Esta­dos Uni­dos. El fra­ca­so de Biden en ter­mi­nar la gue­rra de Trump con­tra Cuba

Por Danny Glo­ver, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 5 de julio de 2021.

“Ima­gí­ne­se un país que desa­rro­lla y pro­du­ce sus pro­pias vacu­nas con­tra el virus Covid-19, sufi­cien­tes para cubrir a toda su pobla­ción, pero no pue­de ino­cu­lar a todos por fal­ta de jerin­gas. Esta situa­ción absur­da es real y pron­to la enfren­ta­rá Cuba Cuba ha ya vacu­nó a unos 2 millo­nes de sus 11 millo­nes de habi­tan­tes y espe­ra tener el 70% de la pobla­ción vacu­na­da en agos­to. Millo­nes de agujas.

No tie­ne mucho sen­ti­do que un país tan avan­za­do en bio­tec­no­lo­gía y pro­duc­tos far­ma­céu­ti­cos ten­ga pro­ble­mas para alma­ce­nar jerin­gas. Esta reali­dad es con­se­cuen­cia de lo que cons­ti­tu­ye una gue­rra eco­nó­mi­ca en Esta­dos Uni­dos, que difi­cul­ta enor­me­men­te a Cuba la adqui­si­ción de medi­ci­nas, equi­pos y sumi­nis­tros de ven­de­do­res o trans­por­tis­tas que hacen nego­cios en Esta­dos Uni­dos o con ellos. Las jerin­gas esca­sean a nivel inter­na­cio­nal, por lo que nin­gu­na empre­sa quie­re invo­lu­crar­se en los com­pli­ca­dos requi­si­tos ban­ca­rios y de licen­cias que impo­ne el gobierno de Esta­dos Uni­dos a las tran­sac­cio­nes con Cuba.

La iro­nía es que los logros de Cuba en el cui­da­do de la salud son un mode­lo y un bene­fi­cio demos­tra­ble para el mun­do ente­ro, algo que Esta­dos Uni­dos debe­ría apo­yar. Es un país que desa­rro­lla su eco­no­mía a tra­vés de la salud y la edu­ca­ción, pro­yec­to que se ini­ció hace 60 años con cam­pa­ñas de alfa­be­ti­za­ción y salud en zonas rura­les. El sis­te­ma de salud públi­ca de Cuba ha per­mi­ti­do supe­rar a gran par­te del mun­do en tér­mi­nos de espe­ran­za de vida, mor­ta­li­dad infan­til y, más recien­te­men­te, esta­dís­ti­cas de pan­de­mias per cápita.

Al comien­zo de la pan­de­mia, la indus­tria bio­tec­no­ló­gi­ca cuba­na se movió rápi­da­men­te para pro­du­cir tra­ta­mien­tos y desa­rro­llar vacu­nas Covid-19. Al mis­mo tiem­po, se han des­ple­ga­do médi­cos, enfer­me­ras y otros pro­fe­sio­na­les de la salud cuba­nos en más de 40 paí­ses para com­ba­tir la pan­de­mia en el fren­te, ayu­dan­do a las pobla­cio­nes pobres y nece­si­ta­das del mun­do a supe­rar lo peor de la cri­sis. Para Cuba, la salud no es solo un dere­cho de su pro­pio pue­blo; es un dere­cho que debe ser defen­di­do y com­par­ti­do con todos los pueblos.

Cuan­do los gobier­nos de Barack Oba­ma y Raúl Cas­tro tra­za­ron un nue­vo rum­bo para las rela­cio­nes diplo­má­ti­cas entre Cuba y Esta­dos Uni­dos, había espe­ran­zas de que el fin del embar­go esta­ba en el hori­zon­te. El pre­si­den­te Oba­ma se ha com­pro­me­ti­do con el gobierno cubano a esta­ble­cer rela­cio­nes diplo­má­ti­cas ple­nas, ali­viar las res­tric­cio­nes sobre via­jes y reme­sas, eli­mi­nar a Cuba de la lis­ta de patro­ci­na­do­res esta­ta­les del terro­ris­mo y expan­dir las expor­ta­cio­nes esta­dou­ni­den­ses al país.

Todo este avan­ce fue des­he­cho por la admi­nis­tra­ción Trump, que endu­re­ció las san­cio­nes con­tra Cuba en medio de la pan­de­mia. Ade­más, pre­sio­nó a los alia­dos de Esta­dos Uni­dos en Amé­ri­ca Lati­na, espe­cial­men­te Bra­sil y Boli­via, para que expul­sa­ran a los médi­cos cuba­nos. No hay duda de que estas deci­sio­nes cues­tan vidas.

El pri­mer día del nue­vo gobierno, el pre­si­den­te Biden emi­tió una direc­ti­va de segu­ri­dad nacio­nal en la que pedía una revi­sión del impac­to de las san­cio­nes en res­pues­ta a la pan­de­mia, con el obje­ti­vo de brin­dar ali­vio. Se reavi­va­ron las espe­ran­zas de una polí­ti­ca sen­sa­ta de Esta­dos Uni­dos hacia Cuba. Aho­ra, casi medio año des­pués de la admi­nis­tra­ción Biden, las polí­ti­cas de «máxi­ma pre­sión» de la era Trump siguen vigen­tes. La Casa Blan­ca ha deja­do cla­ro que mejo­rar las rela­cio­nes entre Cuba y Esta­dos Uni­dos, y con ellos, la vida coti­dia­na del pue­blo cubano, no es una prio­ri­dad. La espe­ran­za se está con­vir­tien­do rápi­da­men­te en indig­na­ción entre los ciu­da­da­nos esta­dou­ni­den­ses y cuba­nos que han creí­do en las pro­me­sas de Biden de rever­tir la polí­ti­ca de ame­na­zas, inter­fe­ren­cia en los asun­tos inter­nos de Cuba y obs­truc­ción del acce­so a las nece­si­da­des huma­nas bási­cas de la admi­nis­tra­ción Trump.

El gobierno de Biden enfren­ta una pre­sión cada vez mayor del Con­gre­so para tomar medi­das deci­si­vas y enca­mi­nar­nos hacia la paz y las rela­cio­nes amis­to­sas con Cuba. En mar­zo, 80 repre­sen­tan­tes del Con­gre­so de Esta­dos Uni­dos envia­ron una car­ta al pre­si­den­te ins­tán­do­lo a rever­tir las polí­ti­cas de la admi­nis­tra­ción Trump. Más de 100 orga­ni­za­cio­nes, des­de la Orga­ni­za­ción Esta­dou­ni­den­se de Salud Públi­ca has­ta Amnis­tía Inter­na­cio­nal, han rea­li­za­do una soli­ci­tud simi­lar a Biden. A nivel de base, los acti­vis­tas orga­ni­za­ron cara­va­nas men­sua­les en más de una doce­na de ciu­da­des para exi­gir el fin del embar­go. Orga­ni­za­cio­nes de la socie­dad civil y movi­mien­tos socia­les recau­da­ron más de 400.000 dóla­res para enviar jerin­gas a Cuba.

Si los dere­chos huma­nos van a ser un pilar fun­da­men­tal de la polí­ti­ca esta­dou­ni­den­se, como dijo recien­te­men­te un por­ta­voz de la Casa Blan­ca, el embar­go debe ter­mi­nar. Es una polí­ti­ca que ata­ca y daña indis­cri­mi­na­da­men­te a los civi­les. Es una vio­la­ción sis­te­má­ti­ca de los dere­chos huma­nos a gran escala.

Los elo­cuen­tes dis­cur­sos del secre­ta­rio de Esta­do Antony Blin­ken sobre un orden inter­na­cio­nal basa­do en reglas sue­nan fal­sos cuan­do se tra­ta de la polí­ti­ca esta­dou­ni­den­se hacia Cuba. Según el dere­cho inter­na­cio­nal, el embar­go esta­dou­ni­den­se a Cuba es ile­gal. Des­de 1991, la Asam­blea Gene­ral de las Nacio­nes Uni­das ha cele­bra­do una vota­ción anual para adop­tar una reso­lu­ción que pide el fin del embar­go. Cada año, Esta­dos Uni­dos se encuen­tra ais­la­do, ya que casi todos los paí­ses del mun­do votan a favor de esta reso­lu­ción. Este año no fue dife­ren­te: la vota­ción del 23 de junio mos­tró a 184 nacio­nes en con­tra del embar­go, con solo Esta­dos Uni­dos e Israel a favor.

Si real­men­te quie­re mos­trar lide­raz­go glo­bal, Biden debe rever­tir una polí­ti­ca que aís­la a Esta­dos Uni­dos, no solo a Cuba. En lugar de seguir el camino beli­ge­ran­te de Trump, debe­ría reanu­dar los esfuer­zos de Oba­ma hacia la nor­ma­li­za­ción. Debe aplau­dir y faci­li­tar la pro­me­sa de Cuba de pro­du­cir 100 millo­nes de dosis de sus vacu­nas, que com­par­ti­rá con el mun­do. Mien­tras la pan­de­mia con­ti­núa devas­tan­do el Sur Glo­bal, el mun­do nece­si­ta la coope­ra­ción de Esta­dos Uni­dos con Cuba, no la confrontación «.

Fuen­te: Soli­da­ri­dad en Cuba

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