Gua­te­ma­la. El esta­do no me cui­da: la lucha de las muje­res con­tra la impunidad

Por Andrea Rodrí­guez, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 26 de junio de 2021. 

Es domin­go y la fami­lia López Mora­les reco­rre la Ave­ni­da Simeón Cañas en ciu­dad de Gua­te­ma­la, dán­do­le un nue­vo nom­bre: la Ave­ni­da de la Luz. En cada paso y can­to exi­gen jus­ti­cia y hacen memo­ria por el femi­ci­dio de Luz María del Rocío López, des­de el ini­cio de la ave­ni­da has­ta el lugar don­de fue encon­tra­da tres días des­pués de su des­apa­ri­ción. El prin­ci­pal sos­pe­cho­so, aho­ra dete­ni­do, es su espo­so Jor­ge Rafael Zea Mejía.

Entre lis­to­nes mora­dos y ama­ri­llos, pan­car­tas con men­sa­jes de jus­ti­cia y la foto­gra­fía de Luz María, van entre­gan­do flo­res mora­das de papel a las per­so­nas que acom­pa­ñan la cami­na­ta. Al fren­te está Ada Mora­les, la madre de Luz, can­tan­do el nom­bre de su hija, en la ya emble­má­ti­ca “Can­ción sin Mie­do”, que aho­ra ver­sa soy Sha­ron, Hillary y Luz María, soy Cris­ti­na, Isa­bel, y soy Claudina.”

Las últi­mas movi­li­za­cio­nes de muje­res en Gua­te­ma­la han teni­do un recla­mo en común: que se haga jus­ti­cia por los crí­me­nes con­tra las muje­res y las niñas y que estos, no que­den en la impunidad.

En los casos don­de la vio­len­cia lle­ga a su expre­sión más extre­ma, el femi­ci­dio, los des­ti­nos de las inves­ti­ga­cio­nes son simi­la­res: tar­dan­za, fal­ta de per­so­nal capa­ci­ta­do en abor­da­je de vio­len­cia con­tra las muje­res y la ausen­cia de jus­ti­cia pron­ta y efi­caz. Solo en el depar­ta­men­to de Gua­te­ma­la entre los años 2017 y 2020 se regis­tra­ron 57,146 casos de vio­len­cia con­tra las muje­res, 1,259 muer­tes vio­len­tas de muje­res y 144 femi­ci­dios. Esto hace de Gua­te­ma­la el depar­ta­men­to con la mayor can­ti­dad de casos.

A más de dos meses de la des­apa­ri­ción y femi­ci­dio de Luz María del Rocío López Mora­les, sus fami­lia­res con­me­mo­ran su vida y deman­dan jus­ti­cia median­te accio­nes públi­cas que han rea­li­za­do cada mes des­de el femi­ci­dio de Luz el 28 de febre­ro y 21 de mar­zo. Su madre, Ada Mora­les, bus­ca gene­rar con­cien­cia y for­mas de ayu­dar a las muje­res de Gua­te­ma­la para que la vio­len­cia deje de pasar des­aper­ci­bi­da y las auto­ri­da­des actúen de mane­ra efec­ti­va. En todo el país, entre 2017 y 2020 se han regis­tra­do 291,008 casos de vio­len­cia con­tra las muje­res. De estos, solo el 1.15% han sido sentenciados.

Mapa de movi­li­za­cio­nes con­tra los femicidios

Des­de el femi­ci­dio de Danie­la Her­nán­dez en Tecu­lu­tán, Zaca­pa el 28 de sep­tiem­bre y el de Litzy Cor­dón el 6 de octu­bre de 2020, este tipo de movi­li­za­cio­nes en con­tra de los femi­ci­dios en Gua­te­ma­la empe­za­ron a irrum­pir las calles, pese a la pan­de­mia. Con dis­tan­cia­mien­to físi­co y mas­ca­ri­llas pues­tas, las pla­zas de diver­sos depar­ta­men­tos como Gua­te­ma­la, Quetzal­te­nan­go, Zaca­pa, Alta Vera­paz, Petén y Huehue­te­nan­go se hicie­ron el esce­na­rio de la “Can­ción sin Mie­do” de la can­tau­to­ra mexi­ca­na Vivir Quin­ta­na. La letra fue adap­ta­da para Gua­te­ma­la, inclu­yen­do los nom­bres de las víc­ti­mas recien­tes de femi­ci­dio y las 56 niñas del Hogar Segu­ro Vir­gen de la Asunción.

Duran­te el mes de enero se con­vo­ca­ron a diver­sas mani­fes­ta­cio­nes en las pla­zas, para hacer visi­ble la vio­len­cia con­tra las muje­res y las niñas como Sha­ron Figue­roa y Hillary Arre­don­do. El domin­go 24 de enero muje­res de la Ciu­dad de Gua­te­ma­la rea­li­za­ron una acción de calle en la Pla­za Cen­tral, y se diri­gie­ron en cara­va­na hacia el sitio don­de fue encon­tra­da Luz, al final de la Ave­ni­da Simeón Cañas. El 14 de febre­ro Soro­ri­dad Gua­te­ma­la con­vo­có a una bici-movi­li­za­ción, por la memo­ria de Sha­ron Figue­roa que fue secues­tra­da y ase­si­na­da en el patio de su casa dejan­do atrás su bicicleta.

El país se cons­ter­nó, en par­ti­cu­lar el 23 de enero de 2021, ya que se habían regis­tra­do 39 muer­tes vio­len­tas de muje­res, en la mayo­ría de estos casos (23) sin una cau­sa regis­tra­da de muer­te. Estos datos se mane­jan de mane­ra gene­ral como muer­tes vio­len­tas y no como femi­ci­dios. “La tipi­fi­ca­ción de cada deli­to es por cier­tas carac­te­rís­ti­cas que se dan den­tro del caso en espe­cí­fi­co, pero en este caso son datos gene­ra­les, no solo de femi­ci­dio. Por­que es un dato esta­dís­ti­co a nivel gene­ral de muer­tes vio­len­tas de muje­res” argu­men­tó el depar­ta­men­to de Comu­ni­ca­ción Social del MP, para un repor­ta­je de Regi­na Pérez para Pren­sa Comunitaria.

La mayo­ría de estos crí­me­nes ocu­rrie­ron en el depar­ta­men­to de Guatemala.

Gri­ta­mos por cada desaparecida

La aler­ta Isa­bel-Clau­di­na se acti­vó el 20 de enero por la des­apa­ri­ción de Luz María del Rocío López, una mujer de 25 años de edad que vivía con su hija Ali­ce de un año y medio y su espo­so, Jor­ge Rafael Zea Mejía. Luz María esta­ba den­tro del ran­go de edad en el que se encuen­tran el 40% de las muje­res des­apa­re­ci­das en Gua­te­ma­la, entre 21 y 40 años, de acuer­do con los datos del Obser­va­to­rio de las Muje­res del Minis­te­rio Público.

A muchos de los femi­ci­dios les pre­ce­de la des­apa­ri­ción de la mujer. Dia­ria­men­te se acti­van cua­tro aler­tas, bajo el sis­te­ma que lle­va los nom­bres de dos jóve­nes des­apa­re­ci­das y ase­si­na­das en 2001 y 2005: Isa­bel Véliz Fran­co y Clau­di­na Velás­quez. La aler­ta Isa­bel-Clau­di­na de bús­que­da inme­dia­ta para muje­res des­apa­re­ci­das, con­vo­ca a la pobla­ción a brin­dar cual­quier infor­ma­ción sobre el para­de­ro de una mujer, y acti­va pro­to­co­los de búsqueda.

Todos los días el Esta­do debe bus­car a las 658* muje­res con aler­ta acti­va has­ta la fecha, pro­ce­so que no se reali­zó para Isa­bel y Clau­di­na. De acuer­do con el obser­va­to­rio de las muje­res del Minis­te­rio Públi­co, se han acu­mu­la­do 4794 aler­tas des­de su crea­ción en el 2018 has­ta la fecha, de las cua­les 4136 muje­res han sido encon­tra­das, aun­que sin espe­ci­fi­car si esta­ban con vida.

VerObser­va­to­rio MP Isa­ble Claudina

Luz María había estu­dia­do cri­mi­no­lo­gía en la uni­ver­si­dad, ade­más de varios diplo­ma­dos y estu­dios en enfer­me­ría. Tra­ba­ja­ba en el Mode­lo de Aten­ción Inte­gral de Niñez y Ado­les­cen­cia –MAINA- como téc­ni­ca de inves­ti­ga­cio­nes cri­mi­na­lís­ti­cas para la Fis­ca­lía de Niñez y Ado­les­cen­cia. El MAINA es una ins­tan­cia fun­da­da el 18 de julio de 2019 y está con­for­ma­do por 11 ins­ti­tu­cio­nes: Minis­te­rio Públi­co, Orga­nis­mo Judi­cial, Poli­cía Nacio­nal Civil, Minis­te­rio de Desa­rro­llo Social, Minis­te­rio de Salud Públi­ca y Asis­ten­cia Social, Minis­te­rio de Tra­ba­jo y Pre­vi­sión Social, Secre­ta­ría de Bien­es­tar social, Ins­ti­tu­to de la Defen­sa públi­ca Penal, Ins­ti­tu­to Nacio­nal de Cien­cias Foren­ses, Muni­ci­pa­li­dad de Gua­te­ma­la y Pro­cu­ra­du­ría Gene­ral de la Nación.

La sede del MAINA está al final de la Ave­ni­da Simeón Cañas, en la zona 2 de la Ciu­dad de Gua­te­ma­la. Este fue el mis­mo lugar don­de se había repor­ta­do como vis­ta por últi­ma vez el día 20 de enero, aun­que Luz nun­ca lle­gó a su ofi­ci­na. De acuer­do con Ada Mora­les, ella se ente­ra de la des­apa­ri­ción de su hija, por una lla­ma­da de Jor­ge. Él le había dicho que había ido a dejar a Luz a su tra­ba­jo, como todos los días, y que des­pués de eso no la había vuel­to a ver.

– La nena no aparece.

Dijo Jor­ge Zea, cuan­do lla­mó a Ada, el miér­co­les 20 de enero a las 3 de la tarde.

– Una siem­pre pre­sien­te, enton­ces mi hijo se fue antes que yo a bus­car­la al tra­ba­jo. Al lle­gar yo pedí hablar con la jefa del depar­ta­men­to y ella me dice que Luz nun­ca entró. Des­pués él cam­bia la ver­sión y dice que la dejó en la tien­da de enfren­te de MAINA. Enton­ces le supli­qué al due­ño de la tien­da que si podía mos­trar­me sus cáma­ras, que mi hija había des­apa­re­ci­do. Al mos­trar­me las cáma­ras veo que mi hija nun­ca se bajó del carro, al ver eso me entró la idea de que él, algo le había hecho.

La fami­lia ini­cia una inten­sa bús­que­da des­de ese día, visi­ta­ron la colo­nia Las Hoja­ras­cas, don­de vivía Luz con su Espo­so e hija, en la zona 1 de Mix­co. Este es el ter­cer muni­ci­pio con la mayor can­ti­dad de casos de vio­len­cia con­tra las muje­res, regis­tran­do 5,837 denun­cias en el MP de acuer­do con el Infor­me de vio­len­cia con­tra pobla­cio­nes en con­tex­to de vul­ne­ra­bi­li­dad (Hivos, 2021) duran­te el perio­do de 2017 a octu­bre de 2020.

Bus­ca­ron en mon­ta­ñas, lade­ras, dre­na­jes, pero no había seña­les de ella. Fue­ron muchas horas sin dor­mir y sin comer, has­ta que el vier­nes, cuan­do las per­so­nas tra­ba­ja­do­ras del Minis­te­rio Públi­co comen­za­ron a reti­rar­se y Ada reci­be una foto­gra­fía de un dre­na­je den­tro del cual esta­ba una mujer.

El mis­mo dre­na­je don­de tra­ba­ja­do­res de lim­pie­za muni­ci­pa­les encon­tra­ron un cuer­po. Los bom­be­ros fue­ron aler­ta­dos y se ini­ció la ins­pec­ción. Ada recuer­da que fue difí­cil deci­dir­se a ir al lugar, pero uno a uno los inte­gran­tes de la fami­lia acu­die­ron a ver.

– Cuan­do ya veo que todos se van mi hijo vino pri­me­ro, lue­go veni­mos con mi esposo.

Ada y su espo­so lle­gan a la calle a un lado del Dia­man­te Infan­til para ver si era posi­ble encon­trar a luz en ese lugar. El cuer­po ya había sido trasladado.

– Nos indi­ca­ron que fué­ra­mos a Inacif por­que había pro­ba­bi­li­da­des de que fue­ra ella. Ahí es cuan­do ya entro a reco­no­cer­la. Era ella, mi hija.

La vio­len­cia denunciada

La his­to­ria de Luz María comien­za, como rela­ta su madre, con el aco­so cons­tan­te de Jor­ge Zea, obtu­vo el núme­ro tele­fó­ni­co de Luz para enviar­le infor­ma­ción sobre una ven­ta de motos. Este caso como el de Isa­bel Véliz Fran­co, ini­cia con el aco­so de un hom­bre que se con­vier­te en el per­pe­tra­dor de un femicidio.

– Des­de ese día ella no se qui­tó a ese hom­bre de enci­ma, empe­zó a aco­sar­la, aco­sar­la y aco­sar­la. Mi hija nun­ca le puso aten­ción, ella esta­ba en su mun­do. Has­ta que un día lle­gó ella a la casa, una o dos veces lo vi a él en la casa y des­pués ella resul­ta con que se casa.

Luz tenía 23 años, se había gra­dua­do como licen­cia­da en inves­ti­ga­ción cri­mi­nal y forense.

– Yo me opu­se rotun­da­men­te por­que no era de mi agra­do. La cosa es que el hom­bre hace todo lo posi­ble y él pre­pa­ra toda la boda, todo.

Luz y Jor­ge se casa­ron en el 2019, en un salón ubi­ca­do en el camino a Anti­gua Gua­te­ma­la. Fue la úni­ca vez que la fami­lia de Luz cono­ció a la de Jor­ge. Un poco más de un año des­pués, Luz tuvo a su pri­me­ra hija.

– Esta­ba asus­ta­da de que no podía tener hijos, pero al poco tiem­po resul­ta emba­ra­za­da y lle­ga a la casa, fue una ale­gría. Para mi fue ale­gría, era mi pri­me­ra nie­ta. Como a los 4 o 5 meses regre­sa a la casa para que­dar­se un tiem­po por­que el emba­ra­zo era de alto riesgo.

Y nació Ali­ce, la pri­me­ra hija de Luz, pri­me­ra nie­ta de Ada, pri­me­ra bis­nie­ta de la fami­lia, de cua­tro gene­ra­cio­nes de mujeres.

– Lue­go de unos meses ella se va a la casa de la fami­lia de los papás de él.

Al poco tiem­po regre­san a la casa de su mamá lue­go de unos meses, y per­ma­ne­cen allí has­ta julio de 2020. Se vuel­ven a ir, y el ter­cer regre­so de Luz, fue en diciem­bre de 2020 por una sema­na, sin Jorge.

– Ella tenía de don­de sacar ser una per­so­na que le gus­ta­ba ayu­dar al pró­ji­mo, ayu­dar a los demás. Ella creía que lo podía ayu­dar a él. Toda­vía en diciem­bre que ella se que­da una sema­na en mi casa, regre­sa el hom­bre por ella. Enton­ces me dijo “le pro­me­to que la voy a cui­dar”, puras palabras.

Sufrir vio­len­cia y denun­ciar, un camino cues­ta arriba

Entre 2017 y 2020, el MP ha reci­bi­do 291.008 denun­cias de vio­len­cia con­tra las muje­res. Exis­ten múl­ti­ples fac­to­res que difi­cul­tan el acce­so a denun­ciar, entre ellos el des­co­no­ci­mien­to sobre cómo pre­sen­tar una denun­cia, la des­con­fian­za en las auto­ri­da­des y la fal­ta de reco­no­ci­mien­to sobre qué situa­cio­nes con­sis­ten en violencia.

El camino esta­ble­ci­do des­de el MP para denun­ciar casos de vio­len­cia pro­pia o hacia otras muje­res pue­de hacer­se de mane­ra per­so­nal, elec­tró­ni­ca o tele­fó­ni­ca al 1572. Tam­bién se pue­de denun­ciar en un juz­ga­do de paz o median­te la Poli­cía Nacio­nal Civil lla­man­do al 110. Estos núme­ros fun­cio­nan las 24 horas, y tam­bién se pue­de repor­tar la des­apa­ri­ción de una mujer para acti­var la aler­ta Isabel-Claudina.

Al pre­sen­tar una denun­cia, la ruta esta­ble­ce una aten­ción inte­gral a la víc­ti­ma en el Minis­te­rio Públi­co. Esta impli­ca la aten­ción pri­ma­ria en cuan­to a brin­dar ase­so­ría legal, acom­pa­ña­mien­to psi­co­ló­gi­co y eva­lua­ción médi­ca foren­se en el caso de la vio­len­cia físi­ca y sexual. Lue­go se debe eva­luar la nece­si­dad de bus­car un lugar de alber­gue para las muje­res y si es el caso, sus hijas/​os, para res­guar­dar sus vidas.

Muchas muje­res des­co­no­cen la ruta para poner una denun­cia, por un hecho de vio­len­cia es par­te de las defi­cien­cias ins­ti­tu­cio­na­les. Para Ada Mora­les “un tema fun­da­men­tal es la fal­ta de infor­ma­ción, que muchas muje­res no cono­cen en dón­de denun­ciar o a quién acudir”.

En el país solo exis­ten juz­ga­dos y tri­bu­na­les espe­cia­li­za­dos en los deli­tos de femi­ci­dio y otras for­mas de vio­len­cia con­tra las muje­res en 11 depar­ta­men­tos: Gua­te­ma­la, Quetzal­te­nan­go, Chi­qui­mu­la, Alta Vera­paz, Huehue­te­nan­go, Escuintla, Qui­ché, Solo­lá, San Mar­cos, Petén e Izabal.

Sin embar­go, las cin­co tasas más altas de vio­len­cia de vio­len­cia con­tra las muje­res, de acuer­do con los datos reco­lec­ta­dos en el para este aná­li­sis se obser­van en la siguien­te tabla:

Tabla promedio anual por departamento (2017 – 2020) de tasa denuncias de violencia contra la mujer por cada 100 mil mujeres

En el depar­ta­men­to de Gua­te­ma­la la tasa de denun­cias de vio­len­cia con­tra las muje­res en pro­me­dio anual, con­si­de­ran­do el perío­do 2017 – 2020 ha sido de 912 denun­cias por cada 100 mil muje­res, y a nivel nacio­nal este dato es de 947. Esto indi­ca que en los últi­mos 4 años, por cada 100mil muje­res en el país se han regis­tra­do en el MP 947 denun­cias por vio­len­cia en con­tra de la mujer.

Las agen­cias fis­ca­les de la mujer se encuen­tran en 16 depar­ta­men­tos, de acuer­do con el direc­to­rio del Minis­te­rio Públi­co, sien­do estos: Jutia­pa, Suchi­te­pé­quez, Retalhu­leu, Chi­qui­mu­la, Zaca­pa, Jala­pa, Baja Vera­paz, Gua­te­ma­la, Chi­mal­te­nan­go, Solo­lá, Quetzal­te­nan­go, San Mar­cos, Iza­bal, Alta Vera­paz, Qui­ché y Petén.

En la siguien­te grá­fi­ca se obser­va cómo el núme­ro de denun­cias de vio­len­cia en con­tra de la mujer ha fluc­tua­do des­de el 2017 entre 16mil y 19mil casos tri­mes­tra­les, ade­más, se apre­cia, cómo en el últi­mo tri­mes­tre del 2020, hubo un repun­te de este tipo de denun­cias lle­gan­do a 21,900 denuncias.

Al res­pec­to del con­fi­na­mien­to se obser­va que, en el pri­mer tri­mes­tre del año 2020, se regis­tra­ron en el MP 18,145 denun­cias. Este dato dis­mi­nu­yó drás­ti­ca­men­te en el segun­do tri­mes­tre, una vez ini­cia­das las medi­das de ais­la­mien­to, has­ta lle­gar a 15,611 denun­cias. Lue­go, el repun­te más alto de los últi­mos cua­tro años fue entre julio y diciem­bre de 2020, lle­gan­do a 21.914 denun­cias, acu­mu­lan­do en total 75,688 denun­cias regis­tra­das en el trans­cur­so del año..

Se obser­vó ade­más que, en años ante­rio­res, el cuar­to tri­mes­tre del año se regis­tra­ban menos denun­cias que los pri­me­ros, pero en 2020 al contrario.

En una entre­vis­ta recien­te, la defen­so­ra de la mujer de la PDH Doro­tea Gómez Gri­jal­va men­cio­nó que los nive­les de impu­ni­dad sobre los casos de vio­len­cia con­tra las muje­res se pro­fun­di­za­ron duran­te la pan­de­mia, ya que no todas las ins­tan­cias esta­ban tra­ba­jan­do de mane­ra presencial.

En los últi­mos meses del pri­mer año de pan­de­mia, se pue­de ver el aumen­to de las denun­cias por vio­len­cia con­tra las muje­res, lo cual pue­de indi­car la gran deman­da de jus­ti­cia ya sea de casos dados en el con­tex­to del con­fi­na­mien­to o ante­rio­res. Y es que los ciclos de vio­len­cia con­tra las muje­res pue­den ser muy largos.

La indi­fe­ren­cia de la sociedad

Los veci­nos de Luz María le envia­ron a Ada un audio don­de se escu­cha a su hija pidien­doe auxi­lio. Pero nadie acu­dió a ayu­dar­la ni denun­cia­ron la vio­len­cia de la que era víc­ti­ma des­de hacía varios meses.

La vio­len­cia con­tra las muje­res fre­cuen­te­men­te se da en con­tex­tos con­si­de­ra­dos como pri­va­dos o domés­ti­cos, como el hogar, por lo que muchas per­so­nas con­si­de­ran no inter­ve­nir. Sin embar­go, una inter­ven­ción opor­tu­na podría sal­var­les la vida a muchas muje­res. Ada recuer­da que en diciem­bre de 2020 vio más seña­les de peligro.

– Mi hija regre­sa, toda des­pei­na­da, la nena asus­ta­da. Y ella me dice “no mama, ya no pue­do vivir con él, es muy abu­si­vo, es muy celo­so, cómo me mal­tra­ta”. Has­ta aho­ra me ente­ré por sus com­pa­ñe­ros que él le que­bró la mano ese mes.

La fami­lia reci­bió la lle­ga­da de Luz con mucho apo­yo, y tam­bién indig­na­ción ante la impo­ten­cia sobre la situa­ción que per­ci­bían que ella esta­ba atravesando.

– Yo le decía que ese hom­bre no le con­ve­nía, ese día le dije “ese hom­bre es como un las­tre, yo te miro como que vas con la niña car­ga­da y el tipo te va jalan­do por la espal­da. Ya no regre­ses con él, aquí vamos a estar bien, toda la fami­lia tra­ba­ja, no le va a fal­tar nada a la nena. Y si es pre­ci­so yo dejo de tra­ba­jar para cui­dar a la nena y tú seguís trabajando”.

El estu­dio de la vio­len­cia con­tra las muje­res da cuen­ta de una serie de expre­sio­nes, des­de las más suti­les has­ta el extre­mo del femi­ci­dio, que con­for­man accio­nes con­tra la vida de las muje­res. La psi­co­an­tro­pó­lo­ga Glen­da Gar­cía reco­no­ce, en un estu­dio que “la vio­len­cia con­tra las muje­res es el resul­ta­do de un con­ti­nuum de vio­len­cia mas­cu­li­na” que vie­ne des­de siglos atrás, pero se ha agu­di­za­do en las últi­mas déca­das y aumen­tan­do cada año (Gar­cía, 2012).

Las muer­tes que no son femicidios

De 2017 a 2020, el Minis­te­rio Públi­co regis­tra un total de 629 casos de femi­ci­dio, un deli­to reco­no­ci­do por el Esta­do de Gua­te­ma­la des­de el año 2008 que, bajo la legis­la­ción vigen­te, se defi­ne como muer­te vio­len­ta de una mujer, oca­sio­na­da en el con­tex­to de las rela­cio­nes des­igua­les de poder entre hom­bres y muje­res, en ejer­ci­cio del poder de géne­ro en con­tra de las muje­res. El Ins­ti­tu­to de Cien­cias Foren­ses – Inacif- regis­tra en el mis­mo perio­do 2,888 muer­tes vio­len­tas de muje­res, cua­tro veces más que los casos de femi­ci­dio. Sin embar­go, no se espe­ci­fi­ca cuán­tas de las muer­tes vio­len­tas regis­tra­das por Inacif pos­te­rior­men­te fue­ron toma­das como casos de femi­ci­dio en el Minis­te­rio Público.

Casi la mitad de los casos ocu­rrie­ron en el depar­ta­men­to de Gua­te­ma­la, regis­tran­do 1,259 muje­res ase­si­na­das de for­ma vio­len­ta. La cau­sa más común, lle­gan­do a 799 casos, es por arma de fue­go. Le siguen dis­tin­tos tipos de asfixia:

Tabla Causas de muerte según certificados de defunción de INACIF período enero del 2017 a octubre del 2020

No se espe­ci­fi­can las carac­te­rís­ti­cas de los agre­so­res o el con­tex­to en el que se ase­si­nó a las muje­res. La cau­sa de muer­te de Luz María se deter­mi­nó como asfi­xia por estran­gu­la­ción, la segun­da cau­sa mayor de muer­te vio­len­ta de mujeres.

Estos datos mues­tran que no todas las muer­tes vio­len­tas de muje­res, son regis­tra­das como femi­ci­dios, ya que defi­nir­las como tal impli­ca deter­mi­nar el con­tex­to en el cual se ase­si­nó a las muje­res. De acuer­do con Gio­van­na Lemus, coor­di­na­do­ra del Gru­po Gua­te­mal­te­co de Muje­res –GGM- el cri­te­rio para deter­mi­nar si la muer­te vio­len­ta de una mujer cali­fi­ca como femi­ci­dio está en los fis­ca­les del MP. Y es que para deter­mi­nar que un ase­si­na­to se dio en el con­tex­to de las rela­cio­nes des­igua­les de poder entre hom­bres y muje­res, tam­bién se nece­si­tan fis­ca­les con for­ma­ción y com­pren­sión sobre qué sig­ni­fi­ca y qué impli­ca la vio­len­cia con­tra las mujeres.

En la mani­fes­ta­ción con­vo­ca­da por la fami­lia de Luz María el pasa­do 20 de mar­zo, se leía en una pan­car­ta una fra­se con la foto de Luz María “Lo mío fue un femi­ci­dio, no un acci­den­te. Mi voz se mul­ti­pli­có en mi fami­lia, que hoy pide jus­ti­cia por mi, por mi hija, por todas.” Decla­ran­do la Ave­ni­da Simeón Cañas como Ave­ni­da de la Luz, la fami­lia y muje­res con­vo­ca­das por la exi­gen­cia de jus­ti­cia cami­na­ron hacia el lugar don­de fue encon­tra­do el cuer­po de Luz María, a un cos­ta­do del Dia­man­te de Béis­bol Infan­til varios metros ade­lan­te del MAINA.

Cami­nan­do por la Ave­ni­da de la Luz

Cuan­do se le pre­gun­ta a Ada Mora­les qué le hace seguir ade­lan­te, ella res­pon­de sin dudar

– Mi nie­ta, es lo que me mue­ve cada día, cada ins­tan­te, cada minu­to. Es lo que me tie­ne viva.

Ali­ce está pró­xi­ma a cum­plir dos años de edad. Vive con su abue­la y abue­lo des­de el día en que la fami­lia veló a Luz. Su abue­la recuer­da que cuan­do encon­tra­ron a su hija regre­só a su casa y logró dor­mir por el ago­ta­mien­to, cuan­do sin­tió la pre­sen­cia de su hija que le recor­da­ba una con­ver­sa­ción que habían teni­do hace unos meses

– La bebé la tenía la fami­lia de él. Ella [Luz] en el mes de octu­bre me había dicho que­que, si algo le pasa­ba que pelea­ra por la niña, que no la fue­ra a dejar con Jor­ge, me dijo que por su tra­ba­jo nun­ca se sabía. Le dije que esta­ba difí­cil. Me recor­dé de eso y dije “si ella me lo pidió es por algo”.

Des­de que se cono­ció la his­to­ria de Luz María, dis­tin­tas orga­ni­za­cio­nes de muje­res han con­vo­ca­do a mani­fes­ta­cio­nes y accio­nes en la pla­za cen­tral y la Ave­ni­da Simeón Cañas.

Ada cuen­ta que le han cues­tio­na­do por qué salir a las calles a mani­fes­tar, a lo que ella responde

– Yo sé que aho­ri­ta hay tan­tas, tan­tas muje­res que están sufrien­do, de todas las cla­ses socia­les, y yo sé que tene­mos que hacer algo.

Tres razo­nes son las que mue­ven a Ada en esta con­vic­ción por hacer algo, des­de lo per­so­nal has­ta lo colectivo.

– Pri­me­ro como madres, por­que como madre no le deseo esto a nin­gu­na madre en el mun­do; segun­do, como mujer, por­que como mujer no me gus­ta­ría que me gol­pea­ran, que me las­ti­ma­ran tan­to; y ter­ce­ro por­que mi hija dejó a una hija, y yo ten­go que ver por­que haya en Gua­te­ma­la leyes que pro­te­jan a las mujeres.

Otros casos cono­ci­dos que des­per­ta­ron la indig­na­ción y acción polí­ti­ca de las muje­res fue­ron los de

Sha­ron y Hillary, dos niñas ase­si­na­das en el mes de enero. Tam­bién la his­to­ria de Cris­ti­na Sie­ka­viz­za, cuyo cuer­po sigue sin ser encon­tra­do y el per­pe­tra­dor murió de covid-19 antes de ser con­de­na­do. El caso de Isa­bel Véliz Fran­co, quien des­pués de 20 años de lucha de su madre Rosa, obtu­vo jus­ti­cia; y . lLa fami­lia de Clau­di­na Velás­quez, ¡¡des­de el 2005 espe­ra jus­ti­cia por su asesinato!

En el caso de Luz María, su espo­so y prin­ci­pal sos­pe­cho­so de su femi­ci­dio Jor­ge Zea, este fue dete­ni­do y liga­do a pro­ce­so por el deli­to de femi­ci­dio el 24 de enero de 2021. Ada recuer­da los días de bús­que­da y la deten­ción de Zea,

– Empe­za­mos a bus­car, ven en la casa y bus­can, echan lumi­nol y ven que hay san­gre en varios luga­res de la casa, en el baúl del carro. Detie­nen el vehícu­lo, él se va y estu­vo libre dos días has­ta el día vier­nes que lo capturan.

Es uno de los temas que preo­cu­pa a Ada, la tar­dan­za para hacer jus­ti­cia por su hija y que se cap­tu­re a todas las per­so­nas que pue­dan estar impli­ca­das en este caso. Actual­men­te están a la espe­ra de la audien­cia para pre­sen­tar las prue­bas con­tra Zea. En ello, remar­ca lo impor­tan­te que sería que todas las per­so­nas que no han obte­ni­da jus­ti­cia pudie­ran unir­se en una exi­gen­cia común ante el Estado.

La impu­ni­dad en cuan­to a las muer­tes vio­len­tas de muje­res reco­no­ci­das como femi­ci­dios por el Minis­te­rio Públi­co, se pue­de com­pa­rar de acuer­do con el esta­do de las denuncias.

Tabla de femicidios, investigacion y sentenciados.

Esto refle­ja que un 6.83% de los casos han sido sen­ten­cia­dos, aun­que no se espe­ci­fi­ca si las sen­ten­cias han absuel­to o con­de­na­do a los acusados.

– Sería muy bueno que alguien en el país se inte­re­sa­ra por todos estos casos, por todas estas muje­res, y poder pro­po­ner una ley que ayu­de a que todo sea más rápi­do, tan­to para nues­tros niños como para nues­tras muje­res, que somos las más vio­len­ta­das, no esta­mos a sal­vo. Enton­ces nece­si­ta­mos hacer jus­ti­cia, nece­si­ta­mos que sea más rápi­da. Hay jus­ti­cia, pero se tar­da mucho. Si con­vo­cá­ra­mos a todas las per­so­nas y nos reu­nié­ra­mos, le ase­gu­ro que hay mucha gen­te que no han obte­ni­do jus­ti­cia como debie­ra ser que nos uni­ría­mos y podría­mos hacer muchas cosas por Gua­te­ma­la – Fina­li­za Ada.

Son miles de casos de vio­len­cia, cien­tos de casos de femi­ci­dios, miles de muer­tes vio­len­tas de muje­res. Como se ha reco­rri­do en esta entre­ga: 291,008 denun­cias de vio­len­cia con­tra las muje­res regis­tra­das en el MP, 629 femi­ci­dios y 2,888 muer­tes vio­len­tas. Y ante esta ame­na­za per­ma­nen­te a la vida de las muje­res, hay un pro­ble­ma sis­té­mi­co: la tar­dan­za del sis­te­ma de jus­ti­cia que favo­re­ce la impu­ni­dad, y la impu­ni­dad que favo­re­ce la des­va­lo­ri­za­ción de la vida de las mujeres.

Fuen­te: Pren­sa Comunitaria

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