El Fis­cal y el FBI

¿Por qué Duque defien­de y man­tie­ne en el car­go a Karen Abu­di­nen, titu­lar del MINTIC y cuo­ta de los Char, afir­man­do con­tra toda evi­den­cia, que ella no tie­ne nin­gu­na res­pon­sa­bi­li­dad en el robo o extra­vío de 70 mil millo­nes de pesos del era­rio entre­ga­dos por ese minis­te­rio a Cen­tros Pobla­dos como anti­ci­po de un con­tra­to de 1,07 billo­nes de pesos? Fren­te a la denun­cia de la inves­ti­ga­do­ra y perio­dis­ta, Pao­la Herre­ra, el Fis­cal Bar­bo­sa pare­cía una inex­pre­si­va y muda esta­tua de sal. La que sí le cayó con todo a la minis­tra en su pro­pia casa fue Mar­ga­ri­ta Cabe­llo, jefa de la Pro­cu­ra­du­ría Gene­ral, pero no para san­cio­nar­la, sino para a almor­zar con ella. Las dos son muy bue­nas ami­gas, y las dos son cuo­tas de la fami­lia Char en el Gobierno Duque.

¿Por qué se cubren las espal­das entre sí? Por­que son cuca­ra­chas del mis­mo cala­ba­zo; del cala­ba­zo de la corrupción.

Con cara de bra­vo y tea­tral ros­tro indig­na­do, el Fis­cal Fran­cis­co Bar­bo­sa anun­ció que se iba inme­dia­ta­men­te para los Esta­dos Uni­dos a pedir­le ayu­da al FBI para cas­ti­gar de mane­ra ejem­plar a los corrup­tos en Colom­bia. ¡Qué mane­ra más cán­di­da de admi­tir que la Fis­ca­lía no tie­ne capa­ci­dad moral ni mate­rial para per­se­guir a los ban­di­dos y ladro­nes del Esta­do! Y lo dijo sin son­ro­jar­se. Bar­bo­sa pare­ce no enten­der que la sobe­ra­nía de Colom­bia ‑en cual­quie­ra de sus moda­li­da­des, inclui­da la jurídica‑, no se le entre­ga a nadie y a nin­gún extra­ño, menos a una poten­cia extranjera.

Si Bar­bo­sa anun­cia que va a inda­gar tam­bién en Washing­ton sobre el caso Ode­brecht-Aval, es por­que ya sabe que, algo sobre ese asun­to refe­ri­do a Colom­bia, está a pun­to de explo­tar des­de los Esta­dos Uni­dos. Sobre esa mate­ria, dis­tin­gui­do doc­tor, no olvi­de nun­ca a su ante­ce­sor Nés­tor Hum­ber­to Mar­tí­nez y al gran cai­mán de los más jugo­sos con­tra­tos del país, Car­los Sar­mien­to Angu­lo. No tie­ne nece­si­dad de irse por allá cuan­do todo eso se cono­ce acá. Solo un inves­ti­ga­dor pul­qué­rri­mo y diá­fano, podrá des­truir el entra­ma­do cri­mi­nal de los más escu­rri­di­zos y ave­za­dos car­te­les de la corrup­ción, como es el de los Char de Barran­qui­lla. Con esfuer­zo colec­ti­vo se podrán iden­ti­fi­car los ban­cos nacio­na­les e inter­na­cio­na­les y los paraí­sos fis­ca­les don­de las ratas mue­ven de mane­ra fur­ti­va esos dine­ros. Hay que poner­le la lupa a los con­tra­tos y a las empre­sas con­tra­tis­tas para encon­trar y seguir el hilo que con­du­ce al cora­zón de ese cáncer.

Tene­mos que des­truir el poder mal­di­to de la corrup­ción antes de que se tra­gue a Colom­bia. La Fis­ca­lía debe inves­ti­gar en lugar de defen­der a los ladro­nes del Esta­do. Que la ley no sea solo para los de rua­na. O todos en la cama o todos en el sue­lo. Un nue­vo gobierno de manos lim­pias es lo que nece­si­ta­mos. Y tene­mos que esta­ble­cer­lo median­te un gran acuer­do polí­ti­co nacio­nal. Todos los casos de corrup­ción, emble­má­ti­cos o no, deben ser cas­ti­ga­dos, y los dine­ros, recu­pe­ra­dos, para cana­li­zar­los hacia la dig­ni­fi­ca­ción de la vida de los colom­bia­nos. Para ello es nece­sa­rio per­se­guir igual­men­te a los car­te­les de la impu­ni­dad, cons­ti­tui­dos por cier­tos fun­cio­na­rios de la Fis­ca­lía, la Pro­cu­ra­du­ría, jue­ces, magis­tra­dos y gober­nan­tes, a fin de que les sea apli­ca­da a ellos, la mis­ma pena que en jus­ti­cia recai­ga sobre los corrup­tos a quie­nes defen­die­ron e inten­ta­ron pro­te­ger bajo el man­to de la impunidad.

FARC-EP

Segun­da Mar­que­ta­liaAgos­to 31 de 2021

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