Vene­zue­la. Julio Bor­ges hace de Pon­cio Pila­tos y aban­do­na a Guaidó

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 30 de sep­tiem­bre de 2021.

Vuel­ve a mani­fes­tar­se un terre­mo­to en el sec­tor más extre­mis­ta de la opo­si­ción vene­zo­la­na. Julio Bor­ges y Pri­me­ro Jus­ti­cia (PJ) han recla­ma­do a la figu­ra de Juan Guai­dó y a Volun­tad Popu­lar (VP) lo que des­de el cha­vis­mo veni­mos hacien­do en los últi­mos años: que por la corrup­ción y la pési­ma ges­tión de su fal­so «inte­ri­na­to» ‑que por ima­gi­na­rio no deja de hacer daño- están ponien­do en ries­go de per­der­se los acti­vos vene­zo­la­nos en el exterior.

En un comu­ni­ca­do publi­ca­do el 27 de sep­tiem­bre PJ anun­ció que ya no for­ma par­te de los «espa­cios que atien­den la mate­ria refe­ri­da a los acti­vos en el exte­rior», lue­go de cri­ti­car el papel de par­te del anti­cha­vis­mo pro-esta­dou­ni­den­se en la admi­nis­tra­ción de las empre­sas vene­zo­la­nas en el plano internacional.

Recien­te­men­te el gobierno colom­biano tomó el con­trol de Monó­me­ros, filial de Pequi­ven en el país vecino, con el aval de Guai­dó, una movi­da que fue cali­fi­ca­da por el Gobierno Boli­va­riano de «asal­to en fla­gran­cia». De acuer­do a una nota del medio Argus, Monó­me­ros se decla­ró en quie­bra y apun­ta a un «plan de res­ca­te ace­le­ra­do» que lide­ra la Super­in­ten­den­cia de Socie­da­des de Colombia.

En el comu­ni­ca­do de PJ se habla de Juan Guai­dó «sin títu­los ni deco­ra­cio­nes» (es decir, sin lla­mar­lo «pre­si­den­te inte­ri­no» o siquie­ra «dipu­tado») para «dar­le un corrien­ta­zo» que per­mi­ta que «ate­rri­ce en la reali­dad» y bus­que resol­ver con deci­sio­nes el tema de los acti­vos en el exte­rior por­que «esta­mos tar­de en ello», dijo Bor­ges en una entre­vis­ta radial con el perio­dis­ta opo­si­tor César Miguel Rondón.

Este diri­gen­te opo­si­tor acu­sa de «mane­jo par­ti­dis­ta» la admi­nis­tra­ción de los acti­vos con jun­tas ad hoc, un enun­cia­do para­dó­ji­co si toma­mos en cuen­ta que, al menos en apa­rien­cia, las deci­sio­nes de con­tro­lar las empre­sas filia­les de Vene­zue­la en el extran­je­ro se die­ron en com­po­nen­da entre las frac­cio­nes anti­cha­vis­tas reu­ni­das en la extin­ta Asam­blea Nacio­nal (AN), diri­gi­da por las opo­si­cio­nes de 2015 a 2021 y apo­ya­da por el gobierno de Esta­dos Unidos.

Si bien es cier­to que VP tie­ne la cone­xión más pri­vi­le­gia­da con el esta­blish­ment esta­dou­ni­den­se, no debe per­der­se de vis­ta que PJ y en espe­cial Julio Bor­ges tie­nen mucho que ver con la pér­di­da de sobe­ra­nía de todos los acti­vos en paí­ses socios de Washing­ton. Cuan­do Bor­ges fue pre­si­den­te la AN, hizo todas las ges­tio­nes posi­bles des­de la ins­ti­tu­cio­na­li­dad vene­zo­la­na­da para que los gobier­nos y ban­cos occi­den­ta­les ini­cia­ran sis­te­má­ti­ca­men­te un boi­cot eco­nó­mi­co, finan­cie­ro y comer­cial con­tra la Repú­bli­ca Boli­va­ria­na bajo la excu­sa de «dic­ta­du­ra» y «corrup­ción» por par­te del gobierno de Nico­lás Maduro.

Pero la tor­ti­lla se ha vol­tea­do. Los mis­mos diri­gen­tes y par­ti­dos opo­si­to­res se están acu­san­do entre sí de todos los males que aque­jan al anti­cha­vis­mo nacio­nal e inter­na­cio­nal, sien­do VP la dia­na prin­ci­pal toman­do en cuen­ta su papel prin­ci­pal en la arti­cu­la­ción no solo del «inte­ri­na­to» ima­gi­na­rio sino tam­bién en los pla­nes cons­pi­ra­ti­vos y gol­pis­tas lle­va­dos a cabo duran­te años, inclu­yen­do la falli­da Ope­ra­ción Gedeón y la «Fies­ta de Cara­cas«, don­de estu­vie­ron invo­lu­cra­dos gru­pos arma­dos de dis­tin­to ori­gen y calaña.

El mis­mí­si­mo Bor­ges ha esta­do invo­lu­cra­do en algu­nos de esos pla­nes des­de Colom­bia (como el inten­to de mag­ni­ci­dio con­tra el pre­si­den­te Madu­ro en 2018), fue el prin­ci­pal pro­mo­tor de las «san­cio­nes» con­tra Vene­zue­la en su perio­do par­la­men­ta­rio y ade­más apo­yó el «inte­ri­na­to» en su cru­za­da por secues­trar ile­gal­men­te las empre­sas y las finan­zas del Esta­do vene­zo­lano. Así que su sen­ten­cia de que los acti­vos en el exte­rior «nun­ca han debi­do ser mane­ja­dos por la opo­si­ción» es otra mane­ra de lavar­se las manos y tras­la­dar la cul­pa a una úni­ca figu­ra como chi­vo expia­to­rio, cuan­do la res­pon­sa­bi­li­dad recae en todos quie­nes acom­pa­ña­ron la tra­ve­sía pro-estadounidense.

Inclu­so ha via­ja­do fue­ra de Colom­bia y ha ejer­ci­do «labor polí­ti­ca», al pun­to de seguir ali­nean­do intere­ses con­tra la eco­no­mía vene­zo­la­na, como el de pro­pi­ciar el robo de oro vene­zo­lano depo­si­ta­do en el Ban­co de Ingla­te­rra, hecho que cons­ti­tu­ye un acto de Trai­ción a la Patria acor­de a las leyes venezolanas.

No olvi­de­mos que Bor­ges ha esta­do for­man­do par­te del «inte­ri­na­to» como «Comi­sio­na­do pre­si­den­cial para la Rela­cio­nes Exte­rio­res de Vene­zue­la», es decir, que ha esta­do pro­mo­vien­do el mis­mo esque­ma de robo y secues­tro de acti­vos a nom­bre de Guai­dó y Esta­dos Unidos.

Sin embar­go, le dice a Ron­dón que Guai­dó «no tie­ne la fuer­za ni la aser­ti­vi­dad» para pla­ni­fi­car ni pro­po­ner cosas des­de su car­go fan­tas­ma, que «no ha toma­do deci­sio­nes, muchas veces ni siquie­ra está en las reunio­nes» en la toma de deci­sio­nes y que el supues­to «gobierno» pro-grin­go va a «des­apa­re­cer» el 5 de enero de 2022.

Ade­más acep­ta que no saben qué van a hacer para «reor­ga­ni­zar la uni­dad polí­ti­ca», cuan­do ésta se haya extin­ta des­de hace tiem­po. Pero ade­más es una decla­ra­ción tan­to polí­ti­ca como exis­ten­cial toman­do en cuen­ta que pare­ce, al menos por aho­ra, impo­si­ble que se res­ti­tu­ya algún tipo de uni­dad en el anti­cha­vis­mo de cara a los esce­na­rios polí­ti­cos y elec­to­ra­les en Venezuela.

Lo de Bor­ges pro­fun­di­za las divi­sio­nes ya cimen­ta­das en las dis­tin­tas ten­den­cias opo­si­to­ras exis­ten­tes, mien­tras hace las ges­tio­nes para que PJ vuel­va al rue­do de las elec­cio­nes, aspi­ran­do a car­gos públi­cos que se ele­gi­rán el pró­xi­mo 21 de noviembre.

Aun­que el comu­ni­ca­do de PJ y las decla­ra­cio­nes de Bor­ges sir­van para que algu­nos segui­do­res anti­cha­vis­tas apun­ten con el dedo hacia la figu­ra de Guai­dó, chi­vo expia­to­rio de las opo­si­cio­nes, la memo­ria no falla para traer a cola­ción las res­pon­sa­bi­li­da­des que tie­nen estos diri­gen­tes «en el exi­lio» en la actual situa­ción de los acti­vos vene­zo­la­nos, y en gene­ral de la esta­bi­li­dad polí­ti­ca, eco­nó­mi­ca y social de la Repú­bli­ca. Lavar­se las manos y echar­le el agua sucia sobre la cabe­za de alguien más no ser­vi­rá de mucho a la hora de acu­sar reci­bo ante el res­to de los venezolanos.

Fuen­te: Misión Verdad

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