des y dere­chos ple­nos, solo los más reac­cio­na­rios que aten­ten con­tra sus pro­pios intere­ses se opon­drán a esta. Con seme­jan­tes con­di­cio­nes obje­ti­vas exis­te una gran recep­ti­vi­dad para ser apo­ya­da com­pren­dien­do que la nega­ción de vidas dig­nas afec­ta­rá masi­va­men­te mien­tras no arre­ba­te­mos el poder de la oligarquía.

Su insis­ten­cia en pin­tar al rey emé­ri­to como un cabo suel­to pre­ten­de ocul­tar que está estre­cha­men­te liga­do a todos los resor­tes del Esta­do que han faci­li­ta­do que haya sido y sea su cor­ti­jo. Es tan escan­da­lo­so que has­ta la fis­ca­lía pare­ce su abo­ga­do defen­sor para ase­gu­rar que como su padrino Fran­co fallez­ca entre lujo­sa impu­ni­dad. Todo lo que ha hecho no hubie­ra sido posi­ble sin la ayu­da de tri­bu­na­les, cuer­pos repre­si­vos, ejér­ci­to, polí­ti­cos, ser­vi­cios de inte­li­gen­cia, etc. Son quie­nes todo el día se lle­nan la boca de “Espa­ña” y per­ju­di­can la vida de su pobla­ción. Casos como el de la monar­quía sir­ven para denun­ciar ese fal­so patrio­tis­mo con el que ganan tan­to apo­yo. Como fal­sa es la mal lla­ma­da izquier­da cuyo Gobierno ni siquie­ra ha eli­mi­na­do el deli­to de “inju­rias” a la Coro­na per­mi­tien­do que nos con­de­nen por des­cri­bir­lo. Una vez más toca recor­dar lo obvio que se olvi­da dema­sia­do a menu­do: no hay ras­tro de anti­fas­cis­mo sin opo­ner­se con fir­me­za a la monar­quía que impu­so el fas­cis­mo y que repre­sen­ta la fal­ta de rup­tu­ra con este. UP no solo ayu­da a la monar­quía blan­queán­do­la con bue­nas pala­bras hacia Feli­pe como ha suce­di­do en varias oca­sio­nes o uni­do al PSOE abier­ta­men­te monár­qui­co. Tam­bién lo hace des­mo­vi­li­zan­do las calles y sobre todo eje­cu­tan­do polí­ti­cas que engor­dan los bene­fi­cios de la oli­gar­quía que real­men­te diri­ge el Esta­do mano a mano con sus socios Bor­bo­nes. Los pre­su­pues­tos dic­ta­dos para tal fin, el des­tino de la plus­va­lía de su explo­ta­ción y las ele­va­das fac­tu­ras de nece­si­da­des bási­cas corro­bo­ran que la mafia más pode­ro­sa encuen­tra en el Gobierno un fiel aliado.

Nos sobran argu­men­tos de peso para a tra­vés de la monar­quía mos­trar la cul­pa­bi­li­dad de sus saté­li­tes. Ni el crá­pu­la a cuer­po de rey en Abu Dha­bi ni su nume­ro­sa fami­lia de chu­póp­te­ros son una man­za­na podri­da en la ces­ta. La ces­ta que los sos­tie­ne está putre­fac­ta. La corrup­ción es la base de este régi­men sea legal o bajo man­ga, aun­que en la prác­ti­ca la lega­li­dad sea lo que se ajus­ta a sus intere­ses y se la sal­ten cons­tan­te­men­te quie­nes pre­su­men de cons­ti­tu­cio­na­lis­tas. Lo que per­mi­te que monar­cas, polí­ti­cos, jue­ces o poli­cías con corrup­te­las pro­ba­das, en teo­ría ile­ga­les, cam­pen a sus anchas. Pero la corrup­ción más exten­di­da y de la que menos se habla es la de quie­nes cobran de noso­tros ‑y no poco- por ser­vir a Bor­bo­nes de turno y no al pue­blo que paga­mos a la fuer­za en un cla­ro atra­co a mano arma­da. Por eso no nece­si­ta­mos un cam­bio de Gobierno que per­pe­tue las mis­mas lacras, nos hace fal­ta un cam­bio de Esta­do en for­ma de Repú­bli­ca Popu­lar. Don­de el úni­co espa­cio para la monar­quía sea un jui­cio y los incon­ta­bles billo­nes que lle­van roba­dos jun­to a sus socios sean inver­ti­dos en vivien­da, sani­dad, suel­do y pen­sio­nes decen­tes, cien­cia, edu­ca­ción, cul­tu­ra, etc. Dar a cono­cer esta posi­bi­li­dad la for­ta­le­ce­rá y por tan­to acer­ca­rá. Igual que el inde­pen­den­tis­mo ha aumen­ta­do tan­to en poco tiem­po por las cana­lla­das del Esta­do que ha sabi­do apro­ve­char en par­te, tam­bién lo hará la rei­vin­di­ca­ción de la Repú­bli­ca Popu­lar si damos una uti­li­dad a los atro­pe­llos de la Coro­na y sus sostenes.

Fuen­te: Pablo Hasél des­de pri­sión.

La entra­da Dar uti­li­dad a la monar­quía se publi­có pri­me­ro en La otra Anda­lu­cía.

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