Afga­nis­tán. Tali­ba­nes fren­te a la nece­si­dad cru­cial de auxi­lio finan­cie­ro: “Que­re­mos que nos ayuden”

Resu­men de Medio Orien­te, 18 de agos­to de 2021.

Foto: Zabihu­llah Mujahid anun­ció que «Afga­nis­tán no será más un país de cul­ti­vo de opio». 

“Tuvi­mos inter­cam­bios con varios paí­ses”, con­fir­mó el prin­ci­pal voce­ro de los tali­ba­nes. Afga­nis­tán es uno de los paí­ses más depen­dien­tes de la ayu­da extranjera.

Los tali­ba­nes pro­me­tie­ron mejo­rar la eco­no­mía afga­na, pero sin acce­so a la ayu­da inter­na­cio­nal y con las reser­vas mone­ta­rias rete­ni­das en el extran­je­ro, el futu­ro del país, uno de los más pobres del mun­do, se vis­lum­bra complejo.

Algu­nas nacio­nes anun­cia­ron un con­ge­la­mien­to de su apo­yo. El Fon­do Mone­ta­rio Inter­na­cio­nal y el Ban­co Mun­dial per­ma­ne­cen silen­cio­sos, pero podrían tam­bién con­ge­lar su asis­ten­cia finan­cie­ra al país.

“Afga­nis­tán depen­de tre­men­da­men­te de la ayu­da extran­je­ra”, sub­ra­ya Van­da Fel­bab-Brown, espe­cia­lis­ta en Afga­nis­tán en la Broo­kings Ins­ti­tu­tion, para quien el mon­to de las ayu­das es al menos “10 veces supe­rior” a los ingre­sos de los talibanes.

En 2020, el Pro­duc­to Interno Bru­to (PIB) afgano sumó 19.810 millo­nes de dóla­res, mien­tras que el flu­jo de ayu­da repre­sen­tó 42,9% del PIB, según el Ban­co Mundial.

Una ofensiva relámpago de los talibanes les permitió recuperar el poder en Afganistán. Infografía: La República
Una ofen­si­va relám­pa­go de los tali­ba­nes les per­mi­tió recu­pe­rar el poder en Afga­nis­tán. Info­gra­fía: La República

“La eco­no­mía de Afga­nis­tán se carac­te­ri­za por su fra­gi­li­dad y depen­den­cia de la ayu­da” inter­na­cio­nal, pre­ci­sa el BM, ano­tan­do que el desa­rro­llo eco­nó­mi­co y la diver­si­fi­ca­ción del sec­tor pri­va­do han esta­do “tra­ba­dos por la inse­gu­ri­dad, ines­ta­bi­li­dad polí­ti­ca, debi­li­dad de las ins­ti­tu­cio­nes, inade­cua­da infra­es­truc­tu­ra, corrup­ción gene­ra­li­za­da y un cli­ma difí­cil para los negocios”.

Los ingre­sos actua­les de los tali­ba­nes son esti­ma­dos entre 300 millo­nes y más de 1.500 millo­nes de dóla­res anua­les por el Comi­té de San­cio­nes del Con­se­jo de Segu­ri­dad de la ONU, que publi­có un infor­me en mayo de 2020.

Opio e impuestos

Elementos biográficos de los principales dirigentes talibanes. Infografía: AFP
Ele­men­tos bio­grá­fi­cos de los prin­ci­pa­les diri­gen­tes tali­ba­nes. Info­gra­fía: AFP

El mar­tes 17 d agos­to, el voce­ro de los tali­ba­nes, Zabihu­llah Mujahid, ase­gu­ró que “Afga­nis­tán no será más un país de cul­ti­vo de opio”. La pro­duc­ción será prác­ti­ca­men­te “redu­ci­da a cero” de nue­vo, agre­gó en refe­ren­cia a la prohi­bi­ción vigen­te cuan­do con­tro­la­ban el país, has­ta 2001.

Por aho­ra, y pese a los miles de millo­nes gas­ta­dos duran­te años por la comu­ni­dad inter­na­cio­nal para erra­di­car la ama­po­la, Afga­nis­tán pro­du­ce más de 80% del opio mundial.

Cien­tos de miles de pues­tos de tra­ba­jo depen­den de ese nego­cio en un país gan­gre­na­do por el des­em­pleo tras 40 años de conflicto.

Los tali­ba­nes reco­no­cen que la mejo­ra de la eco­no­mía pasa por la ayu­da extranjera.

“Tuvi­mos inter­cam­bios con varios paí­ses. Que­re­mos que nos ayu­den”, indi­có Mujahid.

Bue­na reputación

Los tali­ba­nes pare­cen bene­fi­ciar­se de una mejor aco­gi­da inter­na­cio­nal que duran­te su ante­rior régi­men, de 1996 a 2001. Rusia, Chi­na y Tur­quía salu­da­ron sus pri­me­ras decla­ra­cio­nes públi­cas. Pero varios paí­ses donan­tes, con Esta­dos Uni­dos a la cabe­za, se man­tie­nen vigilantes.

Washing­ton insis­te en que espe­ra que los tali­ba­nes res­pe­ten los dere­chos huma­nos, y en espe­cial los de las mujeres.

Cana­dá indi­có que no pien­sa reco­no­cer­los, mien­tras Ber­lín anun­ció el lunes la sus­pen­sión de su ayu­da al desa­rro­llo de Afga­nis­tán que pre­veía el des­em­bol­so de 430 millo­nes de euros este año, 250 millo­nes para el desarrollo.

Para Char­les Kup­chan del CFR, los tali­ba­nes tie­nen “inte­rés” en tener una bue­na ima­gen si quie­ren obte­ner ayu­da eco­nó­mi­ca. Sobre todo, sos­tie­ne, por­que Chi­na, la segun­da eco­no­mía más gran­de del mun­do, no reem­pla­za­ría finan­cie­ra­men­te a los paí­ses occidentales.

“Los chi­nos son muy mer­can­ti­lis­tas. Tien­den a inte­re­sar­se a los paí­ses dota­dos de un buen entorno comer­cial, don­de pue­den cons­truir sus nue­vas Rutas de la Seda”, anota.

“¿Se están ins­ta­lan­do los chi­nos en Siria? ¿Irak? ¿Líbano? No. Por lo tan­to, no sobres­ti­ma­ría el papel de Chi­na en Afga­nis­tán”, concluye.

Cons­truir una bue­na repu­tación para reci­bir ayu­da inter­na­cio­nal es estra­té­gi­co ya que “los acti­vos del Ban­co Cen­tral que el gobierno afgano posee en Esta­dos Uni­dos no serán pues­tos a dis­po­si­ción de los tali­ba­nes”, advir­tió el lunes un res­pon­sa­ble de la admi­nis­tra­ción Biden.

Itu­rria /​Fuen­te

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